¿Quiénes son los dos maestros más lunáticos en la actualidad? La medalla de oro la ostentaba José Tomás. Una vez retirado de la circulación, la medalla de plata fue para Castella. Con los dos en el ostracismo voluntario, la de bronce se la disputan Ferrera y Morante. Del extremeño no vamos a recordar situaciones que fueron especialmente desagradables para él.
Del de La Puebla pocos se acuerdan de que se retiró en 2007 'sin poder explicar los motivos de esta decisión' (sic). Ya había estado en tratamiento psiquiátrico en Estados Unidos después de su primera retirada en 2004. Y de nuevo hizo mutis en 2017 esta vez asegurando que estaba harto de los presidentes y los veterinarios. Algunos saben de sus paseos en silencio ataviado con un poncho a lomos de una borriquilla arriba y abajo a orillas del Guadalquivir en su municipio.
Que nadie pìense que queremos faltar al respeto con lo de lunáticos. En el diccionario pone que es quien padece 'locura por intervalos'. Hay otra variante que es alunado y allí lo definen como 'perturbación de las facultades mentales'.
No, nada de eso. Nos referimos a maestros que tienen salidas de pata de banco de vez en cuando. Quizás cuadraría mejor la palabra venático aunque es más desconocida. Se refiere a 'persona que tiene salidas extravagantes'.
Los dos diestros nos han deleitado con sendas nuevas suertes a la hora de entrar a matar. Conocíamos ya alguna otra extravagancia como la estocada en plancha de Cayetano que descubríamos aquí. Ahí lo tienen:
Hay otra en que el torero se perfila a una distancia exagerada del toro. Lo ha hecho Manzanares en Sevilla, recuerden aquí nuestro comentario:
Otro que tal baila es el propio Ferrera, que batió un récord al recibir de esta guisa a este toro de Zalduendo en el último San Isidro:
La crónica que hicimos de aquella corrida la pueden leer pulsando aquí. Fue cuando calificábamos Las Ventas como el palacio del sentimentalismo. López Simón también se coloca a hectómetros del toro pero no para recibir sino para entrar a matar más deprisa que Jessie Owens:
Pues tanto Morante como Ferrera se han inventado dos interpretaciones nuevas de la suerte suprema.
La de Ferrera es al paso. Consiste en perfilarse a veinticinco metros del toro. Observen dónde se pone, es Olivenza:
Va avanzando poco a poco mientras el toro lo mira y escarba:
Recuerden que empezó a andar en la bandera:
Da quince pasos antes de que su oponente también decida avanzar hacia él:
El toro al ver llegar a su matador habrá pensado lo mismo que Livingstone cuando vio venir a Stanley. Al entrar el animal en su jurisdicción, Ferrera pega su típico salto y entierra el estoque:
No debe confundirse esta forma de matar con lo que siempre fue una estocada andando. Era la que como recurso se ejecutaba a un toro gazapón que no permitía al diestro perfilarse como Dios manda precisamente porque no paraba de andar. En el caso que nos ocupa quien anda es el torero y no el toro por eso el nombre correcto sería al paso como hemos apuntado antes.
¿Tiene mérito lo de Ferrera? Pues nosotros creemos que sí. Ojo, mérito estético poco, a nosotros no nos termina de convencer. Pero valor hay que tener mucho para avanzar casi desde treinta metros hacia un toro que está escarbando. No sabes cuándo ni por dónde se arrancará. Pero es que si no se arranca, no hay marcha atrás: tienes que llegarle hasta el morro manteniendo la espada montada.
Pulsen aquí y observen la secuencia. La verdad es que, si se paran a pensar, la cosa tiene un indudable riesgo. Cuidado no sufra un susto si un toro se pone tonto...
Lo de Morante consiste en la estocada genuflexa. No es tan alambicada como la de Ferrera. Se trata de perfilarse ante el toro y, de pronto, ponerse rodilla en tierra con la espada montada, vean:
La cosa dura un instante, justo tocar con la citada rodilla en el albero, igual que el sacerdote en la consagración. Acto seguido, se incorpora uno rápidamente para entrar al volapié normalmente. Eso es todo.
¿Se han fijado en que no alarga el brazo para darse ventaja pegando la puñalada? Tampoco se alivia perpetrando el telonazo para dejar ciego al toro. El estaquillador apunta al morro, cosa que ni El Juli ni Manzanares han hecho en su vida cuando van al encuentro o al volapié. Vean al segundo en Jerez:
¿Tendremos este año estocadas al paso de Ferrera? Y de Morante, ¿qué me dicen? Esta temporada lo vamos a ver más que a El Tato antes de la amputación. ¿Repetirá su genuflexión? ¿Tendrá una buena forma física para levantarse raudo en caso de que el toro se le arranque cuando esté de hinojos? Es otro que puede tener un disgusto en caso de que quiera recrearse en esa performance. Pero no se preocupen sus feligreses, que ya se asegurará de arrodillarse ante un choto tan asfixiado que no le pueda sorprender. Y si tiene dos platanicos como el que acaban de ver, miel sobre hojuelas.
Estaremos encantados de que algún desocupado lector de nuestro modesto blog nos informe sobre si algún maestro antiguo mató toros al paso o hincándose de rodillas antes de arrancar. Nosotros no tenemos constancia.
NOTA POSTERIOR: un amigo lector nos avisa en los comentarios de que Miguel Márquez también se arrodilló antes de entrar a matar. Aquí tienen la foto que nos remiten los amigos del Club Taurino de Pamplona:
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
ResponderEliminarBuenos días, Don Rafael y la compaña:
Por una vez, y sin que sirva de precedente, me mostraré, en lo tocante a los "macandés" del escalafón, en casi total desacuerdo con usted, y me explico:
A Morante le sacaría de la clasificación, no tiene casi nada de lunático, más bien le calificaría de mitómano. Sobre sus rarezas.. pienso, sin haberle tratado, que es un personaje fabricado, al estilo de Dalí, más que algo que anide en su mente sin permiso.
En lo alto del podio, por cosas que le he visto y por otras que me cuentan, situaría al señor Ferreras, de mente fría y despejada en la cara del toro, pero hasta ahí.
También me dicen que ese puesto lo dejó vacante el bueno de Vicente el Soro, que si no estuviese retirado sería inamovible de la cúspide de esa clasificación.
Otro al que le veo posibilidades de rondar el cajón, o de subirse a él, es al valerosísimo y simpático Román.
Sobre las entradas a matar, imagino que este año Morante seguirá el consejo del añorado Tito de San Bernardo, cuando a mis quejas de lo lejos que se pasaba los toros un paisano de dos de los arriba mencionados me respondía "Es que tiene que torear muchísimas corridas esta temporada, no puede permitirse una cornada, se perdería un dineral"; y Morante es quizás el más listo de la clase.
Lo de Ferreras y su media maratón es un dislate más, el problema es que hay gente en los tendidos que se lo jalea, manque entierre el estoque en las tripas, así que me temo que seguirá emborronando faenas con ese "avenate", que es otro término con el que por aquí abajo designamos a los raptos espontáneos de locura.
Un cordial saludo a usted y a sus selectos lectores
No veo que estemos tan en desacuerdo. Lo de Morante pueden ser rarezas o extravagancias o venadas, que seguramente es de donde viene esa palabra que apunta usted al final y que yo no había oído nunca.
EliminarRecuerde usted esa venada de que estaba harto de presidentes y veterinarios y sigue toreando con los mismos elementos. O aquello de que "el toro bueno me aburre, te lo juro" y luego disfruta cuando le halagan los oídos tras torear un borreguete que "eso lo torea todo el mundo".
Que ambos maestros son inteligentes cuando están en el ruedo es indudable porque pienso que todos los toreros lo son. Fuera del albero ya es otra cosa y del escalafón actual, las rarezas o extravagancias de estos dos son las que creo que se llevan la palma.
Saludos
Saludos, el término lunático (loco) no es aceptado por los médicos que se ocupan de estudiar estos trastornos, ellos prefieren "inestable". Luego, todos sabemos que elegir y desempeñar algunas profesiones requiere un cierto grado de excentricidad, por ejemplo portero de fútbol... y el Arte de Cúchares también. "porque has de saber, Sancho, que la valentía que no se funda sobre la basa de la prudencia se llama temeridad, y las hazañas del temerario más se atribuyen a la buena fortuna que a su ánimo.
ResponderEliminarDon Quijote.
Yo creo que el Manco de Lepanto no era asiduo de las corridas de toros, o al menos de los toreros tremendistas. Para terminar quiero hacer mención de dos diestros que sí fueron diagnosticados con graves problemas mentales, Curro Posada y Fortuna, el primero llegó a estar reducido en manicomio.
Ambos dos contemporáneos de Joselito y Belmonte.
Obviamente, los toreros que usted ha descrito en su entrada gozan de buena salud y buen cartel en su profesión, salvo alguna travesura que les da el aura y la notoriedad (inestables) que tanto necesita un artista y su fama.
Saludos desde Almería.
Angel Magán.
Fortuna también fue internado y murió en un manicomio, lo contábamos aquí:
Eliminarhttp://toreoenredhondo.blogspot.com/2016/11/hay-cuatro-tipos-de-matadores.html
Las definiciones de la Real Academia a veces dejan bastante que desear sobre todo en el tema taurino. En el caso de 'lunático', ellos hablan de locura pero yo lo entiendo más como influencia de la luna, o sea, esas venadas a que me refería más arriba.
Fíjese en que yo hablaba en la entrada de extravagancias de estos dos maestros mientras que el amigo Curro se refiere a rarezas y usted a excentricidades o a travesuras, con lo cual creo que los tres nos estamos moviendo en el mismo ámbito de calificación. Y todo ello sin meternos en el proceloso mundo de lo que sería una locura como la del pobre Alonso Quijano El Bueno.
Saludos.
Sí, sería interesante descubrir si hubo algún matador de antaño que practicara tales estilos, tan heterodoxos entonces como ahora, fuese por preferencia o por ocurrencia. En cuanto a la distancia telemétrica para citar la suerte suprema, sólo falta que el espada la inicie desde fuera de la plaza, con su relativo mérito. (^_^) Gracias Dn. Rafa. // Atte., Torotino
ResponderEliminarInsisto en que, en mi modesta opinión, tiene mucho mérito aproximarse caminando al toro de la forma en que lo hace Ferrera, aunque el resultado estético sea discutible cuando no directamente desagradable.
EliminarSaludos
Miguel Márquez también clavó la rodilla en el albero antes de realizar la suerte (porque lo de Ferrera es durante, pero esto es antes) exactamente igual que Morante. Lo publicó Marcos Sanchidrián.
ResponderEliminarPues no lo sabía. Gracias. Saludos.
EliminarHe añadido una foto de Márquez a la entrada.
EliminarBuenas Rafa.
ResponderEliminarViendo estas dos formas de entrar a matar tengo claro que lo de Ferrera tiene su mérito pues lo que hace tiene continuidad hasta la estocada. Lo que hace Morante no deja de ser un adorno que nada influye en la ejecución de esta, algo así como esos adornos que hacia Ponce con la muleta al final de una serie en la que había destoreado a placer, pero quedaba tan bonito...
Yo como cosa más rara que he visto en fotografías no es en la suerte suprema sino en banderillas. Había un torero que llegó a colocarlas con la boca , no recuerdo ahora mismo su nombre, seguro que tú lo recordarás perfectamente .
Saludos
Claro: era Juan Martín Marín, "Platerito de Cadiz" y solo ponía al quiebro con las manos o al quiebro con la boca porque no sabía cuartear. Hablaba de él en esta entrada y ponía alguna imagen:
ResponderEliminarhttp://toreoenredhondo.blogspot.com/2020/04/las-banderillas-son-la-prolongacion-de.html?m=1
Saludos