Ayer, 30 de mayo, gran tarde de toros en Las Ventas. Tras haber visto desde la pantalla una sarta de despropositos en los dias anteriores, viene uno a Madrid con pocas esperanzas, y tiene la suerte de presenciar en la plaza al mejor festejo que se ha visto en lo que va de feria. Sin cortar un monton de orejas de chufla. Una autentica corrida de toros (a pesar que realmente no hubo ningun toro de bandera), unas lidias (no todas, es cierto, acertadas) completas en los tres tercios, unos toreros con ganas, cada uno con su estilo, y porquè no decirlo, con sus limitaciones, mucha emocion en el ruedo, la atencion del publico siempre despierta. Una tarde de toros de esas que te reconcilian con la aficion, que da mucho de hablar a la salida de la plaza y en los corros de los bares que rodean la Monumental, donde los aficionados, tambien los muchos venidos de fuera, se agolpaban pidiendo cañas (con sus corresponidentes tapas) para reponerse tras una larga pero interesantisima funcion.
Todo gracias a unos toros que, sin llegar a la excelencia de algunos Adolfos que ya hace tiempo nos deleitaron por su bravura y su poder, han cumplido con aprobado con lo que se anuncia en el cartel, una corrida de toros de lidia, y no una piara de guarros. Loro toros, que no han dado facilidad alguna y no se prestaban demasiadio al lucimiento estetico, han sido sin embargo picados, banderillados, lidiados y matados como siempre tendria que ser todas las tardes, y como casi nunca vemos. Si para algunos que solemos ver toros en Francia, la profesional y expectacular actuacion de la cuadrilla de Javier Castaño (los banderilleros Adalid y Sanchez, y el gran pica Tito Sandoval) ya no es una sopresa, la tarde de Antonio Ferrera, a pesar de ser un pelin sobreactuada, nos ha hecho ver un torero diferente de la idea tal vez preconcebida que teniamos de él (aun asì, eso del salto de la cabra al clavar el par no se le quita), mas maduro, muy pendiente de la lidia, y bastante eficaz con el capote. Algunos podran ponerle un pero por la idea de dejar el capote clavado en el ruedo como si fuera un dominguillo, para ejecutar un tercio de banderillas un pelin engorroso, pero hay que apreciar la variedad y el deseo de hacer algo diferente, saliendose de la rutina.
La faena de Castaño al ultimo de la tarde, que tenia que ser el quinto (se corriò turno para permitir al diestro de salir de la enfermeria donde le curaron del puntazo en la mano que se llevò en su primer toro) fue de lo mas emocionante. Con teson y mucho esfuerzo, consiguiò sacarle alguna serie a un toro che tenia muchos parones y un peligro evidente. De no haber pinchado a matar, podia haber cortado oreja, pero que mas da, no era tarde de casqueria, mas bien de polleria, por los gallinaceos que algunos aficionados galleros le obsequiaron a Ferrera en su vuelta tras haber cortado oreja en su segundo toro. De este paso, ya podrà montar un puesto en la Plaza de la Cebada, a lado del de casqueria de otro colega suyo, que en los dias anteriores ha sido obsequiado por el publico y por el palco de mas que generosas apendices auricolares.
Ferrera banderillando con el capote en el ruedo |
No serè yo el que haga una cronica pormenorizada de la tarde, os recomiendo que lean estas dos, en Recortes y galleos, y en Salmonetes ya no nos quedan.
Por fin, se ha podido ver tauromaquia integral en San Isidro.
Tauro
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