martes, 20 de octubre de 2020

FERIA DE JAÉN, 2020: DE JUSTO NO QUISO TOREAR DE VERDAD

No le dio la gana a pesar de estar en el Santo Reino. Fue como esos estudiantes que se conforman con el cinco porque aplican la ley del mínimo esfuerzo. Y nos supo muy mal porque De Justo es uno que sabe cómo es el toreo de verdad.

Aunque, bien mirado, ¿para qué esforzarse? El público orejil te aplaude igual, el dadivoso presidente te regala las orejas y los de televisión te jalean sin desmayo. Pero él sabe, igual que nosotros, que no toreó como Dios manda.

Tres ganaderías anunciadas. Lo de Juan Pedro, penoso. Lo de Cuvillo, ideal para ensayar la corrida sin picadores. Lo de La Quinta, manseando más de la cuenta y de juego muy decepcionante.




Los dos toreros anunciados, junto a Gómez del Pilar, forman la tríada capitolina de quienes han resultado más damnificados por la epidemia. Son los que han demostrado un mejor momento y puede que esta triste temporada hubiera sido la de su proyección. Ya nunca lo sabremos.




DANIEL LUQUESu primero era Pocarropa, de Cuvillo, cornidelantero y con las marcas de las fundas en la pala:




En el segundo lance se pegó esta voltereta: 




Venía bien picadito del campo aunque la sorpresa fue que Juan de Dios Quinta no le tapó la salida. Tras el mini puyazo, el toro perdió manos y pies y hubo que cambiar el tercio mientras los capotes iban a las nubes para que no se derrumbara.

Hemos criticado a Luque con mucha acritud por su manía de pegar varias medias consecutivas maltratando sin piedad a los pobres animales. Pues en Jaén rectificó su error y tras la primera media siempre dio una larga, que es lo que hay que hacer para no quebrantar un toro y menos cuando viene justito de casta y de fuerza como éste:




En la muleta fue un torete escarbador y facilón, como dicen ahora los taurinos. Luque se dedicó a pivotar echando la pierna atrás. Incluso se permitió hacer la repulsiva noria o el tiovivo, como lo denominamos en nuestro cuaderno. Observen el primer pase y el siguiente: ambos fuera de cacho y citando con la cadera.





Para nosotros no tuvo ningún interés lo que hizo aunque los elogios de los comentaristas televisivos tanto al toro como al torero eran hiperbólicos.

Estocada corta arriba ejecutada con fe, vergonzosa rueda de peones que nadie protesta y cuatro descabellos.

Mató luego a Regente, de La Quinta, con 503 kgs. Parecía un toro de Hernández Pla y no era coletero como se anunciaba sino rabicano ya que coletero es una mancha en el cuello, lo explicábamos aquí.




El Patilla lo agarró contrario y caído mientras el toro estaba loco por irse del peto. 




Lo puso largo en el segundo para que lo señalasen y volviera a salir suelto. No demostró ninguna bravura:




Susto gordo de Juan Contreras cuando el bicho hizo hilo con él: 




En la muleta embestía a regañadientes por lo que el diestro pidió a la banda que parase la música. Luque estuvo por encima del animal, corriendo bien la mano sin permitir que le tocase la muleta. Pero sus zapatillas nunca apuntan al toro:



 

Se perfiló bien para dejar una estocada caída y no baja como dijeron en televisión. Se habrán fijado en que cuando hay figuras de por medio a los comentaristas les cuesta Dios y ayuda ver los defectos de sus estocadas. En cambio, con los demás están a la que salta. Oreja barata.




Su tercero fue Supremo, de Juan Pedro, un castaño con una carita de las que gustan a Morante, ésas que caben en el bolsillo de la americana. Luque se permitió el lujo de pegar 10 verónicas de rodillas después de un farol también de hinojos (fue un farol y no una larga afarolada como dijeron equivocadamente en televisión, deben repasar el Cossío con urgencia). Ese recibo nos pareció una gran humillación para el ganadero:

 



Dos agujeros le hizo el picador recargando a conciencia cuando el pobre animal había demostrado que tenía las fuerzas más que justas.

En la muleta, el torillo iba y venía sin muchas ganas de plantar cara y Luque, que es un torero derechista, no tuvo problema en pegarle pases. Seguimos con nuestra manía de las zapatillas, no nos hagan caso...




Se mojó los dedos en una entera en su sitio. El tal Supremo murió en los medios antes de poder comprobar la suprema generosidad de Don Lope en el palco regalando dos orejas al diestro.




EMILIO DE JUSTOSu primero fue un Juan Pedro de los que arrastran por el fango el ya maltrecho nombre de esta vacada. Tenía mucho morrillo, poco cuello, largo de kilos y cortito de cara. Era tuerto del izquierdo, que parecía arreglado.

En el caballo, se va al pecho y se repucha al notar que Majada le estaba pegando más de lo que merecía.




De Justo hizo un quite por delantales que no venía a cuento dada la precariedad motora del animalico. Encima le salió muy deslucido. Era descastado, parado, mansurrón, distraído y tonto, o sea, un desastre sin paliativos. 

En la muleta topaba a arreones y se echó tras el noveno pase, ahí lo tienen:




Como decía el viejo Domecq, cuando se busca lo comercial se puede caer en el borreguismo, que termina degenerando en mansedumbre. Ése fue el caso de este bichejo. Dio pena ver cómo se volvía a echar cuando el torero se perfilaba para matarlo, como diciendo 'por favor, señor Emilio, no me clave usted esa espada'. Éste es el lamentable instante:




Pinchazo sin soltar y excelente estocada del maestro aunque sin perfilarse en el testuz.




Su segundo fue Cocinero, de La Quinta. 518 kgs. bien repartidos. Era otro que parecía de Hernández Pla, serio de lámina pero mucho nos tememos que hoy no pasaría el fielato de Las Ventas.




Excelente recibo de De Justo por verónicas. Fueron de paso adelante y no atrás como es tristemente habitual. Hubo un par con temple aunque abriendo un poco la puerta. 





Estos toreros de hogaño ¿no ven los vídeos del Faraón haciendo que el toro se retuerza tras cada lance para que la siguiente verónica sea más templada que la anterior? Morante sí los ha visto y lo imita yéndose al rabo tras cada lance. Los demás no parecen tener interés.

Los comentaristas televisivos destacaron que echaba la pierna adelante en las verónicas ganando terreno al toro. Entonces, si lo saben y lo ven, ¿por qué se callan cuando la mayoría echa la pierna atrás? Fue el caso de Finito de Córdoba el otro día al que alabaron sin cuento por hacer unos lances mil veces peores que los de De Justo aquí. Remató con esta sobresaliente media que firmaría Chenel: 




Se fue al pecho del caballo, cabeceó a gusto y huyó sin recibir castigo. En el segundo, al relance, más de lo mismo y Bernal se echó encima de él una tercera vez para taparle la salida justificadamente. La bravura en el caballo del de La Quinta fue de 0 sobre 10. 

Muy bien José Chacón en su par y también el arlesiano Morenito enseñando en la brega que el toro podía acabar tragando.   

De Justo se fijó y lo confirmó sacando el toro a los medios con mucha torería.  Luego lo llevó a media altura, le dio distancia y se notó tan a gusto que cayó en el destoreo de apartarse de su viaje para componer la figura. Vean de ida...




Y el pase consecutivo, de vuelta. Parece Manzanares:




En esa figura suya no nos gusta ni la colocación de las piernas ni su vicio de sacar la barriga en plan Ureña. Eso es todo lo contrario de la naturalidad. Al sentirse toreado, el toro fue a menos con rapidez porque no tenía un gramo de bravura. Empezó a distraerse y a rehuir la pelea. Por su parte, el maestro siguió sin querer torear bien:



Acabó con cinco naturales a pies juntos que fueron lo mejor de toda la faena. Pinchó perfilándose demasiado lejos y alargando el brazo. 




Se equivocó al poner el toro en la suerte natural, como han visto en la imagen. Después, sin criterio alguno, al ver que el animal se cuadraba él solo en la contraria, enterró la espada desprendida y pasada. La suerte contraria era la que el toro merecía por su comportamiento y en la que ayudó al diestro (recuerden lo explicado aquí). Por cierto, sobra el berrido que pega De Justo al entrar a matar. Dos orejas que regaló nuevamente el señor Morales, a quien no conocemos de nada pero cuya generosidad se ve que es franciscana.

Tras asistir al comportamiento que hemos relatado de este santacoloma, los aplausos que se le dedicaron en el arrastre nos parecieron inconcebibles.

Y el último fue Tristón, de Cuvillo. Negro, con el rabo corto, bien encornado pero con esas puntas de los pitones: 




Derriba al irse al pecho y termina hiriendo al caballo en el cuello. De Justo pide el cambio ensayando la corrida de toros sin primer tercio porque el toro no había recibido castigo alguno. Muy bien José Chacón con los palos. 




Dado que el toro estaba como recién salido del camión, se venía con codicia y con nobleza a partes iguales. Para Cristina era un toro 'muy bravo y con mucha raza' (recordemos que el primer tercio no existió). Pero De Justo volvió a apartarse de su viaje y a darle al pico, ahí lo tienen.




Desde la barrera Chacón le gritaba '¡alante, Emilio, alante!' pero que si quieres arroz Catalina. Ya que el toro tenía cierto gas, podría haber toreado de verdad mas optó por no hacerlo. Se tiró a lo fácil y destoreó a conciencia. No nos gustó un pelo:




No se perfila casi nunca en la cuna sino que se sale un poco. Cobró un pinchazo seguido de una casi entera perpendicular, atravesada y pasada.




La tarde jiennense nos dejó en el recuerdo únicamente esas verónicas que dio el cacereño a su segundo. Pongan también en el haber una buena estocada de cada diestro y añadan los pares de banderillas de los dos Chacón, de Contreras y de Valcarce. Poco más... 

Bueno, sí, lo buena persona que demostró ser el presidente don Lope Morales. Y la poca aplicación de De Justo para demostrar que sabe torear de verdad. Tendrá que dejarse de monas y enfrentarse a toros auténticos porque ésos no te permiten sentirte a gusto y así poder dar gato por liebre al aficionado.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.





 


4 comentarios:

  1. Buenas días, Don Rafael y la compaña:

    En lo del cacereño al 50% de acuerdo con usted, le vi bien con el de la Quinta (que no le echó ni una miradita las veces que lo citó dejándose ver y mal colocado), sobre todo al natural, aunque no fuera una faena completa, pero sobre todo en el último toro se transformó en Mr. Hyde (o Mr. Juli) y destoreó a base de bien, quizás tras haberse percatado de que los tendidos al 30% no están mayoritariamente ocupados por aficionados exigentes, que parecen haber dimitido de esto, sino por benevolente público que pensarán que cargar la suerte es que te toque el cupón diario de los ciegos pero con la paga. Me temo que desde su administración le habrán advertido a De Justo de que atrás quedaron sus duros tentaderos en lo de Victorino y sus escasas corridas a sangre y fuego en Francia, que ahora va a torear bastante y con billete grande y toro chico, por lo que para cumplir con todos los contratos es imprescindible aliviarse bastantes tardes, como hacen todos los de arriba, total, casi nadie se lo va a echar en cara.
    Sobre el público asistente me llamó la atención la cerrada ovación en el arrastre al manso de carreta que usted menciona, si bien debiera haberme curado de espanto el día anterior, cuando a uno de Juan Ortega le dispensaron idéntico honor, coronado con el despropósito del pañuelo azul presidencial, todo ello gracias a que el torete mantuvo una respetuosísima, fría y distante relación con el caballo y la puya. Afortunadamente sus mermadas fuerzas no le permitieron recibir los no menos de 50 muletazos, fielato a partir del cual el del Pacma grita el consabido "¡No lo mates!" para todo aquel torete que supere los 100 kms recorridos tras la pañosa, sin importar su mansedumbre.
    Creo que hoy día un Toro Bravo tiene cero posibilidades de volver al campo a padrear: no le pondría nadie tres veces en el caballo, sólo dos y con puyazos asesinos si advierten su condición, para luego recibir no más de 20 ó 25 muletazos, si tiene la suerte de dar con uno con corazón, cabeza y bragueta para dárselos, pero es que en los tendidos ya no habría un grupo de aficionados entendidos que se levantasen y encabezaran la petición de indulto; el bravo hoy día creo que sólo se puede salvar en el campo.

    Un cordial saludo a usted y a sus selectos lectores

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    1. Primero habría que rezar para que al bravo nos lo dejasen ver...

      Queda claro en el texto que a De Justo yo lo vi igual de mal toda la tarde excepto en aquellas verónicas y en los naturales a pies juntos.

      Y no debería aliviarse lo más mínimo, mucho menos teniendo delante ese último de Cuvillo, qué era noble y mantenía cierta fuerza ya que no lo picaron.

      Nada, que lo veo tirado a lo fácil, al alivio y a dárnosla con queso, cosa que no esperábamos de un torero honrado como él.

      Y del benevolente público, me consta que en el Reino de Jaén hay buenos aficionados que vieron las cosas en general igual que nosotros. A algunos de ellos los contamos entre esos selectos lectores de nuestro modesto blog.

      Saludos.

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  2. Vi unos videos q me mando un amigo, cortos, y opino q le faltó echarse al ante un cuarto más. Bien visto. El moze promete no obstante, el capote lo mejor q tiene y eso es lo primero.

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    1. Y cuando le sale un toro al que hay que poder, lo he visto capaz de poderle. Lo considero superior a Chacón en ese aspecto. Pero si le sale la chota, como en este caso, destorea como el mejor.

      Saludos.

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