CÉRET DE TOROS, 2014: HOMENAJE A FRASCUELO

Conscientes de que muchos jóvenes aficionados quedaron gratísimamente sorprendidos por la torería y el empaque de Frascuelo en Céret, presentaremos en esta entrada un pequeño álbum que sirva como recuerdo de lo que es torear de verdad.

En chiqueros esperaban los toros de Felipe Bartolomé, que luego defraudaron por su poco poder.

Algún lector se quejará de que en este blog, claramente torista, se dé cancha a un toreo realizado ante unos enemigos 'colaboradores'. Correcto, no vamos a negar la evidencia, pero reconozcamos que, una vez que no tenemos la Tauromaquia como etimológicamente debería ser, esto es, dominar a un toro y hacerlo ir por donde no quiere ir, este otro tipo de toreo más estético, tuvo en Frascuelo un intérprete de excepción.

Nació don Carlos Escolar en Madrid, en 1948. Tomó la alternativa en Barcelona -otros tiempos-, de manos de Curro Romero y con Paco Alcalde como testigo, era abril de 1974.

En Céret vistió un terno verde botella y azabache con los cabos rojos. Ese mismo color, pero en oro, lo sacaban muchas veces Ortega Cano y Galloso.
Abrió plaza 'Relámpago', de 540 kilos. Ahí lo tienen:

Lo primero que llamó la atención fue que Frascuelo lo recibió completamente quieto, sin enmendarse, echándole el capote sin aspavientos y sin retroceder o encorvándose como hacen la mayoría de diestros hoy en día. La imagen es del primer lance a su segundo, un delantal.

Otra cosa extraordinaria: su capote no es descomunal como estamos acostumbrados desde que Ojeda sacase aquel suyo fabricado en los astilleros de Bazán -Joaquín Vidal dixit-. Recuerda al de Curro, no tan pequeño, pero muy suave y sin almidonar, una maravilla.

Brindó al público su primero:

Y el inicio de faena fue magnífico, nada que ver con los mantazos sin criterio actuales o la faena que traen hecha del hotel la mayoría ¡Cuántas faenas hemos visto malogradas por inicios de faena lamentables! Vean este doblón rodilla en tierra:

Se cayó en la cara del toro pero éste se quedó mirando ignorando que su sangre era de Santa Coloma. Le perdonó la vida y a Frascuelo tuvieron que ayudarlo a levantarse pero no se amilanó. Si una cosa tiene, aparte de torería, es valor por arrobas. Con 66 años, muchos están para sopitas.

Toreó bien con la derecha ¿no les recuerda a Curro toreando a media altura?

Y en el de pecho ¿no les recuerda a don Antonio Chenel?

Y vean los más jóvenes lo que es la naturalidad en el toreo, algo casi definitivamente perdido. El toreo debe surgir natural, no forzado o artificioso o recargado (que es lo que predican las 'figuras' actuales). A ver a quién les recuerda en este pase cambiado por alto:

Exacto: a Pepe Luis Vázquez padre o hijo, máximos ejemplos de la naturalidad en el toreo. Recuerden estas imágenes.

Mató de pinchazo, otro sin soltar y media lagartijera. Pero atención al modo de perfilarse: la mano del estoque donde debe estar, entre la barbilla y el corazón, no con el brazo estirado para darse ventaja como hacen todos hoy en día -excepto algún novillero como destacábamos aquí-.

'Hoy en día no se matan los toros, se asesinan'. La frase la suscribo totalmente (no es mía, es de Beca Belmonte).

Su segundo era el cárdeno 'Cartuchero', de 550 kilos y con unos pitones que hicieron torcer el morro a más de uno:

Gran recibo por verónicas sin enmendarse con ese capote sedoso. Fíjense por un lado y por el otro, ¿a quién podría recordar?

¿Manolo Escudero? Y es que además vemos hoy en día cómo muchos toreros con años de alternativa no saben ni coger el capote (y esa moda estúpida de morderlo cuando hay que cogerlo con la barbilla ¿de dónde la han sacado? Cañabate en su día los ponía a caldo por eso).

La media verónica es un verdadero cartel de toros (la de Chenel y la de Paula eran más barrocas, ésta se acerca más a la de Curro):

Fíjense en lo que decíamos del vuelo del capote, nada que ver con los percales acartonados de hogaño.

Ojo porque ya comentamos en la crónica de la corrida que El Legionario perpetró un vergonzoso monopuyazo al torillo con la anuencia total del señor Escolar. Aquí no lo taparemos: muy mal el maestro y más estando en Céret (el picador no tiene culpa, es un asalariado).
Ahí lo tienen dando cera trasera, tapando la salida y emborronando este álbum de fotos:

El brindis creemos que fue a Fourquet, de cuyo fallecimiento ya nos hicimos eco aquí en su día. Dicen en un comunicado oficial que la cuadra de Valencia de este año estuvo muy bien y que poco menos que hizo olvidar a la de Bonijol (no cabe duda de que el Ricard ha hecho estragos en la ADAC).

Y en el inicio de faena, 'Cartuchero' hizo un extraño en el primer pase por el derecho de manera que Frascuelo se echó la muleta a la izquierda y toda la faena transcurrió por naturales: ¡una maravilla! (sobre todo cuando no son mantazos) Vean:

Muchos de los afamados diestros actuales suelen dar mantazos con la izquierda porque se sienten desvalidos sin la ayuda del estoque. Intentan hacernos creer que el toro por el izquierdo no vale cuando el que no vale es el torero. Frascuelo sí que valió. Incluso el obligado de pecho no fue tal sino cambiado por alto con cambio de mano por la espalda para seguir pasándose el toro siempre por el pitón izquierdo:

No se vayan, aún hay más. Por cierto ¿cuántos premios se han concedido en plazas importantes y el torero no ha cogido la muleta con la izquierda ni por equivocación? Recuerdo dos orejas con puerta grande sólo con la derecha: Espartaco en Las Ventas a un toro de Alonso Moreno, que le lanzó a la fama (1985). Antiguamente era algo inconcebible. Pero sigamos con el recital que vimos en Céret:

Yéndose de la cara del toro con torería:



Llegó la hora de entrar a matar. Una vez más Frascuelo dio una lección de cómo perfilarse y cobró media tendida un pelín trasera.

Y queremos volver a poner la misma foto que en la crónica. Fíjense en los ojos abiertos y fijos en el morrillo. Eso no lo hace nadie. Eso es Valor, con mayúscula. Que le pregunten al Cid si alguna vez ha mantenido los ojos abiertos cuando entraba a matar (así le ha ido):

Torería con la muleta al hombro esperando que doble el toro (este bonito gesto también se lo vimos muchas veces a Esplá):

Esto es lo que miraba Frascuelo mientras el toro decía sus últimas palabras: 'gracias por torearme así'.

El presidente Roques estuvo correcto al conceder una oreja para la que no acababa de haber petición mayoritaria. Pero eso son zarandajas cuando vimos torear de esa manera -a un torete, eso sí, de gran docilidad-.

Los primeros en felicitar, la cuadrilla:

Frascuelo nos metió en la máquina del tiempo. Los aficionados más jóvenes pueden llegar a pensar que el destoreo moderno con la pierna atrás es lo correcto, que hacer tres medias verónicas seguidas a un toro es precioso, que echar el brazo por delante a la hora de matar no es asesinar, que la torería es salir en paños menores por las revistas o en la televisión contando chistes o que los toros de Victorino tienen que ser pastueños y boyantes para poder torearlos con el pico.

No, señores, todo eso son milongas con las que los gacetilleros taurinos sobrecogedores nos quieren hacer comulgar. Pero nos negamos en redondo. Aunque sea una batalla perdida.

Muchas gracias a Frascuelo por recordarnos que no estamos equivocados.

Saludos desde Tarragona. Rafa.