COPA CHENEL, 2022 (2): REHUELGA - MONTE LA ERMITA

 VICTORIA DE REHUELGA

No confiábamos mucho en Monte La Ermita pero teníamos la esperanza de que saliese un buendía como el Suareño del año pasado, que fue el mejor toro de la Copa Chenel. Pues de Benalup, antiguo Casas Viejas, vinieron uno que ni fu ni fa pero dos de bastante interés. Ambos ganaron la partida a los diestros que tuvieron delante.

JAIRO MIGUEL. Su primero de Monte La Ermita era serio y cuajado, badanudo y bien encornado. 

Mal recibo con dos medias consecutivas sin tener en cuenta para nada al animal. Buena pelea posterior en el único puyazo.

El toro era pronto pero muy distraído aunque tenía un tranco agradable. La cosa no tuvo mayor interés que ver el aplomo que demostró el diestro a pesar de su inactividad. Terminó poniéndose pesado, cosa habitual en esta Copa dado lo poco que suelen torear los maestros anunciados.

Pinchazo aguantando y entera contraria perdiendo la muleta. Lo mejor que hizo el toro fue su muerte de bravo negándose a doblar durante una agonía de varios minutos.

Su segundo fue Alcucillo, un negro zahíno de Rehuelga, terciado siendo generosos, cariavacado y badanudo. 

Otra vez Miguel le pegó dos medias consecutivas y letales al pobre torete, qué mal. Nada en el caballo pero, como no había sufrido castigo, se dedicó a corretear en banderillas. Por cierto, nunca entenderemos por qué hay que clavar seis si el primer tercio no ha existido. Brindó a Abellán dándole las gracias por haberlo incluido en la Copa ('me diste tu palabra y la has cumplido', le dijo).

El gato confirmó en la muleta que hubiera sido ideal eliminar los dos tercios anteriores. Quiere ello decir que estuvimos ante un toro posmoderno, de los que prefieren colaborar antes que luchar. Miguel nos gustó a la hora de tirar del toro pero nos disgustó que forzase demasiado la figura y también picase más de la cuenta.

Estocada corta al encuentro y otra entera desprendida perdiendo la muleta por no liarla bien. Tres descabellos y dos avisos, con los de televisión absolutamente encantados con el santacolomita negrito cuya lidia se podría haber hecho sin sangre hasta la estocada.

ÁNGEL SÁNCHEZ. Su primero de Monte La Ermita tenía trapío. Era colorado ojo de perdiz, cornidelantero y corniapretado. 

Empuja en el único puyazo pero anunciando su debilidad posterior. Efectivamente, en la muleta el toro quería pero no podía porque tenía las patas de alabastro. Fue al suelo cinco veces. 

Se equivoca en la suerte contraria pero deja una entera pasada que basta. Oreja de todo a cien.

Y salió el quinto, de nombre Sombrerero. Era un bonito cárdeno caribello, calcetero de atrás, axiblanco, meano, bragado corrido y rabicano (que no coletero como dijeron en televisión; recuerden esta entrada donde aclarábamos el mal uso de esa denominación, que viene de cuello en latín y no de cola en castellano). Era también ligeramente meleno como ven:

Buen primer puyazo, de bravo, sacando al caballo a los medios aunque con el pequeño defecto de cabecear más de la cuenta. Antes de que algún amigo lector nos lo diga en los comentarios ya anotamos nosotros que el santacoloma empujó más en esa entrada que el  azuleado Duplicado en las tres suyas:

Muy mal Sánchez dejando el toro en la raya para un segundo puyazo en el que todo el mundo quería ver de lejos al animal. Volvió a pelear correctamente pero nunca perdonaremos a Sánchez que nos robase el espectáculo. Queda claro que él va a lo suyo.

El toro sacó geniecillo en el segundo tercio pero fue mal lidiado. Las banderillas cayeron de cualquier manera. Quizá por eso, cuando nadie se lo esperaba, el toro se puso áspero en la muleta. No nos extrañaría que fuese debido a ese horroroso segundo tercio. Esa que ven ahí es nefasta pero por el otro lado colgaban cuatro caídas:

Sánchez se las prometía muy felices pero el toro se vengo de él por no haberlo querido ni lucir ni lidiar bien. Lo vimos bastante a la deriva aunque está claro que nosotros nos habíamos puesto de parte del toro desde el caballo.

Culminó su desaguisado perpetrando un mandoble indignante  escupiéndose de la suerte con avaricia. Nos demostró bien poca cosa.

FRANCISCO DE MANUEL. Su primero, de Monte La Ermita, era un negro salpicado calificado de sardo porque se corría un poco el castaño del listón y tenía el lomo ligeramente mulato. Para nosotros eso no es suficiente para llamarlo sardo. Ahí se aprecia lo que decimos:

De Manuel anduvo muy suave con el capote, sin retorcerse ni forzar al toro. En el peto empujó con mal estilo apoyándose en el costillar mientras era tratado por el del castoreño con aún peor estilo. Fue al relance al reserva para recibir un picotazo. Ya ven que la tarde se saldó con siete entradas y ese picotazo, pobre bagaje en lo que ya es habitual en esta Copa de encastes teóricamente toristas.

Confirmó en el segundo tercio sus ganas de rajarse, de dolerse con los palos, de escarbar y de embestir a arreones. Bien Iván García en su segundo par antes de que el supuesto sardo añadiese a sus cualidades las de reservón y mirón en la muleta.

Vimos a Francisco de Manuel sin querer dejarse ganar la partida en ningún momento. El toro se lesionó en el pie derecho, que arrastraba como acalambrado y eso hizo que izase la bandera blanca a las primeras de cambio. El diestro tuvo que pegarse un arrimón cargante que el tal Soldadito no merecía. Buen pinchazo aunque trasero y buena estocada pasada. No tapa la cara y no se escupe, detalles a tener en cuenta en estos tiempos en que se mata más bien mal.

El último se llamaba igual que el novillo de La Quinta premiado en Villaseca el año pasado: Perlasnegras. Era un cárdeno oscuro, alto, astifino y cornilevantado. 

El picador le echa el caballo encima y no contento con ello, le clava en el lomo recargando con desvergüenza.

Muy bien García en la brega y Rey solo en este segundo par:

Había que llevar al toro con suavidad porque se soliviantaba y la cosa no era nada fácil. Es que además hacía hilo. Quizás el animal merecía un castigo de inicio que no tuvo porque De Manuel se puso a torear directamente como si estuviese ante una perita en dulce.

Pues se equivocó y lo pagó después mientras veía cómo el toro lo desafiaba con la cabeza por las nubes. No obstante, de Manuel no volvió la cara en ningún momento aunque nuestra opinión es que no pudo con él. Entera desprendida bien ejecutada y de mérito porque el toro no estaba toreado y seguía papando moscas:

Oreja que no nos molesta por lo bien que entró a matar las tres veces que lo hizo. Nos hemos quedado con ganas de verle en la goyesca de Madrid.

Y lo mismo vale para la ganadería de Rehuelga. Tiene dos corridas este año, en Illescas y en Cuenca. No tendríamos inconveniente en apuntarnos. Cabe la posibilidad de que salga un santacolomita gatuno como el primero pero igual toca la lotería y salen otros como Sombrerero y Perlasnegras que exijan lucirlos, lidiarlos bien y enseñarles el carnet con la muleta.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.