FERIA DE SAN SEBASTIÁN, 2018 (2): SANTIAGO DOMECQ: CUANDO EL TORERO VA A LA OFICINA

Ser torero no es lo mismo que ser un oficinista y cumplir ocho horas ante un ordenador, con todos los respetos. Un torero se debe al público que pagó cara su entrada y debe sobreponerse a sus pocas ganas de torear o a cualquier otra excusa que le haga parecer un funcionario resabiado.

Eso es lo que parecieron Ferrera en sus dos toros y Castella en su primero. No entra en el lote Marín, con una ilusión que contrastaba con la de los otros dos oficinistas. Si el problema es que torean cada tarde y ustedes los quieren disculpar diciendo que no puedes tener las mismas ganas cada día, pues que no toreen cada tarde, con eso, solucionado. Pero deben un gran respeto al público, el mismo que tenía Manolete cuando en un pueblo se arrimaba y decía a su apoderado lo de 'éstos han pagado igual que los de Madrid'.

Como veníamos de El Parralejo, los de Santiago Domecq nos parecieron casi jaquetones sin ser nada del otro mundo excepto el cinqueño 'Arrinconado', un toro interesantísimo, ahí lo ven:

Salió al paso y regresó a la manga ¡dos veces! Luego romaneó y descabalgó a González, que se tomó venganza pegándole después una carioca de cárcel con el permiso del impresentable Ferrera. Pero es que el toro desconcertó a todos porque después del segundo tercio huyó a las tablas y se puso a barbearlas tras aquel primer tercio casi de bravo. Éste fue el toro:

Se aprecia el hierro auténticamente histórico del marqués de Domecq, del 'marqués viejo', como lo llamaban, don Pedro Domecq y Rivero. El resto de la familia ha tenido el de Veragua (Juan Pedro), el del alférez de la familia Moreno Ardanuy (Borja) y el navarro de Zalduendo (Fernando), pero el genuino del marqués es éste que el actual ganadero compró después de que lo tuviesen los hermanos Núñez y Martín Berrocal.

Por cierto, sepan que Santiago Domecq tiene una reata impresionante. Así, a vuelapluma, es hijo de Ana María Bohórquez, hermana de Fermín, su padre viene de todo lo de Domecq, su abuela materna era Soledad Escribano y su abuela paterna Maribel Ybarra.

En el primero naufragó Ferrera:

Todos menos el romaneador fueron discretos en el caballo y muy asequibles en la muleta excepto este segundo, que se lesionó y Castella lo terminó de rematar como verán:

El tercero escarbó lo indecible, casi como 'Cobradiezmos', pero eso desde aquel indulto ya no hay que mirarlo: 

El cuarto fue el cinqueño romaneador:

El quinto, un toro 'para sentirse y expresar lo que llevo dentro', o sea, para salir huyendo del tendido:

Y el sexto acabó siendo otra perita en dulce:

FERRERA. Sabemos que algunos amigos del blog son ferreristas pero les diremos que ayer no estuvo. A su primero se lo estrellaron cinco veces contra el burladero. Ni se preocupó de ponerlo bien en el caballo, todo al relance con una actitud penosa.

El toro tenía un mínimo calamocheo que para alguien como Ferrera no debería ser inconveniente. Pues al contrario, no se confió y se dejó enganchar la muleta mientras pasaba el tiempo lamentablemente. Ahí ven cómo le machacaron el pitón los subalternos:

Rinconera saliéndose de la suerte, que es lo que haces cuando no estás por la labor:

El segundo dio este espectáculo en el caballo. Salvo error, es 'Destinado'. Ignoramos si terminó herido porque lo corneó por el lado débil:

Luego Ferrera permitió, creemos que ordenó, que le pegasen una paliza y así lo hizo González, que para eso es un asalariado del matador. En ese puyazo asesino le dio lo mismo que a los once toros que hemos visto en dos días ¡juntos! Vergonzoso...el maestro, no el picador:

Le silbaron para que banderillease pero ya no quiere. Es mejor porque solía saltar y clavar a toro pasado. Por contra, Montoliú nos enseñó lo que es cuadrar en la cara en el primer par:

Y clavar de sobaquillo en el segundo. No le gustará que lo digamos pero nunca vimos a su padre hacer eso:

Luego, ya dijimos que el toro se refugió en tablas. El Ferrera de otras veces, se mete en la madera, le planta cara, le arranca pases y le gana la pelea. El abúlico de ayer, que vino a cobrar, se limitó a intentar sacarlo para que el toro volviera a tablas y así engañó al público insinuando que no había nada que hacer:

Muy mal Ferrera, poca disposición, nula actitud, desentendiéndose del primer tercio y dando la impresión de estar de vuelta de todo. En resumen, insultando al público que pagó por verle.

CASTELLA. A su primero no lo quiso ni ver con el capote mostrando una desgana infame. Dos picotazos y voltereta del toro, que debió de sufrir una lesión vertebral porque luego iba descoordinado pero no inválido total. 

Viotti clavó bien el primero y se alivió en el segundo. Ellos saben perfectamente cuándo hacen las cosas bien y cuándo se alivian. Comparen:

Y como Castella no quería trabajar, de salida va y a ese toro lesionado le pega no un trincherazo sino un hachazo que lo mató. La única explicación es que estás en la oficina y no quieres ni encender el ordenador. En fin, tuvo que oírse una sonora pitada al final y eso, viniendo de este bondadoso público, en otros sitios hubiera sido una bronca histórica. Ahí lo tienen matando grotescamente con ese salto nefasto que ha cogido como manía:

En el segundo hizo un quite, lo cual denotó su cambio de actitud:

Doblado le hizo no menos de cuatro agujeros y el francés se puso a torear pero muy despegado como pueden comprobar en nuestras fotos. 

Por ambos pitones, montando el tiovivo:

Toreo jaleado pero sin hondura por no rematar bien los pases, mediocre y adocenado. Vean cómo abría la puerta al toro:

Penosa estocada de saltimbanqui, sin cruzar, tapando la cara al toro, con la mano alta...Un despropósito muy aplaudido:

La bella muerte del toro propició la oreja:

MARÍN. No entra en los oficinistas porque vino con ganas, se vio desde el principio. 

El toro era el escarbador, tardo y dubitativo en el caballo hasta que no se lo echaron encima las dos veces. Señores, escarbar es dudar y un toro bravo no duda nunca, siempre acomete. Lo que pasa es que 'Cobradiezmos' ha hecho que muchos disculpen el escarbar cuando hace cien años Parladé daba puerta a la vaca que escarbaba en la tienta porque estaba vista. Esto que ven en nuestra foto es lo que sale cada vez con más frecuencia cuando seleccionas sólo pensando en la muleta:

¿Qué pensará Santiago Domecq de esto que decimos? Pues que estamos equivocados, claro. Para él la bravura 'es entrega, sumisión y profundidad'. En fin...

Marín lleva una cuadrilla excelente, con mención especial a la brega de Punta. Centró al toro con un buen inicio por bajo y luego hizo una labor aseada. Como veníamos de la galvana de Castella en el segundo, aquello olía a ámbar.

Pero ya ven que es otro que se echa el toro afuera, lo hemos denominado en alguna ocasión 'el mini-Juli':

Pinchó tres veces antes de esta estocada a capón, tapando la cara, pasada y desprendida:

En el segundo, puso este grandísimo par Manuel Izquierdo, salvo error. Fue mucho mejor que los dos ovacionados de Punta:

El toro al principio iba rebrincado y era revoltosillo pero en cuanto se le acabó el fuelle quedó de dulce. Observen la similitud de Marín con El Juli echándose el toro afuera y violentando la postura de la pierna interna, eso lo hace el figurón habitualmente, fíjense cuando lo vean:

Quiso acabar con unas bernadinas que casi le cuestan un disgusto:

Rinconera perdiendo la muleta porque el toro se la pisa, no porque la tire para aliviarse como Ureña. Se aprecia que entró con mucha fe, digno colofón a su buena disposición toda la tarde, no como sus dos compañeros:

Otra bella muerte del toro y oreja que, si no llega a pinchar en su primero, hubieran sido dos en total. Y nos habríamos alegrado no por él sino para fastidiar a sus colegas de cartel. Los titulares comerciales serían hoy para Marín, lo cual debería hacer pensar a los otros dos. Bah, tampoco pensarían tanto, total, les da igual ocho que ochenta.

Seguro que lo que hemos dicho aquí no tiene nada que ver con lo que lean por ahí pero nosotros lo vimos así y no nos vamos a tapar.

Saludos cordiales desde San Sebastián. Rafa.