FANDIÑO APOSTÓ... Y SALIÓ DESPLUMADO
Pueden estar tranquilas las figuras: el gesto de Fandiño quedó en fiasco sin paliativos. Al final, se mezclaron las almohadillas, los pitos y los aplausos de los que quizá echaron la culpa del desastre al ganado.
Es verdad que los toros sólo pudieron presumir del hierro pero si a ello se añade unas lidias fatales, el resultado es una tarde para olvidar. Nos quedamos casi con las ganas de que saliese el segundo sobrero de El Ventorrillo, a ver si un domecq arreglaba la tarde. Con eso está dicho todo.
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Foto: Javier Arroyo para Aplausos |
Y lo peor fue ver a un Fandiño progresivamente desganado, apático, sin recursos y, en los últimos dos toros, claramente desarbolado. Vayamos por partes:
1º Partido de Resina. Tenía tanto trapío como poca fuerza, ya se vio en los lances de recibo. Luego, dos picotazos y muletazos a media altura no por hacer honor a su noble sangre sino porque era de mantequilla. Pinchazo, trasera atravesada que hace guardia y dos descabellos.
2º Adolfo Martín. ¿Por qué brindó un toro sin fuerza ni poder que recibió un puyacito y un picotazo? Encima Fandiño se puso a porfiar ante un enemigo sin entidad. Y, lo que es aún peor, al hilo del pitón. Muy mal. Media trasera y atravesada y dos descabellos. Se le debió pitar a conciencia por brindar.
3º Cebada Gago. Colorado ojo de perdiz, caribello y rebarbo. Salió al trote, sin galopar, pero se fue al reserva sin que nadie lo evitase. Y en toriles recibió una inmisericorde vara metiendo con clase los riñones. En el segundo, el titular Óscar Bernal le pegó una carioca de cárcel. Y todo sin poner bien al toro en suerte, un completo desastre achacable totalmente al maestro.
Encima el toro se dio una voltereta que lo mermó no poco. Fandiño anduvo desconfiado y permanentemente fuera de cacho. Todo acabó con trasera caída un pelín atravesada y descabello. Mereció mejor suerte el cebadita.
4º Escolar. Nacido en noviembre de 2009, mucho tiempo rascándose en las encinas. Suponemos que por eso se rascaba en los burladeros de salida. Por fin el maestro puso al toro largo ¡pero porque se lo pidió el público! Ovación de gala de unos aficionados con ganas de ver las cosas bien hechas. Nunca salió de Fandiño el hacer bien el primer tercio. Empujó con fe el de Escolar en dos puyazos aunque en el segundo le levantaron el palo.
Y va Fandiño y hace un quite bastante vulgar por chicuelinas que no venía a cuento (único que hizo junto a otro igual de ramplón por navarras). Con la muleta, siguió viviendo fuera de cacho sin ningún pudor ni ligazón. Aburrió al toro y al respetable. Media desprendida, recibiendo un pitonazo en la cara, y seis descabellos.
La tarde iba en barrena pero Victorino podía salvarla. El público ovacionó con gran cariño al diestro mientras esperaba al albaserrada.
5º Victorino Martín. Blandito de remos pero impecable de trapío, las fotos previas no le hacían ningún honor. Pero Fandiño dejó que su subalterno Lara pusiese al pobre 'Garduño' bajo el peto para que Agudo le diese cera a base de bien. Derribó sin demasiado mérito y en la segunda entrada el picador barrenó a gusto. El toro salió arrastrando una pata y fue al corral. Ya no había opción a que Victorino salvase nada.
Sobrero: Adolfo Martín. Escurrido, se tapaba por la cara. Un primer puyazo empujando con brío y un segundo que le cayó en el lomo. El inicio de faena fue pésimo. Ya se veía que Fandiño estaba desquiciado. Los mantazos que perpetró enfadaron al toro y a los presentes. Siguió fuera de cacho, como todo el día, pero le recetó la única estocada decente que nos ofreció (precedida de dos pinchazos).
La tarde ya no la arreglaba ni MacArthur. Pero aún recibió palmas el de Orduña a la espera de que saliese el de Palha.
6º Palha. Pero el diestro iba ya a la deriva a pesar de una larga de rodillas que dio en tablas. Se desentendió del primer tercio con el toro que mejor luchó en varas: tres entradas yendo alegre al caballo. Cuando cogió la muleta, la cabeza de Fandiño estaba ya muy lejos de allí. El inicio de faena fue nuevamente lamentable y el toro se refugió en tablas. En ese instante, Fandiño presentó la dimisión, que el público no aceptó y, por fin, protestó ruidosamente.
Y el torero hizo un gesto feo con los brazos como diciendo '¿qué queréis que haga?'. Menos mal que no salió con lo de '¡baja tú!'. Dos pinchazos cuarteando penosamente dieron la puntilla a una tarde aciaga.
Ojo que nosotros no tapamos un ganado que dejó muchísimo que desear. Pero el mayor porcentaje en el fracaso se lo apuntamos al torero vasco. No le perdonamos su mala lidia, su poco interés en el primer tercio, su toreo siempre al hilo del pitón, su permanente situación fuera de cacho y su desgana cuando vio que la tarde se le iba.
Al final, se retiró entre almohadillas con la sorprendente división del público de Las Ventas donde se rivalizaba a ver quién se imponía si los que aplaudían o los que silbaban. Para que luego digan que en Madrid son duros. No: son unos sentimentales. Pero nunca un torero dilapidó tanto cariño como el que se le brindó a Fandiño la tarde del Domingo de Ramos. Una lástima.
Saludos cordiales de Tarragona. Rafa.
Con tiempo a ver si les ponemos algunas fotos del acontecimiento, aunque no sé si vale la pena...
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Foto: Javier Arroyo para Aplausos |