FERIA DE VIC, 2014 (1): HORCHATA DE ALBASERRADA
ADOLFO MARTÍN
Ya vimos en una entrada anterior que algunos
ganaderos más que sangre de santa Coloma lo que presentaron en Logroño era
leche (recordar aquí ). Lo que trajo Adolfo Martín a Vic este año para este mano a mano no
ha sido sangre de albaserrada sino
horchata de chufa. Además, con algún toro impresentable por terciado y
anovillado para lo que es esta plaza. Los adolfos se tapaban por la cara.
Durante la faena de muleta, Antonio Punta
gritó al maestro ‘¡gústate!’. No hay peor humillación para don Adolfo Martín a
mi modesto entender. Y eso que estos toros eran más que cinqueños, con dos de
ellos nacidos en noviembre de 2008. Supongo que con tantos años en el campo les
dio tiempo de leer a los gacetilleros taurinos y ver que hoy los toros tienen
que ser ‘toreros’ (lo que antes era ‘colaboradores’ o ‘artistas’). Y estos
albaserradas vinieron con la lección aprendida para comportarse como si fuesen
toretes de mazapán.
En el primero anduvo desconfiado. En el
segundo clavó el estoque de mentira para intentar torear con la derecha sin
ayuda (como sugeríamos hace unos meses aquí) pero le salió fatal.
Su tercero era un marmolillo que no embestía
ni a favor de querencia en la puerta de toriles. Un delantal de Ferrera.
Por cierto, ¿cómo se tira a matar Ferrera? Lo
hizo a escandaloso paso de banderillas emulando a Curro Romero, gran
especialista. Vean la foto porque lo repitió en sus tres toros.
ESCRIBANO. Se puso pesado porfiando en su
primero mientras le radiaban desde la barrera que no se echase la muleta a la
izquierda, que no valía la pena. En su segundo hizo lo único bueno de la tarde:
un par de banderillas sentado en el estribo y, al levantarse, quebró al toro hacia
fuera saliendo trompicado ¡por dentro! Fenomenal y arriesgadísimo. Al ver que
el torete se movía por control remoto oyó el ‘gústate’ y se puso pinturero
toreando de salón, como decíamos.
Pero ya avisaba Cela de que el toreo de salón
tiene más mérito que el de la plaza porque como la mesa camilla no se mueve al cite, tienes que
ponerlo todo tú de tu parte. En cambio, con un torete colaborador como éste,
todo es más vistoso. Lo mató de casi entera con bella muerte del toro.
Y aquí es donde Camacho, que era el asesor y
que es quien sabe de toros en el palco, le dijo al presidente que concediese
una segunda oreja por su cuenta. Parece mentira que sea de un pueblo serio como
Villanueva de la Serena. Con esas dos
orejas convirtió la plaza de Vic en una
plaza de pueblo –aunque también lo es ya Las Ventas, claro-.
El último fue otro marmolillo insoportable que
no hizo honor a su nombre (‘Madroño’). Y en ese ambiente de farsa acabó la
corrida. Un torero de los de antes se hubiese negado a salir a hombros, pero si
se niega Escribano, Simón Casas lo mata.
Celebramos que por fin haya sólo un caballo en
el ruedo a la hora de picar.
Fracaso total de Adolfo Martín en Vic. El arte
de Escribano fue un conjunto de pinturerías ante un animal indigno de respeto
por su falta de trapío y su ausencia de casta. Ahora pueden ustedes creernos a
nosotros o a los taurinos que van por ahí loando la hazaña de su salida a
hombros ante enemigos con horchata en
las venas.
Saludos desde Tarragona. Rafa.
NOTA: observen una foto del tendido. En Francia muchos ciudadanos se identifican como catalanes a través de su afición a los toros. Una peculiaridad más del nacionalismo...
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