Observen esta portada que aparecía el pasado sábado, parece algo histórico, ¿verdad? Cinco toreros salen a hombros de ocho posibles, tres toros de vuelta al ruedo y se cortan trece orejas. A continuación veremos que todo es pura farfolla:
En Zaragoza, López cortó dos orejas a un torete del conde de Mayalde. El animal tenía ese autismo de los toros cuya tontuna nobleza lleva al descastamiento. Ahí tienen cómo se desentendía de todo:
Lo mismo se ve en el de Perera. Tras el remate se queda pensando mirando al tendido cuando un toro de verdad sólo tiene que pensar en acometer:
López se limitó a fotocopiar con muy poca personalidad la faena que repite Roca habitualmente. Empezó haciendo el péndulo para ese pase cambiado que prodiga el peruano al principio:
Luego, abundante destoreo ya desde el pase de inicio, donde no adelanta la pierna ni por bien quedar:
Por supuesto, el paso atrás es obligado para esconderse del choto que va y viene sin molestar:
Durante la faena sufrimos algún martinete que, como ustedes saben, es una suerte sólo apta para hacerla ante la ternera bobalicona. A un toro de verdad le vienes con la martingala del martinete y te levanta del suelo sin compasión. Al final, más copia con esas bernadinas que el americano ha puesto de moda para substituir a las insufribles manoletinas:
La estocada es marca de la casa perfilándose en Utebo (recuerden lo explicado aquí):
Arranca a la carrera y con la mano alta para dejar una estocada inevitablemente trasera. La mano izquierda va a la altura de la cintura, nada que ver con la forma en que descubre la muerte Roca, el mejor en ese arte que requiere mucha valentía (recuerden aquí). López no ha tenido a bien copiar eso:
Trasera y además, tendida pero vale dos orejas en una plaza de primera sin que la mano izquierda se haya visto demasiado.
Antiguamente era inconcebible premiar con una oreja faenas sin naturales. En Madrid se abrió la veda cuando en 1985 dieron dos a Espartaco por aquella faena toda con la derecha a 'Precioso', de Alonso Moreno.
El triunfalismo continúa en Brihuega, con vuelta al ruedo a uno de los gachos toros de la familia Hernández. Al final, tres orejas de cuatro animales a repartir entre los dos toreros:
FOTO: Brihuega Toros |
No se vayan porque la traca final fue en San Clemente. Se lidiaron estos gnomos de Buenavista. Entendemos que en el bonito pueblo conquense no salgan toros con la leña de Pamplona pero lo que van a ver es indigno y soez. Atención porque las imágenes que hemos capturado pueden herir la sensibilidad del aficionado. Éste es el primero, 'Amable':
El comentarista ve lo que ha salido y dice 'un toro muy voluminoso, algo bizco...tiene más longitud el pitón derecho'. Y César Jiménez lo confirma: 'sí, un poquito más...'
El segundo fue 'Decorchado' y ahí el comentarista ya nota la mosca tras la oreja: 'tiene más volumen que cara...es que tiene los pitones destrozados'. Jiménez se limita a decir 'sí' porque sabe perfectamente lo que ha pasado aquí:
El tercero era 'Revisor'. El comentarista nos informa de que 'es muy corpulento y también con poca cara' pero Jiménez sale al quite rápidamente para decir que 'está muy en tipo de la ganadería':
El quinto era 'Pensador'. El comentarista ya es consciente de la imagen tan fraudulenta que se está ofreciendo desde su televisión y habla bastante claro: 'otro toro que tiene volumen, poca cara y los pitones destrozados'. Jiménez se calla:
Y el sexto fue este 'Iluminado'. El comentarista insiste: 'un toro acapachado y con las puntas destrozadas'. Jiménez se vuelve a callar porque no quiere perder su mamandurria ni enemistarse con el mundillo:
A doña Clotilde le preguntaríamos que por qué pone fundas a sus toros si presentan ese aspecto tan lamentable en el ruedo. Pero ella iba a lo suyo y estaba eufórica porque a dos les dieron la vuelta al ruedo: 'han sido muy nobles y además bravos en el caballo, los toreros se han roto con ellos'.
Pues, señora, lo que sus toros rompen es el alma del aficionado cuando ve esos pitones. Ya se sabe que en muchas ganaderías enfundadoras se presentan los enviados de los toreros justo en el momento de sacarlas ya que 'hay que quitarle la puntita al pitón porque si no, al haber llevado fundas, se astillarán cuando rematen...' ¿Entienden la trampa? Con la excusa de la funda, quitan el veneno por el bien del espectáculo, ¡menuda cara dura!
Pero una cosa es quitar el veneno y otra... lo otro. Total, aquí da igual ocho que ochenta. En cualquier espectáculo donde se intuya fraude o tongo, el público protesta y los críticos lo denuncian. En los toros vivimos en el mejor mundo de los posibles porque hay un pacto de silencio por parte de toda la golfería imperante: la prensa comprada, los ganaderos, los empresarios, los toreros, los apoderados y los veedores. Aquí, ¡todo el mundo es bueno! Tres corridas en un solo día y se han visto salidas a hombros, vueltas al ruedo a toros y orejas a tutiplén. Sólo ha faltado el indulto.
¿Se dan cuenta los animalistas de lo bien que nos lo pasamos?
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.