martes, 30 de agosto de 2022

¿QUÉ HIZO MAL DIOSLEGUARDE?

Nada. Lo hizo todo perfecto salvo que no hemos visto la lidia completa de ese toro y no sabemos si la suerte natural era la correcta. No obstante, es la apropiada para más del 75% de los toros, o sea que le otorgaremos el beneficio de la duda. Además, el de Cebada no se vence descaradamente, lo cual nos reafirma en que debió de escoger bien.

Diosleguarde nos llamó la atención de novillero por su excelente forma de entrar a matar. Lo comentábamos en aquella novillada de Algemesí que pueden recordar aquí. Precisamente en ese festejo de hace tres años mató magníficamente dos cebaditas. 

Observen la estocada que pegó al primero. El palillo apunta al morro sin pegar el telonazo. Ahí el toro te ve, no como cuando vas con el delantal a cegarlo. Después la mano clava cerca del pecho y de la cabeza, no con el brazo elástico:



Y vean la segunda porque quizá nos da la clave de lo que ocurrió en Cuéllar. De nuevo no ha tapado tramposamente la cara del toro. Otra vez clava con la cabeza al lado del morrillo, sin alargar el brazo para pegar la puñalada ni dar ningún salto circense y grotesco:



Pero fíjense en ese pitón derecho del toro. Como no se escupe de la suerte, salvará la cornada por centímetros. ¿Por qué la mayoría de toreros se salen de la suerte al matar? Está claro, ¿no? Un movimiento inesperado de la res hacia afuera, aun escogiendo bien la suerte, puede hacer que tras una estocada tan excelentemente ejecutada como ésta acabes en el hospital.

En Madrid no mató bien en su última tarde allí como novillero pero en Cuéllar volvió a matar un toro con toda la dignidad que merece este animal. A Gallito lo golpeó un murube en el pecho en Bilbao en 1914 y el Nene decía después:

'me cogió porque entré muy despacio a matar; quise recrearme porque quería matar ese animal como de verdad se merecía'

La mala suerte se cebó en Diosleguarde porque ese pitón que en Algemesí pasó rozando su pierna, en Cuéllar se hundió en su muslo.

Veamos la secuencia que tienen completa pulsando aquí. Se perfila a la distancia correcta, no como cuando Damián Castaño o López Simón se colocan a ocho metros. Jaime Ostos aún le diría que se pusiera más cerca, que casi puedas tocar con la punta del estaquillador el morro del toro:



Avanza sin intención de pegar el telonazo. Tampoco lleva el brazo estirado para pegar la puñalada ni va con la mano por las nubes. 



No tiene nada que ver esa admirable forma de avanzar con lo que vemos más abajo y que ponemos para comparar. Gloria para quien la merece y miseria para los tramposos (por orden, Juli, Rufo, Marín y Urdiales):






Ha descubierto perfectamente la muerte del toro con el toque de su mano izquierda. No ha puesto el palillo horizontal y viene despacio, dejándose ver, como decía Gallito, arrastrando los pies:



No mira los pitones y clava dando salida al toro sin cegarlo:



Pero ese pitón derecho le engancha por el muslo también derecho. Es la cornada de Manolete justo el mismo día en que se cumplían los setenta y cinco años de Islero



En Algemesí el cuerno le pasó rozando pero aquí Dios quiso que sufriese el navajazo. Lo lógico al matar es que si resultas prendido sea en tu pierna derecha, no en la izquierda de manera demencial, recuerden a Gonzalo Caballero, como comentábamos aquí. El toro lo ha calado y lo levanta del suelo:



Le da la vuelta en el aire con el pitón asesino como eje:



Lo pone cabeza abajo y da la impresión de que ahí va a acabar todo:



Pero no. Pega otro gañafón y ahonda en la herida. Fue en el triángulo de Scarpa afectándole safena y femoral (sufrirá una operación de seis horas tras la vital y decisiva atención que recibió en la enfermería de la plaza, pulsen aquí):



Con el cornalón, pasa desapercibido que cae en malísima posición como ven. Y con el cuerno todavía clavado:



Ojo porque el toro va ciego y no lo deja sino que pega su tercer tornillazo:



Por fin lo suelta y el maestro se da cuenta perfectamente del destrozo:



Volvemos al titular: ¿qué ha hecho mal? Pues nada, insistimos. Igual que tampoco se quiso aliviar Manuel Perera en Vistalegre y salió corneado en el vientre (recuerden aquí). 

Lo que ha pasado con Diosleguarde es que ha ejecutado la suerte suprema al encuentro de la manera que JAMÁS han realizado ni Juli, ni Manzanares, ni Perera, ni López Simón, ni Rufo, ni Luque, ni San Pedro Bendito que baje del cielo. Y sumen ustedes todas las puertas grandes que tengan los citados, nos da igual.

No es lo mismo la trampa y el alivio que la verdad y la hondura. En nuestro modesto blog nos esforzamos por destacar las estocadas que se ejecutan con pureza porque suponen jugarse la vida auténticamente. Diosleguarde se la jugó. Los otros...

Pero ¿quién más valora esto? Escuchábamos en dos corridas de Bilbao que tanto Muñoz como Dávila alababan 'ese buen toque abajo que ha dado con la mano izquierda al entrar a matar'. Y se referían a sendos telonazos vulgares y tramposos de Juli y de Rufo. ¿Qué va a pensar el televidente?

Nos imaginamos a los banderilleros resabiados que rodean a los toreros jóvenes y a los novilleros. Les enseñarán el vídeo de la cornada de Diosleguarde y les dirán:

'¿Has visto? No tapa la cara del toro sino que quiere matarlo como Dios manda y ya ves dónde ha acabado. A ti ni se te ocurra tirarte con el palillo apuntando al morro. Tú, como El Juli, Manzanares y Perera: pegas el telonazo y te sales de la suerte, ¿has entendido? Estos tres llevan toda la vida pegando puñaladas así y están ricos. Total, nadie te va a valorar si lo haces bien y hay muchísimo más riesgo. Esos tienen su finca. Pues tú, como ellos... Espera, que te vuelvo a poner la cornada de Diosleguarde...¡métetela en la cabeza!'

Y en ésas estamos. Si por lo menos hubiera algún crítico paniaguado que nos secundase en nuestra cruzada... Pero alabar al pobre Diosleguarde supondría censurar agriamente a los demás tramposos, como hacemos nosotros en esta entrada que leerán cuatro. Dado que los paniaguados viven de esto, deben ir con pies de plomo y no molestar. Nadie enseña al aficionado a saber apreciar la gran diferencia entre la verdad y la mentira en el toreo.

Y mientras tanto, tenemos al novillero salmantino en el lecho del dolor por querer comportarse como un verdadero matador y no como un vulgar y grosero asesino de toros.

Aunque no le servirá de mucho porque ni llegará a leer esto, vaya desde aquí todo nuestro respeto por él.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

lunes, 29 de agosto de 2022

FERIA DE BILBAO, 2022 (y 5): MIURA: ¿QUÉ APUNTABA 'TOTO'?

Estaba su mayoral Antonio en el callejón y él en el tendido. Lo enfocaron varias veces y no paraba de apuntar. ¿Qué diablos apuntaría? Lo decimos porque la corrida no dio para escribir gran cosa sobre ella. Fue, como dicen en la casa, una más, sin pena ni gloria, ni chicha ni limoná.



Hombre, esto, dicho así, se puede aplicar a otras muchas corridas. Ya, pero es que los toros de Miura son mucho más caros que los demás y uno espera de ellos un festival de emociones que en Bilbao fueron menos que las del Festival de Eurovisión.



El tonelaje ha ido aumentando respecto al inicio de temporada. En Sevilla dieron una media de 552 kilos. En Pamplona, 566. En Dax, 592 y aquí, en Bilbao, 618. 

Hablamos de las plazas importantes porque en otras de inferior categoría como la de Linares, donde a la misma hora Morante toreaba miuras, hubo sus problemillas en el reconocimiento. Fueron solventados rápidamente por el presidente como se puede leer en las dos últimas líneas en negrita:


 

El reclamo de la celebérrima vacada de Miura quedó en una pobre entrada que a simple vista apenas llegaba al tercio de plaza. Aquí sólo llena Roca, ya lo saben.


CHAVES. Su primero venía como negro entrepelado pero a nosotros nos pareció un cárdeno oscuro además de cornialto:



Pelea muy vulgar en el caballo mientras el carnicero de turno le clavaba vilmente en el espinazo.

El toro topaba y llevaba la cabeza bailando de un lado a otro pero sosamente, con lo cual la faena languideció sin que el diestro tuviese culpa. Sí que tuvo culpa en ponerse bastante pesado porfiando.



Pinchazo, estocada corta y otra casi entera pasada, sin puntilla pero entrando de esta guisa:



¿Se han fijado en la sangría que le hizo el matarife del castoreño? Le caía más por detrás del brazuelo que por delante.

Su segundo era un castaño carinegro al que recibió Chaves con dos largas afaroladas en tablas de rodillas que remató con esta larga:



Pelea musical y repuchándose del toro. En el segundo tercio demostró que tenía algo de guasa aderezada con su poca fuerza. Eso hacía que se defendiera pero sin dar problemas a uno como Chaves, a quien este tipo de toros no cogerán nunca:



Con habilidad alargó el brazo para dejar esta estocada honda y no corta como insistió por dos veces con contumacia el maestro Muñoz:



El toro se puso duro para morir. El diestro volvió a entrar con pinchazo sin soltar y entera contraria, recibiendo un golpe en el pecho. Hubo una bella muerte del toro en el tercio, lo único bueno que hizo.


ESCRIBANO. El maestro siempre dedica un buen rato a rezar ante la imagen que lleva en el forro de la montera:



Recibió a su primero a porta gayola y fue muy aplaudido por su acto, cosa que nos parece muy bien porque ya saben que tenemos debilidad hacia el supremo gesto de valor que supone ese lance (recuerden lo que decíamos aquí):



Era un toro negro bragado, meano, axiblanco, jirón, cornialto, bizco del izquierdo y cariavacado. Arrastraba los cuartos traseros de salida:



Se derrumbó en el primer puyazo al estilo de aquellos miuras de Castellón que comentábamos aquí. La suerte de varas fue una triste bromita. No nos pareció bien que Fortes hiciese un quite rematado con una media que envió al toro al suelo de cuatro patas. Esa media se la pegas a tu toro, no al de un compañero cuando apenas se sostenía en pie. Cuando se derrumbó de nuevo, ya con tres palos, Matías enseñó el verde.

El sobrero de La Palmosilla era colorado ojo de perdiz, gordo, cornigacho, y astifino. Pesaba 601 kilos de los que le sobraban cuarenta:



Por el pitón izquierdo tomó el capote de cine. Peña le clavó caído y en el lomo y el toro empujó pero con el palo levantado. Muy bien Escribano colocando al toro largo en el segundo y muy mal Peña de nuevo, que demostró su gran puntería volviendo a clavar en el mismo sitio infame. Y todavía le tocaron palmas cuando se retiraba... Observen porque en la imagen se ve el segundo puyazo, que ha clavado en el mismo lugar nefasto que el primero. La sangre, una vez más, por detrás del brazuelo:



Fortes aprendió la lección e hizo un quite de frente por detrás bastante enganchado pero rematado con una revolera y no con una media.

Dos chicharrinas de inicio y rápidamente la faena hotelera porque Escribano ignoró ese excelente pitón izquierdo que había mostrado el toro de salida. Nos daba pena ver cómo el toro iba perdiendo fuelle y el maestro seguía aburriéndonos con una fritura de derechazos culminada con un desarme.

Observen lo que decimos en uno de los seis únicos naturales que pegó cuando el toro estaba ya sin fuelle:



Era un animal de doce naturales buenos dados desde el principio y oreja. Pero con los bueyes de Escribano tuvimos que arar quizá debido a tener lesionada la muñeca de su mano izquierda. Pegó un bajonazo que fue para llevarlo a pasar la noche a Intxaurrondo:



Volvió a porta gayola en el quinto, un toro negro zaíno, de 645 kilos, zancudo y coceador:




Empujó en el primero pero cabeceó y se marchó en el segundo. Ya van viendo que las peleas en el caballo fueron peor que mediocres:



Juan Sierra hizo la mejor brega de toda la tarde. Por el derecho se tragaba los muletazos sin novedad pero por el izquierdo se quejaba aunque todo sin ninguna maldad.



Duró menos que un caramelo a la puerta de un colegio y Escribano terminó con él metiendo la mano sin importarle que los pitones casi le acariciasen las mejillas.

 

FORTES. Su primero era un Galleguito de 612 kilos que se llamaba Taponero. Colorado ojo de perdiz, bragado, meano y ligeramente carinevado. Seguimos sin saber qué es eso de bociclaro que han puesto en la feria calificando varios toros:



Recibió una carioca repugnante de Antoñito Muñoz. Lo puso largo Fortes en el segundo y el toro se vino al trote para cobrar en el espinazo. Fue un tercio de varas de auténtica pesadilla:



Teníamos la mosca tras la oreja porque una banderilla había caído en el costillar y eso ya saben que genera comportamientos extraños en muchos toros.


Era otro toro topón pero tenía nobleza y obediencia al cite. Observen la inconsciencia del maestro al citar al natural con la muleta totalmente retrasada y dejándose ver, de tal manera que el toro se vino a por él y tuvo suerte de zafarse. Al estar de perfil se pudo apartar con rapidez. Si llega a colocarse como Dios manda, enseñando el muslo, no le da tiempo y lo pasea por la atmósfera sin duda:



Continuó su temeridad haciendo el péndulo en el morro como si estuviese ante una cabra en vez de ante un miura. Por fin lo liquidó con esta estocada caída y atravesada perdiendo la muleta más tres descabellos. Se equivocó entrando en la suerte contraria y el toro lo apuró como ven aquí:



El último se llamaba Erizo y era cárdeno oscuro, ojalado, degollado, cornialto, cornilevantado y con ojos saltones. Tenía cara de toro de Goya:



Muy mala pelea del toro en el caballo mientras el carnicero le daba al túrmix con total desvergüenza. Además, en dos entradas le hizo cuatro agujeros. No hay derecho a esto, señores, cada tarde igual.

Se venía rebrincado y con la cara alta a la muleta de Fortes pero sin pegar tornillazos peligrosos. El problema es que empezó a soplar el aire y. al dejarlo pensar, se puso farruco.



Afortunadamente el maestro entró en razón y no exhibió sus temeridades habituales sino que le anduvo por la cara antes de meterle con habilidad la espada, que fue entera un poco pasada y perpendicular como ven, más descabello:



Ahí terminó lo que se daba. Una miurada no sabemos si descafeinada, insulsa o anodina. Lo que ustedes quieran pero siempre en una línea gris y aburrida. 

Por eso, ¿qué debía de apuntar el ganadero de esta corrida tan sosaina? Ni idea.

Nuestra intuición es que en Pamplona los ganaderos se olvidaron de la elefantiasis tradicional en esa plaza para mirar reatas y que saliera a Ferrera algún toro que se prestase al lucimiento. Al final se lo llevaron en hombros, que es de lo que se trataba. ¿Qué hubiera hecho frente a los que se vieron en Dax y que dicen que eran los de Iruña? O ¿qué habría hecho frente a éstos de Bilbao?

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.















sábado, 27 de agosto de 2022

FERIA DE BILBAO, 2022 (5).EL PUERTO: UREÑA ESTUVO A LA ALTURA

En una temporada difícil para él, Ureña plantó cara a un toro fiero. Eso de que salga un toro fiero en pleno siglo XXI es rarísimo pero aquí el suyo quedó sin picar, sacó mala uva y vendió cara su vida.



Talavante sustituía al lesionado Roca y llegó tarde a la plaza, según la empresa por motivos de transporte. Daremos la razón al maestro Muñoz cuando afirmó que es intolerable que un torero llegue tarde a una corrida por el respeto que se debe al público. 

Por un momento pensamos que se haría el paseíllo sin él con lo cual nos hubiéramos ahorrado ver a uno de los toreros que atraviesa la plaza más desgarbado y caminando con menos torería de todos los que hemos visto.



Quedó claro lo que decíamos ayer y es que no hay ningún torero fuera del peruano Roca que consiga a día de hoy llenar una plaza porque ni la dupla Morante-Talavante lo logró.

La corrida dio una media de casi 590 kilos. En el caballo, poca cosa y en la muleta, que cada uno de ustedes se quede con lo que prefiera según su visión de la fiesta: o la fiereza del citado tercero o la calidad del sexto. Nuestra elección está clarísima.




MORANTE. Su primero era un toro hondo de 610 kilos, con trapío y sin cara exagerada:



Morante se reía en el recibo capotero al ver la poca fuerza de su enemigo:


Cruz le pegó como acostumbra, o sea, en el lomo mientras el toro empujaba lo reglamentario. Parece mentira que Morante salga con quejas sobre zarandajas como el nivel del ruedo y en cambio le dé igual que sus picadores descompongan sus toros con esas lanzadas traseras que suelen pegar. Vean:



El toro tenía poca fuerza como decíamos y por eso su calamocheo no molestó en exceso al maestro, que se echó la muleta a la izquierda de inicio.

Tras la primera tanda el toro se paró y empezó a recular. Con buen criterio Morante lo cerró en tablas y consiguió que repitiera un poco a base de gritos y de pico:



Casi entera pasada alargando el brazo con habilidad y monumental sorpresa cuando el toro se va a morir a los medios aunque luego la cuadrilla se lo llevó a tablas para que doblase.



Su segundo era un colorado oscuro, ojo de perdiz, acarnerado, carifosco y listón:



No sabemos qué es lo que no gustó al maestro de salida pero el caso es que recibió al toro con siete lances levantando los brazos como en la época de Bombita:



El toro metía la cara bien y no entendía ese trato, o maltrato, del gran maestro. Sin ser nada del otro mundo, el toro empujó medio bien en el caballo a pesar de que le taparon la salida.

Insistió con la muleta en dar salida al toro por arriba ya que de los diez pases de inicio en ocho obligó al animal a levantar la cara. Luego toreó poco rato a media altura cuando el toro no había hecho ningún amago de irse al suelo.

Es de esas veces en que uno no entiende por qué el maestro dimitió de su labor. Las hechuras del toro eran buenas, los pitones abrochaditos y su fuerza justita pero si desde el principio no paras de obligarlo a desparramar la cabeza por la andanada, al final acaba descomponiéndose. Ya le hemos visto hacer esto en más de una ocasión cuando algún toro no le gusta por razones que escapan a todos menos a él.



Media saliéndose de la suerte y quedando atravesada al puro estilo Curro Romero:



No quiso hacer declaraciones para explicarnos lo inexplicable. Y todavía hubo algunos que le tocaron palmas... Demasiados paños calientes.


TALAVANTE. Su primero era un poco cariavacado y bien encornado. Venía adecuadamente picado del campo:



Por fin vimos un puyazo decente y fue Manuel Cid: sin clavar trasero, sin recargar, sin tapar la salida y dosificando el castigo, ¿tan difícil es? El toro peleó vulgarmente y se fue al suelo al salir:



Murillo ha cogido gusto a banderíillear a toro pasadísimo. Total, arriesgas muchísimo menos, te aplauden en la plaza y te alaban en televisión. Observen:



El extremeño repitió exacto el inicio de faena de Roca por cuentos chinos de ayer combinado con un cambiado por la espalda pero sin mirar al tendido como hizo el peruano.

Agradecemos como siempre un inicio de faena por naturales aunque tenía que llevar la mano a media altura para evitar el derrumbe de su enemigo.



La faena transcurrió en medio de un gran sopor pero terminó con esta sensacional estocada más descabello:



Oreja concedida un poco a regañadientes por el palco. A falta de lo que queda, es la estocada de la feria sin duda alguna.

El quinto era muy serio, con su morrillo prominente y sus 609 kilos:



Recibió dos lanzadas en el lomo de las que salió huyendo con bastante lógica.

El toro era tan noble, pronto y franco que no venían a cuento las abundantes probaturas del maestro. Había que ponerse a torear enseguida para aprovecharlo al máximo. Nos dio la impresión de que el maestro tardó en ver al toro y por eso perdió opciones ya que se fue parando poco a poco.



Esta vez se alivió y alargó el brazo para dejar una entera, atravesada y desprendida. Observen la imagen porque no tiene nada que ver esta estocada con la que pegó a su primer toro donde le iba la oreja:




UREÑA. Su primero era aleonado y bien encornado:



Iturralde le pinchó en el lomo las dos veces y en ambas salió huyendo. Sin castigo, Ureña pidió el cambio y Matías lo concedió porque se repasó ese artículo 70.8 del reglamento vasco que le transcribíamos en nuestra crónica de ayer.

Azuquita tuvo un buen susto cuando nadie le hizo el quite. Se estrelló contra la barrera y se rompió dos costillas. Menos mal que el toro se despistó porque si lo ensarta contra la madera, igual el traje de luces le hubiera servido de mortaja:



Como el toro no estaba picado, Ureña le bajó bien la mano de inicio y luego aguantó sus gañafones con aplomo:



El diestro demostró gran valentía y todo lo que hizo ante este toro con tan mala sombra tuvo mucho interés. Como decíamos en el titular, estuvo a la altura de la fiereza del toro, sin amilanarse e intentando acobardarlo:



No pegó el telonazo sino que descubrió la muerte del toro con ese toque que ven con la mano izquierda, para lo cual hay que tener mucho valor. El problema es su manía de llevar la otra mano por las nubes en lugar de en el pecho:



Pero el toro se la tenía guardada y le pegó un tornillazo que a punto estuvo de herirlo de gravedad en la ingle:



Oreja concedida rápidamente por el palco que nos parece muy justa.

El último pesaba 615 kilos y era cornigacho:



Era flojo de remos y andaba como descoordinado. Parecía tener defectuosa la pezuña de la mano derecha. El primer tercio fue un simulacro.

A pesar de que también estaba poco picado, el toro llevaba el morro por el suelo y no tenía nada de la fiereza del anterior. Ureña pudo estar con él más relajado pero ese relajo también nos afectó a nosotros, que seguíamos la faena con mucho menos interés que la de su primer toro.



Además este sexto fue confirmando aquella debilidad de patas que había mostrado de salida. Conste que el tendido estaba encantado con la faena del maestro. Y los televisivos lo mismo, alabando sin cuento la clase y la calidad del animal. Estocada entera un poco caída. En la imagen se aprecia esa extraña pezuña de la mano derecha:



La oreja fue un poco barata en nuestra opinión.

El ganadero también destacó la clase, el ritmo y la fijeza de este último toro así como las opciones que habían dado los demás excepto el cuarto. Quizá fue un capote que echó a Morante para que se vuelva a apuntar a sus toros.

En televisión loaban la bondad de varios de los toros mientras que a nosotros el recuerdo que nos quedará de la corrida será el de ese tercero con el que Ureña se mostró muy digno. Son las diferentes formas de ver la tauromaquia, no hay por qué discutir. Lo que creemos indiscutible es que Ureña estuvo muy bien con ese toro fiero.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.