martes, 24 de marzo de 2020

LA CORRIDA DE LOS C...

El titular queda incompleto porque en nuestro modesto blog guardamos siempre las formas. No obstante, les diremos que la palabra que falta rima con trombones.

Esa corrida fue la de la Prensa en Sevilla el 19 de junio de 1924. A cuenta de ella divagaremos sobre un torero que murió también durante la guerra, como Saturio Torón. Por cierto, a ver si tenemos tanta suerte como en en la entrada anterior donde dos nietas del maestro se pusieron en contacto con nosotros gracias al reportaje (pulsen aquí y vayan a los comentarios). Será difícil encontrar descendientes de nuestro torero de hoy porque, salvo error, no tuvo hijos. Quiso adoptar uno poco antes de la guerra pero se lo denegaron.

El protagonista de esta entrada es Victoriano Roger Serrano, Valencia II, torero de dinastía. Le llamaban también El Chato Valencia o Chatet. No confundir con un novillero valenciano coetáneo, Enrique Belenguer, ChatetEl apodo es por razones obvias:


Victoriano había nacido en Madrid, en la calle Gerona, un 18 de diciembre de 1898 (el mismo día y mes en que morirá asesinado). Cuando ganó dinero se mudó a esta casa que tiene la bandera en el balcón, en el número 14 de General Arrando:



Era hijo de José Roger Durán, El Valencia, banderillero que fue de El Espartero y de Emilio Torres, Bombita. Precisamente su padre había muerto en enero de ese mismo año de 1924. Tenía un hermano mayor también torero, Pepe, que se hacía llamar incorrectamente Valencia I cuando debería ser el segundo y nuestro protagonista el tercero.

Pepe era un maestro mucho más completo pero Victoriano era más valiente, tenía más personalidad y exhibía una excelente media verónica, ahí lo tienen:



Los dibujos suyos que hemos encontrado se centran en ese lance. Éste es de Roberto Domingo:



Y éste, precioso en sus cuatro líneas, del gran César Ruano. Se comentaba que en sus medias, el toro se tocaba el testuz con su propio rabo:



Sobre la media verónica, recuerden lo explicado en esta entrada. Acerca de su valentía, esto decía Pensamientos:



Se lo calificaba de derechista, que es como la prensa de la época denominaba a los toreros que abusaban de esa mano con la muleta (hoy lo serían todos). 



No era un estoqueador bueno, se le acusaba de querer matar demasiado rápido:



Roger tuvo un gran cartel de novillero. En La Fiesta Brava apostaban por él:



En La Lidia lo veían como el novillero del futuro:



En 1922 toreaba por san Miguel en Sevilla y su padre le deseaba que le embistiera algún toro. Respondió rápido: 'no se preocupe, padre, si no me embisten, ya embestiré yo'. Es la misma frase que dijo Montero el año pasado tras la novillada de Arnedo (pulsen aquí).

Los aficionados gaditanos recordarán que inauguró su plaza el 30 de junio de 1929, día del Corpus. Mató el primer toro, Milagroso, de Indalecio García Mateos.



La corrida de los c..., ésa sevillana que nos ocupa, fue un mano a mano con otro torero que tomó la alternativa el mismo año que él, Manuel García. Le llamaban Maera y había sido quizás el mejor peón que tuvo Belmonte. Además, era trianero, del número 16 de la calle Betis, como Chicuelo. Hemingway habla maravillas de él, quizás porque compartían vitalismo y afición a la bebida. Decidió volar solo y Cataclismo lo despreció diciéndole que fracasaría: 



Le dio la alternativa El Gallo en El Puerto, con el toro Barquillero de Gallardo González. Era el 21 de agosto de 1921. Observen en la foto de abajo que coge el palillo por el centro, echa la pierna adelante y con la tela de la muleta de Manzanares o Escribano, Maera se hace tres de las suyas:



El apodo le venía de que tenía madera de torero. Había juegos de palabras al respecto:



El pobre Maera moriría ese mismo año de 1924. Fue a Melilla a torear gratis el 16 de noviembre a beneficio del Tercio. Era otro mano a mano, esta vez con su gran rival Sánchez-Mejías. De allí salió con unas fiebres que lo llevaron a la tumba en menos de un mes. La familia recibió poco antes del entierro la Cruz al Mérito Militar para él. Su hijo fue un célebre cantaor, igual que su nieto, pero eso lo dejamos para los expertos en el flamenco.



A Valencia II le dio la alternativa Manolet Granero en Madrid el 17 de septiembre de 1921 con el toro Cigarrito, de Narciso Darnaude, que acababa de comprar ese mismo año lo de Gregorio Campos: dos pinchazos, media y vuelta al ruedo. Aquel día un toro hirió feamente a Granero en la frente. Confirmó en Madrid once días después con Belmonte.

Les sacamos de dudas sobre el titular. Hace referencia a que un revistero comentó tras aquella corrida en Sevilla: 'Valencia se pasó los toros por la barriga y Maera por los c...'. Efectivamente, fue un mano a mano con santacolomas de Félix Suárez. 



Al primero, Maera lo mató de pinchazo y estocada (oreja). A su segundo, de dos medias (ovación). A su tercero, de dos pinchazos y estocada (en La Voz ponen una oreja y en el Heraldo de Madrid y en La Libertad, dos). Saludos del ganadero a la muerte de este quinto toro, que había derribado cuatro veces y matado un caballo.

Maera banderilleó todos los astados entre ovaciones y además entraron ambos toreros en quites con gran competencia.

Valencia II mató a su manseante primero sin puntilla (oreja de un toro que derribó tres veces y mató un caballo). Su segundo fue el mejor de la corrida según dicen, bravo y poderoso. Brillante con la capa y al natural. Estocada buena y descabello (oreja). Al sexto lo finiquitó de pinchazo y estocada tras un nuevo tercio de quites que puso a todos en pie (dos orejas aunque en algún sitio hemos leído que rabo también). En esta foto está esperando que doble ese sexto:



Total, seis o siete orejas. Salieron a hombros los dos y a Maera se lo llevaron por el puente de Triana hasta su casa. Esto decía Españita en El Liberal de Sevilla:



Al bueno de Victoriano le debían de bailar los trofeos porque decía esto tiempo después en una entrevista:



Ese año 1924 torearía veintinueve corridas. No fue el mayor triunfo en la carrera de Valencia II porque él recordaba con cariño una encerrona en Lima en Navidad donde cortó seis orejas y dos rabos. Algún amigo lector del Perú quizás tenga constancia.



Ya que estamos divagando para echar el rato hablando de toros, digamos que esta corrida tendría que haber sido la del retorno de Belmonte. Se cuenta que le ofrecían 25.000 pesetas por ella (eso son más de 300.000 euros actuales). No debió de haber acuerdo porque el trianero actuó once días antes pero rejoneando dos de Rincón. Fue una corrida a beneficio de la Hermandad del Cachorro. Obtuvo palmas en el primero. En el segundo, el público pedía a gritos que echase pie a tierra, cosa a la que accedió tras el primer rejón. Dos pinchazos, media y vuelta al ruedo a hombros de un monosabio.  

Volviendo a Victoriano había empezado como albañil y luego carpintero. Su padre, como el de Lalanda, no quería verlo de luces ni en pintura pero el gusanillo le entró cuando estuvo desde los 12 hasta los 20 años haciendo de monosabio en Madrid. Con 17 toreó por primera vez en Carabanchel junto a otro malogrado de la guerra, Juan Luis de la Rosa, asesinado también pero en Barcelona.



Valencia no escondía sus simpatías derechistas y militó en Falange. Los de izquierdas decían que era 'un señorito chulo y fascista'. Hombre, lo segundo está claro y lo primero quizás también si recordamos lo que le pasó con su hermano Pepe. Tenía 18 años y acompañó a su hermano mayor a matar dos novillos en dos días en las fiestas de un pueblo de Cáceres. Victoriano hacía de sobresaliente y el primer día estuvo atenazado por el miedo teniendo que soportar la rechifla del tendido. 



En el hotel bajó a cenar y cuando Pepe lo vio le dijo: 'aquí sólo cenan los toreros, tú ya te puedes volver a la habitación'. Al día siguiente, picado en su amor propio, se reivindicó y al regresar al hotel no apareció por el comedor. Uno de la cuadrilla subió a decirle que podía bajar a cenar con ellos a lo que Victoriano respondió: 'no, sólo bajaré si sube mi hermano a pedírmelo'.

Toreó unas treinta y pico corridas por temporada, con sesenta como récord. En el Cossío dice que se retiró y que luego volvió achacándolo a su voluble carácter. La verdad es que sufrió una cogida grave en la cara en Albacete. No sabemos si relacionado con ella tuvo que pasar por el quirófano en operación muy delicada con riesgo de su vida. Estuvo parado en 1932 y volvió en 1933 pero ya nunca fue el mismo. A partir de ahí hizo el Guadiana hasta la última corrida que toreó en Madrid que fue, si nadie nos rectifica, el 10 de mayo de 1936, siete meses antes de que lo mataran.

Vamos con su asesinato aunque no está nada claro. La situación social y política en España era muy tensa en la primavera del 36. Vean esta noticia:



Eran las obras de esta plaza, la de la carretera de Aragón, pero no dice que esas muertes fueron la venganza porque unos días antes habían asesinado los de Falange a dos obreros socialistas en el mismo sitio:



El 12 de abril de ese año, Domingo de Resurrección, se inauguraba la temporada en Madrid en tarde desapacible. Fueron ocho toros de Pallarés para Valencia II que reaparecía, Pepe Amorós, Pepe Gallardo y Ricardo Torres, que tomaba la alternativa. Valencia mató tres por cornada de Gallardo. 

Bueno, pues se dice que en esa corrida se esperaba a Valencia porque los taxistas decían que había agredido a un compañero y se congregaron muchos en el tendido para abuchearle. Hemos llegado a leer que aquella tarde se negaron a llevar pasajeros que fuesen a la plaza. Se dice que esa chulería que caracterizaba a Victoriano hizo que a la muerte de uno de sus toros se dirigiese a los protestantes llevándose una mano a salva sea la parte.

López Cansinos en Ahora no dice nada como no sea recordar al diestro que su tiempo ha pasado:



Corrochano tampoco dice absolutamente nada de ello en su crónica.



Juan Ferragut en Mundo Gráfico destaca su pundonor pero nada dice sobre el mal gesto:



En el semanario Torerías tampoco existe. Esta foto es de aquel festejo y puede que sea la última suya en que le vemos de luces:



El caso es que Victoriano repetirá en Madrid un mes después. Ese día 10 de mayo se anunciaron con él Domingo Ortega y Curro Caro para matar cinco murubes de Carmen de Federico y un sobrero de Lorenzo Rodríguez. Al toledano se le esperaba de uñas en la plaza. Resulta que el diario El Socialista lo había acusado de donar 5.000 pesetas a la CEDA para la campaña electoral de febrero del 36. Eso serían unos 60.000 euros de hoy. El maestro lo negó y escribió esta carta al periódico que, con una gallardía que hoy está ausente en nuestra prensa, la publicó:



Ortega hizo acallar los abucheos con la faena a su primero (petición y dos vueltas). En su segundo las lanzas se tornaron definitivamente cañas: cortó una oreja dice Corrochano en una crónica donde el pie del dibujo pone 'oreja y rabo' (?). Ahí lo tienen en el cortejo fúnebre al cuarto:




Valencia II estuvo gris, pasó desapercibido en medio del triunfo de Ortega y también del buen toreo de Curro Caro. Corrochano simplemente anota esto:



O sea que ese feo gesto en Madrid en 1936 no lo hemos encontrado por ningún sitio.

Cuando estalló la guerra, el torero sabía que irían a buscarlo y se escondió. Lo descubrieron en diciembre, quizás por su mismo carácter que le hizo hartarse de permanecer oculto o quizás por la denuncia de su amante. El caso es que el mismo día de su cumpleaños lo mataron cerca de Hortaleza los de la Brigada o Patrulla del Amanecer, uno de cuyos siniestros capitanes fue Agapito García (juzgado y ejecutado tras la guerra pero no por fusilamiento sino ahorcado).

Se lee por ahí que se ensañaron vilmente con él antes de matarlo. No lo podemos confirmar pero sí que el cuerpo presentaba multitud de balazos.

Con treinta y ocho años ése fue el final de Valencia II, muy parecido al del jerezano Juan Luis de la Rosa como decíamos antes. De la Rosa estaba liado en Barcelona con una mujer que era amiga de un comisario republicano quien, según parece, los mató a los dos por celos cuando ella confesó su amistad con el diestro. 

Si es verdad que a Victoriano lo delató su amante, ahí queda el paralelismo en la muerte de los dos maestros. ¿Quién se lo iba a decir a ambos aquel 15 de mayo en Carabanchel cuando hacían el paseíllo juntos? Juan Luis tenía quince años y Victoriano diecisiete.

Confiamos en que se hayan entretenido con la vida del Chato Valencia. Como consuelo para estos días de encierro cuyo fin ya no verá Borja Domecq (qepd), lean lo que decía Camilo José Cela en un libro que llevábamos esta mañana entre manos:

'La libertad que se pierde para salvar la vida es, quizás, la más bella de todas las libertades. Y también la más amarga, la más lúcida, la más doliente y la más preocupante'

Si esto no les consuela de nada, siempre pueden volver al título de la entrada y, donde pone la corrida de los c..., pongan ustedes el virus, o este gobierno, o el experto o incluso el blog éste del toreoenredhondo.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.










2 comentarios:

  1. Rafa, si sigues publicando estos artículos vas a dar lugar a que pidamos una prórroga en el confinamiento...
    El Tomo IV del Cossío, efectivamente no habla de "Valencia II", ni de "Maera".
    El Tomo III (ed. 1965) trae una amplia referencia de Victoriano Valencia (Valencia II) en las páginas 814, 815 y 816. Y en efecto resalta el éxito de la corrida que estudias...
    Manuel García "Maera" (torero muy grande) viene en las páginas 343,344 y 345. En Melilla, encontré fotos de Maera en bares de ambiente taurino.
    Como bien relatas fue a Melilla a torear una corrida benéfica, a favor de la Legión, organizada por el General Sanjurjo.
    Cuando salió de Sevilla para torear esa corrida, ya tenía fiebre. Incluso le aconsejaron que no se desplazara. Él dijo que siendo a beneficio del tercio, iría en cualquier caso. La corrida fue el 18 de Noviembre de 1924 (según el Cossío). Los toros fueron regalados por seis ganaderos. Por delante iba D. Antonio Cañero (a caballo, claro) y a pie Ignacio. El triunfo fue grande, pero no pudo asistir a la comida que se celebró en honor a los toreros, por encontrarse mal...Pasado unos días, volvió a Sevilla y murió el 11 de Diciembre...
    (Todo esto es del Cossío). Hay, en otras fuentes, grandes fotografías de "Maera"...
    Me consta, por un libro, "Melilla y su Tauromaquia" (2012. Colección de Estudios Melillenses, nº 8, Autor: Francisco Pérez Horcas, "Paco el Cordobés")que la corrida se celebró el 16 como tu dices y no el 18 como dice Cossío. Empezó a las 15.30. Los Toros eran de D. Alicio Cobaleda, D. Alipio Pérez Tabernero, Duque de Tovar, D. Esteban Hernández, y los otros dos de D.José y D. Rufino Moreno Santamaría. El asesor fue José García "Algabeño".
    "Maera ", actuó con 40 de fiebre...
    Se habló mucho del tercio de banderillas protagonizado por los dos matadores en el sexto Toro. Brillaron "Blanquet" en la brega y y "Ceniza", "Veneno" y "Chófer" a caballo.
    Por cierto, en ese año de 1924, toreó y triunfó en melilla Larita. Una de las veces alternando con "Relampaguito2 ( de Almería) y Paco Madrid (paisano de Larita).
    Perdón por la extensión.

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    1. Le aseguro que yo estoy deseando que termine el confinamiento como el que más (tengo la bici con telarañas).

      Perfecta su documentación, como siempre. Lo de que la corrida de Melilla fue el 16 lo he sacado de la prensa de la época. Pero no sabía que el pobre Maera había llegado ya con fiebre porque de eso se deduciría que no fue algo que cogiera en el continente africano (como Fausto Coppi).

      Efectivamente, Maera fue un gran torero del que hace tiempo que tengo apuntada la idea de hablar sobre él por aquí. ¿Hasta dónde habría llegado si no muere con 28 años? Quizás hoy tendríamos una rivalidad histórica en la historia del toreo con Sánchez-Mejías.

      Saludos (y puede extenderse cuanto guste, faltaría más).

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