lunes, 28 de octubre de 2019

HOMENAJE A ROMÁN

En esto de los toros, la emoción puede venir por la estética o por la épica, cualquiera de las dos vías es válida. En la primera, lo pone todo el diestro porque el toro colabora en el conjunto artístico. En la segunda, la emoción la ponen los dos porque el toro no se deja y es el diestro quien tiene que obligarlo. Puestos a escoger, preferimos sentir la emoción por la épica. Es la que nos embargó este año con Román durante la faena a 'Santanero I' que culminó con esta tremenda imagen:


FOTO: Sean Boyle "El escocés"

Era el 9 de junio de 2019 en Madrid. Pueden recordar la lidia completa pulsando aquí.  A finales del año pasado, un amigo lector nos escribía desesperanzado ante la deriva de la fiesta. Nosotros intentábamos animarlo y le decíamos que igual 2019 nos daba alguna razón para la esperanza. Hemos acertado porque ha habido corridas de toros en las que han salido toros y no terneras. Así, a vuelapluma, podemos recordar las de El Pilar y Escolar en san Isidro, la de Cebada y tres toros de Aguirre en Vic, la de miura en Pamplona que dejó buen recuerdo a todos (menos al pobre Rafaelillo), los dos desafíos de Madrid y la corrida de Saltillo en Céret. Aparte, ha habido toros sueltos que seguro que tienen ustedes in mente. Hablamos sólo de corridas pero también sería justo recordar la novillada de Raso de Portillo en Pedrajas de san Esteban.

En ninguna de esas corridas hubo opción para la emoción estética pero sí para la épica, como es el caso de la faena que nos ocupará en esta entrada y cuya crónica tienen aquí. Si quieren un ejemplo de emoción estética, pulsen aquí para recordar lo que hizo Frascuelo en Céret a un toro de Felipe Bartolomé, para que no digan que sólo nos fijamos en una de las variables.




Nos apetece rememorar uno de los tres momentos más auténticos de esta temporada. Hablamos de la citada emoción que nos provocó Román en la corrida de Ibán de san Isidro. Los otros dos serían lo de Pacheco contra 'Voluntario' de Dolores Aguirre en Vic y lo de Serrano contra 'Palmito' de Saltillo en septiembre en Madrid.

Aquí tienen a 'Santanero I', de Baltasar Ibán, 559 kilos, en los corrales. Es un castaño oscuro albardado, listón, bocinegro, bragado y carinegro:



Seguro que viene de la familia de 'Santanerito', el de la primera salida a hombros de Rincón en Madrid, cuando en mayo de 1991 'subió a los cielos'.

Y aquí abajo lo ven en la plaza. Digamos antes de continuar que tenemos el honor de contar en esta entrada con la desinteresada colaboración de nuestro amigo Andrew Moore y sus excelentes imágenes con las que nos iremos recreando:



El toro llevaba una guadaña en el pitón derecho por el que empezó a soltar algún gañafón ya en el capote de Román al recibirlo:



¿Qué era un toro encastado para Bollaín? Simplemente aquél que 'aunque tenga nobleza, el que lo ve siente que en los cuernos lleva la muerte' (recuerden aquí). Éste la llevaba y por eso, y por otras cosas, para nosotros fue un toro encastado. Decir que fue descastado nos parece un despropósito. Por cierto, en esa misma corrida hubo un toro que a nosotros nos pareció de nota muy alta y que, con la tragedia de Román, terminó ninguneado por la mayoría. Nos referimos al 'Camarito' que mató Moral en segundo lugar. Hace tres años, el que lidió Aguilar con el mismo nombre gozó de todos los parabienes pero el de Moral pasó desapercibido.



Suenan los clarines y salen los caballos mientras Román fija el toro:



En el primer puyazo, tardea un poco pero cuando va, mete los riñones con fe aunque empujando sólo con el pitón izquierdo:



Aquí lo ven desde el tendido 3:



Romanea y derriba a 'Chocolate', que queda aprisionado en el suelo por su montura:



Ahí lo ven en unos segundos que se le debieron de hacer eternos:



El diestro lo colocó para el segundo puyazo:



Acudió con alegría después de tardear:



Pero la pelea no es la misma y ahora el picador le devuelve la moneda:



Es de destacar el gesto de Román pidiéndole enseguida que levante el palo:



Hubo una gran decepción entre los aficionados porque todo el mundo pensó que lo iba a poner por tercera vez al caballo desde más lejos. No fue así y en banderillas volvió a las andadas soltándole esta tarascada a Raúl Martí. Nuevamente por el derecho, ya van dos:



César Fernández no lo quería ni ver entrando por el izquierdo, por donde pasó dos veces medio en falso. Fue El Sirio quien dio la cara...y casi se la parten:



Pasó tres veces y clavó con apuros porque nuevamente el toro muestra su mala intención por ese pitón:



Tras este par, enfocaron la cara de Al-Masri y se leyó en sus labios 'es un hijop...' El toro había vuelto a sacar a pasear su pitón derecho. El Sirio se ofreció a repetir pero tuvo la mala fortuna de que una de las banderillas resbaló y no se clavó:



En la precisa foto de Moore del mismo par por el otro lado, se ve con claridad cómo una de las banderillas choca con otra de las ya clavadas:



Pasa Fernández dejando un palo. Hay un momento en que el toro lleva ya cuatro banderillas. Román lo ha visto y se lo muestra a De Villa:



Pero una de las banderillas se ha caído y, como quedan sólo tres, el presidente ordena cumplir el reglamento diciendo con este gesto que no cambia el tercio si no hay cuatro palitroques:



Absurda decisión a nuestro modesto entender porque el toro estaba adquiriendo un resabio notable. Pasar una vez más sólo iba a contribuir a acentuarlo y a arriesgar la integridad del banderillero. Fue nuevamente El Sirio quien, en un alarde de valentía, se encaró con el bicho:



¿Se han fijado en que el toro lleva la cara por las nubes? Además era la sexta vez que había que pasar el fielato. El toro se le vino con violencia y observen cómo rebañó con su guadaña:



Derribó al torero:



Y le pasó el pitón a un palmo del cuello:



En el suelo hizo por él pero apareció su ángel de la guarda que ven ahí detrás con el capote:



No fue otro que Pepe Moral, quien hizo un quite providencial que salvó al subalterno de una cornada grave. Fíjense con qué violencia sale el toro de ahí:



La cara del presidente denotaba que le recorría un sudor frío por la espalda tras el percance:



En cambio, la cara del toro era la misma, con ese pitón derecho que seguía amenazando tormenta:



Al final sería El Sirio quien tendría que apuntillar al toro pero 'Santanero I' no le dejó, se levantó y no permitió que le pegase el cachetazo, luego lo veremos. El diestro brindaba la faena a Emilio de Justo, ya que había entrado en el cartel sustituyéndole:



En el siglo XIX, el maestro habría salido con la muleta en la izquierda y el estoque en la derecha. Recuerden que 'Desperdicios' salió así y al llegar al toro se lo encontró cuadrado. Se perfiló y le enterró la espada recibiendo sin darle un pase. Luego dijo: 'la muleta está para ahormar y cuadrar al toro; como ya me lo encontré así, lo maté pues ¿no soy matador de toros?' Seguro que encontraba menos problemas matando toros que en sus peleas a cuchillo con los gauchos cuando estuvo en Argentina.

¿Hubiera cambiado la historia si Román no se echa la muleta a la derecha para los pases de tanteo? Nunca lo sabremos pero además es algo que ha desaparecido por completo de la tauromaquia, o sea que no vale la pena ni comentarlo:



En ese momento había dos dudas: ¿habría sido mejor un tercer puyazo? ¿Debería haberse cambiado el segundo tercio evitando tanto resabio? Sea como fuere, la cuestión es que el valenciano decidió plantear la batalla a un toro al que había que ganársela. Y se la planteó con la derecha. El toro tardea al principio pero Román lo saca al tercio:



Se pone allí, en las rayas:



Lo cita por tres veces sin que el toro responda pero cuando se arranca a la cuarta, le suelta un nuevo tornillazo con el pitón derecho. Ya van tres clarísimos a los que habría que sumar los del segundo tercio:



En los medios insiste con la derecha intentando que el toro trague:



El maestro se cruza enseñando el muslo al toro, no hay ni un alivio:




Trece pases le da por ese pitón derecho:



Le sigue toreando viendo que el toro repite si le dejas la muleta:



Las zapatillas apuntan al toro. Ya ven que le baja la mano para poderle, siempre bien colocado y con gran riesgo porque seguimos por la guadaña derecha:



Seis pases más por ese pitón, llevamos diecinueve. Remata con uno por alto y con otro de pecho tras cambiarse la muleta de mano (estamos con la manía absurda de enlazar dos e incluso tres pases por alto para rematar una tanda). Aquí el toro le avisa de que todavía no se entrega, vean de nuevo por dónde viaja ese pitón derecho:



Pero la sorpresa viene cuando Román se echa la muleta a la izquierda...



...y al segundo natural el toro se raja yéndose a tablas:



El diestro lo persigue porque quiere insistir por ese lado:



Le roba tres pases con el toro aún violento y se va por la espada:



Hasta ese momento no hemos visto ninguna temeridad por parte del maestro, como no sea haber insistido por el pitón peligroso. Recordemos que en nuestro blog lo criticábamos aquí con preocupación porque en muchas ocasiones atropellaba a la razón. La faena han sido treinta y un pases pero veintiséis por el pitón derecho. Si el toro ya sabía cornear por allí cuando saltó al ruedo, ahora es licenciado y el diestro debe tener en cuenta esa circunstancia porque al matar tendrá que salvar ese pitón maldito.

Cuando vuelve, el toro está ya cuadrado en la suerte contraria, observen. En ese instante, tendría que haber hecho como 'Desperdicios', acercarse sigilosamente, perfilarse y entrar:



Pero Román lo mueve no sabemos por qué y el toro no sólo no obedece al cite sino que se descuadra. En directo pensábamos que era para ponerlo en la suerte natural pero no es así porque después de tardear y andarle por la cara, vuelve a colocarlo como estaba. 



Entonces, ¿para qué menearlo? Lo único que ha hecho ha sido cerrarlo un poco como se ve por las rayas en la imagen siguiente. Se perfila por fin en la suerte contraria. Se discutió mucho esta circunstancia. Para nosotros lo hizo deliberadamente y fue la solución correcta. Si el toro no llega a rajarse por dos veces yéndose a tablas, en nuestra opinión merecía la suerte natural. Ese detalle hace que estemos convencidos de que el maestro acertó porque, en teoría, el animal le iba a ayudar yéndose hacia donde acababa de demostrar querencia:




El problema era salvar ese pitón derecho con el que el toro podría escribir un libro. Román le echa bien la muleta al morro para descubrirle la muerte. Observen que no se alivia tapándole la cara con un telonazo sino que el palillo apunta al morro. Pero el toro no embiste recto, le puede su tendencia a cornear por la derecha:



Prende al diestro y lo voltea. Aquí tienen la secuencia de Andrew Moore, el fotógrafo inglés:





Y aquí, la instantánea terrible de Sean Boyle, el fotógrafo escocés:



En el tendido hubo una gran impresión:



En el ruedo, Román ve al vuelo que el toro le ha destrozado la pierna e intenta taponarse la herida:



Pepe Moral es uno de los primeros que llegan a auxiliarlo:




En esta foto de Ana Escribano se aprecia el inicio del movimiento del toro hacia el torero como si no hubiera muleta de por medio.



Alguno criticó a Román por no haberse aliviado saliéndose de la suerte. ¿En qué quedamos? ¿Qué queremos, alivios o verdad? Otros dicen que se quedó un poco en la cara y que por eso le coge. Se basan en esta foto:



Todo son ganas de marear la perdiz. En nuestra modesta opinión, acertó al entrar en la suerte contraria, movió bien la mano izquierda, no clavó atravesado porque no se alivió y su intención era salir por el costillar pero el toro le cerró el paso. Se lo cerró porque ese pitón llevaba la muerte dentro y más después de haber sido burlado una y otra vez por ese lado, no hay más. 



Fíjense en lo que pasó un mes después en Teruel con la misma ganadería de Ibán. Ahí está Lamelas sufriendo una circunstancia parecida pero sin llegar a resultar prendido:


FOTO: Juan Francisco Bascón

Y aquí Chacón salvando la vida cuando el de Ibán le pone el pitón en el vientre sin hacer carne:




¿Se imaginan lo que hubiera significado para esta vacada tres cogidas graves en un mes más el recuerdo de Fandiño? Mientras entraba Román en la enfermería, el toro doblaba en tablas. El Sirio iba a apuntillarlo con todas las ganas cuando Fernández le quita la espada por detrás. Éste es el instante:




Pero 'Santanero I' gallea por última vez porque su casta le lleva a levantarse y Al-Masri tiene que apartarse:



En la foto siguiente parece que esté claudicando pero es todo lo contrario. Con un supremo movimiento del cuello, se vuelve a alzar sobre sus cuatro patas:



Su muerte va a ser de toro bravo o, por lo menos, encastado. Irá dando tumbos desde la posición del alguacilillo hasta el final del 6:




La oreja que se pidió es la de más valor de todo san Isidro y probablemente la más valiosa de toda la temporada. Vimos la emoción épica del torero que sale a luchar contra el toro y que le puede porque al final el toro se acobarda. Añádase a todo esto que se tira a matar con verdad.

¿No es eso el toreo? Algunos aficionados decían que ese animal era para hacerle una faena menos que de aliño y darle un espadazo en los bajos. No nos aclaramos: si sale la ternera, no se otorga valor a lo que hace el torero y si sale un toro fiero que pide los papeles, hay que pasaportarlo a como dé lugar. 

Román se ganó nuestro respeto para siempre porque además estamos convencidos de que su actitud hubiera sido la misma ante un toro como ése en cualquier plaza. La suerte inmensa que tuvo es que estaba en Madrid con los médicos de Madrid. Si llega a estar en un pueblo...mejor no pensarlo.

El Duque de Veragua decía:

"La figura legendaria del lidiador de toros va desvaneciéndose. Al paso que la profesión se industrializa, se hace asequible a mayor número de individuos que buscan en ella una vida de holganza y alegría"

¿Cuantas veces han tenido ustedes la sensación de que lo que hacía el torero en el ruedo parecía un ballet? Por contra, ¿cuántas veces pensaron en la suerte de no tener que estar ahí abajo mientras veían a Román frente a ese animal? O sea, en la suerte de no ser Torero, con mayúsculas. Eso es lo que fueron Pacheco contra 'Voluntario', Serrano contra 'Palmito' y Román contra este  'Santanero I'.


Desde que nuestro blog existe, sólo hemos hecho dos homenajes a maestros. Uno fue al toreo emocionante por estético de Frascuelo en Céret. El otro ha sido éste a Román por su emoción épica en Las Ventas.

El recuerdo de lo que hizo se agigantará con el paso del tiempo y al menos quien esto firma no olvidará nunca lo que aquí hemos relatado. ¡Gracias, maestro!

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.