Siempre se dijo que Madrid era el pueblo más grande de España. Hombre, una cosa es eso, que podríamos discutir, y otra que en su plaza de toros se intente colar toreo pueblerino como si de un recinto de talanqueras se tratase. Es lo que aconteció en la corrida de ayer.
Afortunadamente, queda todavía vivo un reducto de aficionados cabales que se enfadaron con los diestros igual que nosotros en casa. No tragaron con el ninguneo a que se les sometió aunque en el sexto toro casi se toma cumplida revancha el ruidoso público orejil, tan amante del clavel y de la casquería.
Los toros de Victoriano del Río anduvieron tan justitos de presencia como de raza. No se comían a nadie y alguno quizá hubiera merecido mejor suerte que la que tuvieron frente a los tres maestros anunciados.
Se guardó un minuto de silencio en recuerdo de El Litri:
ADRIÁN. Confirmaba la alternativa. Su primero era negro azabache (gracias al maestro Moore):
Nada en varas e inicio cambiando de rodillas en los medios.
El toro mostró enseguida que era un amigo con síntomas de asfixia y permitió a Adrián montar el tiovivo. Optó por cambiárselo varias veces por la espalda en plan no sabemos si novilleril o pueblerino, como decíamos antes.
Picó bastante y retorció la figura, con lo cual su trasteo nos gustó más bien poco. Ahí lo tienen:
Culminó la vulgaridad buscando los blandos y rozó el bajonazo con su brazo elástico. No la dio con queso y escuchó justas protestas durante la agonía del torete.
El quinto se tapaba con dos velas formidables:
Pelea extraña del toro, que parecía loco por ir al caballo pero luego cabeceaba yéndose al cuello y después huyendo al hierro. Llegó a romanear ligeramente y se vio claro que Adrián ordenó pegarle para luego montar el numerito del ¡vale!
'Más suavito el toque' le decían desde el callejón. Pero la verdad fue que ni suave, ni toque, ni nunca, ni ná. Adrián quedó claramente por debajo de un toro que nosotros veíamos desorejable sin ser nada del otro mundo. Eso sí, las caritas extravagantes que no falten:
Entera arriba con un telonazo vergonzoso. No les engañamos, observen. Es que venía corriendo con el delantal:
Como pueden deducir de nuestra crónica, no vimos nada bien al maestro en este día tan especial para él. Echó la culpa al ganado pero ya han comprobado que cometió no pocos errores durante la tarde.
MANZANARES. Su primero era un poco ratonero y se tapaba por la cara:
Lo recibió dando verónicas de paso atrás con su capote coreano. El toro dio un recital en el caballo: huyendo al hierro, coceando, berreando, empujando con un pitón y cabeceando.
Luego se dolía de los palos, reculaba, se rebrincaba y seguía mugiendo, o sea que lo esperábamos con interés.
El diestro se vio incomodado por el viento aunque a pesar de ello insistía en colocarse en los medios. Dio derechazos de pierna atrás en su línea habitual. Al natural, una tanda bastante olvidable.
El de Victoriano no sacó el genio que prometía y la faenita languideció entre protestas. Dos pinchazos y estocada arriba tapando la cara que basta:
Su segundo tampoco tenía cara de hombre a pesar de sus 599 kgs:
La orden que dio el maestro fue que el toro cobrase a duro por peseta en el caballo, del que salió renqueando.
Adrián quiso hacer un quite enredando por saltilleras de un costado al otro y volvió loco al toro, que terminó arrollándolo. Seguía equivocándose con un toreo pueblerino en lugar de dar tres verónicas como Dios manda en Madrid:
Manzanares luego se lamentaba de que el toro no pudiese ni con su alma olvidando que la culpa era suya por la paliza que había ordenado en el peto. ¿A quién querías engañar, Josemari? ¿A los isidros?
Fue una pesadez que se nos hizo eterna. Lo mató escupiéndose escandalosamente y cegando a la vez al toro pero valiéndose como siempre de su largo brazo para tapar tanto ratimago con la puñalada:
ROCA. Su primero era negro zaíno y fue protestado de salida por su trapío muy justo para esta plaza:
Pegó está verónica dónde bajó las manos con tanta brusquedad que nos recordó lo que decía Morante de sacudir la alfombra:
Mal el maestro en la lidia permitiendo que el toro se fuese al reserva a hacer una pelea vulgar. Los cabales protestaron pero eso a Roca le da absolutamente igual. Quiso hacerse perdonar con unas gaoneras muy toscas rematadas con esta brionesa:
El toro sacó una sexta velocidad en el segundo tercio y parecía ideal para el peruano a pesar del aire. La cuestión fue que nos castigó con su pierna retrasada habitual que intentaba rectificar conforme sonaban los adecuados silbidos. Ya nos dirán ustedes por qué hay que colocarse bien sólo si te lo piden. No es el caso de la imagen, está claro. Aquí vemos a Roca en estado puro:
Aburrimiento total que terminó con un sangriento bajonazo en los medios:
El último rubricó la discutible presentación del encierro, tapándose por su astifinura:
Fueron muy ovacionadas unas verónicas del montón pero seguramente era por aplaudir algo cuando se cumplían dos horas de plúmbeo festejo.
Lidia insoportable, con Roca nervioso en la banda al ver que aquello ya era inaguantable antes de empezar su trabajo. A ver quién nos explica por qué brindó al público la muerte de este toro vulgar a más no poder. Nos pareció oír algún pito al que nos hubiésemos unido con gusto en caso de haber estado presentes.
Se echó de rodillas intentando caldear el ambiente pero el bicho lo despreciaba:
Cuando se levantó tuvimos una buena ración de pegapasismo con el toro yendo y viniendo bastante descastadete. No dábamos crédito al escuchar los oles que acompañaban unos naturales de esta guisa con el toro moribundo:
Afortunadamente seguíamos el festejo con el sonido ambiente y así nos evitamos tener que soportar los inevitables panegíricos de los televisivos. Bastantes espectadores se ponían en pie a aplaudir, suponemos que era por ganas de estirar las piernas. Las protestas de los cabales quedaron ahogadas por el público orejil.
El peruano terminó embadurnándose el vestido de sangre en un arrimón de pueblo en fiestas. Recuerden aquí nuestra teoría sobre el arrimón.
Media en las agujas muy bien ejecutada, perfilándose cerca, dejándose ver y sin tapar la cara. Lo mejor que hizo el maestro en toda la tarde. Bueno, de hecho fue lo único bueno de toda la corrida. El problema es que el personal hubiera preferido ver el estoque enterrado en la carne aunque fuese de cualquier manera a esta buena ejecución que comentamos:
Si llega a hundir la espada en los blandos pegando el telonazo y saliéndose de la suerte, son capaces de darle una oreja.
Los del clavel querían amortizar la entrada volviendo a casa con el deber cumplido de haber regalado una orejica a la figurica. La estocada era la adecuada para ello pero Roca llevó en el pecado la penitencia. Encandiló a los pueblerinos con vulgaridades de hojalata y cuando les regaló esta estocada de oro blanco, la isidrada no se dio por enterada.
No está hecha la miel... y no decimos más.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Coincido plenamente con su reseña de la corrida. La actitud de Manzanares, de inexplicable desgana, vergonzosa. Yo he venido aquí a cobrar, comentaba un vecino de localidad. Fernando Adrián simplemente no puede porque no sabe. Pasmoso. Y Roca es el barullo, preparado por una cuadrilla calamitosa. Es valiente sin duda, pero tosco. Y el toro, rey de la fiesta, ayer no estaba. Estoy pensando que el año que viene no renuevo el abono. Voy a las tardes de ganaderías que me apetezcan y listo. ¿Hoy se torea peor que nunca?
ResponderEliminarMe alegro de que hayamos visto la misma corrida. A Manzanares le molestó el aire en el primero y mató en el caballo al segundo. Adrián se pensó que en lugar de Madrid estaba en Madridejos, dicho sea sin ofender. Y Roca, con todo su valor, hace bueno lo de "Dios qué buen vasallo si tuviera buen señor".
Eliminar.
Sobre lo de si hoy se torea mejor o peor que nunca le recomiendo que lea lo que decíamos en esta entrada:
Eliminarhttp://toreoenredhondo.blogspot.com/2019/02/decir-que-hoy-se-torea-mejor-que-nunca.html?m=1
Allí había una frase de Cossío que viene que ni pintada respecto a la actitud que vimos ayer en ese público orejil:
"A su consideración fría y descarnada se opondrá siempre el entusiasmo irreflexivo y cálido del público que es, a fin de cuentas, el que ha sostenido y sigue sosteniendo la fiesta de toros"
Saludos
Mi abuelo que era de un pueblo a las faldas del Peñagolosa (Rafa, ahí no tienes cojones a llevarte la bici) siempre decía que no es lo mismo ser de pueblo que ser pueblerino.
ResponderEliminarYo, pese a ser más de ciudad que el asfalto, debo ser de pueblo porque ayer en el último toro (y sobre todo las dos últimas tandas) me encantó Roca Rey.
Y sólo les diré dos cosas:
1. Lo que hizo ayer RR también es torear. Y es meritorio, admirable, valeroso y premiable (si mata bien dos orejas, sin duda, para mí incuestionables).
2. La clave del toreo de RR está en su pierna izquierda (si torea con la derecha y viceversa si lo hace con la izquierda). Es decir, en la pierna de entrada y no de salida. Dar un muletazo y quedarse para ligar con la pierna de entrada entre los pitones del toro es cargar la suerte. Aunque esté de perfil y tenga la pierna de salida retrasada. Porqué cargar la suerte es invadir los terrenos del toro, conquistarlos. Ganarle terreno. Es encimista, seguro. Pero no es descargado.
Sobre lo demás, decir que a mí no me disgustó tanto la corrida de Victoriano. Dos buenos (desorejables 1º y 2 º) y tres encastaditos (creo que 3º, 5 y 6º).
El primero de Manzanares fue tan bueno que ni lo desbordó. Adrián sabe torear mucho mejor que lo que demostró ayer.
Saludos.
Veo que los toros te parecieron mejores que lo que le parecieron a uno de los propios hijos del ganadero. Respecto a las alabanzas a Roca, me ha venido a la cabeza la frase de Spencer Tracy en 'Vencedores y vencidos'. A uno de sus compañeros jueces que le viene con zarandajas legales para intentar exonerar a los acusados, le recuerda simplemente alguno de los casos puntuales de abusos nazis en los que los acusados se vieron envueltos y se limita a decirle que a ver cómo van a tener que hacer para cerrar los ojos ante eso: 'tendrá que explicármelo y tendrá que explicármelo muy bien para que lo entienda'.
EliminarPues eso. Saludos.
Buenas Rafa .
ResponderEliminarSi ayer notaste algo raro en el sexto toro es porque según culborrego Roca paró el tiempo. Hay quien no es tan cursi y tacha la faena de soberbia . Está claro que con las crónicas que haces te tendrás que conformar con cenar tortilla mientras otros se meten un chuletón de buey a coste cero , faltaría más .
Saludos
Y esa tortilla que voy a seguir cenando va a ser francesa, ni siquiera con patatas. Mucho más preocupante para mí que los portales comerciales es que aquí encima el amigo Joan habla de faena de dos orejas para Roca en el sexto 'si mata bien' (pero es que ¡mató muy bien!).
EliminarAl final uno no sabe qué pensar y por eso me limito a dar mi opinión con la esperanza de que por lo menos haya uno o dos lectores que lleguen a compartirla. No hay más. Y si ni aún así hay tortilla para cenar, pues un vasito de leche y a dormir.
Saludos
Público de pueblo, no, de plaza de portátil, vaya faenucha. RR malo, el ganado peor.
ResponderEliminarSi mata bien, obviamente me refiero a que si además de ejecutar bien la suerte y que la espada esté bien situada. El toro muera producto de ella (cosa que no sucedió), que es el fin de todo esto.
ResponderEliminarHola Rafa, estoy viendo las corridas repetidas así por encima, y me siento decepcionado en general. ¿Quizás se me ha escapado algo? Sólo puedo destacar varias banderillas, algún detalle de Cortés y Juli, y que hay más piques de quites que otros años, ¿o es que ma falla la memoria? De ganado, sólo algo de Los Maños. Por cierto, es mi sensación, ¿o comentas menos que otras veces las faenas de muleta? Saludos.
ResponderEliminarYo creo que no se le ha escapado nada y respecto a las faenas de muleta, la verdad es que son tan monótonas, repetitivas, hoteleras y fotocopiadas que da mucha pereza tener que repetir lo mismo en cada crónica.
EliminarSaludos