lunes, 18 de junio de 2018

EL BRINDIS DE ANTONIO BIENVENIDA

Antonio Bienvenida pertenece a ese olimpo reducido de toreros de quienes todo el mundo habla bien. Si se paran a pensar, no son muchos. De Bienvenida se habla bien tanto dentro como fuera del ruedo.


Fueron seis hermanos toreros. Por orden de antigüedad, Manolo, Pepe, Rafael, Antonio, Ángel Luis y Juan. El de andares más toreros fue el malogrado Rafaelito. Murió asesinado por Antonio Fernández, quien le daba clases particulares y era el administrador de la familia. Se ve que no quería que se fuera de Sevilla y se presentó en la casa un día con una pistola. Disparó al pecho de Rafael y amenazó con el arma a Pepito Sánchez, que estaba presente y que era el sobrino de Sánchez-Mejías, dueño del inmueble: "vete, que si no te mato". Instantes después se oyeron dos detonaciones más, una segunda bala fue a la cabeza de Rafaelito y la tercera a la del homicida. Nunca se esclarecieron las razones de esta barbaridad.

Volvemos con Antonio para recordar que mató seis toros él solo en nueve ocasiones. La que nos ocupa es la tercera de la lista que tienen aquí abajo y que publicó en el ABC Suárez Guanes, fallecido justo hace un año:



Antes de ir a la plaza, Antonio coincidió con Alfredo Corrochano, el hijo torero del crítico, quien le preguntó que cómo era que se había metido en ese lío. Bienvenida le dijo: "por culpa de tu padre; estoy leyendo un libro suyo sobre Joselito y como insiste en la gran facilidad con que mataba seis toros..." Efectivamente, 'Gallito' se encerró con seis toros en veintitrés ocasiones en España más otra en Lima. Hay que añadir la corrida de El Pilar de 1913 en Zaragoza cuando tuvo que matar seis veraguas por cogida de Gaona en el primero.

Los toros de la tarde que nos ocupa fueron de Graciliano. Guillermo Pérez Tabernero tranquilizaba al diestro en su casa poco antes de ir hacia Las Ventas: 'has tenido suerte en el sorteo, te han tocado los mejores'. Era una corrida que Bienvenida había visto en la finca y le había gustado para su compromiso (tuvieron que pedir a Balañá que la cediera porque estaba destinada a Barcelona). Aquí le ven en el patio de cuadrillas:



Se ofrecieron como subalternos sus hermanos Pepe y Juan pero Antonio se negó para no dar un toque sentimental al evento, decía. Recuerden que Juan y él torearon mano a mano la primera corrida en que se exhibió la tablilla en Las Ventas, pulsen aquí.

Iniciando el paseíllo:



Aquel día estaba Gregorio Corrochano en el tendido y Bienvenida se dirigió a él para brindarle la muerte del quinto toro. Al crítico no le gustaba nada que le brindaran toros. El ponerse firmes y escuchar el brindis pendiente de atajar la montera como un guardameta le ponía nervioso. Y luego se preguntaba qué hacer con ella en caso de que el torero acabara en la enfermería o qué cara poner cuando viniera a recogerla si la cosa había acabado torcida. Total, un compromiso. Ahí tienen el instante:



El brindis del maestro fue el que transcribimos a continuación:

"Le brindo a usted este toro, precisamente a usted, porque no es toro de brindis, no es un toro fácil y lucido; hay que saberlo torear y usted ha escrito un libro que se titula 'Qué es torear' del cual los toreros tenemos mucho que aprender"

De ese libro, publicado por una editorial catalana, les hablábamos aquí en su día ¿Cuántos toreros leen de toros? ¿Qué saben de los encastes quienes no salen de las mismas ganaderías desde hace lustros? ¿Conocen la historia de la tauromaquia? ¿Saben distinguir un toro rebarbo de un falso girón? Tampoco es cuestión de que sean catedráticos pero ¿conocen algo más de la lidia que no sea la faena que traen del hotel?

Ese quinto toro fue de los gracilianos que abren la boca. En el tendido estaba 'Magritas', que comentaba al periodista de El Ruedo que los toros de Graciliano se dividían entre los que la abrían y los que no. Aquella tarde la abrieron sólo el cuarto y el quinto, señal de que hubo bastante que torear. 'Magritas' ha sido uno de los mejores banderilleros de todos los tiempos:



Cuando volvió Bienvenida a recoger la montera, Corrochano no tenía a mano ni un papel ni una pluma para dejarle escrito lo que tuvo que decirle de palabra:

"Hace mucho tiempo que no he visto lidiar una corrida de toros que son toros como estás lidiando esta tarde. Se ven los toros con gran claridad porque se dejan donde se deben dejar para ver su bravura. Los picadores van al toro por derecho sin hacer la carioca y los peones están en su sitio. Así se lidian los toros"

Aquí ven a Luis Fariñas 'Cicoto' picando al cuarto. Se darán cuenta de que el de Graciliano hoy no entraría ni de novillo en Las Ventas. Pues derribó dos veces y tomó cinco varas. Los toros pesaron 482, 483, 474, 493, 490 y 449. Acudieron veinticinco veces al caballo y dieron cuatro caídas (en aquel año regía el artículo 61 del reglamento con lo de 'cuatro varas en regla'):



Por delantales, esa misma tarde (hemos leído a cuenta de este lance la expresión 'verónicas a pies juntos', cosa que no terminamos de comprender):



Por cierto, hablando de lidiar bien, destaquemos que toreó toda la corrida con el estoque de verdad, como tendría que ser siempre. Esa media cayó en lo alto, no trasera como vemos ahora cada tarde:


Cortó dos orejas, una al sexto y otra a este cuarto que torea al natural sin retorcimientos grotescos ni poses artificiosas. La muleta, plana y sin arrastrarla:



Se habla de que unas tres mil personas se acercaron tras la corrida a su casa en la calle General Mola y lo obligaron a salir al balcón a saludar. Esta foto de abajo está hecha en esa casa bajo una imagen del patriarca Manuel:



Abajo tienen al Papa Negro en un festival iniciando un pase cambiado. Antonio lo hacía muchas veces sin desplegar la muleta, cosa que casi le cuesta la vida con uno de Ignacio Sánchez en Barcelona (aquí pueden recordar el grave percance):



Don Manuel Mejías ha sido de las cinco personas que más han sabido de toros en el siglo XX. Dos ideas suyas son fundamentales para quien esto firma. La primera es que 'nunca hay que llevar los muletazos pensados', esto va al hilo de lo que comentábamos antes de la faena traída del hotel que sufrimos cada tarde. La segunda es lo único que a nosotros nos hace perder los nervios en el tendido y caer en el insulto al diestro. No podemos soportar al torero despistado o durmiendo a la hora de hacer un quite. Manuel Mejías siempre insistía en estar pendiente del compañero, no admitía ni la menor distracción. Decía a sus hijos:

"Si un toro cornea a un torero realizando alguna suerte, ¡qué le vamos a hacer! Pero si lo tira al suelo sin haberle herido y en el suelo le pega una cornada, ¡os hago responsables a vosotros de esa cornada! Tenéis que tener el capote siempre preparado"

Un amigo lector se enfadaba hace poco por la costumbre que ya damos por buena del maestro que sale a cuerpo limpio ante el percance de un compañero ¡No! Ninguno de los Bienvenida hubiera perdonado esa desidia. El no llevar el capote es signo de no estar pendiente.

Ya vieron en la lista de encerronas que Antonio repitió el año siguiente matando seis galaches gratis para el Montepío de toreros. Entonces cortó tres orejas, dio cuatro vueltas al ruedo y salió a hombros. Esta imagen es del ecuador de la corrida, cuando bajaron toreros retirados y otros beneficiarios del Montepío a agradecer el gesto del torero (el más alto es Nicanor):



Antonio Bienvenida dio nada menos que veintiséis alternativas, la sexta en la plaza situada a veinte metros de donde les escribimos:



El lleno en Madrid aquel 30 de mayo de 1954 fue de no hay billetes. Nadie se movió hasta que dobló el sexto. Se decía en los tendidos aquel día que eso no se veía desde los tiempos en que Manolete iba anunciado en tercer lugar.

El padre de los Bienvenida tenía a sus hijos hasta las cinco de la mañana hablando de toros. Su madre le decía '¡Manolo! ¿Qué haces con los niños? Déjalos descansar, hombre'. Pero uno de ellos, Ángel Luis, reconocía que es ahí donde nacen los grandes toreros, en esas conversaciones, "es en esos momentos donde nace la torería". 

Pongan ustedes 'aficionados' en lugar de torero y 'afición' en lugar de torería y ésas son las conversaciones que queremos tener en nuestro modesto blog.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

10 comentarios:

  1. Pues seguro que la otra noche habría perdido los nervios en la capea organizada en la Maestranza, dónde todo el que quiso y se le ocurrió le pegó mantazos a los manejabilísimos novillos, casi sin excepción puestos al relance en el caballo, picados alevosamente en los riñones y/o paletilla.. pero el culmen de los despropósitos llegaba en el tercio de banderillas, dónde se hizo dueño del albero ese refrán "que cada perro se lama su cip..."; indignaba ver cómo se dejaba desasistido al compañero que pareaba, con el encargado del quite pegado a tablas y a una distancia tal que a todas luces era imposible llegar al lugar donde podría ser necesario. La apoteosis llegó cuando el tercer novillerete, mientras debía estar atento al quite SE PUSO A TOREAR DE SALÓN, ajeno a lo que le ocurriese al banderillero que pareaba saliendo por su lado.
    Indignadísimo miré al callejón a ver si el alguacilillo ponía orden en la lidia, pero el buen señor se hizo "un Rajoy", imagino que esperaría que todo se arreglase por sí solo.
    En resumen, que los novilleros sólo parecen estar pendientes de dar muletazos, el resto es accesorio o directamente ignorable, pues la lidia es un concepto llamado a desaparecer de la mano de la Bravura.
    A ver si este jueves los pablorromeros nos dan una alegría, manque nadie quiera o sepa lidiarlos.
    Un saludo desde Sevilla y enhorabuena por su amena y documentada labor

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    1. Gracias. Me temo que los pablorromeros no le van a dar ninguna alegría y el principal interesado en errar este vaticinio negativo soy yo, que conste.

      Menudo espectáculo maestrante ¿no? Calificarlo como capea es ser generoso.

      Saludos.

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  2. Uno de los grandes de la historia, casi igual que las "figuras" de hoy.
    Como ha dicho la Marquesa de Seoane, "los toreros de hoy son figuras, pero de mazapán y de pitiminí"; dejo el link de la interesante entrevista en El Mundo (si no la han leído ya), sobre los toreros de ahora y su ganadería de Prieto de la Cal: http://www.elmundo.es/cronica/2018/06/19/5b23e760468aebab018b46af.html

    Un saludo

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    1. Gracias por el enlace, ya estaba al corriente.

      Pero, ya que estamos, lanzo una pregunta a cualquiera de nuestros lectores empezando por usted: ¿creen que es contraproducente para la ganadería que sus propietarios hablen con tanta claridad sobre todos los temas que salen?

      Saludos.

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    2. Pues es complicado medir cuán contraproducente, o si más, es este tema, con todas las limitaciones y vetos implícitos a los que vienen siendo sometidos por años por parte de 'la norma'.
      Lo que tengo muy claro es que esos comentários son muy válidos y es bueno que se manifiesten, que es vigorizante ver al árbol resistiendo la corriente del río.

      Saludos,

      Misti-Aqp

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    3. Por lo menos son unos ganaderos que siempre han mantenido el mismo discurso. Otros, que están en la mente de todos, decían que nunca pondrían fundas y las pusieron, que nunca se correrían toros suyos por las calles y vieron que pagan muy bien, etc.

      Saludos.

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  3. Extraordinario, como siempre, los pesos de los gracilianos sobraban. No obstante, muy bien, extraordinario.

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    1. Gracias, pero no veo dónde está el problema de los pesos. Eran los pesos de la época en unos toros que aguantaron veinticinco entradas al caballo. No era el peto de ahora ni tampoco los caballazos monstruosos de Madrid hoy en día pero quería llamar la atención sobre ambos datos.

      Saludos.

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  4. Podría decirme cuando subirá la entrada sobre los miuras de Pamplona por favor. Estoy ansioso por ver ya los mejores toros del año. Un saludo Rafa.

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    1. Pues no se lo puedo decir porque por motivos laborales no sé si este año podré bajar a hacer el reportaje. Es el problema de vivir de tu trabajo y no del toro.

      Sobre lo de que sean los mejores toros del año, hay opiniones encontradas. En Pamplona hace tiempo que no sale una miurada como todo el mundo espera. Que sean los de más cara o los más grandes, de acuerdo, pero los mejores...

      Saludos.

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