lunes, 16 de mayo de 2022

FERIA DE SAN ISIDRO, 2022 (5). EL PARRALEJO: OREJEO BARATO Y VALOR CARO

¿Hizo bien Ginés Marín en seguir toreando con la cornada que llevaba? No nos tapamos y nuestra opinión es que no. Luego lo comentaremos.



La corrida de El Parralejo fue bastante olvidable. La forma en que entró al peto el primer toro nos hizo concebir unas esperanzas que se diluyeron como un azucarillo. 



DÍAZ. Su primero era negro, bien encornado y con trapío pesando 510 kilos:



El primer puyazo fue un espectáculo sensacional con el toro empujando como si le fuese la vida. En cambio, en el segundo cabeceó, se repuchó y terminó por salir suelto. ¿Hubiera cantado definitivamente la gallina en el tercero? A ver si hay suerte y vemos tres varas en algún toro en la teóricamente mejor plaza del mundo... Si no, habrá que esperar hasta Guadalix.



Oigan, ¿qué hacía ese monosabio pasándose de listo agarrando al caballo desde el callejón? Lo hacen muchas veces pero pasa desapercibido especialmente para el presidente.



Sacó nobleza en la muleta de Díaz, que se montó en su tiovivo habitual siendo muy jaleado. Fue curioso que no se colocase bien pero no escuchase tantas protestas como oyen otros. Estuvo por debajo de la bondad de Majadero.



Estocada honda y atravesada, con su típico telonazo, que provoca derrame y la muerte del toro en el tercio.



Su segundo era negro zaíno, serio, sin una cara antediluviana pero con un pecho imponente:



Metió los riñones para romanear momentáneamente pero decidió no pelear más ni en ese puyazo ni en el siguiente.



Muy bien Lipi con los palos antes de que el toro empezase a blandear y a cabecear en la muleta. Díaz le arrancó pases tragando saliva y con bastantes precauciónes. Bajonazo delantero y a otra cosa.




LORENZO.  Su primero era negro zaíno y fue recibido con algunos pitos:



Tras esta voltereta, blandeó y vio el pañuelo verde:



Salió el sobrero de José Vázquez, que pesaba casi 600 kilos aunque era muy largo y no los aparentaba:



Dudábamos entre si el toro estaba dormido o es que venía picado del campo. Empujó un poco mientras cobraba asesinamente trasero y cuando se hartó, huyó despavorido. Nueva huída en el segundo y el animal que seguía como ausente con su trote cochinero.

El torillo resultó bondasoso, palabra que acabamos de acuñar para calificar lo que no debería ser nunca un toro de combate, una triste mezcla de bondad y sosería. La cosa fue insoportable ya que el maestro se puso pesadísimo. Pinchazo malo y entera desprendida tapando la cara.



El quinto era muy serio por delante y lustroso de piel:



Trámite en el primer tercio y buena brega posterior de Curro Javier. Enseñó Lorenzo el cartuchito de pescado para un pase cambiado pero quedó desairado por el toro cuando le arrancó la muleta de la mano.

Después el animal escarbó pero repetía yendo y viniendo sin plantear problemas al diestro. Sabiendo que en esta plaza molesta que te ubiques fuera de cacho, el maestro tenía que rectificar su colocación cada vez que oía protestas en lugar de anticiparse a ellas poniéndose en su sitio.



A nosotros no nos convenció nada. Entera trasera alargando el brazo para darse ventaja y pegando el telonazo. Para los de televisión fue una estocada muy buena pero para nosotros muy defectuosa tal como se aprecia en la imagen:



Oreja muy barata. ¿Han comenzado ya las rebajas de la feria?


MARÍN. Con el anuncio de sus 505 kilos eran previsibles las protestas de salida en su primero. Florito se debió de arriesgar a embarcarlo porque Rafa Molina confiaba mucho en él:



Nada en varas antes de ponerse violento en el capote de Viotti y de que Punta pusiese este magnífico segundo par:



Resultó un toro probón y gazapón con cierta tendencia a la distracción. En una de sus probaturas pegó un gañafón secó y clavó su pitón en el muslo derecho de Marín:



Además, lo volteó y cayó en posición parecida a De Justo.


Volvió a la cara del toro claramente herido y sangrando, gesto tan torero como absolutamente temerario porque si vuelves para matarlo, todavía pero estar ahí delante e intentar torear creemos que no tenía sentido. Saltaba a la vista que no era un simple puntazo. En el parte confirmaron una cornada con dos trayectorias de 20 y 25 cms. de pronóstico grave.

Pasamos un mal rato viendo al maestro sangrando por la pierna y continuando la faena pero sin hacer el más mínimo gesto de dolor. Creemos que eso no es y no somos sospechosos de no alabar los gestos toreros cuando entendemos que tienen una lógica guiada por la valentía y no por la temeridad.



Estocada honda arriba y el diestro que se retiró a la enfermería por su propio pie donde fue operado con anestesia general.


DÍAZ mató el sexto que correspondía a Marín. Fue el más desagradable de todos. Era cornialto, acarnerado, con poco cuello y feo de cara. De nuevo el maestro Moore nos lo retrata dejándolo más guapo:



Nada en varas y luego el francés Viotti se alivió. Nos parecía mejor banderillero antes.

Díaz le dio distancia pero no para torear bien sino para esconderse de la embestida del toro.



Telonazo marca de la casa como se ve en la imagen para dejar una entera desprendida con rueda de peones. Así entra siempre, ¡qué diferencia entre las estocadas de la tarde anterior y las de estos tres! Pero ¿alguien se habrá dado cuenta de ello?



Oreja muy barata porque, como dijo Dávila, al ver la petición: 'ha reaccionado bien la gente, gracias a Dios'.

Pues gracias a Dios que se terminó la corrida porque nos aburrió no poco. En el recuerdo nos quedará por mucho tiempo el gesto de Marín al permanecer en el ruedo con semejante puñalada. 

¿Hizo bien?

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

















10 comentarios:

  1. Buenas Rafa .

    Yo creo que lo de permanecer herido en el ruedo es algo que puso muy de moda Jose Tomás y parece que si no lo haces eres un cobarde. Está claro que lo hizo porque era Madrid pero teniendo faena por delante y ante un toro incierto tal vez no era necesario.

    Algo parecido pasa en el deporte cuando vemos esas imágenes de atletas arrastrándose para llegar y aún llega gente y les ayuda a continuar con su agonía . En ese momento los médicos aconsejan sacar a la persona de la competición pues su cuerpo es lo que está pidiendo .

    Saludos

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    1. Hace 4 años Rubén Pinar sufrió una cornada similar también en Madrid y con un torniquete continuo toreando de una forma que criticamos nosotros por aquí y después todo el mundo:

      http://toreoenredhondo.blogspot.com/2018/10/resinas-para-el-reciclaje-en-madrid.html

      Todavía le tocaron palmas de tango los del siete cuando su estocada cayó defectuosa mientras se estaba desangrando...

      No sé si la moda será culpa de José Tomás pero insisto en que a mí me parece fuera de lugar continuar en esas condiciones. Como no estoy leyendo nada de lo que se escribe sobre este San Isidro ignoro si en otras crónicas lo habrán ensalzado o lo habrán criticado como en nuestro modesto blog.

      Saludos

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  2. Pues hoy estamos de acuerdo.

    Sobre lo del tercer puyazo. Curro que no es tonto, estuvo listo. No lo pongo una tercera vez por si acaso (por si acaso se arranca, claro). Curro, estuvo más preocupado en tapar al toro que en torear. Lo de la pierna retrasada es exagerado. Un desastre. La oreja de Lorenzo está muy justa, muy despegado pero "aseado", la de Díaz es de saldo. Que le de las gracias al patrón.

    Sobre Ginés, estoy contigo. Estuvo hecho un tío, sobre todo porque ni se miró, ni un gesto, no vendió nada... pero no es eso. El circo romano se extinguió hace siglos. Por cierto, me llamó la atención que no le hiciesen un torniquete, parece que ahora no los hacen por temor a provocar una trombosis.

    Saludos.

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    1. Exacto, eso del torniquete parece que tiene ahora mala fama aunque de eso saben más algunos amigos lectores del blog que son médicos de profesión. A Pinar sí le hicieron uno en aquella cogida que enlazo en el comentario anterior.

      De los toros no me dices nada pero a mí me dejaron bastante frío a pesar de las alabanzas de los comentaristas televisivos.

      Saludos

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  3. ¿Los toros? Merecieron algo mejor. Mansito encastado el primero, el más interesante. Desorejables 5º y 6º, al borde de la tontez. En general hubo movimiento, pero no hubo poder. El Parralejo se queda en su sitio. Por encima de lo de JP, Cuvillo... pero por poco. Que no nos vendan motos (tipo Fuenteymbro).

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    1. Estar por encima de los juampedros o los cuvillos no sé si es un mérito reseñable... Pero, efectivamente, poca cosa. El movimiento que hubo fue uniformemente aburrido para mi gusto.

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  4. He leído ,no dé donde,que la actitud de Gines Marín tras su fea cornada, ha sido lo más torero de la Feria.
    En mi modesta opinión ha sido lo más absurdo.

    Si confundimos valor con insensatez,confundimos tocino con velocidad.No es así como debe reivindicarse un torero ,cuando puede y debe hacerlo arriesgando al límite y toreando conforme a los cánones , a toros que a su vez, cumplan con su obligación de ser animales fieros y peligrosos que pueden matar.
    Esa creo que es la grandeza del toreo, no aguantar en pié una situación inhumana y absurda que nada tiene que ver con el arte de torear y que puede ser nefasta para su vida.

    El torero demostró ser un valiente insensato al que respeto profundamente como ser humano.
    Dicho sea sin ánimo de molestar a nadie.

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  5. Hola Rafa
    Te preguntas, y abres el debate, sobre si era necesario que Ginés Marín permaneciera en el ruedo después de la cogida y cornada que le propinó, el domingo pasado, el tercero de la tarde. Yo creo que la respuesta racional, razonable, lógica y prudente es que no, no era necesario. Si se hubiera ido a la enfermería a nadie nos hubiera extrañado ni se le hubiera puesto la más mínima pega.
    Ahora bien, siguiendo este razonamiento, nos podemos preguntar si es necesario perfilarse correctamente a la hora de entrar a matar, no pegar un telonazo para tapar la cara del toro ni dar un salto antiestético para clavar el estoque. ¿Es necesario, también, que la estocada caiga en el sitio preciso, en lugar de más trasera, más caída o más contraria?.
    ¿Es necesario citar al toro dando el medio pecho, cargando la suerte, con las manoletinas apuntando al toro en lugar de hacerlo retrasando la pierna y apartándose del viaje?
    Y poner al toro en suerte de una determinada manera para que acometa al picador, que éste pique justo detrás del morrillo y no en el lomo, ¿es necesario?
    ¿Es necesario, tiene sentido, aún más, que un señor se vista de torero para lidiar y matar a estoque un toro? ¿No es esto una temeridad sin mucho sentido?
    En mi opinión las respuestas a estas últimas preguntas son que sí, es necesario. Y es necesario porque es la manera de respetar al animal al que se va a matar, a sacrificar, durante la corrida. Es importante, fundamental, no aliviarse, no darse ventajas si no dárselas al toro, precisamente, porque va a ser sacrificado y debe tener la oportunidad de defenderse. Hay que citar al toro dando el medio pecho y cargando la suerte pero no porque esa sea la manera “correcta”. Es la manera correcta porque es la manera en que la pelea entre el hombre y el animal es más justa. Es la manera en la que el hombre, destinado a vencer en esa lucha, le da todas las facilidades o ventajas al animal. Y eso es lo que la hace correcta. Y ética. Y es lo que justifica, o ayuda a justificar la lidia y muerte del toro.
    Ginés Marín se pudo haber ido a la enfermería y nadie se lo habría recriminado ni afeado. Ni siquiera hubiera sido incorrecto por significar un alivio ni un desprecio al toro. Pero quedándose en el ruedo para terminar su faena y hasta que el toro desapareció por la puerta de arrastre dignificó, en mi opinión, al toro y al torero. Creo que en su pensamiento debió haber algo como, en esta lucha de hombre y torero, la misión del toro es intentar cogerme. Y si habiéndome herido pero yo pudiendo continuar la pelea, sin aspavientos y sin gestos tremendistas, no lo hago, de alguna manera estoy denigrando al toro en primer lugar y a mi profesión en segundo.
    Quedarse en el ruedo como lo hizo me pareció una muestra de respeto hacia el toro y hacia el torero. Y fue uno de esos gestos que hacen que algo tan innecesario como la corrida de toros tenga sentido y pueda, incluso, llegar a ser sublime.
    Por lo demás, daros las gracias a ti, como siempre, por mantener este blog magnifico y a todos los que se animan a comentar de vez en cuando. Es un auténtico placer el poder leeros.
    Saludos,
    Manuel

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    1. Cuando me hacía usted la pregunta estaba pensando ya en la respuesta y veo con alegría que usted mismo la da coincidiendo con lo que iba a ponerle yo.

      Una cosa es la liturgia y la técnica de torear evitando los alivios y otra cosa es retirarse a la enfermería con semejante cornada, cosa que nadie hubiera interpretado que afectaba ni a la liturgia ni por supuesto que era un alivio.

      En la crónica digo que no me hubiera parecido mal que tal como se levanta de la cornada coja el estoque de verdad y le pegue un mandoble al toro y que en el momento en que doble se vaya directamente a la enfermería.

      Pero quedarse a seguir toreando sigue pareciéndome un poco fuera de lugar a pesar de todos los argumentos favorables que usted comenta y que no son pocos.

      Pero imagine que al seguir toreando en esas condiciones, al citar le falla la pierna, el toro hace por él y lo mata... ¿qué estaríamos diciendo ahora? Ya sé que siempre un toro te puede matar pero no es cuestión de enfrentarse él claramente mermado.

      Saludos

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