martes, 31 de mayo de 2022

FERIA DE SAN ISIDRO, 2022 (19). SAMUEL: COMO QUITAR UN CARAMELO A UN NIÑO

No teníamos ninguna esperanza en el ganado de esta tarde pero nos llevó la contraria un amigo lector. Se apostó con nosotros una ronda en Vic-Fezensac a que la corrida no sería tan decepcionante como nosotros preveíamos. Pues ya nos estamos pensando en si la ronda que nos pagará será de ostras con vino blanco o de gambas.

La corrida se esperaba con expectación. Vino sin cinqueños y marcada con los dos hierros. Nos hemos acostumbrado ya a esos toros de Madrid con tanta cara que vuelve Samuel después de casi diez años y resulta que sus impresionantes pitones ya no impresionan tanto. Bueno, excepto los del cuarto, claro:



Ya saben que en nuestra opinión, esa arboladura afea el trapío que, por definición, debería ser armonía. Corrida decepcionante, con toros mostrando su casta con cuentagotas... algunos porque otros, ni eso. Un par empujaron en el primer puyazo, especialmente el quinto, y el cuarto nos regaló una bella muerte, eso es todo. Pare usted de contar pero cuente, eso sí, con la comprensión que tuvo el público madrileño hacia esta divisa histórica.


ROBLEÑO. Su primero era un castaño aleonado, chorreado y badanudo con seriedad por arrobas. Ahí lo tienen gracias al maestro Moore:


Intentó saltar dos veces la barrera, cosa a la que ya no estamos acostumbrados:


En el caballo se deja sin más, saliendo suelto y yéndose al suelo. Nos extrañó que Robleño no quisiese cambiar de ganadería sacando el sobrero ya que la orden a César del Puerto fue echar el capote arriba.

El toro pasaba porque no tenía otra cosa mejor que hacer pero el trasteo no ofreció ningún interés, con Robleño llevándolo a media altura para evitar el derrumbe. La muleta es XXL:


Ya ven que el maestro llevaba un vestido como el de la primera vez que toreó en su vida: fue una novillada en la cárcel de Carabanchel en 1994. Aquel terno era ese mismo verde pero con cabos negros. Pinchazo y esta estocada arriba con cinco descabellos para acabar por fin con el aburrimiento:


Su segundo era negro listón, badanudo y con más madera que el San Juan Nepomuceno:


Fíjense en la imagen: caballo y caballero sumarían 900 kilos y allí fue el toro a estrellarse sin otro futuro que no fuese recibir una lanzada trasera:


El toro topaba más que embestía y Robleño se dedicó a arrancarle pases cuando lo que se terciaba era un aliño y arrancarle la vida:


Tenía un papelón para salvar el fielato del pitón derecho del toro, vean:


Pues tuvo suerte de cazarlo dejando esta casi entera desprendida, aguantando y perdiendo la muleta, pero de la que el toro salió muerto:



Su bella muerte fue lo mejor del encierro de Samuel.

MORENITO. Su primero era negro zaíno, acapachado, cornidelantero y cornalón, protestado de salida creemos que por renquear de atrás:


Efectivamente, vio el verde tras el caballo, de manera inexplicable y me voy a callar porque soy amigo de la cuadrilla y del torero (sic, el ganadero). Salió el sobrero de José Cruz, quien cambió ya hace años los patasblancas que gustaban a su padre por Daniel Ruiz. El toro era otro negro zaíno cortito de cuello:


Lo recibió con verónicas todas de paso atrás y una media muchísimo peor de las que acostumbra, que son muy buenas:


No quiso pelear en el primero pero en el segundo se vino de largo y medio cumplió. Como en banderillas le dio por imitar a Zatopek, Fernando Sánchez no pudo lucirse como acostumbra.

Morenito brindó al rey Juan Carlos y se puso en el platillo para intentar que el toro se centrase y dejase de corretear. El problema fue que se dedicó a echar la pierna atrás con avaricia, observen:


Sólo la adelantaba cuando escuchaba el grito de ¡hay que cruzarse!, lo cual dice muy poco en su favor. Incluso alguna vez iba a ligar escondiendo la pierna y se acordaba de que eso es y será siempre un adulterio taurino y entonces la adelantaba para evitar la protesta. Pero porque estamos en Madrid, ¿eh? Para que se den cuenta todos los críticos paniaguados de que los toreros saben perfectamente la diferencia entre torear bien y mal. Dejó algún pase pinturero marca de la casa pero en conjunto nos defraudó, especialmente en unos naturales sucios cuando el toro estaba ya entregado.

Estocada desprendida tapando la cara y estirando el brazo que basta:



El quinto pesaba 629 kilos, negro mulato y bragado. Era largo como un día sin pan:


Demostró tener malas pulgas de salida. Hirió al caballo en la mano derecha empujando de bravo en el primer puyazo y por eso tuvo que vérselas en el segundo contra el monstruo tordo. Vuelve a empujar pero cabeceando y se aprecia claramente la orden que da el diestro de pegarle. Era otro toro para haberlo visto en una tercera entrada de largo pero no se olviden de que estamos en la primera plaza del mundo, donde se roba la suerte de varas cada tarde:


Morenito pegó pases con voluntad. El animal sacó cierto geniecillo al final de la faena. Moreno vio que eso podía gustar al público e insistió más de la cuenta.


Estocada corta que escupe y entera caída buscando los blandos porque iba a caer el segundo aviso. Y cayó porque Sánchez marró, levantó el toro y el diestro tuvo que descabellar con urgencia:



CASTAÑO. Confirmaba la alternativa. Su primero pesó 603 kilos y se llamaba Peinanovias. Era negro zaíno, corniapretado y un poco bizco del izquierdo:


Tomaba el capote al paso y pegando la cabezada. Cobró muy trasero en dos puyazos en los que imitó a Santillana.

Iba a su aire en el segundo tercio, andando de aquí para allá, esperando y doliéndose de los palos. No auguraba nada bueno como así fue. Por el derecho pasaba dando botes a regañadientes y por el izquierdo ni eso ya que llevaba una guadaña:


Estaba claro que el salmantino tendría que ir con cuidado al entrar a matar porque el toro iba a echar la cara por las nubes. No hacía falta ser adivino:


Pinchazo y estocada caída y delantera muy defectuosa más descabello, con el toro que confirma su mínima raza yendo a morir a chiqueros. Pocos pitos hubo en el arrastre.

El último era un castaño oscuro chorreado en verdugo, cornidelantero y cornalón:


Dos puyazos musicales y suaves sin pelear. Se vio que en cuanto al pitón izquierdo iba rebañando y en cuanto a remos, blandeando. Castaño anduvo acelerado robando pases por aquí y por allá.


Dos pinchazos malos y estocada atravesada que asoma como se ve, más doble descabello. 


Tienen trabajo en El Palomar para intentar arreglar esto y más con la coba que se dio el ganadero al final. Suponemos que hoy los que hablen de la corrida se dividirán entre los que hayan visto lo mismo que nosotros y los que intenten poner algún paño caliente a la histórica vacada.

Lamentamos mucho haber acertado en nuestras negras previsiones pero ganar esa apuesta que comentábamos antes a nuestro amigo lector ha sido como quitar un caramelo a un niño.

Les confesaremos que intentamos sacar otra ronda gratis con otro amigo que ha hecho de veedor para algunas corridas. Cuando le planteamos la apuesta diciendo que lo de Samuel iba a ser un fiasco nos respondió rápido: 'no hay nada que apostar'. A este niño no pudimos quitarle el caramelo...

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.















domingo, 29 de mayo de 2022

FERIA DE SAN ISIDRO, 2022 (18). ALGARRA: NO SE ACLARAN AL ENTRAR A MATAR

Se anunciaban tres toreros a los cuales los toros han hecho mucho daño. Recordemos la grave lesión cervical del onubense, la terrorífica cornada de Santanero I al valenciano y las dos en el muslo del madrileño.



La corrida de Algarra estuvo bien presentada. Vimos un toro empujando en el caballo con ganas, otro bravucón y con temperamento en la muleta, uno desorejable y tres claramente deslucidos. En general, tuvo cierto interés para lo que estamos acostumbrados en esta interminable isidrada.




ROMÁN. Su primero era un toro negro mate con la encornadura modélica de lo que se busca hoy en día, o sea, con perfil, ofensivo, con las puntas hacia arriba pero con la condición de que nunca abran demasiado. El maestro Moore adivinó desde su localidad que íbamos a comentar eso o simplemente pensó lo mismo que nosotros sobre esos pitones de diseño, observen su instantánea:



El toro venía bien picadito del campo. Derribó espectacularmente en el primero y se enceló en el caballo pero no por su mucha fuerza sino porque lo cogió del pecho. La prueba es que Román había visto que el toro iba justito y en el segundo no permitió que el picador apretase nada.



Brindó recordando la cornada del toro de Baltasar Ibán que provocó nuestro homenaje al maestro en esta entrada.

Tuvo mérito que se pusiera a torear al natural de inicio dando distancia al toro. Eso es todo lo contrario a la faena hotelera. Con la derecha no dejó que el toro le tocase la tela pero encorvó demasiado la figura.



El toro no se le paró porque apenas había recibido castigo y eso es mérito del maestro ya que hemos visto a otros colegas de postín que han machacado los toros en el peto y luego a quejarse de que no bufan:



Final con bernadinas antes de esta entera trasera perdiendo la muleta por no liarla bien y entrando a la velocidad de una centella. Esa velocidad tiene que corregirla con urgencia. Observen que no es de los que pega el telonazo:



Tras un descabello no hay queja por nuestra parte de lo realizado por el maestro en este primer toro como no sean los defectos apuntados en la estocada. De eso a pedir la oreja media un abismo. Pero, ¡ay!, estamos en el pueblo de Madrid y la oreja cayó. El clima festivo siguió con una ovación exagerada al toro en el arrastre.

Su segundo era un castaño lavado de cara, bocidorado, de mazorca gruesa:



Tuvo un susto cuando rodilla en tierra el toro le arrancó el capote:



Mal el diestro sin saber poner el toro bien en suerte para pedir rápidamente a Espartaco que levantase el palo. Bien Chacón con los palos aunque no pudo salir andando como quisiera en su pique con Sánchez porque el castaño hizo hilo.

El toro se empleaba con violencia pegando tarascadas. No se acobardó el diestro porque no ha nacido el toro que lo amilane pero faltó mando en su muñeca. Se vio en que el de Algarra fue a su aire desde el principio.

El toro terminó desarmándolo e hiriéndolo en el gemelo para demostrarle que como máximo pidiese tablas pero que ni de broma le había ganado la batalla:



Comparen la imagen anterior con la cornada que le pegó el de Ibán en la foto del amigo escocés Sean Boyle. Es la misma pierna y ambos toros con la lengua afuera, como burlándose:



Se equivoca en la suerte contraria pero consigue evitar el hachazo dando un pequeño salto al cruzar. Observen que el toro pego el cabezazo hacia su terreno natural. Estaba paralelo a la raya y se giró de esa manera:



A punto estuvo de sufrir un percance gordo pero el tal Peletero tuvo que tragarse la casi entera arriba que lo mando al otro barrio:



De nuevo hubo petición y el presidente Sanjuán aguantó el chaparrón para no tener que abrir la puerta grande. Román dio la vuelta al ruedo cojeando y pasó a la enfermería. Tenía una cornada de 15 centímetros.


CABALLERO. Su primero era un toro serio y hondo sin llevar excesiva leña ni falta que hace. Quizá por ello se oyeron unas protestas. No era facado sino que es una mancha parece que de cal o de pintura:



Cogió a Caballero en el tercer lance cuando alargó demasiado el capote y el toro lo vio:



No lo caló pero le pegó una paliza en la barrera:



Empuja de bravo en el primero y se queda encelado en el peto. En el segundo ya se afligió pero seguro que en un tercero para señalar se hubiera vuelto a arrancar de largo. Es una vergüenza que en la que dicen es la primera plaza del mundo, el tercer puyazo sea una auténtica quimera:



Quite del onubense, que es muy bueno a la verónica pero no hay forma de que dé una. Prefiere las chicuelinas y los delantales, lo cual es una pena. Excelente par de Fernando Sánchez, cada día con más chulería y siempre sin saltar, ¡como debe ser!



El toro llevaba ya un buen tute y era de tres tandas buenas y una estocada bien ejecutada. Eso hubiera valido una oreja de ley. Pero Caballero sacó la faena del hotel, empezó a pegar pases y aburrió al toro casi tanto como a nosotros:



Acierta al insistir en armarse en la suerte natural pero como el toro se descuadraba, cambia erróneamente a la contraria y las ganas que tenía de salirse de la suerte al saber que se estaba equivocando hicieron que dejase la espada enhebrada.

Volvió a entrar en la natural y aquí el toro sí lo ayudó y se quedó con esta entera arriba más descabello:



El quinto era un toro negro, bajo y bien encornado, que apareció en el ruedo papando moscas:



El pobre animal recibió dos varas asesinas en el lomo. Quizá su acceso sigiloso al recinto era porque se veía venir esta carnicería. A veces pensamos que demasiado aguantan hoy los toros con estas lanzadas tan criminales:



Esta vez Sánchez se alivió un poco y perdió la partida con Ruiz. Ahí los tienen por ese orden:




El toro era un poco reservón y tenía cierto geniecillo, o sea, el tipo de animal que le va a Caballero. Pero lo vimos ubicándose en la pala sin decidirse a dar el paso adelante. Al natural buscó cruzarse pero luego citaba con la muleta retrasada y picando, pasándose el toro bastante lejos. Ya ven que no todo es cruzarse:



Acierta en la suerte natural, que como su nombre indica es la natural para la mayoría de toros, y pincha por entrar sin fe. Cambia a la suerte contraria y vuelve a pinchar perdiendo la muleta. En la contraria de nuevo, el toro no le deja pasar porque se le abre hacia su querencia natural  y cae otro pinchazo que escupe, con aviso. Descabello y la confirmación de que Caballero sigue sin aclararse en la suerte suprema.



DE MIRANDA. Su primero era un castaño carinegro y bocidorado sólo por abajo, además de listón, bragado, meano y axiblanco:



Por fin vimos a De Miranda estirarse a la verónica como sabe:



No pelea en varas levantando la cabeza para quitarse el palo y saliendo de naja. Román hizo un quite de frente por detrás mucho más templado, y además toreando, que el de Téllez el día anterior pero éste fue recibido con cuatro palmitas. Hoy no estaban ni Urdiales ni Talavante para fastidiarlos.

Celeste imperio donde el toro se le vino pero en cuanto lo obligó por abajo besó la arena. De Miranda corrió la mano con gusto pero su enemigo no tenía categoría. 



Llegó a hacer una arrucina en la que el toro se le quedó ahí debajo y no hizo por él al estar ya completamente ahogado. Se puso un poco pesado antes de un pinchazo y esta media lagartijera, siempre pegando el telonazo:



El último era un negro listón, bragado, meano y axiblanco, musculoso y muy correcto de trapío en nuestra opinión:



Verónicas esta vez de trámite y en el caballo, un nuevo desastre: primero un puyazo caído y luego otro contrario.

Por lesión de su compañero, Fernando Sánchez puso un par con el que se quitó la espina del anterior:



El toro mansurroneaba y se defendía pero si se lo llevaba con una mezcla de suavidad y firmeza, tragaba sin protestar. El problema era su poco fuelle, con lo cual la faena se diluyó como un azucarillo mientras De Miranda lamentaba su mala suerte en el sorteo.



Nos castigó volviendo a alargar una faena que ya no había por dónde cogerla. Pinchazo y rinconera estirando el brazo y tapando la cara. Saltó la sorpresa cuando Fernando Sánchez atronó al toro al tercer intento y no a la primera como es habitual en él:



Ya ven que la corrida no fue como para tirar cohetes pero hubo dos cogidas, un toro en la muleta que quizá ha sido el más encastado de la feria hasta ahora y otro más interesante en el caballo, que seguro que hubiera lucido en una tercera entrada.

Ah, y el festejo fue la enésima confirmación de que los maestros no se aclaran entre la suerte natural y la contraria. Ni éstos de hoy ni casi ninguno. Sólo miran la ridiculez de las patas cuadradas cuando lo otro es muchísimo más importante. Recuerden lo que explicábamos aquí. 

Si hay algún selecto lector que sea amigo de alguno de los tres matadores de esta corrida, les envía esa entrada. 

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.