miércoles, 8 de marzo de 2023

CANAL TOROS ¿LA GRAN OCASIÓN PERDIDA?

Como estamos en España, ya saben ustedes que a la muerte de alguien todo son alabanzas y nadie recuerda los aspectos negros de la vida del finado.

Eso ha sucedido cuando se ha anunciado la defunción del canal toros. Aquí no seremos más papistas que el Papa diciendo que fue una experiencia totalmente negativa pero desde luego que no nos sumaremos al coro de plañideras.



Como aspectos positivos destacamos la realización, aunque muchas veces naufragó al perder de vista al toro, algo que es un pecado de lesa retransmisión. Había veces en que estaba el animal esperando para arrancarse al caballo y enfocaban la cara del ganadero para luego volver al toro tarde, cuando ya estaba en el peto. A título de ejemplo, no hay más que ver la lidia de Agitador de Fuente Ymbro en este vídeo.

Otro aspecto destacable fueron los reportajes que se realizaban en el canal independientemente de las corridas. Recordemos éste de abajo a pesar de que el protagonista no dijo ni el diez por ciento de lo que sabe:



Pero como nosotros nunca estamos contentos, aparte de estos dos aspectos a lo demás le sacamos bastantes faltas empezando por los comentaristas.

Molés sabe de toros, eso no hay quien lo dude, pero en el pecado llevaba la penitencia. Empezaba a destorear un maestro determinado y no decía esta boca es mía. En cambio, en la misma corrida hacía exactamente lo mismo otro y cargaba contra él. La sombra del sobre que lo ha acompañado desde que se hizo un nombre en el taurineo recorría la plaza como aquella sombra de la muerte de que hablaba Luis Miguel (recuerden esta entrada donde nos hacíamos eco de lo que se contaba en la revista Aplausos antes de que la publicación se transformara en la triste Hoja Parroquial de los taurinos).

Cuando jubilaron a Molés, la situación nos recordó, salvando las distancias, a cuando mataron a Gaddafi con su última frase antes de morir diciendo: no saben ustedes lo que va a venir detrás de mí. Con el de Alquerías se cumplió la maldición y se hizo bueno el viejo adagio español del otros vendrán que bueno me harán.



Lo mejor de todos los comentaristas que han circulado por allí ha sido la retranca de Chenel. Nos recordaba a cuando Miguel Induráin comentaba una carrera ciclista porque ambos decían lo justo, sin alharacas ni peroratas pero acertando permanentemente. A Antoñete le perdía muchas veces su inclinación hacia el torero y aquellas expresiones barriobajeras después de una faena que le había gustado. Cuando el torero se armaba, repetía aquello tan feo de '¡vamos a reventarlo!'

Sin embargo, siempre fue agradable su presencia de torero antiguo, no diremos que como un Guerrita redivivo pero casi. Una vez en una tertulia con tres toreros jóvenes Molés tuvo la ocurrencia de pedirles que contaran un chiste. Cada uno contó el suyo y tras el tercer chascarrillo, Molés se dirigió a Chenel, que había asistido al chistoso recital con cara de malas pulgas:

- Maestro, usted también sabe algún chiste, ¿no? Venga, a ver...

- Un torero no está para ir contando chistes (dicho con cara muy seria, más incluso que cuando escuchaba los chistes de los otros).

Molés cambió de tercio sin decir esta boca es mía porque saltaba a la vista que el viejo maestro estaba visiblemente molesto.



De Emilio Muñoz ya hemos hablado en muchas ocasiones especialmente para criticar sus puyazos ¡en todo lo alto!, cuando caían un palmo traseros, o sus ¡qué estoconaso!, cuando el estoque estaba totalmente enterrado pero caído o en el lomo. Estos despropósitos se los dijimos tal cual al narrador Germán Estela cuando coincidimos con él en Pamplona. Disculpó al maestro diciendo que nunca miraba el monitor y que por eso desde lejos no calibraba bien la colocación de la espada. Lo bueno era que los demás no decían ni mu viendo la espada incluso baja dado que no se atrevían a llevarle la contraria.

Cuando salía un toro muy dificultoso, el maestro nunca se escondió. Más de una vez repitió aquello de 'a mí me sale un toro como éste y me lo quito de en medio como sea, aunque la bronca se oiga en Lima'. Hombre, de cara al aficionado queda en entredicho lo de que todos los toros tienen su lidia. Y como ejemplo para los chavales que empiezan a torear, no nos parece muy edificante.

Cuando fue posible poner el sonido ambiente, muchos optamos por esa vía de escape.



Es que las retransmisiones taurinas se caracterizan más que las de cualquier otro espectáculo por intentar dar gato por libre al espectador. No se comentan cosas que saltan a la vista de todos o directamente se engaña al sufrido espectador diciendo que acontece algo diferente de lo que está viendo.

Recordamos de nuestra tierna infancia una corrida en Las Ventas retransmitida por televisión española con Matías Prats al micrófono. Los toros rodaban por el suelo uno tras otro de forma patética mientras el locutor llenaba con su verbo florido las entradas y salidas de cabestros al ruedo (no estaba aún Florito). Sospechando con razón que el bueno de Matías intentaría azucarar la amarga retransmisión, el siete se puso a vocear: '¡Matías no los tapes! ¡Matías no los tapes!' Dado que los micrófonos de ambiente captaron perfectamente la recriminación, el pobre Matías dijo: 'señores, ustedes están oyendo lo mismo que yo pero aquí no tapamos nada porque lo estamos viendo todos...'

Alfonso Santiago y Maxi Pérez se adaptaron a su papel y no sabemos si lo hicieron a su pesar. Son dos que ven los alivios y los ratimagos igual que nosotros (Muñoz también, claro, igual que Caballero, pero ambos callaban porque pertenecen al gremio toreril). La otra pareja tendría que haber demostrado independencia diciendo lo que realmente pensaban pero eso podría haber supuesto su ostracismo fulminante.

Santiago estaba desaprovechado últimamente haciendo las insulsas y versallescas entrevistas del callejón. Particularmente eliminaríamos esas interviús ya que se reducen a repetir hasta la náusea lugares comunes en medio de un peloteo a los diestros que da vergüenza ajena.



Y Maxi es otro que sabe de toros y que debería haber desempeñado el papel que siempre se echó de menos en el canal. Éste fue parte del diálogo que mantuvimos con el citado Estela:

- En vuestras retransmisiones se echa en falta alguien que haga de abogado del toro porque siempre decís que tiene la culpa de todo y no hay nadie que levante la voz para defenderlo.

- Ya, claro, pero ¿a quién pones?, ¿al ganadero? ¿Qué te va a decir de sus toros?

- No, si no hace falta que busquéis a nadie porque lo tenéis dentro.

- ¿Quién?

- Maxi. Él podría poner perfectamente el contrapunto al triunfalismo torerista y examinar las faenas desde el punto de vista del toro. Por ejemplo, podría mantenerse callado durante el trasteo de muleta y tras la estocada, dar su opinión sobre la lidia realizada.

- Ya, pero...

- Sí, ya sé. Podría entrar en controversia total con lo dicho durante la faena por Emilio Muñoz y entonces tendríamos un lío, ¿verdad?

- Claro.



Corridas hubo en que los toros estuvieron claramente por encima de los toreros, quienes no supieron qué hacer con ellos. Entrevistaban al final al ganadero y el pobre tiraba balones fuera porque no se podía permitir el lujo de decir que sus toros habían sido mejores. Pues ahí esperábamos ver a Santiago o a Pérez diciendo la verdad pero volvían a callar para asegurarse con su silencio sus lentejas televisivas.

El titular acerca de la gran ocasión perdida se refiere en parte a esto último. Si no salía el animal exangüe, aborregado y colaborador, todo era culpa del pobre toro. Cristina Sánchez llegó a repetir en muchas ocasiones aquello tan memorable: 'es que el toro no embiste bien'. Eso sí, cuando salía el norit y el maestro destoreaba, a callarse tocan. Y las campanas, al vuelo como si hubiera resucitado Cataclismo, faltaría más.



Entendemos perfectamente que los responsables de la cadena nos digan que es totalmente imposible dedicar las retransmisiones a educar al público. Los intereses económicos son muchos y los problemas que se derivarían de una labor pedagógica serían inacabables. Habría diestros que se negarían a hablar por haber sido censurado su quehacer durante algún festejo. Lo mismo pasaría con subalternos, especialmente picadores, así como con ganaderos. Es posible que más de uno esperase al equipo de comentaristas en la puerta de salida.

Además, lo hablado durante muchas retransmisiones no coincidiría con las alabanzas escritas por los críticos paniaguados, ni siquiera con lo que se diría en las tertulias de la propia televisión tras la corrida, donde aparecía últimamente el palabrero Román, un taurino de manual.

Al final, el propio Canal sacaría tarjeta roja a los responsables de esa labor didáctica porque los acusaría de que no colaboraban con el triunfalismo. La dirección de la cadena haría buenas las palabras que dijo Perera después de que no le concedieran un rabo: 

‘Aquí hace falta triunfalismo y sobra el purista, porque para purista y para recortes ya están los de Podemos. La gente quiere divertirse y qué mejor imagen que los toreros en hombros‘



Eso fue lo que hubo en general: triunfalismo por quintales, críticas a los presidentes que se negaban a regalar trofeos y censura a los toros que no colaboraban con los diestros. Hemos reconocido algunos de los méritos que tuvo el Canal, preferentemente en lo que hicieron fuera del ruedo, pero insistimos en que no nos sumamos a los quejumbrosos panegíricos que proliferan estos días.

Puede ser que los que vengan hagan buenos a los que se han ido, ya veremos. Quizá sea así pero una cosa no quitará la otra.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.


11 comentarios:

  1. Rápidamente, porque domino el tema:

    1. Sobre Molés (y Antoñete), mucho se escribió y se dijo sobre si recibían dádivas de toreros. Nada se ha probado nunca. Pero algunas filias exacerbadas sobrevenidas eran sorprendentes. Una vez dicho esto, sin duda Molés ha sido el periodista más importante en la televisión taurina. No lo han superado ni lo superarán.

    2. Una vez, después de una charla, algunos nos fuimos a tomar una copa con un miembro del equipo de locutores de toros tv (postMolés). Muy simpático y me dio la impresión de ser un buen tío. Que nos dijo: Que Molés cobraba como un torero (insostenible para la cadena, que tenía unos 20.000 abonados. ¡20 mil! Fíjese que ruina, caben en Las Ventas). El sueldo actual del equipo de toros tv era ridículo. Pero de indigencia. Y sobre el contenido de los comentarios, nos reconoció claramente que ellos no eran gilipollas, pero que no podían decir lo que veían y pensaban porque eso significaría represalias de los toreros (vetar retransmisiones, no dar entrevistas, no participar en programas...). En resumen, los periodistas hablaban acojonados, no se vayan a ofender los señores.

    3. Lo de Onetoros tiene una pinta malísima. Un chiringuito de Villasuso, no ha caído una maldición gitana por meternos con TorosTv. Además de tener una solidez de cartón piedra. Soy muy pesimista con esta plataforma, y ya sabes que un pesimista no es otra cosa con un optimista bien informado.

    Saludos.

    joan

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    1. No me atrevo a vaticinar nada acerca de lo que vendrá pero como tú no sueles dar puntada sin hilo mucho me temo que vas a tener razón.

      Respecto a lo que añades acerca del antiguo canal confirma bastante bien el contenido de la entrada, donde en algunos aspectos yo estoy obligado a ir con el freno de mano.

      Me sorprende lo de los veinte mil abonados que como tú dices son casi ridículos aunque había mucho pirateo que no pudieron atajar.

      Saludos

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  2. Muy buen artículo, pero me ha faltado una mención a David Casas, que estuvo muchos años en diferentes labores (inicialmente haciendo entrevistas en el palco y más tarde en el callejón y varias retransmisiones) y a Chapu, que aunque su paso fue breve le sirvió para hacerse un hueco en mundo de la tauromaquia (aunque ahora se haya ido a trabajar a una empresa privada) y al que muchos recordamos con cariño. Tuvo la difícil tarea de sustituir a Molés y dejó mejor sabor de boca que Germán Estela.

    Por último me pregunto qué pasará con todo el archivo de corridas de toros, entrevistas y reportajes en ganadería que tienen. Después de tantos años, hay auténticas joyas en ese contenido y sería una pena que se perdiese.

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    1. Lo dicho en la entrada acerca de las genuflexiones en que se convertían las entrevistas vale para David Casas. Y cuando pongo genuflexiones es por utilizar una palabra fina que sustituya a la que ustedes están pensando.

      Apaolaza resultaba cargante para mi maniático gusto por su verborrea. Ni idea de lo que sucederá con el archivo.

      Saludos

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  3. Buenas Rafa .

    La tv en el mundo de los toros no hay por dónde cogerla , se supone que canal toros era la que más dinero tenía para tecnología y personal pero ni aún así llegaba al aprobado . Hasta en el fútbol hay mucho más sentido crítico , aunque sean pocos los que tienen seriedad (Maldini es uno de ellos) .

    Yo siempre le digo lo mismo a los que me recriminan que soy muy "pejillero": ¿tú pagarías un dinero por escuchar a un tenor en la ópera o a una gran orquesta y no te quejarías si el tenor da gallitos o la orquesta toca desacompasada?

    Pues en los toros no decimos ni mu .

    Saludos

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    1. Es que la tauromaquia es bastante más complicada que el fútbol y exige una cierta formación para entender lo que pasa en el ruedo. Por eso, si lo que sucede sobre la arena es bisutería pero te la venden por televisión como si fuese oro molido, hay que tener muy claras las cosas para saber que te están engañando. Si encima al día siguiente los críticos paniaguados refrendan el triunfalismo de la retransmisión que has visto, puedes llegar a dudar de que no seas tú el equivocado.

      Saludos

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  4. La temporada pasada ya hablamos en este mismo blog de lo vergonzosas que eran las retransmisiones de las corridas en este canal ¡Señores que lo estamos viendo!... Pero ya no es sólo lo vergonzoso de las retransmisiones... Es que tenían un canal 24 horas al día los 365 días del año, con un archivo inmenso, con la capacidad de las nuevas tecnologías para seguir creando... y con todo eso, la programación era ridícula para estar hablando de un ¡CANAL! No de un programa que está dentro de un canal.

    De todas formas lo de la tauromaquia a nivel general es un despropósito constante. En cualquier otro sector se hacen estudios de mercado, encuestas, se le pregunta al consumidor que es lo que quiere, la gente forma parte de la evolución de esos sectores. Aquí en la tauromaquia el consumidor no tiene ni voz ni voto. Una feria la confecciona un señor que no le pregunta a nadie, que hace lo que él cree y lentejas si quieres las comes.
    Eso es lo que han hecho con el "Canal Toros" y por eso terminan cerrando, porque la realidad es que no lo veía nadie solo lo veían los toreros que eran los que mantenían el canal, y claro, no iban a morder la mano que les daba de comer.

    Ya veremos que pasa con "OneToro", pero por la pinta que tiene, me parece a mi que...

    Saludos.

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    1. De acuerdo con el primer párrafo pero respecto al resto no estoy tan seguro de que no lo viera nadie. Quizá había pocos suscriptores pero muchos aficionados coincidían en bares o locales donde se retransmit,,ían las corridas. El problema seguía siendo lo que decíamos más arriba y es que después muchos de esos aficionados repetían la doctrina que allí se daba pensándose que era Palabra de Dios.

      Saludos

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    2. Que va Don Rafael... Eso era hace años, ahora tu pones una corrida en un bar y no entra nadie, a menos que sea en un pueblo de cuatro gatos.

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  5. Buenos tardes Rafa. A hacer puñetas el canal toros. Años llevaban que apestaban muchísimo las retransmisíones,años. Además, era ver la misma pelicúla en distintas plazas. ¿ Que esperaban? ¿ fidelidad eterna sin aportar nada? .Lo que si me apena son aquellos programas de ganaderías que eran una gozada, aunque sacaran muchas de las macrogránjas...
    En fin , nada de pena. Además, estando otras teles que sacan escenarios distintos con ganaderías distintas.....!!!!kampora!!!!
    Un saludo Rafa.
    Kaparra

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    1. Ya veo que usted tampoco se une a la procesión de plañideras. Saludos.

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