FIRMA INVITADA: IGNACIO MARTÍNEZ
Como no veremos ninguna corrida más de la mal llamada Feria del Toro, cedemos los trastos al amigo Ignacio que hará su comentario con total libertad desde nuestro modesto blog.
Hemos visto corridas juntos y coincidimos en lo esencial, fundamentalmente en estar ambos en los antípodas de los taurinos y de los críticos paniaguados. Conoce como muy pocos los entresijos de Pamplona porque el año que viene cumplirá 40 años ininterrumpidos de asistencia a la feria. Añadan a ello las temporadas que fue abonado de Las Ventas cuando vivía en Madrid, en los tiempos de El Lupas. Con él les dejamos.
MIURA: EL SUEÑO ETERNO
Cuando algo adquiere la condición de mito es debido a una serie de hechos que se revelan como extraordinarios. Esta vacada está en el firmamento taurino en esa categoría. A ello indudablemente ha contribuido la muerte por toros de esta divisa desde José Rodríguez (Pepete) el 20 de abril de 1862, por las heridas causadas por el toro Jocinero, hasta el también mítico Manolete por el toro Islero en Linares, el 29 de agosto de 1947. Además de que las propias características zootécnicas y morfológicas sean como es el caso singulares: agalgados, altos, voluminosos, bien armados, aunque sus pitones suelen ser romos y no es raro que se escobillen, de capas variadas y de trapío y láminas irrepetibles, por únicas, dentro del universo taurómaco. Basta ver salir uno de sus ejemplares por el portón de los sustos de chiqueros para saber que estamos ante un miura. Son inconfundibles.
FOTO: Jesús Garzarón |
La divisa de la famosa A del hierro miureño es verde y grana, salvo en Madrid, que lidia con divisa verde y negra. Se corrió la especie de que el negro madrileño era como señal de luto, pero más allá de la imaginación popular del origen de este hecho, la verdadera razón se debe ajustar más a una coincidencia antaño de divisas (con otra más antigua, la de Placido Comesaña, que lidiaba con verde y grana también). El cambio de grana por negro se ha mantenido hasta hogaño. Incluso en una cuestión menor, la leyenda agiganta a este hierro.Si cierro los ojos aún puedo rememorar las imágenes que en Pamplona, nos regaló el también mítico Bombito: dormido en el peto y dejándose arrear por el del castoreño en minutos interminables, o aquel otro miura que incomprensiblemente se le fue a Rubén Pinar, hoy actuante, y que hubiera permitido de no habérsele ido labrarse a buen seguro una carrera distinta. O aquel otro torazo de casi 700 kg que mató Domingo Valderrama, o aquel que el 14 de julio de 2001 atravesó el cuello de Padilla. Y por no cansarles, las imágenes de un “pequeño” Rafaelillo empotrado literalmente contra las tablas hace pocos años (la pandemia distorsiona las fechas) y que vive hoy gracias a la maestría y buen hacer de ese lujo que tenemos en Pamplona y que son los galenos y el personal sanitario de nuestra Monumental pamplonesa.
Sería extensísimo rememorar situaciones y hechos que hacen que esta ganadería sea mítica y única. Con sus lunares, con sus luces y sus sombras -su blandura de remos y su proverbial mansedumbre en muchos de sus ejemplares, lo que hace que cuando ocurre el miura se convierta en un prenda, en un barrabás, en un pregonao que causa desconcierto y pavor en el peonaje y es que un marrajo de Miura es cosa seria y eriza el vello de los espectadores pues produce emoción y pavor-. Estamos ante algo único y por ello en Pamplona se le espera y venera, aunque en 2022 nos largasen algún ejemplar de baratillo y que los titulares fueran a la Galia.
Hoy 14 de julio de 2023, hemos visto una corrida muy desigual. Los tres primeros fueron inválidos en distintos grados. Los tres doblaron repetidamente las manos y/o los cuartos traseros, demostrando una flojedad de los remos preocupante. El segundo, que era el de menos trapío de la corrida, y que deslució la presentación del conjunto, fue un tullido absoluto. Tenía unos cuartos traseros de cristal y estuvo claudicando todo el rato que permaneció en el ruedo.Los tres realizaron una pelea en varas anodina y sin importancia, un puyazo trasero y una varita para cerrar el tercio.Por fin apareció el cuarto para poner las cosas en su sitio. Era un pedazo de miura, largo como un ciprés en noche de ánimas, voluminoso y con leña arriba como para conquistar un Imperio. En la primera entrada derribó al penco ( si la memoria no me es infiel ¡primer y único derribo en el tercio de varas en toda la Feria del Toro! ¿Querrá decir algo?).
FOTO: Jesús Garzarón |
El del castoreño se vengó, dándole un puyazo avieso en la segunda entrada, haciéndole la carioca y barrenando. La carnicería fue épica. Era un torrente de sangre lo que le corría por el brazuelo del miura hasta la pezuña. Con todo y con eso fue un magnífico toro y quedó potable para la muleta. Tuvo la desgracia de caer en suerte en las manos de Colombo, que no supo aprovechar ni la embestida ni la buena condición repetidora del toraco. Quinto y sexto tuvieron más fuerza que el terceto primero, si bien el sexto también blandeó de manos.PINAR, de celeste y oro, quedó inédito. Citó al primero en una larga cambiada y el miura se enteró de lo que se dejaba detrás, se revolvió en una perra chica y atrapó a su presa. Lo lanzó por los aires y su caída nos hizo presagiar lo peor (siempre te acuerdas de los malhadados Nimeño y Julio Robles). Quedó tendido como un pelele y su cara denotaba un rictus preocupante con los ojos vueltos. Lo llevaron en volandas a la enfermería, volviendo en sí en el callejón, lo que nos tranquilizó al ver que recuperaba la consciencia. De ahí pasó al Hospital Universitario de Navarra para hacerle un TAC y valorar la contusión craneal. Quedó pues la corrida en un mano a mano.
Antes que nada, agradecerle en nombre de los amigos lectores su colaboración. Aunque a usted, como a mí, nos invade el desaliento no pocas veces, estoy seguro de que el año que viene ocupará su misma localidad en barrera para cumplir esos cuarenta años de presencia ininterrumpida en la mal llamada Feria del Toro.
ResponderEliminarDiscrepo en lo de que Leal se tiró a matar como un jabato. Se tiró como un loco, como alguien que no es matador de toros sino que hace del desatino y el despropósito su norma en la suerte suprema. Lo de Juli, a su lado, es un tratado de Tauromaquia. Por lo menos Julián sabe lo que hace, se alivia con inteligencia y nos da gato por liebre pensando perfectamente lo que hace. En cambio, lo de Leal es un disparate acongojante. Ha tenido sustos gordos y día llegará en que igual no lo cuenta...
Saludos.
Buenos dias Rafa, y Buenos para el señor Ignacio.
ResponderEliminarAcertaste con aquello de los kilates excesivos para los Miuras. Los 3 primeros fueron una birria, pero cambió el asunto a más que bien con los 3 últimos. 3 TOROS DE LIDIA.
Ojalá multen al picador con 1000 euretes, para que se joda y disfrute de su crueldad. Un sinvergüenza, se portó fatal en el 4 Toro. El quinto fue un Torazo , el que más me ha gustado de lo que yo he visto de feria. Y se le podía Torear con mayúsculas. Tenía otra fisonomía, distinta al resto, Torazo. Y el que distorsionaba un poco la corría, tenía carita navarrica. El sexto también fue otro buen Toro, pero de estos tres últimos, el peor. Más corridas de Miura así, ya lleva dos años en que salgo contento de los miuras. Aleluya
En una cosa estoy en completo desacuerdo con el señor Ignacio. Juan Leal , la oreja no fue merecida, y no hubo mayoría. Anduve muy al loro viendo el asunto y no había mayoría para nada, y menos se la merecía. Ya podía estar ese asesor todos los días. Es más, ya podía estar ese asesor de presidente y a hacer puñetas los políticos del palco. Hay días de un botxorno vergonzoso.
Rafa, mereció la pena, hubo 3 Toros de Miura, que cambiaron las quinielas..!!!menos mal !!!
Un saludo.
Kaparra
Con la carátula inmerecida que dan hoy en día a todos esos políticastros de tres al cuarto que sufrimos todos y encima en Navarra los suben al palco.
EliminarMe alegro de que la corrida saliese medio bien porque recuerde que el año pasado los únicos que rompimos una pequeña lanza por lo de Miura fuimos usted y yo. Como los demás quieren el toro grande ande o no ande...
Saludos
Completamente de acuerdo con el Sr. Kaparra en que hubo tres y tres toros en la corrida de miura, tres inválidos y tres toros más poderosos ( Cuarto, Quinto y Sexto), pero con un matiz ( tras consultar mis notas ) el Sexto (Panadero) también blandeó algo debajo del tendido 9.
EliminarEl Quinto toro (Papelero) coincido con el Sr. Kaparra fue un toro importante, eso si la memoria no me es infiel y mis notas exactas fue manso ( se dolió en banderillas y barbeó en tablas desde el tendido 3 hasta más allá de chiqueros en el tendido 6). Fue aplaudido levemente en el arrastre.
Personalmente me quedo con el Cuarto (Farandolo) que me pareció obviamente el toro de la Feria. Fue el único que derribó y la vara que le dieron en la segunda entrada, haciendo la carioca, barrenando y rectificando ( le pusieron el post morrillo como un acerico, poblado de ojales ). La sangre manaba a borbotones por todo el brazuelo hasta la pezuña. Fue una vara criminal, excesiva, y aún más tras el primer puyazo en el que tras derribar tuvo a su merced al picador y el cuello del caballo y en su nobleza no tiró ningún derrote que podría haber sido terrorifico, se comportó noblemente.
Con todo el castigo recibido ( superior al dado a todas y cada una de las corridas de las tontorronas del monoencaste ) no se afligió y fue horriblemente banderilleado por Colombo ( con los rehiletes es basto y malo ).
En la muleta empezó metiendo bien la cabeza hasta que se aplomó, algo que no es extraño vista la lidia astrosa que al bueno de Farandolo le habían dado. La faena de Colombo fue de un bailarín, aliviándose en cada pase y por supuesto por debajo de la condición del miura. Terminó dando mantazos en sol y mató de estocada trasera… En mi opinión en otras manos, con otra lidia, Farandolo hubiera permitido una faena importante. No se aplaudió en el arrastre.
Respecto a la oreja no obtenida para Usted Sr. Kaparra e injustamente denegada para mi a Juan Leal, permítame dos precisiones: (i) jamás he pedido una oreja en mi vida ya que la cuestión de los trofeos me importa poco. Suelo bromear diciendo que “la casquería” no me interesa. Las de Pamplona son irrelevantes por estar absolutamente devaluadas desde hace más de diez o quince años. (ii) el reglamento navarro ( de 1992 ) no especifica cómo se mide el “mayoritaria” de la petición del primer trofeo, pero si adscribe al público la pertenencia de esa oreja. El presidente ( como maximo responsable ) conjuntamente con su asesor exclusivamente deben interpretar si es mayoritaria una petición que no está claro cómo se instrumenta ( pañuelos, blandir la almohadilla, gritos, silbidos, etc ).
En mi modesta opinión y realizados un par de giros de 360º revisando el coso desde mi abono, la petición se podía considerar mayoritaria, tanto en el caso de Leal, como en el de Talavante, y en mi apreciación, reitero, a ambos se les privó injustamente de una oreja que el público había pedido mayoritariamente.
Pero puedo entender que alguien opine que la petición no sea mayoritaria. Lo que no tiene reglas de mesura claras y definidas estará inexorablemente condenado a la subjetividad cuál es el caso. Para un ingeniero como yo, que valora muy mucho las unidades y las magnitudes mensurables, lo que ni lo tiene ni lo es, no me interesa gran cosa y considero que es una pérdida de tiempo y saliva discutir estas cosas.
Insisto, me quedo con Farandolo, en mi modesta opinión el toro de la feria aunque fuese el de la merienda.
Saludos cordiales Sr Kaparra.
Buenos días señor Ignacio, y perdóneme la tardanza en contestarle, que ganas tenia. No seré yo quien se atreva a discrepar con alguien que sabe de Toros y toma notas sobre el asunto. Cierto es que barbeo ese quinto, pero no me pareció de manso en plan Dolores Aguirre buscando huida, si no con interés miureño. Me puedo mas que equivocar, pero me suelo guiar por mis sensaciones. De ya mismo le firmo para que a Miura le salgan otros 3 asi el próximo año, Dios mediante. Dos años seguidos que salgo contento con ellos. El año pasado salí encantado. Vi la faena de la feria a Ferrera, y el puyazo de la feria. además había un plus en los Miuras entorno a su procedencia, que aquí no diré, pero espero que Rafa le aclare en petit comité el por que de esa debilidad en torno a aquellos toros.
EliminarNo me apeo del burro sobre la oreja, pero no importa porque no es motivo de polémica. Que vuelva Juan Leal, e incluso Colombo. Fíjese usted, el peor cartel de todos , y resulta que salí encantado, por los Toros. Lo mismo me paso en Tafalla con la de Sobral.
Espero poder saludarme algún día por el club
Kaparra
A mi me gustó la tarde, mucho mas entretenida que las de domecq. Han publicado este artículo de opinión: https://www.mundotoro.com/noticia/sin-embroque-no-hay-ni-embestida-ni-nada/1710039
ResponderEliminarHablan sobre el embroque y el 6º de miura. A ver que te parece
Bah, eso está escrito por un taurino. Dice: "torear sin que se pueda torear..."
EliminarSegún esto habría que preguntarle en qué consiste para él torear porque parece deducirse que se reduciría a una cosa puramente estética. Por supuesto que no estoy nada de acuerdo, puede ver mi opinión al respecto recordando lo que dije en esta entrada:
http://toreoenredhondo.blogspot.com/2023/05/feria-de-san-isidro-2023-7-novillada-de.html?m=1
Saludos
Al hilo del artículo que ayer día 15 publicó el crítico de el diario El País, D. Antonio Lorca, haciendo un acertado resumen, a mi entender, sobre la Feria del Toro y sus encierros, me gustaría hacer una serie de comentarios sobre estas cuestiones, sin ánimo de generar polémica ¿o sí?
ResponderEliminarIncluyo el enlace, por si se quiere consultar el artículo citado, con el que coincido plenamente, salvo que lo de Jandilla (y el impresentable remiendo de Vegahermosa) y de Victoriano del Río fueran “de encastada nobleza”
Salvo mejor criterio, solo en la de Jandilla (galardonada con el premio Feria del Toro) han destacado tres toros por su encastada nobleza, y tres más (‘Forajido’ ha recibido el premio Carriquiri) en la de Victoriano del Río
Ahí lo dejo, con una pequeña discrepancia en ese párrafo, si bien es cierto que a mí los premios estos desde hace años ( he visto dar el Carriquiri, “por bravo” a un manso “pregonao” que salió de naja y escopeteado hacia la querencia de chiqueros al notar la pirámide cortante en el primer puyazo ).
En fin, discrepar es sano y más aún en este viejo arte de la tauromaquia cuyo origen, Sánchez Dragó (q.e.p.d) lo radicaba en la mítica Atlántida.
https://elpais.com/cultura/el-toro-por-los-cuernos/2023-07-15/san-fermin-una-tauromaquia-de-ciencia-ficcion-y-el-encierro-mas-aburrido.html
Cierto es que en Pamplona se paga bien. La Feria del Toro se inventó en los años cincuenta por el Sr. San Martín con una filosofía sencilla: ”traer a Pamplona y a su Feria del Toro las mejores puntas de las ganaderías de más prestigio y que se apunten los mejores toreros de cada momento”.
Obviamente esto incluía “pagarlo bien”. Con los años este inicial compromiso con el abonado (por el que todo hay que decirlo, la Empresa no tiene respeto alguno) ha ido degenerando y hoy se monta una Feria casi en exclusiva con un monoencaste, con el objetivo de ver torear en la muleta, despreciando los dos primeros tercios (convertidos en un trámite funcionarial, cuando no simplemente inexistentes) y “fundamentalmente” la suerte suprema, ya devenida en un trámite, cuyo objetivo es matar al toro “a la primera” con independencia de donde caiga la espada y de cómo se ejecute la suerte.
Pamplona, fuera de san Fermín, es una ciudad tranquila, incluso cómoda, manejable en distancias y más aún que con esto del cambio climático y climática, se ha vuelto más amable climatológicamente y ya los inviernos no son tan fríos y rigurosos como hace cuarenta años.
Como toda ciudad en lo que lo “políticamente correcto” ha metido la zarpa, se ha tratado de convertirla en un parque temático, persiguiendo al coche y loando en desmesura a la bicicleta. Yo que me confieso peatón impenitente (y uso la Villavesa, casi solo si llueve o tengo prisa) sufro acoso de bicicletas y patinetes en las aceras y algún susto dado que “la Autoridá” no hace nada por protegerme de las agresiones de dos ruedas con descerebrado al mando. E incumple sistemáticamente y hace la vista gorda con la aplicación de su Ordenanza de agosto de 2019; que prohíbe bicicletas y patinetes por las aceras. Pero fuera de algún sobresalto, Pamplona es una ciudad cómoda, con no más de unas docenas de aficionados a la tauromaquia.
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ResponderEliminarNuestras singulares fiestas se ven invadidas por miles de foráneos, perfectamente mimetizados con el uniforme blanco (barato y útil) y el pañuelico.
Los más creen que durante siete días Pamplona es una ciudad sin Ley donde corre el alcohol y en la que todo está permitido (después de lo de la Manada, perfectamente instrumentalizada, ahora ya el abuso sexual está mal visto y penado).
Eso si, y a pesar de la profesionalidad de FCC, el casco viejo es un estercolero que apesta a potas y orines, subproducto del magno botellón en el que se han convertido los sanfermines.
Los empadronados en Irroña -que diría Javier Ancín- aceptamos de buen grado compartir las fiestas y tratamos de aprovechar reductos menos contaminados por la marabunta sedienta (la procesión y la sombra en la plaza son un par de ejemplos ilustrativos).
Esa “Autoridá” municipal que se salta a la torera la Ordenanza que impide ir a bicis y patinetes por las aceras, es la que luego se sube al Palco a presidir y saltarse a la torera el Reglamento vigente. Tratan de disimular (en el fondo les pirría subirse por un rato al “trono” ya que se sienten importantes los pobrecicos) y declarándose algunos “no taurinos” quieren encajar las tropelías que cometen a los asesores. Cierto es que muchos de los asesores son unos ineptos y que sus intervenciones y consejos son un puro desastre, pero no es menos cierto que el responsable es el munícipe.
Me atrevería a proponer (modo guasa) que a fin de cumplir el trasnochado Reglamento navarro de 1992 que impone concejales en el Palco, se sentase en el sillón presidencial el cabezudo Alcalde todas las tardes y a su lado situasen a los también cabezudos Concejal, y por aquello del exotismo en vez de asesores se colocase a los cabezudos Japones y Japonesa (por la igualdad de género y génera).
Montado el cuadro, se podría incorporar un brazo robótico encargado de trastear con los pañuelos. Este brazo robótico podría ser dirigido en remoto, y dotándose de inteligencia artificial si fuere necesario, desde un ordenador situado en el callejón en el burladero de la Junta taurina. Cumpliríamos el absurdo reglamento, al estar Alcalde y Concejal, el Palco tendría un criterio homogéneo y la Junta tendría el poder absoluto para dirigir la lidia y otorgar trofeos y de paso nos quitábamos de en medio a los concejales de carne y hueso y a sus asesores. Es una idea, hoy la cibernética lo puede todo y hay que modernizarse.
La plaza es un pandemónium. Un ruido ensordecedor casi continuo. Unas peñas cada vez más amuermadas y vetustas, que repiten un repertorio añejo y trasnochado ( la chica yeyé y el Rey son sus interpretaciones estelares ) y que hacen relativamente poco caso a lo que ocurre en el ruedo, salvo como dice el Sr. Lorca “conectar” si hay arrimones, tremendismo, o mantazos de rodillas… y si se mata a la primera aunque sea de “puñalá” ( bajonazo ) se practica la elegancia social del regalo y se abre la puerta del encierro o se otorga una de esas orejillas de Pamplona de nulo valor y de hojalata … pura casqueria.
Y así tarde tras tarde y año tras año nos obsequian con la necesidad de traer un ganadillo de granja, toro de abasto, blando, descastado e incluso manso, que permita la faena de muleta y el triunfo barato de las figurillas. Magníficas las cuatro verónicas y la media de Morante a su segunda ternera. Lo mejor y casi lo único si hablamos de torear en cuanto a toreo ( aunque fuera de salón ) de la Feria.
Otra cosa singular es el valor que se le da al uso del verduguillo. Sabido es, o debería, que no tiene valor alguno. Es un elemento finalizador, sin más, para procurar evitar el sufrimiento y agonía de la res y obviamente no tiene valor comparable frente a la suerte suprema. Aquí se le da mucho valor a este “arte supremo de matarifes” y una buena estocada se emborrona con un par de cachetazos de descabello. Curioso.
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ResponderEliminarDejo para el final el encierro. Un producto mediático, televisivo, casi ayuno de riesgo , más allá de los codazos e imprudencias de los actores, aburridísimo y que han convertido en un espectáculo de los actuantes cuando el único protagonismo debería tenerlo en exclusiva el toro, ya que sin él no habría encierro por mucho que se empeñen “los divinos” y aledaños mediáticos.
Recuerdo los encierros de las años 70’s, 80’s y 90’s. Había riesgo y emoción, toros que derrotaban, acometían y se defendían; toros que se quedaban y que se volvían … y heridos por asta de toros e incluso muertos. Y a todo esto unido, Javier Solano, su voz, su narración sin protagonismo buscado y sus silencios … Encierros de corredores anónimos sin ningún afán de protagonismo mediático. Encierro serio y puro, sin la tontería actual.
Nada de esto hay hoy, los toros con los cabestros en plan Usain Bolt, que van como cohetes, obsesión de los parlanchines de tve con el cronómetro, y con que si los cánticos ( tradición muy reciente, deberían ser más lentos ).
Todos los encierros son clónicos, sin emoción e interés alguno, y tras la retransmisión en directo, apagas la tele ya que lo que viene sobra por repetitivo, una colección de topicazos cada uno mayor que el anterior. En fin,dicen que es el signo de los tiempos modernos, pero sin emoción se instaura el aburrimiento de lo repetitivo.