CORRIDA DE LA BENEFICENCIA, 2019. CUVILLO: UNA BENEFICENCIA CALENTITA

Calentita más en los tendidos que en el ruedo. La lidia de los cuatro ejemplares transcurrió mientras se notaba de fondo por televisión el follón que había entre los espectadores. No nos fiamos demasiado de los comentaristas, que dijeron esto:

"El lío no viene de los tendidos habituales, que suelen ser el 7 y el 8 sino de la grada joven, ¡pronto empiezan! ¡Lo que nos espera!"

Agradeceríamos a algún amigo del blog que estuvo presente que tuviera a bien perder un minuto de su tiempo en contarnos qué sucedió realmente. Tiene la sección de comentarios a su disposición.

Hubo dos toros para el rejoneador Ventura y cuatro para El Juli y Urdiales. Fueron de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación. Todos acusaron alguna minusvalía. El primero no se tenía en pie. El segundo parecía burriciego. El tercero también se venía abajo y no demostró ningún poder. El cuarto salió picado del campo y se derrumbó para ser sustituído por un sobrero de Joselito, desaborío de condición pero éste por lo menos no claudicó. Ya ven con qué nos tenemos que conformar.

EL JULI. Su primero tenía un trote cochinero exasperante. Penosa suerte de varas con no menos de tres agujeros tapando la salida. El pobre toro tenía las patas de merengue y va El Juli y le baja la mano en la primera tanda de manera inconcebible. El pobre torillo cayó de rodillas. Ahí lo tienen cuando decía al maestro 'señor Juli, por favor, no me baje tanto la mano que me hago daño y yo estoy aquí para colaborar con usted':

Como era previsible, en televisión se encargaron de defender al animalico. Muñoz salió al quite cuando arreciaban las protestas:

"El toro tiene el problema de no tener el pelaje gris o cárdeno, seguro que sería más respetado que al ser negro. Tiene regularidad, largura, calidad...El Juli está sensacional, extraordinario ¡vamos, torero!"

No comprendemos cómo un comentarista técnico tiene que dedicarse a jalear a los intervinientes pero en fin. Olvídense de lo que dijo el maestro televisivo y hágannos caso a nosotros: el espectáculo fue patético. Luego El Juli decía que el toro había sido muy bueno pero que le había faltado 'sólo un pelín de fuerza'.

Estocada trasera, con la mano alta, saltando, clavando a capón y pegando el telonazo:

Para Muñoz fue '¡un estoconazo! Le ha tapado la cara al toro con la muleta, la espada está arriba y ha salido por el costillar'. A ver, maestro, lo de tapar la cara es un alivio escandaloso, toda la vida ha sido así, no nos lo venda como un mérito. De arriba, nada, la espada se fue trasera como siempre en este diestro. Y lo de salir por el costillar debió de suceder en su imaginación, ahí lo tienen:

Su segundo era un jabonero astracanado y regordío que había estado en las fiestas de san Fermín de 2018. De salida El Juli le pegó tres delantales de mano baja muy salerosos rematados con esta excelente media que dejó al toro seco:

No vimos ni una verónica en toda la tarde, parece que es una suerte en peligro de extinción a no ser que Aguado la reivindique el día de la Prensa. Barroso estuvo horrible agujereando al toro sin compasión, primero en el espinazo, faltaría más. Ahí ven al pobre 'Guerrerita' tras el primer puyazo, con los dos regalos del carnicero a caballo. La sangre, por el costillar:

En el primero empujó con la cara alta y en el segundo salió suelto sin pelear. Tenía las fuerzas menos que justas y de nuevo no podemos comprender por qué el maestro se dobló por bajo con él como si estuviese ante 'Jaquetón'. Le pegó dos viajes que lo mandó a rebozarse en la arena. El pobre bicho no entendía este maltrato:

Llegamos a la conclusión de que El Juli está tan acostumbrado a torear animales ayunos de casta y de poder que los machaca de inicio para que no haya dudas y estar a gusto. Es que castigó a los dos y este jabonero era un amigo que tampoco lo merecía. El diestro pudo 'sentirse' y hacer disfrutar a sus seguidores. Tuvo el detalle de regalar a la isidrada un arrimón muy bien recibido:

Ni se imaginan ustedes la decepción en televisión cuando pinchó por tres veces. Aquello parecía el velatorio de Manolete. Al final le pegó esta honda trasera brincando:

Gesto de rabia en El Juli, que estaba decepcionado por no haber redondeado la faena. Seguro que le supo mucho peor a toda la legión de pelotas que lo rodean y que se cuentan por miles, especialmente en los medios de comunicación del pesebre:

URDIALES. Su primero parecía burriciego de los de segunda clase. En la tauromaquia de Paquiro habla de todos los defectos posibles en la vista de los toros y este tipo es el de aquéllos que ven bien de lejos pero no de cerca. Embistió al burladero como si lo viera bien de lejos pero se empotró metiendo la cabeza como si se hubiera cegado al llegar:

Esto costó después un grave disgusto a Pirri. El toro hizo hilo tras el primer par, no miró el capote del sobresaliente porque seguramente no lo vio y, al llegar al burladero, volvió a estrellarse. La mala suerte hizo que uno de sus pitones se hundiera en el glúteo del banderillero y le pegara un navajazo de 35 centímetros. Éste es el instante:

Antes, Burgos cumplió las órdenes de su jefe recetando al toro una carioca infame en el espinazo. A Urdiales lo tenemos calado, siempre pega inmisericorde a sus toros en el primer puyazo:

El toro empezó la faena chulesco pero el riojano estuvo firme, no se dejó impresionar por sus bravuconadas y, con muy buen criterio, le dio distancia siguiendo las instrucciones de Paquiro para estos toros: 'tomarlos de largo enseñando mucha tela'. 

Hubo cinco tandas más la de recibo. En la segunda le hace un tiovio jaleadísimo donde obligó al toro a encelarse en la muleta. Tuvo el mérito de tirar suave del animal sin dejar que puntease la tela. 

En la tercera se coloca bien, sigue con la derecha y ya se ve que el toro ha cedido en sus bravatas iniciales.

Se echa la mano a la izquierda y habrá tres tandas en las que no era oro todo lo que relucía a pesar de los aplausos. La primera fue un poco 'de pico y pala', o sea, ubicándose en la pala del pitón y enseñando el pico más de lo reglamentario, vean:

La segunda fue destoreo normal y corriente echándose el toro afuera. La tercera fue más de frente, con el toro ya entregado en el tercio. Con los defectos apuntados, la cosa siempre tuvo el empaque natural de este maestro, sin grotescas contorsiones. Estocada tendida, atravesada y que asoma. En televisión, nada más hundirse la espada en el cuerpo de cualquier toro, sufrimos siempre el berrido de Muñoz. Aquí no fue una excepción:

- Muñoz:  ¡Qué estoconazo!
- Cristina: Sí, ¡qué buena estocada! ¡Ay! (Se da cuenta de la imagen                que ven a continuación) ¡Qué pena que hace guardia!
- Muñoz:  (se calla en seco, no respira al ver que su 'estoconazo' no                  ha engañado a nadie más que a él mismo).

A pesar de esos defectos citados, Urdiales acalló a todos aquellos que desde tiempo inmemorial repiten el lugar común de que no sabe hacer faenas. Siempre venían con el tópico de que 'Urdiales sólo sabe dar pases sueltos'. Pues ya no lo podrán decir más porque el maestro ha tirado por tierra hace tiempo esta peregrina teoría.

Su segundo se devolvió y fue sustituído por un colorado ojo de perdiz de Joselito. Era enmorrillado, hondo y berreón. Urdiales ordenó la paliza de rigor en el monopuyazo asesino que siempre administra a sus toros. En el segundo sólo hubo un pinchazo porque el toro descabalgó al picador pero el animal ya iba servido con la sangría del primer encuentro.

Entre el escándalo que había durante la faena en el tendido y que el toro era desaborío aunque noble, Urdiales estuvo trabajador. Pero no nos pasó desapercibida la forma en que remató una última tanda en el tercio:

Excelente, sin echarse el toro afuera, rematando en la cadera. Esto que hace aquí el riojano, ni Perera ni Manzanares saben lo que es:

O si lo saben, nunca lo hacen, lo cual tendría mayor delito porque se aliviarían conscientemente enviando el toro afuera en cada pase. Urdiales mató de esta rinconera habilidosa tapando la cara:

Terminó así la corrida de la Beneficencia, que ya no es lo que era. Antiguamente era un premio a los triunfadores de San Isidro. Ahora, está anunciada meses antes, cosa que no nos parece bien. Para nosotros, la corrida más importante del año tendría que haber sido ésta:

No ponemos Miura porque está castigada este año en Madrid. Partido de Resina tiene seis toros disponibles que podrían lidiarse a finales de junio. Además, el juego que dio su ejemplar en la concurso de Vic fue muy esperanzador (vean la entrada anterior). Y sobre los diestros, esperamos que estén de acuerdo con nosotros. ¿A que se apuntarían a ver esta corrida sin dudar?

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.