FERIA DE SEVILLA, 2019 (4): LAS PIERNAS DE LOS TOREROS

Un amigo de Tafalla nos pega la bronca siempre que sale el tema:

"¡Qué manía tienes siempre con las piernas! ¡Olvídate de las piernas y fíjate en cómo torea, hombre!"

Ya...pero es que para torear las piernas son fundamentales. Tuvimos una gran satisfacción cuando leímos a Corrochano en una crónica que 'pocas cosas hay más interesantes en una corrida que fijarse en las piernas del torero'. Eso nos certificó que no estamos locos y que no se trata de una manía más de las nuestras.

Esta introducción es porque Álvaro Lorenzo no destoreó sino que colocó bien las piernas sin esconder la de salida o apartarse del viaje del toro. Luego lo vemos. Antes, decir que los toros de El Pilar tuvieron trapío y ganas de ser lucidos en el caballo. La mayoría de ellos fueron aleonados pero no se puede decir que el tercero era colorado porque era castaño ojinegro albardado, está más claro que el agua, ¿qué es eso de colorado?:

FOTO: Arjona

Y lo mismo del quinto. Castaño es cuando se mezclan pelos rojos y negros y este toro era clarísimamente castaño, además de bocidorado, listón y ojinegro:

Algunos no cerraban las puntas como les gusta a los toreros, que quieren pitones de diseño como los de los patéticos juampedros del día anterior. Respecto al peto, aunque el animal quiera lucirse, si el diestro no está por la labor, el toro no puede hacer nada. Todos miraban de reojo al caballo nada más verlo deseando acometer pero sólo Pepe Moral permitió que su segundo disfrutase y disfrutáramos nosotros:

Encima el toro metió bien los riñones a pesar de sufrir dos puyazos penosos, fíjense en el primero, en el lomo:

A pesar de ello, en televisión insistían todos en que 'qué gran puyazo y en qué buen sitio'. ¿Por qué nos quieren engañar si lo estamos viendo? Luego, ovaciones al picador cuando se retiraba después de este segundo que se va contrario también al lomo:

Lo más lamentable es que, tras demostrar Moral que tenía ganas de dignificar el primer tercio aunque su picador no diera la talla, el entrevistador le dice:

"Has querido lucir al toro y ya ves, la gente se ha puesto de su parte y a ti te han silenciado"

Qué vergüenza de comentario al que el propio maestro respondió con señorío:

"He hecho las cosas tal como me las han enseñado y felicito desde aquí al ganadero"

Esta misma corrida, colocándola de largo en el caballo y dosificando el castigo, hubiera dado mucho que hablar. Pero ni a Lorenzo ni a Marín les interesa nada de lo que implique lucir al toro y satisfacer al aficionado. Ellos van a lo suyo.

MORAL. Su primero fue doce veces por el suelo y aun así lo brindó al público, lo cual se nos antoja una falta de respeto. Moral es otro de los coreanos, vean las dimensiones exageradas de su capote:

Lo mejor que hizo, a nuestro gusto, fue esta media con la que dejó en suerte a su segundo en el segundo puyazo:

Ese toro se llamó 'Mirador', y después del buen primer tercio que comentábamos, llegó a la muleta con mucho que torear. Embestía 'amontonado, sin ritmo', como dicen los taurinos, o sea, pronto y ligeramente descompuesto. Decimos que tenía mucho que torear y nos sabe mal decir que Moral no pudo con él:

Presentó la muleta retrasada, se la dejó enganchar y le faltó firmeza en la muñeca para intentar encauzar a este encastado 'Mirador'. Estuvo por debajo del toro y seguro que se dio cuenta. En Madrid le hubieran pitado sin misericordia y luego hubieran dado una ovación de gala al toro para fastidiarle todavía más.

LORENZO. El que colocó bien las piernas sin destorear, lo cual, en los tiempos que corren, es la noticia cuando tendría que ser lo normal. Vean la secuencia en su primero (pulsen aquí a partir del 0'16"). Bien ubicado en el primer pase:

Cuando el toro vuelve, no esconde la pierna de salida. Si destorease como Manzanares, López Simón, El Juli, Roca o tutti quanti, esa pierna derecha estaría donde indica la flecha:

Y en el tercer pase tiene el problema de que retuerce el torso para arrastrar la muleta pero no está mal colocado aunque, lógicamente, apunta un poco de perfil. No vamos a ser más papistas que el papa porque somos los primeros que entendemos que, para ligar, hay que estar un poco de perfil ¡pero otra cosa es apartarse de la embestida del toro!

De Lorenzo repetimos lo mismo desde que lo conocimos de novillero: corre la mano con gusto pero mata fatal. No sabe liar la muleta y estira el brazo para aliviarse:

Y en la estocada al segundo se aprecia cómo copia a su maestro El Juli para girar con habilidad el estaquillador en el momento del embroque y cegar al toro:

En ese segundo siguió bien colocado pero nos aburrió porque se puso pesado ante un toro soso a más no poder. Se trajo de picadores a los hermanos Sánchez que son los hermanos Dalton. Se cuentan con los dedos de una mano, y te sobran tres o cuatro, los toros que no hayan picado traseros en su vida. 

MARÍN. Vean la diferencia de colocación respecto a lo dicho de Lorenzo. Está claro ¿no?:

Ese torillo tenía las patitas de cristal, ningún interés. A su segundo se empeñó en torearlo por estatuarios cuando el toro no estaba para cuentos chinos porque era listo y probón. Casi se lo lleva por delante:

El animal era poco claro y lo desarmó al final para dejarle claro que le había ganado la partida. Pinchazo hondo y rinconera siempre tapando la cara y con la mano en la estratosfera:

¿Estarán cambiando los tiempos? Hemos visto a Ortega no destorear en Madrid y ahora vemos a Lorenzo colocarse bien sin hacer trampas. Los tiempos podrían cambiar definitivamente si esto lo hiciese Roca y lo remarcasen los comentaristas televisivos y los críticos vendidos. Pero el peruano sigue destoreando porque nadie le dice cómo hay que hacer bien las cosas.

La diferencia en la colocación de las piernas está clara, prueben ustedes en casa a torear de salón. No es lo mismo esconderse de la mesa camilla cuando hagan el cite que echar la pierna adelante. Luego tendrá usted más o menos gusto, temple o arte cuando corra la mano. Pero las piernas son la base sobre la que se edifica el toreo.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.