lunes, 27 de marzo de 2023

COPA CHENEL, 2023 (4): QUINTAS - GUADAJIRA

UN BERRENDO DE QUINTAS

El interés del festejo radicaba en ver dos cosas teóricamente diferentes a lo acostumbrado. Por un lado lo de los hermanos Quintas y por otro lo de Guadajira, un Domecq que intenta huir del desprecio con que muchos aficionados tratan al monoencaste.

Quintas sólo lidió dos toros y el primero nos gustó, como argumentaremos después. Fue este Solero:



Los de Guadajira tuvieron buen trapío y estaban limpios de pitones pero su comportamiento no creemos que haya dejado satisfecho a su propietario. A nosotros, por supuesto que tampoco. 




BORJA JIMÉNEZ. Mató tres por la cornada de Fermín. Su primero fue erróneamente calificado en los papeles como ensabanado, cuando era berrendo en sardo, además de capirote, botinero y mosqueado:


Lo de sardo se aprecia mejor en un primer plano de la cara, como veíamos antes. Ahí tienen los tres pelos:


El toro tenía de salida el viaje cortito pero furioso. En televisión decían esa cursilada de que tenía disparo, sandez que no sabemos quién inventó aunque al primero al que se la oímos fue a Santiago Domecq. El picador se quedó bien a gusto barrenando porque no olviden que estamos en la Copa Chenel.

El tal Solero fue aprendiendo en banderillas a marchas forzadas. No tenía ningún sentido pasar por cuarta vez como ordenó el presidente a pesar de que ya colgaban cuatro palos.


El de Quintas pegaba arreones de toro antiguo y pedía a gritos un buen castigo inicial por abajo que Jiménez no le dio. Empezó a torear molestado por el vendaval mientras el toro pensaba y pensaba.


Como el animal no tenía clase según los televisivos, a nosotros nos gustó y la firmeza con que estuvo el diestro también nos convenció. La valentía con que plantó cara al toro sirvió de ejemplo a esos toreros señoritos de mitad para abajo del escalafón que no quieren arriesgar si tienen compromisos que consideran más importantes, como era el caso de Jiménez.


Estocada tan tendida que casi parecía enhebrada. De nuevo un buen detalle: volver a entrar en lugar de descabellar. Dejó una media caída y atravesada con el toro cortándole el viaje porque no había aprendido de su equivocación y entró dos veces en la suerte contraria. La faena del sevillano tuvo más valor que cualquiera de las que hemos visto en esta Copa y que han sido premiadas con orejas de chichinabo.


Su segundo era de Guadajira, un castaño serio, bocidorado, cornilevantado, astifino, y rematador en los burladeros:


Simulacro en varas por culpa del toro. Después una banderilla le cayó en el costillar, vean:


Embistió con sosería quizá por ese palitroque y fue Jiménez quien puso todo de su parte sin que la faena tomase ningún vuelo. Estocada caída sin puntilla y orejica rural:


El sexto era de Fermín pero en ese momento estaba siendo intervenido de una cornada de un palmo que le llegaba al escroto. Era de Guadajira, castaño, bociblanco, con morrillo, con trapío y con dos puñales:


Se arrodilló en tablas antes de que el toro recibiese un puyazo casi en la penca del rabo. Jiménez paró al picador porque si no, mata al pobre toro allí mismo ya que se había levantado sobre los estribos en plan asesino mientras tapaba la salida, ¡viva la Copa Chenel!

El tal Bullicioso se orientó un poco en banderillas. Muy bien el diestro al dejar la montera en la puerta de la enfermería. Lo obligó tanto de inicio que en el tercer pase se fue al suelo. El toro repetía si le dejaban respirar pero entre eso y el aire, la faena de Jiménez no tuvo chispa. Su arrimón final nos resultó bastante cansino.


Pinchazo y estocada baja y pasada que basta. Orejilla de los chinos:



DIEGO CARRETERO. Su primero era de Quintas, un berrendo en negro entrepelado, remendado, botinero, mosqueado y playero:



Clavó los pitones y estuvo a punto de dar una voltereta. Recuperó el equilibrio pero nos dio la impresión de que se había lastimado alguna mano. Fue al corral urgentemente dado que el presidente Costales ya no marea la perdiz con el verde.

Como el sobrero era de Guadajira, Carretero lidió dos del mismo hierro. Era un castaño oscuro, con cuajo, con badana y con cara:



Notable empuje del toro en el peto donde romaneó durante un segundo mientras recibía la barrenada de rigor tal y como es la deleznable norma en esta Copa. Excelente lidia de Revuelta.

El toro quería embestir pero estaba demasiado aplomado. Carretero llevó en el pecado la penitencia por haber permitido la barrenada de su picador. Encima se puso muy pesadito pegando pases.



Horrorosa estocada, casi en el lomo por ir con la mano alta, perdiendo la muleta y tomando el olivo, más descabello:



Su segundo en el sorteo figuraba como Bandido y en el ruedo fue anunciado como Guitarrista (?). Era castaño casi negro, lavado de cara y listón. Fue recibido por Carretero de rodillas en tablas:



A este diestro el primer tercio le importa una higa y permitió una asquerosa paliza de su picador, barrenando, recargando, tapando la salida y clavando en el lomo. Un antitaurino hubiera disfrutado grabando las imágenes y divulgándolas después por las redes. Y los aficionados, a callar agachando la cabeza. Revuelta nos quitó el mal sabor de boca con su primer par.

Torete noblón y bobalicón ante el que el albaceteño corrió la mano bien pero picando más de lo reglamentario, observen:



Nueva estocada sacada de la cámara de los horrores: con la mano por la ionosfera y perpetrando un monumental telonazo que incluso llamó la atención de Arnás, para que ustedes se den cuenta de que los de televisión saben perfectamente de qué van los alivios aunque normalmente prefieren taparlos:



Descabello final con un Carretero que nos dejó un regusto de gran decepción a pesar de la oreja pueblerina.


ALEJANDRO FERMÍN. Su primero era de Quintas y hacía honor a su nombre porque se llamaba Negrito. Era estrellado, con un pitón izquierdo raro (la cornada la daría con el derecho):



Fermín le pegó una larga de rodillas pero terminó perdiendo el capote cuando se levantó. Por cierto, a ese vestido, que toda la vida fue malva o lila, la comentarista lo denomina 'chenel':



Poca cosa hizo en el caballo como no fuese mansear en plan epiléptico. Sorprendentemente el diestro permitió una segunda entrada donde recibió un picotazo. Vino el siguiente quite de Jiménez por chicuelinas más una media y la consiguiente respuesta de Fermín también de frente al costado. Nos temimos en ese momento que el toro había entregado la cuchara. Oigan, ya que estamos, la chicuelina ¿es torear? Recuerden esta entrada. Gran quite de Carretero ante el percance del peón, fue lo mejor que hizo en toda la tarde:



Como era de prever, al toro apenas le quedaba gasolina y la cosa andaba bastante desangelada hasta que el aire descubrió al diestro y el de Quintas le pegó una cornada seca. Ahí es cuando el viento se lleva la muleta y lo ve:



Fermín no quiso retirarse a la enfermería y regresó a la cara del toro sin aspavientos y además colocándose bien. Fue inconcebible que no hubiera un subalterno que le acercase la espada, tuvo que pegarse un paseíto hasta la barrera y otro de vuelta. Dejó una estocada muy defectuosa por atravesada y tendida que asomaba y encima perdiendo la muleta pero bastó. El puntillero jugó a falso compañero levantando el toro dos veces mientras seguía manando sangre de la herida del maestro. Oreja que no nos molesta a pesar del sablazo.



Lo que queda para el recuerdo de esta corrida son tres cosas: el berrendo en sardo de Quintas, la buena disposición de Jiménez olvidándose de sus próximos e importantes compromisos y la mala suerte de Fermín, con esa cornada por no querer rectificar sus piernas a pesar de que el aire lo había dejado a merced del toro. Y para el mal recuerdo la decepcionante prestación de Guadajira a pesar de su excelente presentación. 

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

8 comentarios:

  1. Gracias maestro.

    Además, interesante análisis y remembranza de la chicuelina (¿torear o no torear?) que presentó Vd. en Feb., 2015. Nunca vi con buenos ojos la chicuelina de Camino... ¿habrá lidiado un toro sin pasarlo por este lance capotero de su predilección? Conste que siempre fui admirador del Niño de Camas pero parece que fue su defecto, tanto abuso de chicuelinas, quizá un tanto insípidas o monótonas.

    Impresionante el de Guadajira, el sexto.

    Y los picadores que siguen de necios para enfadar al toro, alegrando[?] a los antis. // Atte., Torotino

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    1. Gracias a usted y lo de maestro queda circunscrito a los que se ponen delante del toro no a los que los vemos desde la barrera.

      Saludos

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  2. A ver si hay suerte y le puede llegar esta crónica al propio Borja Jiménez, o a alguien de su entorno.

    También de paso, a casi el resto del escalafón al completo, para que tomen ejemplo.

    Saludos desde Madrid,
    Rulan

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    1. Pues sí porque hay bastantes de los que ni de lejos son figuritas del Belén y que se niegan a aceptar compromisos previos porque tienen una tarde en San Isidro o en Sevilla y no quieren arriesgar a quedarse fuera por un accidente.

      Luego van quejándose de que no tienen oportunidades. Jiménez estuvo más que digno y en su actuación parecía que era su única corrida del año. Además es de los pocos que no pega el telonazo al entrar a matar. Veremos lo que dura.

      Saludos

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  3. Buenos días Rafa. Mira tu que el de Quintas me dejo un buen sabor de boca. Me sorprendió muy gratamente. Había leído yo por a ahí que no eran muy allá, pero el sardo del otro día, me gusto mucho. Es mas, ya podían anunciar mas toros de esta ganadería, el negrito también, sin ser nada del otro jueves, no eran un borrego domexcticado, si salía a veces distraído del emvite, pero no me parecieron toros txotxones borregónes de algodón de azúcar. Y Javier o Borja Jimenez, que ya no se, me gusto mucho mucho su actitud y sus formas, y eso que había huracanes por momentos, otro que querría volver a ver. Yo, les vi a los tres toreros con ganas, y no me disgustaría lo mas mínimo volverlos a ver con una ganadería atractiva. Lo de Guadajira fue mas triste. El primero no me disgusto, pero claro, comparado con el de Quintas, parecía un oso amoroso teledirigido, no tenia color, pero no fue mal Toro, el resto no valió un duro.
    Rafa, contento me quede de lo poco que vi. No fue la reostia, pero ese Toro sardo y Jimenez, mereció la pena. El viento lo estropeo todo. Y los picadores son la peste absoluta. Quiero mas de quintas.
    Un saludo
    Kaparra

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    1. Me alegro de que viésemos la misma corrida. Un amigo me decía que ese primero de Quintas se había defendido 'y lo que tiene que hacer un toro es embestir, no defenderse'. Yo le dije que el quinto estaba embistiendo y yo me estaba durmiendo...

      Usted y yo estamos tan cansados de la ternera bobalicona que cualquier cosa que se salga del guion, por poco que sea, nos sabe a un soplo de aire fresco. Con qué poco nos conformamos...

      Saludos.

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  4. Buenas Rafa .

    Con respecto al pelaje del primer toro totalmente de acuerdo con lo de berrendo en sardo pero en el otro berrendo yo quitaría lo de remendado , ya que estos berrendos tienen todos como base el aparejado y conforme se van haciendo más claros van pasando por alunarados, mosqueados ……… y siempre con el denominador común de ser botineros y capirotes . Yo personalmente lo de remendado lo prefiero utilizar en los de la rama vega villar o incluso Núñez .

    Por lo que veo me perdí el mejor toro ( la corrida venía anunciada en algunas páginas a las 18:00 ), el resto perfectamente olvidable . Con respecto al trapío de los toros de Guadajira decir que ya hay quien se va quejando del excesivo trapío de algunos toros de la copa Chenel y no hablan de las puntas porque sería demasiado descarado pedir el afeitado .

    Saludos

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    1. Yo de milagro vi que se habían equivocado en la hora del festejo. Ese que se queja del excesivo trapío de los toros podría ser un diestro con la lengua larga o un apoderado de los taurinos con el colmillo retorcido. Incluso podría ser un crítico paniaguado. Pero pásmense ustedes ¡¡porque es un ganadero!!, con lo cual los ganaderos tienen lo que se merecen.

      Lo de remendado es posible que sea un poco redundante en esta capa pero en principio cualquier berrendo con los límites de las manchas desdibujados lo es. Me recuerda a calificar los cárdenos como ojalados. También parece redundante pero si lo son habrá que decirlo.

      Saludos

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