Viene esto a cuento de aquel semental que don Arturo incorporó para que padrease en la vacada. Era del Conde de la Corte y negro de capa. El problema consistió en que fue como derramar un tintero en la ganadería. Empezaron a menudear toros como este negro ¡zaíno!
O como éste, aunque por lo menos es mínimamente estrellado:
O éste, que tiene esa pequeña manchita en la pata trasera:
Ya ven que iba desapareciendo la señal de identidad de los patasblancas por culpa de la tinta del condeso. Hace tiempo que se quitó y las aguas vuelven poco a poco a su cauce con los berrendos en negro de toda la vida como estos dos:
O los cárdenos berrendos como éste, remendado y veleto:
O este cinchado y bizco del derecho, como gusta a los toreros:
No obstante, se aprecian restos del tinte en algunos negros berrendos que parecen pintados al revés, observen:
Es negro berrendo, remendado, lucero, bragado, meano y casi totalmente coliblanco (que no coletero como explicaremos después). Da la impresión de que lo normal sería que lo negro fuese blanco y viceversa, ¿no les parece?
Sea como fuere, esa combinación en que abunda el negro se nos antoja elegantísima, fíjense en este otro:
En algunos, el negro brilla por su ausencia y el blanco es dominante, como en este utrero capuchino, lucero, gargantillo y alunarado:
O este otro, que debería haber sido lidiado dentro de quince días en la novillada de Céret por Francisco Montero. Se llama Cidrón:
En otros el negro es abrumador pero resisten los accidentales que han hecho famoso este encaste. Miren este bragado, meano, levemente axiblanco, gargantillo, muy poco jirón y rabicano:
O este también rabicano y además lucero, calcetero de atrás, axiblanco, bragado, meano y corrido de forma casi picassiana, vean:
La nueva normalidad es este remendado que se asustó y ponía pies en polvorosa justo cuando vio que nos bajábamos del coche para retratarlo mejor:
Hoy hay ciento cincuenta vacas para cinco sementales, uno de los cuales podrá ser colorado berrendo para intentar recuperar esa pinta que se ausentó de la vacada durante muchos años.
En las caras vemos todo tipo de mascarillas. Nos observan dos añojos, uno facado y el de atrás, lucero:
Pero éste es un facado especial:
Y éste seria lucero porque la mancha es un tanto triangular aunque más bien recuerda a la Tau medieval con que se identifica todavía hoy la ciudad de Tarragona:
Hagan el favor de volver a mirar la foto anterior porque están ante un eral. Como lo oyen.
Siguiendo con las máscaras, ¿qué me dicen de este añojo?
Cuando se levanta, confirmamos que es capuchino:
El lucerito clásico, como los llamaba Vidal y comentábamos aquí, es éste:
O también éste:
Pero este de abajo ya es careto:
Aquí tienen otro careto que además de mosqueado es patasnegras en lugar de patasblancas:
En cambio, no tenemos una denominación específica para este tipo de mancha de abajo. Podríamos acuñar la calificación de doble lucero:
Para aclarar lo de coletero, se prestó este utrero que se rascaba en una encina:
Si miran la palabra coletero en el diccionario, hace referencia únicamente a quien fabrica una especie de arpilleras que se llaman coletos. Pero como la real Academia no es que se caracterice por su brillantez en definiciones taurinas, no hay que hacerle ni caso. Miren la mancha blanca del cuello de ese toro:
Ésa es la clave. En latín cuello se decía 'collum', de ahí 'coletero', aplicado al toro que tiene una mancha blanca en el cuello y no en la cola. Véanlo por el otro lado:
Si la palabra hubiera evolucionado hacia 'cuelletero', no habría ninguna confusión. Conservamos en español la expresión 'echarse un coñac al coleto', cuyo significado no hace falta aclarar. Los amigos italianos del blog saben perfectamente que 'colletto' es collar y cuello se dice 'collo', todo viene de lo mismo.
Al fin y al cabo, los que con el tiempo han dado a la palabra un uso equivocado, se guían porque les recuerda a la cola del toro, cuando toda la vida ha sido el rabo. Nuestro amigo reburdea para darnos la razón:
Retornando a nuestro paseo nos encontramos con este cinchado, rebarbo y falso jirón, ya que esa mancha blanca tan llamativa no se encuentra en la parte inferior del ijar o la ijada:
Ya ven que nosotros preferimos escribir jirón con jota ya que el origen de la denominación es que recuerda a un trozo de tela arrancada o desgarrada. De hecho, en el diccionario de la Academia no sale 'girón' pero ya hemos dicho que no hay que hacerles demasiado caso taurinamente hablando. Miren, éste es bragado y meano tan corrido que, en nuestra opinión, llega a jirón:
Fíjense ahora en estas manchas tan curiosas. Están debajo de la piel pero no han acabado de producir un mosqueado:
Pertenecen a este utrero:
En cambio, en este otro ese pigmento oscuro sólo se aprecia si te echas encima de él:
Son de éste que veíamos antes por su lado izquierdo:
Y que ahora observamos por el otro. Es utrero, serio como él solo. Fíjense en dos detalles, su cara triplemente estrellada y sus genitales casi diríamos que juventinos (o de las urracas del Newcastle para nuestros amigos del Club Taurino de Londres):
Aquí abajo se aprecia mejor. Esos pelos blancos sueltos en el borlón son de rabicano:
Cualquier aficionado hubiera perdido la apuesta diciendo que este corniapretado es de Encinas y no de Cobaleda:
Recuerda al que toreó Morante en Ciudad Rodrigo:
No era de Barcial sino de Galache. Ya saben que esto de los cobaledas y los encinas no es una ciencia exacta. Lo contábamos aquí donde incluíamos lo de barcinas.
Si han llegado hasta aquí, vamos a tener el gusto de presentarles a este toro que está un tanto despistado:
Ahora se centra:
Si Dios quiere, lo veremos en la concurso de Cenicientos este mes de agosto:
Se llama Batanerito:
Estuvimos esperando a que saliese al sol. Ahí lo tienen, un tanto carifosco:
Ésta que sigue es su foto que más nos gusta:
Por el lado izquierdo parecía casi negro pero vean el costado derecho:
Ahí se va para que puedan disfrutar de su negro berrendo (ya saben que debe ir por delante en la denominación el color predominante):
Hermanado con él estaba este otro pavo, bizco del izquierdo:
Es lucero y falso jirón:
Aquí se ve que además es bragado, meano corrido, axiblanco, gargantillo, calcetero y rabicano:
Si todo fuese de cara, Barcial lidiaría este año en Calasparra, Riaza, Miranda del Castañar y en la concurso de Cenicientos. El Ayuntamiento de esta última localidad parece que tiene interés en que la feria se celebre. Esperemos que así sea. Allí estaremos y por aquí se lo contaremos:
¿Qué les ha parecido este festival de accidentales? Quizás un poco cargante pero ya saben que nosotros tenemos una debilidad por las pintas que nos viene de nuestra más tierna infancia.
No tiene explicación racional pero seguro que hay algún médico que nos puede curar.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
A la vuelta, pasamos por Segovia para saludar a unos amigos del blog con quienes compartimos este auténtico manjar horneado de cine por uno de ellos |
Entretenido como siempre
ResponderEliminarHe buscado por ahí y veo que esto de las pintas y pelajes en el ganado de lidia da para mucho.
Supongo,que usted que es un apasionado,por lo que veo, tendrá anotado o recordara,el astado con récord de accidentes en su pelaje,y todos definidos correctamente jeje
Gracias por el rato
Saludos
José I.
Gracias a usted. Pues si se trata de un astado en concreto, ahora mismo no caigo. Éstos de Vega-Villar pueden acumular hasta siete u ocho accidentales, como se ha podido ver. En Palha puede salir uno como aquel 'Príncipe' de quien ya nos ocupamos aquí en su día, no sé si se referirá a ése:
Eliminarhttp://toreoenredhondo.blogspot.com/2018/09/pintas-del-toro-de-lidia-8-el-principe.html
En Pereira Palha también pueden salir algunos que den que hablar.
Saludos.
Muchas gracias por el reportaje, Rafa.
ResponderEliminarQué monazo de toros.
Si la Providencia quiere estaremos en Cenicientos para ver ese galán. Ojalá que podamos verlo. Lo he subido a las redes para disfrute de todo el planeta de los toros y congoja del gremio de coletudos.
Saludos, Pedro.
A ver qué es lo que lleva dentro... Ojalá lo podamos comprobar in situ.
EliminarSaludos.
Muy buenas Rafa, un placer poder ver esas fotos de esos toros tan espectaculares. Por un lado yo creo que lo de los patas negras en Vega Villar es muy inusual y suele ocurrir cuando se hacen cosas extrañas, como lo de meter un semental del conde. Otra cosa que llama la atención es que cuando la mancha de la cara llega hasta las mucosas están se despigmentan ligeramente pero no llegan a quedarse rosáceas como sí pasa en las berrendas de leche.
ResponderEliminar¿Cómo se llamaría el accidental en el que las manchas están en la penca del rabo?. Con respecto a lo de coliblanco tengo claro que es lo correcto pero me gusta más colero y como prácticamente nadie conoce la verdad pues cuela . Yo tengo un concepto de las pintas diferente al tuyo (ya sabes por dónde voy), pero respeto mucho a los aficionados como tú que tenéis una visión más visual del tema.
Saludos
Antes que nada, debe de ser su corrector el que le ha cambiado 'coletero' por 'colero', supongo. Lo de coletero sale en los tratadistas antiguos pero con el tiempo derivó hasta ese mal uso simplemente porque recuerda a 'cola' cuando, como digo, en un toro siempre fue el 'rabo'.
ResponderEliminarRespecto a lo de las patas negras, yo lo vi en su día en Los Majadales, o sea que no es una cosa extraña o achacable exclusivamente al semental condeso del que hemos hablado.
Que yo sepa, no hay nombre específico para las manchas en la penca del rabo. Los argentinos, que son unos maestros en la catalogación de pintas, seguro que tendrían una denominación ad hoc pero aquí en España el tema de las pintas en el vacuno de lidia se lleva de cualquier manera.
Respecto al concepto diferente de las pintas que usted tiene, creo saber por dónde van los tiros. Lo he discutido en privado con algún buen aficionado a esto de los pelajes y la discusión la zanjé yo cuando le dije que una cosa es la pinta visual, como usted dice, y otra la genética, que es la que él defendía y a la que usted creo que se refiere. Un ensabanado con un mínimo de negro es perfectamente un berrendo genético pero mi filosofía es definir la pinta para un amigo que no viese el toro y que quisiera pintarlo. Si le digo berrendo en negro para que pinte un toro que es casi todo blanco, lo estoy liando aunque sea muy correcto desde el punto de vista genético. Es mejor circunscribirse a lo visual y decir que es ensabanado... aunque en el fondo pueda ser equivocado (se añade 'pero berrendo genético' y todos tan amigos).
Saludos.
Muchas gracias por tu informacion y gran reportaje taurino respecto ganaderia de Barcial.Ojala fuera a Riaza donde nos veríamos.Muchas gracias por tu visita y cuando te surja repetimos
ResponderEliminarQuien está agradecido soy yo, no se equivoque. Me alegro de que le haya gustado.
EliminarSaludos.
Muy bonito y "didactito" el reportaje Rafa.
ResponderEliminarAprovecho para felicitarte por todos éstas entradas, que nos hicieron llevar algo mejor, el pasado confinamiento. En especial toda la serie que estás dedicando a Joselito.
Cómo decía el maestro "Ajola" podamos volver a vernos esta temporada en alguna plaza de toros.
Espero que te vaya todo bien Rafa.
Un saludo.
Igualmente. Me alegro de haber colaborado modestamente a hacer más llevadero el insoportable confinamiento.
EliminarPuede que nos veamos porque tengo entendido que los de Pedrajas quieren celebrar su feria, a ver si es verdad.
NOTA: envíame tu mail que no publico porque lo busqué antes de ir a Salamanca y no lo encontré de ninguna forma (?).
Saludos.
Excelente estudio, magníficas imágenes de transformación en el fenotipo de los Barcial; muy interesante. Gracias y enhorabuena Dn. Rafa por estas sus valiosas contribuciones al aficionado taurino en quasi cuarentena. // Atte., Torotino
ResponderEliminarGracias a usted por ocupar su tiempo leyendo este modesto cuadernillo.
ResponderEliminarSaludos.