CÉRET DE TOROS, 2015 (4): ADOLFO MARTÍN
'GOLOSINAS ADOLFO'
Parece el nombre de una pastelería ¿no? Es que donde antes tenían toros ahora tienen chocolatinas, merengues y hojaldres. Los aficionados que peregrinaban por toda España siguiendo a estos toros se van a ahorrar mucho dinero. Y es que me temo que los adolfistas han roto el carnet.
En Céret el año pasado se produjo el milagro de que saliese 'Monerías' (recuerden aquí). Pero los milagros son eso, milagros, y dado el rumbo que han tomado estos albaserradas, la aparición de futuros 'Monerías' será un salto atrás cada vez más esporádico.
Como se aprecia en estas fotos, los de Céret estuvieron muy bien presentados, nada que ver con la impresentable corrida de Vic del año pasado. Todos tenían culata lo cual nos hace preguntarnos si comen lo mismo que esos otros tan escurridos que se prodigan habitualmente en esta ganadería. Observen este porque eran todos iguales de grupa:
En el caballo, nada de nada. Acudieron como el que va a mirarse la próstata.
Y en la muleta, pastueños hasta resultar aburridos y eso, en esta ganadería, es un delito de cárcel taurina. Porque, don Adolfo, le observábamos en el tendido con los brazos cruzados y se le veía a usted aburrido ¿verdad que sí? Pues igual que nosotros... Pero si esto es lo que usted ha escogido, con su pan se lo coma, como decía Sancho Panza.
ENCABO. Vino muy dispuesto a esta plaza donde siempre se le trató bien. Lo único que se vio con la capa en toda la feria lo puso él -sin ser nada del otro mundo-. Fue el único que entró a un quite:
Luego puso banderillas muy aseadamente:
Su primero se revolvía pero sin mala idea y sin codicia. Encabo estuvo al hilo del pitón y pegó esta estocada que se le fue baja y trasera:
Su segundo era un adolfo de mazapán, nada reseñable por la mínima entidad del enemigo (no se engañen por la foto del primer pase porque no fue nada de lo que parece). Tendida desprendida perdiendo la muleta y descabello.
URDIALES. A su primero Burgos le perpetró tres puyazos en el lomo (uno es el de la foto de más arriba) ¡Qué desastre! En banderillas arreó un poco e iba rebañando por el izquierdo. Fue el único adolfo que pidió no el carnet sino la fotocopia del carnet. Le dio un primer susto a Urdiales cuando se le coló y, a la segunda que hizo un gesto raro, el diestro se fue por la espada. Dibujó algún pase aislado como este:
Cinco descabellos después de una delantera atravesada tirando -que no perdiendo- la muleta. Ya vieron ustedes en San Isidro que la moda es tirar la muleta para aliviarse. Al torero que tira la muleta en la estocada no habría que concederle ni siquiera la vuelta al ruedo porque la cosa está pasando de castaño oscuro.
En el segundo vimos el mejor toreo de la feria con unos naturales preciosos. A día de hoy no hay nadie que toree al natural como Urdiales ni de lejos. Tiene que salirle su toro, por supuesto. Pero si eso ocurre, el empaque y el gusto con que el riojano se estira es extraordinario:
El toro era de paja y al final Urdiales se puso pesado. Pinchazo hondo que escupe, media desprendida y descabello. Al final de la corrida le dieron el premio de la crítica francesa al triunfador de la temporada pasada.
ROBLEÑO. Volvía a torear en su casa. Su primero se rompió un cuerno por la cepa y salió un sobrero carifosco, 'Aviador', uno de los toros más serios que hemos visto en esta ganadería:
Era otro adolfo que se podía torear a sesenta pulsaciones, no había que pensar mucho y Robleño estuvo relajado toreando sólo con la derecha. Para nosotros, sin ningún interés nada de lo que hizo ante la entidad mínima del oponente a pesar de su presencia. Lo mató de esta rinconera:
El último, 'Malagueño', quizás debería haber quedado como sobrero porque era demasiado bizco como han visto en la foto de arriba -aunque estaba en 580 kilos-. Su comportamiento fue como el de un domecq de los peores. Una sosería infame que nos llevó al 'aburrimierdo' (recuerden lo que significa la palabra aquí). Fíjense en la foto de abajo porque este tipo de toreo y un insulso y absurdo arrimón sin ningún valor le valió a Robleño la oreja baratísima de sus paisanos de Céret (los serios, no, claro):
El torso doblado imitando lamentablemente a nuestras queridas figuras, de perfil, la muleta mal presentada, muy separado del toro... En fin, dejémoslo aquí. Trasera desprendida, dos descabellos y la citada oreja de los chinos (observen que el toro no tiene nada de escurrido):
Mal que nos pese, Adolfo Martín se ha ganado a pulso no volver por aquí. No tendría que haber vuelto pero gracias a 'Monerías' le dieron esta oportunidad los de la ADAC. Pero estos toros ya no tienen sangre de Albaserrada por sus venas, lo que corre es miel.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
No hemos hecho casi referencia al primer tercio porque fue un trámite pero, para los interesados, decir que acudieron 14 veces al caballo, una cosa bastante vulgar en esta plaza. Pero no daban para más.
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