FERIA 3PUYAZOS, 2022 (3). NOVILLADA: RASO - VALDELLÁN

 ¿CABEMOS EN UNA PORTÁTIL?

Como no podía ser menos nos desplazamos a San Agustín de Guadalix para asistir a la primera feria organizada por el Club Taurino 3Puyazos de quienes ya les hemos hablado por aquí varias veces (tienen una etiqueta con su nombre en el lateral).

La organización dentro del ruedo fue perfecta en nuestra opinión. Hubo detalles muy bien cuidados que nos llamaron la atención. Por ejemplo el paseíllo con varios caballos sin peto:

Los hierros, pintados en los burladeros como pueden ver aquí mientras hacen el paseíllo los areneros, que son voluntarios del mismo club:

Observen el detalle de la cartelería anunciadora de cada toro por un lado y por el otro. Una cosa así no se había visto en España nunca:

Las mulillas iban perfectamente rasuradas con su nombre en la grupa:

Y por último las banderillas de cada festejo, adornadas con los colores de las dos divisas. En el par de Dani Sánchez se aprecian las de la novillada:

Añadan a todo lo dicho un programa de mano excelente. 

Esta plaza tiene una capacidad de 2.500 espectadores y para cubrir gastos tenía que haber 1.000 personas. Pues no había más, rozaban el tercio de asistencia que calculamos nosotros a ojo.

El titular recuerda nuestra recurrente afirmación de que los aficionados que vemos la tauromaquia desde la óptica del Toro cabemos todos en una plaza portátil. Pongan que hubiera doscientos que no pudieron venir por diferentes motivos. Si quieren, ponemos mil aunque tengan en cuenta que había muchos franceses en el tendido. Pues la respuesta a la pregunta del titular sería que sí y de sobras.

Un buen tanto que se apuntaron también los de 3Puyazos fue la exhibición de los toros en El Batán, cosa que supuso gasto y riesgo añadidos. Colaboró diligentemente la Comunidad de Madrid, todo hay que decirlo.

Los dos de Raso de Portillo estuvieron correctamente presentados. Tenían el hándicap de que se pegaron al desembarcarlos en la plaza y decidieron meterlos en los chiqueros antes de tener una desgracia. Eso quiere decir que estuvieron allí dentro desde las dos de la tarde del día anterior, con la sofocante temperatura que ha habido en esta zona durante el fin de semana (pero con agua, por supuesto). Los de Valdellán no se pegaron y tuvieron más caja. Las peleas de los cuatro en el caballo no fueron las esperadas, la verdad.

El presidente no tenía ninguna instrucción especial por parte del club en el primer tercio como no fuese autorizar más de tres puyazos si lo consideraba oportuno. En ese caso se usaría la puya de tienta. En la novillada no hubo ocasión pero sí en la corrida, donde asistimos a un espectáculo memorable como verán ustedes en la próxima entrada.

CARBALLO. Su primero era este negro bragado muy berreón:

En el primer puyazo tardea pero luego empuja con fe y saca el caballo al tercio. En el segundo no va, muge y como estaba visto, Carballo lo acerca y sale suelto. Pidió el cambio pero el presidente Víctor Ferra, a quien conocemos de Tarragona, no lo concedió.

En ese momento nadie lo entendió pero era una forma de indicar a los picadores que no pegasen el monopuyazo asesino en la primera entrada sabiendo que tendría que haber tres, tanto si querían como si no. El palco quería evitar lo que ha pasado en la Feria de San Isidro. Les podemos asegurar que el presidente podría haber formado parte de cualquiera de los corrillos de aficionados que se juntaron durante la jornada sin desentonar lo más mínimo e incluso siendo más duro y exigente que muchos.

El caso es que el novillo en la muleta profesaba la religión protestante, no paraba de berrear y era pegajosillo. Además iba perdiendo fuelle y se quedaba debajo:

El extremeño porfió con voluntad y se equivocó al entrar a matar en la suerte contraria. Pinchó para dejar después esta estocada honda, caída y atravesada con bella muerte del tal Urbano:

Su segundo era de Valdellán y salió rematando en el burladero:

Aquí lo tienen, negro, con bragas y con cuajo. Por cierto si fuesen ustedes los novilleros ¿hubieran echado por delante el de Raso o el de Valdellán?

El picador Majada estuvo infame, recargando y clavando en el lomo. De nuevo el presidente negó el cambio con el segundo puyazo ante la incomprensión de todos los presentes pero cuya plausible razón ha quedado explicada.

Curro Javier estuvo muy bien durante todo el festejo y se llevó al final el premio al mejor hombre de plata:

El de Valencia de Alcántara brindó a un paisano que sigue todas sus actuaciones y que era vecino nuestro de localidad. Luego le preguntamos si al devolver la montera había metido dentro cincuenta euros y nos dijo riendo que se los iba a dar luego personalmente. Si Carballo lee estas líneas, ya sabe:

El pobre bicho quería pero no podía y Carballo se vio obligado a torear a media altura con voluntad. Esperemos que no pasase desapercibida la habilidad del diestro al evitar que el animal se cayese más veces después de las dos primeras al inicio de faena.

Dos pinchazos sin soltar y esta estocada contraria y ladeada:

Tuvo que matar también el cuarto por indisposición de Peseiro. Era un toro muy parecido al anterior al que hizo un buen recibo rodilla en tierra con el capote:

En dos puyazos sufrió tres agujeros malos que recibió cabeceando, con toda la lógica del mundo. Aquí sí que concedió el cambio el presidente tras el segundo desaguisado dado que era el último novillo. Peña demostró que es un excelente jinete pero aquí se trata además de picar bien y en eso falló como escopeta de feria. Perdió así los cuatrocientos euros que ofrecía de premio el club.

El sobresaliente Javier Montalvo dio las verónicas más aseadas de toda la mañana. En julio torea en Madrid. Culminó con esta media seguida por una revolera y no con otra media consecutiva para destroncar al novillo, lo que suelen hacer muchos grandes maestros con tantos años de alternativa como de resabio:

Carballo brindó a la enfermería por Peseiro y en cuanto se puso delante el toro, éste le pegó un inesperado gañafón y lo derribó:

Saltaron muchos al quite pero no lograban sacar al toro de allí encima. Pegó una paliza al diestro y le rompió la taleguilla pero sin hacer sangre aparentemente:

Volvió a la cara del toro pero este ya se había orientado y poco más pudo hacer:

Metisaca bajo, esta media que escupe, pinchazo y el tal Molinillo se echa.

PESEIRO. Había pasado la noche con 40 de fiebre y el calor imperante acabó de noquearlo. Su primero era este novillo del Raso que remató enfurecido de salida contra su propio hierro:

Aquí ven al tal Usufructuario:

Al pobre animal el picador le hizo más que un siete un socavón mientras empujaba con un pitón. En el segundo salió suelto ante la terrorífica carnicería y en el tercero el matarife del castoreño aún le volvió a acertar en este boquete. Dudábamos si poner la imagen ante la posibilidad remota de que la usen los antitaurinos:

Ese desastre difícilmente hubiera acontecido con las puyas que, inasequibles al desaliento, intentan promocionar el maestro Sales y el albéitar Fernández. Pero en un mundo en ocasiones tan irracional como el de los toros, con tantos resabios adquiridos, cuesta que se imponga la racionalidad. Y conste que había una buena predisposición por parte del club para usarlas (recuerden esta entrada).

Para nuestra gran sorpresa el novillo empezó embistiendo con casta a pesar de semejante destrozo por el que manaba la sangre a chorros. El pobre animal respiraba con dificultad seguramente por lesiones internas pero aún empujaba. Mientras, el portugués no se aclaraba y perdía un tiempo precioso dando pases que no llevaban a ningún sitio.

El de Raso llegó a enfadarse y le pegó un susto porque se estaba cansando de tanto mantazo.

Lo finiquitó con está casi entera baja, equivocándose al entrar en la suerte contraria. No se puede entrar así, con la mano por la estratosfera y con el delantal puesto pero exactamente así es como matan la mayoría de maestros del escalafón superior. Acto seguido pasó a la enfermería de la que ya no volvió:

Finalizó el festejo matinal, que dejó un excelente sabor de boca en cuanto a organización por parte del club pero no tanto por el juego de los cuatro novillos.

Fuera de la plaza habían montado una carpa con bebidas, bocadillos y arroz con pollo. Para nuestro gusto el arroz no estaba nada mal aunque aficionados venidos de Valencia seguro que le pusieron pegas. Había que esperar la corrida hasta las siete de la tarde. Quizá el año que viene sea mejor empezar a las seis.

Como todo nos había parecido positivo, vamos a dejar una nota negativa aunque sea al final. Resulta que alguien tuvo la funesta idea de poner música a todo volumen en la zona de la comida, lo cual fue desesperante para los aficionados, que estaban deseando hablar de toros y no podían entenderse ni a gritos. Fue algo insufrible.

Pero insistimos en que dentro del ruedo todos los detalles quedaron perfectamente cuidados por los buenos aficionados del club 3Puyazos. Que a nosotros nos molestase el insoportable volumen de la música no deja de ser una manía más qué pueden añadir a la larga lista de las que nos adornan.

No nos despedimos sin mencionar el placer que tuvimos en saludar a tantos lectores de nuestro modesto blog a quienes no conocíamos, así como en volver a hablar con amigos aficionados a los cuales no veíamos desde antes de la epidemia. 

Saludos cordiales desde Madrid. Rafa.