No es otro que don José Luis García García, inspector jefe de policía hoy jubilado. Nació en Béjar en 1951 aunque es segoviano de adopción. La afición le viene de su padre, a quien se la transmitió su abuelo. Nos contaba precisamente que su abuelo se iba a caballo desde Béjar hasta Salamanca a ver una corrida de toros. Hablamos de los años de Gallito y Belmonte y el viaje le suponía tres días ya que eran más de ciento cincuenta kilómetros entre ir y volver. Por cierto, la plaza de toros de El Castañar de Béjar es la más antigua de España, de 1711.
Ha presidido corridas desde 1978 y realizado setenta y un cursos de presidentes y delegados taurinos. Por la parte que nos toca, estuvo en 1992 dando uno en Cataluña para los mossos d'esquadra (donde uno de los asistentes le preguntó por el encaste Doménech...). Su tío abuelo, que tenía quince años cuando murió Gallito, le donó el cartel original de Talavera, uno de los 400 de su colección.
El primer festejo al que asistió fue cuando tenía once años: un festival con el rejoneador José Ignacio Sánchez y los diestros Antonio Bienvenida, Gregorio Sánchez, Antoñete y Julio Aparicio en la plaza de Béjar.
Pasamos a transcribir nuestra charla con él a ver si les resulta tan interesante como a nosotros.
- Usted leyó la entrada donde yo criticaba lo de Roca con los tres avisos en Madrid. ¿Está de acuerdo en que el presidente podría haberle llamado la atención al acabar el festejo?
- Yo lo hubiera llamado durante el festejo. Es verdad que ahí hay una laguna legal más que reglamentaria. Pero aún en el artículo 15 de la ley 10/1991 de espectáculos taurinos donde se recogen las infracciones graves hay un apartado donde jurídicamente se pudiera hilar como infracción grave la actuación manifiestamente antirreglamentaria de los profesionales. A pesar de que con el descabello, cuando habla el reglamento de él, no figura como una labor imperativa sino que es potestativa por parte del matador. Pero también el reglamento considera falta grave la negativa a aliviar y dar muerte a la res sin causa justificada, aunque la muerte de la res se produzca con la estocada y se finalice con el descabello. De ahí que el delegado gubernativo debiera haber hablado con el matador y haberle hecho saber esta circunstancia.
- Eso parece que pasó en el callejón. Pero yo insisto en haber hecho algo oficial, subiendo el diestro al palco y que constase en acta que no ha cumplido con su obligación.
- Indudablemente, también lo recoge la propia ley taurina cuando dice que el presidente puede suspender momentáneamente la actuación de un matador en determinadas circunstancias. Se me viene a la memoria algún presidente que sí lo llevó a cabo llamando a algún matador al palco parando temporalmente el festejo. Recuerdo a uno de los buenos presidentes en la plaza antigua de Logroño que lo hizo, Félix Cámara. Se le puede llamar y se le puede informar incluso de que se iniciará un procedimiento sancionador.
- ¿Habría que actualizar la cuantía de las sanciones?
- Totalmente. Están desfasadas ya que se recogen en esa ley de 1991. Están en pesetas... Habría que actualizarla totalmente pero también incorporar otro tipo de sanciones a esa ley taurina...
- Por ejemplo...
- Pues por ejemplo las sanciones al presidente que no ejerza debidamente su función. El presidente, cuando asume su función, asume también una gran responsabilidad. Tengamos en cuenta que es la máxima autoridad, revestido de unas potestades además de presidir, como es exigir el cumplimiento del reglamento a todos los intervinientes, proponerles para sanción y además algo importantísimo: la potestad de resolver de plano cuanto acontezca durante el festejo. Tengamos en cuenta que todos los actos de un festejo son actos administrativos pero, claro, en el espectáculo taurino no se pueden respetar los plazos de otros actos porque ha de primar la inmediatez. De ahí que las resoluciones del presidente sean inmediatamente ejecutivas, como indica el artículo 7.3 de la ley que citaba antes. Entonces el presidente, que podría cometer actos sancionadores de tipo penal o administrativo, no ve reflejadas sanciones para él en esa ley taurina. Afortunadamente no conozco ningún caso pero podría darse en la presidencia de los toros el cohecho o la prevaricación administrativa tomando resoluciones injustas a sabiendas. Y debe saber que el aficionado ha pagado una entrada y tiene sus derechos. Yo siempre he defendido que un buen presidente es aquél que defiende en primer lugar los intereses del espectador y en segundo lugar, la integridad del espectáculo, con el toro por delante. Además debe contar con todo lo que pueda derivarse de la aplicación de la normativa taurina.
- En el reglamento de 1962 figuraban artículos con la multa correspondiente y la cuantía en pesetas. Recordemos a Curro negándose a matar aquel sobrero de Cortijoliva en 1967, cuando terminó en el cuartelillo y supongo que con la multa correspondiente. ¿Qué pasaría hoy si un matador se negase a matar un toro con total desfachatez?
- Solamente constituiría infracción administrativa y no se podría proceder a privación de libertad del matador. Habría que proponer la incoación de un expediente sancionador y consecuentemente, si prosperase, sería sancionado sólo con multa económica pero nunca con privación de libertad. Claro, hay un tema muy socorrido al que sobre todo los medios de comunicación suelen aludir: la alteración del orden público. No es fácil que se dé en un festejo una alteración por un hecho como el que usted dice.
- Me ha dicho algún presidente que la concesión de indultos de chichinabo como vemos habitualmente viene dada por escudarse en esa alteración del orden público...
- Es lo que estamos hablando. Ese presidente no sería un buen presidente porque incumpliría el reglamento. Moralmente, ¿cómo puede exigir que cumplan los demás un reglamento que él incumple? El poder legislativo le da un poder y debe aplicarlo. El indulto hoy tiene alguna laguna. El reglamento dice que se podrá dar en plazas de primera y segunda cuando una res por su extraordinaria bravura durante la lidia, fundamentalmente en la suerte de varas, será merecedora del indulto con la finalidad de padrear. Pero cuando dice eso, no prohíbe taxativamente que se aplique en plazas de tercera categoría... Si la res no es merecedora del indulto podríamos entrar dentro de la prevaricación administrativa, como comentábamos antes.
- Me comentaba que una vez presidía usted y volaron las almohadillas pero no hacia el ruedo sino hacia el palco...
- Sí pero fue por una petición de segunda oreja que no atendí. Para concederla el presidente tiene que hacer una serie de valoraciones: primero, valorar las condiciones del toro para comprobar la manera en que el torero se ha acoplado a él; segundo, la buena dirección de la lidia, nada más y nada menos, cuando hoy en día vemos inhibiciones de los directores de lidia, tanto del primero del cartel como de cada matador, que es el responsable de su toro. Y además entran muchas otras variables, especialmente en el desarrollo de la suerte de varas, también en las banderillas, la faena de muleta con los terrenos, la pureza de ejecución de las suertes, la posible influencia de circunstancias climatológicas, de la presión de una alternativa, etc. Y fundamentalmente, la estocada...
- Es que en el reglamento pone fundamentalmente...
- Taxativamente. Y en ella habrá que valorar la elección de los terrenos, la ejecución de los tres tiempos... Bueno, mi amigo Daniel de La Coruña, grandísimo aficionado, sostiene que hay cuatro tiempos pero para mí son tres: avanzar hacia el toro, la colocación de la espada y el vaciado del toro al cruzar. Hoy vemos cómo cuando avanzan, tapan la cara al toro y luego se escupen de la suerte. En mi caso fue una faena de José Tomás. A mi entender no se daban estas circunstancias para la segunda y el público mostró su disconformidad y alguna almohadilla llegó al palco porque en la plaza de Segovia no está muy alto...
- A la salida ¿no tuvo problemas?
- Ninguno. Fui acompañado por los policías de uniforme en contra de mi voluntad pero la verdad es que el público taurino es diferente del deportivo o el de otra índole. Exterioriza su disconformidad pero no suele ir más allá...
- Cuidado... porque ¿qué pasaría en plazas que no son de primera donde hay poca protección y preside un concejal? No puede permitirse ser tan estricto ya que tiene que convivir todo el año con los vecinos...
- Ése es el problema. Y de hecho en Castilla y León se vienen realizando cursos de presidentes y delegados de autoridad con el fin de establecer un registro de presidentes para que no tenga que ejercer como tal ningún alcalde ni concejal. Así, lo serán los que consten en ese registro de presidentes. Si hace de presidente un político que no tenga el curso, podría ser motivo de sanción e inhabilitación por parte de la Junta de Castilla y León y espero que se recoja bien claro en el nuevo reglamento. Pero usted tiene toda la razón y eso se solucionaría con un presidente acreditado que además no fuera de la localidad donde se celebra el festejo.
- Según lo que me decía de la valoración de la concesión de la segunda oreja, con lo que hoy vemos en las plazas, sólo caería como algo absolutamente excepcional, ¿no?
- Tal y como está ahora mismo la cosa, yo diría que sí. Vemos qué faenas se hacen, qué ausencia de dirección de lidia, qué estocadas tan defectuosas... Pero claro, yo creo que la tauromaquia está necesitada de una profunda reconversión. Se circunscribe todo al tercio de muerte. Ha desaparecido el toreo de capa, los quites... Y en la muleta vemos pegar pases pero sin torear y orejas que se piden y se conceden encima con estocadas muy defectuosas. Tenemos un ejemplo cercano en la faena de Borja Jiménez en Madrid...
- La de la polémica...
- Ésa. Para mí ya la faena no era merecedora de segunda oreja pero es que además la estocada fue trasera y desprendida, lo cual invalidaría la concesión de la segunda oreja. Ni el toro fue de vuelta al ruedo por su juego en varas. Luego sí embistió pero ¿qué es la bravura? Tendría que ser acometer queriéndose comer la muleta hasta el final, no exento de que desarrolle nobleza. Pero es que hoy lo que prima es la nobleza borreguil. Cuando el fallecido Juan Pedro hablaba de la toreabilidad, yo pensaba que era más docilidad. Esto debe ser riesgo y emoción con la posibilidad no deseada de la tragedia. Desgraciadamente hoy se ha convertido en un aburrimiento por esa falta de emoción. Si no hay casta ni bravura, no se transmite nada al tendido.
- Hay ganaderos que afirman que buscan el toro que embista por abajo sin molestar al torero para que pueda construir su obra de arte. Si el toro no molesta, mal vamos...
- Desgraciadamente así asistimos a esas faenas de cincuenta y sesenta pases, no digo muletazos. Si el toro es bravo, no va a soportar más de veinticinco o treinta y el torero tampoco podrá darle cincuenta muletazos de verdad porque su anatomía no lo resistirá. Hoy vemos pases y pases que no dicen nada pero porque el toro tampoco dice nada.
- Eso lo he comentado muchas veces en el blog hablando de la gran diferencia entre que el diestro toree con la boca seca o salivando a cuarenta pulsaciones por minuto...
- Claro. Yo me he puesto delante de becerras y se me seca la boca. ¡Delante de un toro todavía más! Teóricamente es un humano luchando contra un animal fiero. Ese esfuerzo indudablemente tendría que repercutir en su circunstancia personal. Pero es que ahora... hombre, si vemos en los callejones cómo están ahí de palique porque lo que sucede en el ruedo apenas tiene importancia... con eso está dicho todo.
- Ya que dice lo del callejón, a mí no me gusta un pelo ver cómo en el patio de cuadrillas antes del paseíllo aparecen presidentes de Las Ventas abrazándose y besuqueándose con los toreros...
- Efectivamente, no está bien. El presidente debe reunir unas características. Destacan la responsabilidad y la independencia y en ese caso que comenta, ésta última se coarta. Es que incluso con el reglamento de Castilla y León la amistad manifiesta de un presidente con algún torero podría ser motivo de recusación para presidir cuando ese torero actúe.
- ¿Cómo valora la actuación del palco en la pasada feria isidril?
- Pues me ha parecido que ha habido una disparidad de criterios tremenda. Incluso seré benévolo diciendo que veo falta de conocimientos. En la feria un presidente concedió colocar un cuarto par de banderillas y eso es ilegal. El reglamento de 1996, el nacional, textualmente dice que se clavarán no menos de dos ni más de tres pares de banderillas. El presidente ahí no puede tener flexibilidad.
En la concesión de orejas he visto en la feria a veces mayoría absoluta en la petición y no se ha concedido. El presidente ahí no tiene ninguna intervención más que atenerse a la petición puramente mayoritaria, nada más. Otra cosa es la segunda ya que es de su exclusiva competencia. Mayoritaria es que la solicite un poco más de la mitad de la plaza aunque sea con un bajonazo. El que se equivocará es el público, no el presidente.
- En Madrid a veces se ha dado la circunstancia de que el maestro corta una oreja en el primero y en el segundo hay mucha exigencia para otra simple oreja porque implica abrir la puerta grande y el presidente no la concede porque interpreta que está devaluando la salida en hombros...
- Sí pero es que el presidente no debe entrar en esas valoraciones. Si acaso, cambiemos el reglamento. Yo, Rafa, en ocasiones he llegado a pensar en suprimir los trofeos del reglamento. Sin embargo, mientras esté estipulado, el presidente no tiene más remedio que aceptarlo y aplicarlo. No puede ser que en Las Ventas parezca que los presidentes tengan un reglamento particular. Tan mal está conceder una segunda oreja inmerecida como negar una primera pedida mayoritariamente.
- ¿No cree que la mayoría de tardes tendrían que haberse saldado con un mínimo de tres o cuatro propuestas para sanción a los picadores por vulnerar el artículo 72.4?
- Indudablemente. Pero eso no sólo en Madrid porque la suerte de varas se incumple sistemáticamente barrenando, tapando la salida...
- Y los monosabios, ¿no se pasan de listos en muchas ocasiones?
- El reglamento los considera auxiliares del picador y únicamente deberían auxiliarlo en caso de peligro. Actuar desde el callejón no es correcto pero saltar al ruedo entendiendo que el picador está en peligro puede estar justificado.
- Respecto a los toros se acusa a los presidentes de ser demasiado cicateros por no enseñar más azules.
- Posiblemente. Para mí quizá lo merecieran alguno de Santiago Domecq, el Bastonito de Ibán, uno de Fuente Ymbro, aquél de Victorino que tuvo mucho que torear, el Dulce de Victoriano fue muy bueno en el último tercio... Me falta alguno...
- El Periquito de La Quinta...
- Ése. Para mí aquella corrida fue la mejor presentada y hubo dos toros importantes.
Pero en este serial de veintiséis festejos, creo, estamos hablando de cinco toros... No ha sido una feria buena. Parece que el público estaba deseoso de sacar a alguien en hombros como fuera. Precisamente hablando de toreros destacaría a Galván, a Román, a Borja Jiménez aunque fallara estrepitosamente con los victorinos, a Fernando Adrián, al novillero Jarocho, que para mí no ha sido una sorpresa porque lo había seguido de cerca... Luego se habla de la buena afluencia de público...
- Eso le iba a preguntar, ¿cómo ve al público venteño actual?
- Pues lo veo desnortado por triunfalista y por carente de conocimientos a nivel general. Los exigentes aficionados antiguos han desaparecido. Sí hemos visto buenas entradas pero ¿por qué? Es que la liberación de entradas sueltas hace que suban los abonos. Ese público joven que acude no está instruido en el toreo y también se mueve por el copeo y eso ya no es afición auténtica.
En Sevilla hemos visto mucho cemento en farolillos. Bilbao ha caído estrepitosamente. Logroño se llenaba antes y ahora el público no acude... Recuerdo allí un mano a mano Morante-Perera ¡con media plaza en Logroño! Ya veremos si Santander continúa con su buena deriva. Pamplona ya no es lo que era.
- La falta de criterio en el palco de Madrid tendría la fácil solución de llegar los presidentes a unos acuerdos, hacerlos públicos antes de la feria y luego llevarlos más o menos a rajatabla, ¿no?
- Sí pero eso no es fácil cuando se trata de personas. Yo reduciría el equipo de Las Ventas a tres presidentes. También reduciría los cinco equipos veterinarios. Quizá así habría más unidad de criterio.
- ¿Y por qué los asesores técnicos tienen que ser siempre ex toreros?
- No lo entiendo, en Madrid no lo entiendo. El asesor en Madrid siendo un torero retirado... es que volvemos a lo de la independencia del presidente ya que ¿la tiene quien ha sido torero? Es que inevitablemente tendrá afinidad hacia sus compañeros y arrimará el ascua a esa sardina. Lo primordial debería ser colocar ahí a aficionados de prestigio, siempre contando con que el criterio del presidente y su autocontrol emocional implican que las opiniones del asesor no son vinculantes. El asesor veterinario es fundamental para las posibles lesiones del toro especialmente en el aparato locomotor o visual...
- Hombre, precisamente quisiera preguntarle sobre si los presidentes están vulnerando constantemente el reglamento cuando devuelven toros que se han lesionado durante la lidia.
¡Alto! Interrumpimos aquí la charla porque no queremos marearlos más de lo reglamentario, y nunca mejor dicho. Esperemos que hayan echado un rato entretenido con la primera parte del coloquio. Les avisamos de que estén atentos a la segunda porque la respuesta que don José Luis nos dará a esta pregunta sorprenderá a propios y extraños, ya verán.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Buenas:
ResponderEliminarLa atomización de la legislación y de los estamentos responsables facilita la impunidad de los que se saltan las normas. Los que tienen que hacer cumplir la ley no pueden hacer uso de esa fuerza normativa y los que la quiebran tienen la fuerza de los billetes y la influencia que quita y pone. Pues casi normal que acaben claudicando o poniéndose de perfil. Y lo peor con todo es la impunidad moral de quien pisotea a sabiendas aquello que le da de comer. Es de un egoísmo y falta de afición recalcitrantes.
Espero la segunda parte.
Muchas gracias, como siempre, por cada texto.
Ojo porque el reglamento puede tener alguna laguna o cosas actualizables como la puya, la cuantía de las sanciones, etc. pero la verdad es que si se cumpliese como debería, otro gallo cantaría.
EliminarSaludos
Buenas Rafa .
ResponderEliminarDe nuevo lo has vuelto a hacer , la entrevista al señor presidente es una joya en toda regla , además lo bueno de esto es que las cosas que se dicen, tú las defiendes en la entrevista y durante todo el año independientemente de donde y con quien estes , la gran mayoría de entrevistadores hoy se ponen un traje y mañana otro. La cuestión es estar bien con todos , sólo por poner dos ejemplos de estos últimos tenemos al señor Domingo de la Cámara y al señor Zamora.
Saludos
Es que la característica básica del que taurinea es adaptar sus palabras a lo que convenga, sea un auditorio, una retransmisión televisiva , una crónica o un entrevistado.
EliminarYo intento mantener la línea más o menos recta. Eso no quita la tendencia humana a simpatizar con quien tenga una visión similar de la tauromaquia.
Saludos
Buenas Rafa.
ResponderEliminarPodría don José Luis tener la independencia que tenía cuando él presidía, si lo hiciera el sábado en la corrida qué se celebrará en Segovia ? .
Estoy convencido de que sí. Si negó una segunda oreja a Tomás y otra a Joselito que le costaron broncas memorables, con estos tres no tendría problemas en aplicar a rajatabla el reglamento.
EliminarPor cierto, de los ocho o diez aficionados cabales de Segovia que conozco, a esa corrida no va a ir ninguno, como es lógico.
Saludos
Buenas Rafa,
ResponderEliminarMuy interesante la entrevista, no conocía a D. José Luis y creo no haberle visto en el palco. ¿Hasta que año ha estado? ¿Dónde mas ha presidido?
Por cierto, hasta los no cabales no vamos a ir esta tarde a la corrida de Segovia y mira que es una plaza bonita donde ver toros, una pena.
Un saludo,
Ricardo Frías Alonso
Presidió hasta 2011 en Segovia, Cuéllar, El Espinar y Manresa. También estuvo en los equipos gubernativos de Béjar y Aranda de Duero.
EliminarSaludos
Estupenda entrevista. El periodista Ignacio Ruiz Quintano (excelente aficionado por cierto) utiliza a menudo una expresión que viene como anillo al dedo al mundo del toro actual: ¡Que golferío! Entiéndase, no meto a todo el mundo en el mismo saco, me refiero a los muñidores del negocio y cómplices. ¿De que sirve triunfar hoy en una feria si los carteles están cerradisísimos de antemano por criterios de negocio y no hay hueco para nadie que no esté en la pomada o en el ajo?
ResponderEliminar1 DEL 7
ResponderEliminarInteresante entrevista ya que aborda el tema del palco presidencial y en este caso nos permite apreciar las interpretaciones que los presidentes hacen sobre la ley y el reglamento taurino.
En la entrevista el sr. García dice textual:
“No puede ser que en Las Ventas parezca que los presidentes tengan un reglamento particular”, sorprendente comentario cuando él hace una interpretación “suigéneris” de varios artículos del mismo. La más llamativa y quizás “kafkiana” es sobre el artículo 82.2 para la concesión de la segunda oreja, además de lo reglamentado, petición del publico… él por su cuenta añade (sic) “la posible influencia de circunstancias climatológicas, de la presión de una alternativa, etc.” es decir, que valora el estado anímico del toricantano y no lo mide bajo el mismo rasero que a sus compañeros de terna generando una desigualdad, ¿puede ser esto una prevaricación? Necesaria sería una explicación por parte del sr. García para no confundir a los aficionados que nos basamos en un artículo del reglamento que es bastante diáfano.
En fin, espero con ansia la segunda parte de la entrevista para ver que interpretaciones “suigéneris” nos aporta este presidente decano con su vasto e importante historial.
Efectivamente, el Presidente debe valorar para la concesión de una segunda oreja los predicamentos que recoge el reglamento, pero, ante unas circunstancias climatológicas sobrevenidas verdaderamente adversas, fuerte lluvia acompañada de viento, por ejemplo, ¿debe despreciarlas?
EliminarYo entiendo que no, porque es una circunstancia excepcional y no es lo mismo torear en circunstancias normales, bajo las que pueden haber toreado los demás compañeros, que con esas circunstancias adversas, que pienso debe también tenerlas en cuenta, aunque primen, por supuesto, la valoraciones de las reglamentadas
Lo mismo puede suceder ante una alternativa, donde quien la recibe seguro que va a torear bajo esa presión, que no van a tener sus compañeros. Sinceramente, pienso que no es discriminar a los otros compañeros por tener en cuenta esas circunstancias.
Y siendo la concesión de la segunda oreja de la competencia exclusiva del presidente, teniendo en cuenta cuanto dispone el reglamento para su concesión, ¿por qué no se puede apreciar esas otras circunstancias, excepcionales, que aunque no las recoge el precepto reglamentario, tampoco las prohíbe?
Entiendo que eso no es tener un reglamento particular, sino ser sensible, pero no sensiblero. Diferente totalmente es no conceder una primera oreja ante una petición total y absoluta del público.
1 DEL 7
ResponderEliminarSr. García, presidente decano, es sorprendente que en la entrevista hable ud. de autocontrol emocional del presidente, y ahora para justificar algo que no está reglamentado, hable de ser sensible, vamos a ser coherentes. Según ud. tener en cuenta para la concesión de la segunda oreja la presión de una alternativa, no significa medir con un rasero distinto, es ser sensible. Por esa lógica, un torero que ha pasado por la enfermería y ser atendido de un percance en su primer toro, en su segundo, aun no mereciéndola por lo realizado, si el publico pide la segunda oreja, ud. la concede, porque es cuestión de sensibilidad. Da ud. por sentado la presión de la alternativa, ¿sabe ud. si alguno de los compañeros de terna tiene presión por otra circunstancia?
Sr. García, presidente decano, por lo que parece ud se considera el summum de los presidentes y que sus interpretaciones se deben considerar dogmáticas.
Daniel Reinoso Fernández.
ResponderEliminarA 1 del 7. Conozco a José Luis García desde hace muchos años, y por discrepancias en la interpretación de algunos artículos del reglamento, así como conceptos del toreo y la suerte suprema, debatimos argumentando nuestras posiciones, pues nadie somos poseedores de la única verdad. En cuanto a lo que se dice en la entrevista referente a la posible influencia de circunstancias como puede ser la presión de una alternativa y tenerlo en cuenta para la concesión de la segunda oreja, estoy de acuerdo con usted en que no puede tenerse en cuenta pues equivaldría a cometer una injusticia con los compañeros de la terna, pero conociéndolo como lo conozco, creo que no ha querido decir eso y si qué, aun siendo sensible, en el palco, las emociones no caben. Cierto es que hace comentarios sobre varios artículos y, tal como lo hace, no estoy de acuerdo en su exposición, pero creo que lo que trata de decir por las conversaciones hemos tenido en distintas ocasiones, es que al no estar prohibidas no infringen lo reglamentado, una opinión tan respetable como la de los demás, y esto lo dice con el ánimo de subsanar las lagunas que tiene el reglamento. Se aprecia claramente que usted no respeta su trayectoria, craso error, indague y comprobará que su nivel como presidente de plaza de toros y aficionado entendido es altísimo.
1 DEL 7
ResponderEliminarVeo que Daniel Reinoso defiende al presidente, seguramente por ser su amigo, pero quienes no lo conozcan lean lo que responde a la primera y segunda pregunta que le hace Rafa y observen los absurdos que dice en base a la Ley y el Reglamento Taurino. Absurdos no solo en estas dos respuestas, sino en otras muchas, impropias de quien tiene una gran trayectoria presidiendo desde el año 1978 y dando setenta y un curso de presidentes y delegados.
Muy buenas.
EliminarSin querer quitarle ninguna razón sobre sus apreciaciones sobre el señor presidente , solo le digo que firmando como anónimo para mi carecen de valor. Sí , ese valor que da una firma con nombre y apellidos y luego cada cual que exponga sus ideas y las defienda de la mejor manera .
Saludos señor anónimo.
1 DEL 7. Para Juan Ramón. Tiene usted razón, por esto,, copiándolo, me identifico, me llamo FRANCISCO y soy de Madrid
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