FERIA DE SAN ISIDRO, 2024 (8). MIURA: CASTILLA LLEGÓ A TIEMPO:

Hubo dos miuras que hicieron honor a la divisa, los dos de Colombo, especialmente el primero. Los aficionados más jóvenes, acostumbrados al norit actual, debieron de pensar que aquellos eran los marrajos famosos de Miura. Nada de eso. No fueron ni por asomo unos toros asesinos. Los hemos visto mucho peores con este hierro pero en el panorana actual supusieron un poco de aire fresco. El quinto se paseó por el callejón:

RAFAELILLO. Su primero era un cárdeno al que mató alevosa y vilmente en el caballo, como es su costumbre. 

Después se quejaba del pobre toro, ¡hay que ser desahogado! El picador parecía el loco carioco y encima barrenando en el espinazo:

Los comentaristas, callados, faltaría más. Tuvo que ser Eduardito Miura quien al final lo denunciase aunque con la boca pequeña ya que hoy el ganadero es el último mono.

Su segundo era un castaño, listón,  jirón y calzado de pies. 

Nuevo monopuyazo español en el espinazo absolutamente nauseabundo.

Luego el toro se limitó a pasar por ahí doblando las manos. Bueno, pasaba por ahí concretamente a un metro del cuerpo del maestro.

Estocada caída con esta hermosa muerte en los medios:

JUAN DE CASTILLA. Llegó a tiempo de Vic, donde había matado en la matinal un veragua y un domecq. Ahora, dos miuras. Más encastes diferentes en un día que todas nuestras queridas figuras juntas en toda su vida torera.

Su primero era otro bonito castaño, jirón y blandito.

Tenía el trotecillo miureño y en la muleta fue sosainas. Dos pinchazos y estocada baja.

El quinto era un cárdeno carinevado, que saltó dos veces al callejón. 

Repetía y humillaba pero sin celo. Castilla había destoreado por la mañana en Vic siendo jaleado. En Madrid no echó la pierna atrás porque se lo censuraban. ¿Se creen ustedes que ellos no saben cómo hay que hacer las cosas? Se adaptan a la exigencia. Si ésta no existe, se alivian y nos dan gato por liebre.

Desprendida mojándose las uñas y otra muerte en los medios.

COLOMBO. El tercero era un entrepelado salpicado, con un cuello muy largo.

Carioca criminal y abyecta en el primer tercio neutralizando sangrantemente la buena voluntad del toro:

Demostró que si quiere, sabe cuadrar en la cara. Por los pueblos la suele dar con queso dado que lo aplauden igual:

Embestida bronca del miura, queriendo rebañar la muleta pero siempre con fondo de nobleza, yendo donde estaba la tela. 

Colombo anduvo ligero de piernas y valeroso, no le reprocharemos nada. Bueno, sí, una cosa, la bajura de la espada.

El sexto pesó 637 kilos, un castaño oscuro, bragado, meano, listón, bocidorado y sin el hierro abajo de Cabrera. Tenía el cuello de un cisne:

Único que colocaron de largo en el segundo puyazo. ¿Por qué no hacen así con todos? Pues porque les da igual ocho que ochenta:

Como estaba banderilleando muy vulgarmente, quiso poner un cuarto par que le podría haber costado carísimo, vean:

El toro transitaba con la cara alta, pensando entre pases mas sin quedarse debajo ni ser mirón. Fue menos manejable que el tercero pero de ninguna manera un marrajo como decíamos al principio. 

Pinchazo y entera pasada con apuros para salir del embroque:

Aunque no tenga nada que ver con esta corrida les adjuntamos las fotos que nos ha pasado el maestro Moore de la concurso de Vic, cuya crónica tienen pulsando aquí:

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.