Sostenemos que sería uno de los nuestros porque leías o escuchabas lo que decía y su visión de los toros era la misma que defendemos en nuestro cuaderno. Resultaba curioso ver cómo los que lo entrevistaban le daban la razón para después olvidarlo y seguir defendiendo sus lentejas dentro del taurineo corrupto.
Don Jaime murió el pasado uno de septiembre a los 80 años. Ciento quince seguidos de los Pablo-Romero ganaderos terminaron con él. Recuerden esta entrada donde hablábamos de su padre, don José Luis.
Como homenaje al recientemente finado recordaremos algunos de sus pensamientos y los ilustraremos como a él le hubiera gustado, simplemente con fotos de sus toros. Nos las ha proporcionado el maestro Moore, con su proverbial y británica gentileza.
'En agosto de 1979 el empresario José Barceló me dijo "vaya responsabilidad te has echado encima con la muerte de tu hermano Felipe porque esos toros que tienes no son tuyos sino que son de toda la afición"'
Era el noveno de diez hermanos y se hace cargo de la vacada en 1979. Ninguno de los hermanos quería saber nada tras la muerte de Felipe en julio de aquel año. Además, eran los años en que sus toros no tenían fuerza y rodaban por el suelo de manera lastimosa. Él no sabía gran cosa de cómo llevar una ganadería:
'Con mi padre no hable nunca de ello y cuando la ganadería la llevaba mi hermano, yo estaba estudiando en Madrid y luego me fui a trabajar a Barcelona, o sea que me mantuve bastante al margen'
Cambiará todo para él en 1986 cuando los hermanos deciden vender a Abengoa la sociedad Pablo-Romero S.A. que habían creado en 1959. Hace un esfuerzo y la compra. Eran entonces 1000 hectáreas y 600 reses. La clave de esa decisión fue que faltaban dos años para 1888 cuando la ganadería iba a cumplir cien en manos de la misma familia. Recordemos que al principio su antigüedad se hacía coincidir con la de Rafael Laffite (1875) pero luego se impuso la de 1888. También lo contábamos aquí.
'Yo sólo me planteaba aguantar esos dos años para cumplir el siglo y después dejarlo... pero me envenené'
Enseguida tendrá la gran alegría de Zorongo, el 15 mayo 1986 en Madrid. Dice que su mujer y él lloraban en el tendido mientras arrastraban al toro. Aquí lo pueden ver en un excelente quiebro de Morenito de Maracay. Le cortó la oreja y hubo gran ovación para el animal en el arrastre (ojo porque por internet circula que ese toro lo mató Galloso cortando la oreja cuando lo hizo a uno de Peñajara que completaba aquella corrida). Fíjense en que con esa cara seguro que no pasaba el fielato actual de Las Ventas:
Tuvo momentos amargos como con este problema de afeitado en 1988. Reclamó ante los tribunales que se habían precintado las astas sin que ni él ni Manolo Muñoz estuvieran presentes:
O cuando, meses antes de venderlo todo definitivamente, salió una pésima corrida en la feria de julio de Valencia. La mataron Víctor Manuel Blázquez, Ángel de la Rosa y Paco Cervantes:
La última alegría puede que fuera la que le dio este Gargantillo en Pamplona en 1993. Lo mató el citado José Nelo. Recordemos que, salvo error, es la cuarta divisa que más veces se ha anunciado en san Fermín por detrás de Miura, Cebada Gago y Marqués de Domecq (sobre esto, véase abajo el tercer comentario).
'Mi error fue ser excesivamente duro en unos tiempos en que quizá no debería haberlo sido pero yo quería comportarme igual que mi padre, mi abuelo y mi hermano, cuando el que mandaba era el ganadero'
De sobra saben ustedes que hoy el ganadero no pinta nada. Es más, estamos ante la parte más débil del entramado taurino. Alguno pensará que la más débil es el aficionado, ninguneado y esquilmado por los caraduras del mundillo. Hombre, no hay duda de que eso es así pero el aficionado puede dejar de gastarse el dinero y ya no lo pierde como sí sucede con el ganadero.
Contaba don Jaime esta historia de Ordóñez. En su reaparición tras una de sus retiradas se anuncia en San Isidro con toros suyos. Se decide a ir a la finca con intención de que don José Luis se los enseñe y éste se niega diciéndole: 'cumpla usted con su obligación que yo cumpliré con la mía'. ¿Cómo eran los toros que esperaban en el cercado de Madrid y que don José Luis no le quiso enseñar?. Aquí los tienen:
Busconero, 544 kilos |
Risueño, 540 kilos |
Radicano, 532 kilos |
Comilón, 551 kilos |
Asombroso, 610 kilos |
Tabacoso, 533 kilos |
¿Qué les parecen? Nada que ver con las caras que vemos hogaño:
Luego Ordóñez cortó dos orejas a ese Comilón, el cuarto. Era el 30 de mayo de 1965. Salieron con muy poquita fuerza. El mayoral entonces, Antonio Muñoz, lo justificaba así:
En los veinte años que van de 1945 a 1965 entre Ordóñez, Luis Miguel y Rafael Ortega se anunciaron en un total de sesenta y cinco corridas de Pablo Romero. El balance fue de 71 orejas y 4 rabos.
Esa dureza en el comportamiento taurino de don Jaime la recuerda con esta historia personal:
'Antonio Matilla vino un día a la finca de parte de Balañá y se metió sin permiso con el coche por los cercados. Automáticamente lo eché. Pues resulta que no lidié en Barcelona durante los siguientes tres años. Un día me llama Balañá y me pregunta que por qué no tengo toros para él desde hace tanto tiempo. Yo le dije que preguntase a Matilla. Al año siguiente se arregló la situación y volví a lidiar'
¿Se dan ustedes cuenta de que el mundo de los toros es donde más golfos hay por metro cuadrado? Un hombre honrado tiene muchas dificultades para moverse en ese lodazal. Don Jaime tenía las cosas claras:
'Cuando yo daba mi palabra no era mía sino de toda mi familia que venía de atrás. Nuestra forma de ser siempre ha estado presidida por la reciedumbre, la nobleza, la prestancia, la personalidad y el orgullo. Los toros se terminan pareciendo a sus criadores y los nuestros tienen que tener estos rasgos'
Al tomar las riendas de la ganadería siguió la indicación histórica de su padre cuando decía que 'un toro nuestro puede salir manso o bravo pero siempre tiene que ir bien presentado porque la presentación es algo que está en nuestras manos y no puede fallar'. Por eso afirmaba:
'Mis tres preocupaciones cuando cogí la ganadería siempre fueron las hechuras, las caídas y la bravura. Yo miraba los libros de hacía veinte o treinta años y los pesos raramente excedían los 520 ó 530 kilos. Últimamente habían subido hasta los 580 e incluso a veces superaban los 600. Esto es una barbaridad, estaban fuera de tipo, pero el problema era que los públicos se habían acostumbrados a ver pablorromeros con esos kilos.
Sobre esto, recordemos que las dos últimas corridas lidiadas en Madrid dieron una media casi calcada de 564 y 565 kilos. La de Ordóñez que han visto, de hace cincuenta años, dio 551. Por contra, el Chivito de Esplá de 1987 en Pamplona pesó 651 kilos (recuerden aquí cómo se echaba el caballo a los lomos aunque luego salía suelto con descaro).
Preguntaban a don Jaime sobre el toro ideal de su divisa:
'Mi pablorromero ideal debe ser orgulloso de salida, duro en el primer tercio, pronto en banderillas y con nobleza en la muleta. Debe tener pocos pases y mucha transmisión. Lo que pasa es que hoy tenemos engañado a todo el mundo con ese toro moderno que es mansibravo, como me decía Barquerito'
Sobre el socorrido tema del posible cruce de sangre en Pablo-Romero, ustedes se acordarán de esta entrada donde Algora insistía en que de eso, nada de nada. Don Jaime iba siempre en la misma línea:
'En los libros no hay constancia de ningún cruce. Lo único que sale es una venta de dos sementales a Felipe Bartolomé y otra de un lote de dos toros y ocho vacas vendido a Atenco en México en 1904'
Desde 1986 en que compró todo a la Sociedad de sus hermanos hasta 1997 aguantó como pudo pero llegó un momento en que las deudas se lo comían. No se esconde:
'Yo debía en 1997 a los bancos 275 millones de pesetas. Es entonces cuando tras 18 años al mando la vendí. Fue más duro para mí comprar la ganadería y la finca en 1986 que venderla en 1997. Tuve una pequeña bronca entonces con mi mujer sobre a quién venderla y cómo venderla pero eso fue todo'
Esa deuda sería hoy equivalente a más de tres millones y medio de euros. Recuerden que seguramente en cónclave con la marquesa decidieron no vender la ganadería ni a Enrique Ponce ni a Juan Pedro Domecq.
Nunca volvió a la finca, '¿para qué?, eso no conduce a nada'. En cambio, continuó acudiendo a festejos aunque cada vez más desmoralizado:
'Sigo yendo a los toros, sí...voy a los toros y me aburro. El primer tercio ha desaparecido y el toreo que veo es de una vulgaridad horrorosa. Luego, cuando ves a todo el mundo pendiente del móvil, te das cuenta de que lo que pasa en el ruedo no interesa'
Sus lamentaciones sobre el primer tercio eran exactamente las mismas que ustedes leen en este su cuaderno. No es necesario insistir en ellas pero sí en esto que añadía:
'Es que para entender el tercio de varas hay que saber mucho de toros y ya hace bastante tiempo que falta una labor básica de educar al público'
También coincidía con nosotros en la crítica al vocabulario de los taurinos:
'El maravilloso vocabulario taurino que antiguamente utilizaban hasta los políticos en el Parlamento se está perdiendo y lo están sustituyendo por palabras que me parecen horripilantes'
¿Lo están sustituyendo o lo están prostituyendo? Recuerden lo hablado aquí.
En fin, han podido comprobar en esta tertulia con don Jaime que definitivamente era uno de los nuestros. Se hizo cargo de la que probablemente es la ganadería de lidia más difícil de llevar si la intención es mantener puro el encaste. Su desmesurada afición era equivalente a su honradez. Pero su bolsillo no pudo estar a la altura de esa inmensa afición.
Descanse en paz.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Desde la prudencia de no conocer al protagonista del artículo. Decir, siento ser así de desagradable (y espero que no lo lea nadie), que en alguna entrevista que vi y leí me pareció excesivamente autocomplaciente consigo mismo. Se le veía muy dolido con el taurinismo (principalmente con los empresarios). Curiosamente, salvaba de la "quema" a Balañá, que compró sus toros hasta el final. Como ganadero, en fin, no lo tenía fácil, pero no me parece que hiciese una labor muy destacable (a los resultados me remito). De nuevo, es muy probable que esté equivocado, no lo conocí ni jamás hablé con él.
ResponderEliminarYo tampoco lo conocí. La verdad es que la ganadería iba en barrena cuando la cogió. Los toros se caían todos, daban pena. Invirtió mucho dinero en sanear, desparasitar y mejorar la alimentación y le salieron toros aislados que compensaron su esfuerzo.
EliminarNo sé si era demasiado complaciente pero estoy convencido de que en otras manos, esa ganadería termina definitivamente podrida y en los ganchos del matadero. O vendida y cruzada, recordemos que Victorino se interesó también por la compra.
Saludos.
Nos hemos puesto en contacto con el máximo experto en corridas celebradas en Pamplona, que no es otro que Koldo Larrea.
ResponderEliminarNos apunta que si miramos los años totales en que lidió y los toros muertos en Pamplona, sería la segunda divisa por detrás de Miura. Éstos son sus datos:
1. Miura. 63 años. 365 toros lidiados.
2. Pablo-Romero (incluido Partido de Resina). 36 años. 205 toros.
Rafa, yo si lo conocí, a él y a su mujer Menchu, todo un privilegio humano y como aficionado, aquí en Mérida, en Madrid, en Sevilla y en "Partido de Resina", fumando unos cigarritos en "el cerro del tabaco", viendo los guapos utreros con el fondo de Doñana y Lebrija y coincido con lo que expones en tu artículo, sin duda era uno de los nuestros en su visión y conceptos de la Fiesta que defendemos, nunca olvidaré su frase que era de la familia y la sentía como suya "criar el toro es mi pasión, lidiarlo es mi ilusión y si además sale bravo es una bendición"...descanse en paz D. Jaime ¡¡¡GANADERO!!!
ResponderEliminarMe alegro de que confirme de primera mano la impresión que a mí me dio siempre aunque fuese a través de intermediarios.
EliminarEsa frase que él repetía era de su padre. Don José Luis decía: "criar toros en el campo, sólo para satisfacción del ganadero, es ya una maravilla; si al lidiarlos salen buenos... ¡eso es el cielo!"
Saludos.
Buenas días, Don Rafael y la compaña:
ResponderEliminarParece que la saga no se extingue con D. Jaime, pues su sobrina Macarena figura en el elenco de presidentes de la Maestranza, si bien de momento como suplente. Esperemos que su labor en el palco sea presidida por la defensa irrenunciable del Toro que siempre ha sido divisa de su familia, renunciando a almibarar aún más lo que ya empalaga, o a triunfalistas indultos como los que últimamente se han presenciado en la plaza de mi pueblo, la cual ha visto rebajado su prestigio por decisiones febles tomadas desde ese palco que la continuadora de la saga Pablo Romero debería contribuir a prestigiar, muy al contrario que algún que otro presidente.
Sólo con actitudes de respeto al Toro Bravo como las que adoptó este ganadero, expulsando a los mercaderes de su templo (cumplida venganza se tomó Al Matillone), exigiendo, desde el ejemplo, respeto hacia sus animales, verdaderos protagonistas de la Fiesta, esta puede tener algo de futuro vía la emoción que da el peligro de ver a un héroe lidiando a un animal indómito.
Un cordial saludo a usted y a sus selectos lectores.
Un animal indómito dice usted... ¡ay! Ésa es la teoría pero la práctica es que cada vez vemos más un animal demasiado domesticado. Recuerde usted a Ponce en Murcia con aquel toro de Algarra:
Eliminarhttp://toreoenredhondo.blogspot.com/2017/09/un-torero-o-un-domador-de-circo.html
Perfecta su referencia bíblica a los mercaderes del templo. Siguiendo con el símil evangélico, el sanedrín de tiburones decidió en el inicio de la epidemia que este año taurino se pasaría en blanco y prácticamente se han salido con la suya.
Saludos.
Buenos dias Rafa. Muy buen escrito, y el anterior, y el anterior.... Una pregunta¿ En que pudo fallar, o no acertar, este señor para poder reflotar la ganaderia? No entiendo eso de no cruzar, o refrescar la ganaderia con algo externo, siguiendo la linea genealogica de la ganaderia. Me viene en mente, un Toro de Escolar cuando debuto en Pamplona, le toco a Ureña. Aquel Toro, a mi parecer, era calcado a alguno de las fotos que sacas arriba. De ahi mi cuestion. Si la cosa es mantener el tipo pero mejorar el comportamiento.... ¿ se te ocurre alguna razon ? Lo mismo es una pregunta complicada.
ResponderEliminarUn saludo.
Kaparra
Es que pienso que no sólo le valía con mantener el tipo externo sino también el encaste. Creo que él coge la ganadería con intención de no buscar nada fuera. Nada más llegar le sale ese Zorongo. Eso le reafirma en que los mimbres son buenos. Mejora la alimentación, desparasita y no busca nada fuera por el orgullo familiar.
EliminarPero es que le van a ir saliendo toros muy aceptables aunque aislados: Cigüeño en Nimes, Platero en Azpeitia, el citado Gargantillo...
Seguro que no vio ninguna necesidad de pervertir el encaste original metiendo algo foráneo.
Es sólo mi opinión, que conste.
Saludos y me alegro de seguir contando con usted entre nuestros pocos pero muy selectos lectores.
Buenas tardes.
ResponderEliminarAnte todo enhorabuena por la entrada. Creo que el conocimiento y la opinión sobre esta ganadería, cómo ocurre con la mayoría de ganaderías, se ve muy mediatizado por la falta de comunicación y de apertura que en general e históricamente han tenido las ganaderías para con la afición.
Así con esta ganadería perdura en el imaginario colectivo una imagen mítica que probablemente le perjudico en sus últimos años de existencia. Leyendo crónicas de diferentes épocas creo que se observa que, cómo todas las ganaderías,tuvo momentos mejores y momentos peores. Eso sí, haciendo gala de casi siempre de una presentación irreprochable y con la lidia puntual de toros notables Pero claro, como ocurre en muchos ámbitos de la vida, lo que a unos se le consiente a otros se les mira con lupa...
Aún recuerdo el anuncio en la prensa local de la convocatoria por parte de don Jaime de Pablo-Romero, en un restaurante de la ciudad,para la presentación de la fundación con la que se intentó evitar la venta de la ganadería.
Espero que con el tiempo se le haga la justicia que se merece y se valore su aportación a la Tauromaquia.
Un saludo desde Málaga y mucho ánimo en este tiempo de tribulaciones.
Tiene razón en lo de la falta de apertura. Respecto a la imagen mítica, habrá que recordar que los pablorromeros nunca se comieron a nadie. Tuvieron siempre una embestida peculiar pero las figuras se apuntaban porque no temían su sentido o su peligro.
EliminarCon la comodidad actual, todo lo que se salga del sota, caballo y rey no quieren verlo ni en pintura.
Saludos para Málaga, precisamente una de las plazas favoritas de aquella familia.
Saludos Sr. Rafa y parroquianos, sólo quería recordar que los Toros Guapos de la Marisma solían ser recibidos con sonora ovación al salir de toriles en Las Ventas.
ResponderEliminarSí después la ganadería hubo de ser vendida habremos de convenir que los responsables no lograron sobrevivir en la vorágine de tratantes y veedores, nótese que por aquellos años algún cateto encumbró los incómodos Saltillos hasta lo mas alto. Personalmente, creo que se pudo y se debería haber refrescado los cárdenos para conseguir que se pudiesen valer por sí mismos, tal y cómo está el panorama, no creo qué sea mucho pedir, teniendo en cuenta que aquí, la gente se aburre a morir en los toros porque el mono encaste nos deja a los pies de Morfeo.
Saludos desde Almería, Huerta de Europa.
Ángel Magán.
Es que los ganaderos que tienen una joya genética son muy celosos de ella. No quieren vender y tampoco quieren refrescar. Y ya no digamos cruzar, que sería bastante más que refrescar. Algo de eso comentábamos en esta entrada:
Eliminarhttp://toreoenredhondo.blogspot.com/2020/03/nunca-moveremos-ni-un-dedo-por-los.html
Algunos acusan a don Jaime de haber frecuentado 'amistades peligrosas' en forma de círculos toristas que le habrían llenado la cabeza de pájaros alejándolo de lo que esos mismos 'algunos' consideran que eran los pablorromeros originales.
Saludos.
Hola Rafa y lectores:
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo.
El hierro de Pablo Romero y el de La Quinta tienen algo que ver entre ellos? ya que tienen un parecido y ambos pertenecieron durante un tiempo a Carlos Conradi.
Gracias. No tienen nada que ver salvo que alguien me rectifique. El hierro de Pablo-Romero fue cosa de don Felipe (recuerde que en sus inicios se anunciaban como toros 'de Don Felipe de Pablo' porque aún no había unido los apellidos). Él optó por esa boca de horno aunque algunos piensen que es una omega y otros una herradura.
EliminarSaludos.