lunes, 7 de diciembre de 2020

MANOLETE NO SABÍA NADAR

Aprendió en 1946 precisamente justo el día que inmortaliza esta foto de su amigo José María Lara (como todas las que verán excepto la de Arruza):



Estamos en la finca de Fuentelencina, en Guadalajara, propiedad del perfumista madrileño Juan Padilla, cuyo hijo era novio de Pilar, la hermana de Lupe Sino, aquélla que borraron los censores en la foto que les enseñábamos aquí. Amigo de los dos era el fotógrafo Lara, que pasaba muchas horas junto a Manolete tanto dentro como fuera de los ruedos.

Sobre la natación, decir que Lara y Padilla decidieron cavar una zanja para rellenarla de agua y que el torero pudiera emular a Mark Spitz. La hicieron de poco más de metro y medio de profundidad para quitar el miedo a Manolo, quien medía 1,79, bastante más que la media española en la posguerra. Ahí lo tienen, feliz y contento tras haber braceado como un perrillo aunque manteniéndose a flote en todo momento:




El califa nadaba por primera vez un año antes de morir. En la foto anterior se aprecia perfectamente el chirlo que le dejó en la mejilla uno de Saltillo en San Sebastián. Fue el 16 de agosto de 1942 en presencia de Pepe Luis y de Morenito de Talavera. 

El libro a que nos referimos del citado Lara es éste que les recomendamos:


MANOLETE "YO ME MANDO" (MULETAZOS): Amazon.es: LARA, JOSÉ MARÍA, PRADEL  RICO, ANTONIO J., WELLES, ORSON, PRADEL RICO, ANTONIO J.: Libros


Pertenece a la editorial Bellaterra, catalanes editores de libros de toros que ya les hemos recomendado en alguna ocasión (recuerden aquí). Vean al autor con el monstruo en Estoril:



Lara nos habla de los inicios del maestro en la parte seria del espectáculo cómico de Los Califas. Una vez resulta seriamente magullado y el doctor Ortiz, que lo atiende y que conoce a su familia, le dice:

'Harías bien en dejar esto del toro e irte con tu cuñado a poner ladrillos'

Lara habla mucho de Pepe Luis recordando la célebre frase de Manolete:

'Si El Rubio diera el paso adelante, los demás no tendríamos nada que hacer'

En el ruedo, el cordobés mojó la oreja al sevillano en la mayoría de ocasiones en que coincidieron. En cambio, cuando jugaban al frontón ganaba siempre el de San Bernardo:



Nos enteramos de algunas interioridades del maestro, por ejemplo de su pasión por las berenjenas fritas. Lo de Belmonte eran los calamares fritos. O de cuando subían con Arruza a sus respectivas habitaciones con sendas señoritas y al cabo de un rato uno de los dos llamaba a la puerta del otro para hacer cambio de pareja. Mírenlos, se ríen porque saben que es verdad:



Otra cosa que ignorábamos es que coincidió en su servicio militar en Artillería con El Pipo. Estaban en la misma compañía y llamaba la atención de todos que El Pipo había montado dentro del cuartel un pequeño negocio de intendencia vendiendo de todo: bocadillos, bebidas, tabaco... Mientras Manolo estuvo de soldado gozó de abundantes permisos para torear festivales y en alguno de ellos hizo el paseíllo con un tal José Flores Camará.

Lara le hizo esta foto en San Sebastián cuando está comiendo lo que solía en día de corrida: dos huevos pasados por agua, fruta y café con leche:


Lleva el brazo vendado por la lesión que se había producido un mes antes en el accidente de coche que sufrió en Buitrago. A partir de entonces se puso de moda la martingala del estoque simulado. No obstante, ya saben que el primero que lo quiso probar fue Belmonte, recuerden aquí.




Dice Lara que Manuel tuvo intención de retirarse ya en 1946 cuando repetía que 'el público cada vez me exige más, cada vez me exige más...' Recuerden que el año siguiente no estará en san Isidro pero sí en la Beneficencia, donde resultará cogido y dirá aquello de que

'la fiesta de toros es de por sí apasionada pero es que quizá es demasiada pasión conmigo aquélla que sólo se calma cuando voy camino de la enfermería...'

Lara da por seguro que 1947 iba a ser su último año pero estaban de por medio los tejemanejes de Camará y Balañá para que la gallina siguiera poniendo huevos de oro. No desvelamos nada para que lean el libro.

Ni Camará ni Álvaro Domecq salen bien parados en el texto, ya verán. De este último, nombrado albacea testamentario del finado, comenta Lara que 

'el patrimonio de Manolete se valoró por lo bajo. Teóricamente, el capital que dejó el torero en el momento de su fallecimiento no llegó a alcanzar los nueve millones de pesetas. Sin embargo, yo sé que Manolete tenía dinero en México...'

Sobre lo que sucedió con esa fortuna misteriosa que le habían pagado en México ya conocen lo que decía Navalón:

Le pagaron en dólares y como entonces le peseta valía tan poco, al cambiarlo en dinero español, equivalía al millón, que era lo que valía entonces cualquier finca buena de quinientas hectáreas en Sevilla o Salamanca. Lo que pasa es que ese dinero ni se hizo nunca pesetas, ni jamás llegó a España a manos de sus legítimos herederos cuando murió Manolete. El dinero, como todos saben, se quedó en una cuenta conjunta a nombre de Manolete y otros dos que, al morir Manolete, se repartieron aquel fortunón del torero’

Leerán en el libro un capítulo dedicado a Lupe Sino, quien vio por primera vez a Manolete en una corrida en Madrid a la que asistió por invitación de Pastora Imperio. Su primera impresión la recordaba ella misma tiempo después:

'¡Qué desgarbado! Parecía un palo seco...'

Aquí ven a ambos con el autor del libro:



La novia de Manolete nombró a Lara su representante legal tras la muerte del maestro, por eso éste sabe muchas cosas de los intríngulis sucedidos por aquel entonces. Asegura que la boda entre ambos iba a tener lugar dos meses después de la cogida de Linares.

En esta foto se ve al autor con Guillermo, mozo de espadas del maestro, en el cementerio:


Guillermo se quedaba muchas veces en Linares para hacer de chófer de doña Angustias. Por eso era El Chimo quien acompañaba al maestro en tantas corridas. Después de la tragedia, el bueno de Guillermo estuvo durante quince años llevando flores a la tumba de Manolo ¡todos los días!


Y nos despedimos con el recordatorio funerario del entierro de Manolete que nos ha hecho llegar un buen amigo del blog:


Por cierto, ese cuñado de nombre Rafael Torres, era el marido de Angelita. Será quien administrará toda la herencia del maestro en España. Va bien servido en el libro, ya lo verán.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

4 comentarios:

  1. Muy interesante y ameno. Gracias Dn. Rafa. // Atte., Torotino

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  2. Muy entretenido y bien escrito. Gracias

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    Respuestas
    1. A usted por perder su tiempo leyéndolo. Saludos.

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