¿Se fijaron ustedes en
las muletas tan descomunales que utilizaron los tres diestros ayer? El
malogrado Vidal, que se quejaba del capote de Ojeda ¿qué hubiera dicho al ver
unos avíos tan desproporcionados? Quizá los protagonistas buscaban una defensa pensando que iban a
salir alimañas de Albaserrada pero esas alimañas han quedado sólo para los
libros de historia.
Hubo una buena noticia,
por fin tres varas a algún toro. Seguramente hay que agradecérselo a Rafaelillo
quien, recordemos, en tiempos no muy lejanos, mataba sus toros en el caballo. Hemos loado
otras veces su calidad como estoqueador (recuerden aquí). Con los adolfos, la segunda estocada
es fea, a capón. La primera empieza bien, perfilándose sin echar el brazo por
delante:
Pero luego pega un giro
habilidoso con la muñeca en el momento del embroque para tapar la cara al toro.
Muy mal. Véanlo en el 1’00’’ de este vídeo.
Por otro lado, Rafaelillo
volvió a las andadas pasándose los toros bastante lejos. Lo hace en los dos que
toreó pero especialmente en el segundo, un toro que no embestía sino que topaba.
Véanlo por un lado:
Y por el otro -con su descomunal muleta-:
Castella dio un recital
de su destoreo habitual, el mismo de todas las figuras. La pregunta es ¿por qué
a él el público se lo recrimina y a otros no? Manías curiosas e injustificables
del peculiar público madrileño. Observen, destoreo por todas partes (en el
vídeo, a partir del 1’30’’ en su primero y del 4’15’’ en su segundo):
Otra muleta que le habrán construido en algún astillero coreano:
Y fíjense en la embestida
de los dos adolfos que le tocaron en suerte. Es de siesta pero con pijama y
orinal. Como para comerse diez kilos de pipas. Advertimos de que en
la estocada a su segundo no tira la muleta sino que se la pisa el toro. Pero su destoreo, ahí queda:
Escribano hace mal en
prodigar algo tan arriesgado como la larga a porta gayola. En el primero aguanta
con valor supremo la ‘paradinha’ del toro (2’22’’):
Y se levanta con
problemas, un poco trompicado, pero el toro ¡se queda parado! Gran demostración
de codicia y de raza de salida ¿no creen?
Pone un buen par de poder
a poder en el 2’36’’. En la muleta, ningún interés, otro adolfo distraído y soso.
Y en el segundo pone ese par por dentro que es de mucho mérito pero que queda
deslucido por la actitud de su subalterno echando el capote casi antes de que
clave (hizo lo mismo con ‘Cobradiezmos’):
Destoreo típico suyo con otra muleta XXL:
Y media estocada absolutamente horrible echando el brazo por delante y cayendo
atravesada en el lomo. Un despropósito total.
Algunos descubren ahora que los toros de Adolfo Martín cada vez son más 'comerciales'. Bienvenidos al club. Nosotros hace tiempo que lo venimos diciendo desde aquí con la excepción del gran 'Monerías' de Céret hace dos años (pulsen aquí para lo bueno y aquí para lo malo).