viernes, 28 de agosto de 2020

MANOLETE: '¡DESPACIO, DESPACITO! ME DUELE MUCHO LA PIERNA'

Eso iba diciendo Manolete cuando atravesaba la plaza de toros de Linares en una camilla portada por cuatro personas. Lo sacaban de allí para trasladarlo al hospital un día de san Agustín igual que hoy. 



Había entrado en la enfermería a las 18:40 donde él mismo se había quitado las dos medallas que llevaba siempre: la de San Rafael, patrón de Córdoba, y la de la Virgen de los Dolores. 

El doctor Garrido y sus ayudantes le habían hecho las primeras curas y también la primera transfusión de un total de cinco. Se hablaba de estado grave, nunca gravísimo. Es la noticia que llega a doña Angustias, quien veraneaba en esos momentos en San Sebastián. Es lo mismo que dicen a Lupe Sino, alojada en el balneario de Marmolejo y no en el de Lanjarón como afirma Clarito creemos que equivocadamente. Es lo que va llegando a Madrid sin que nadie tema por su vida.

En Linares Luis Miguel ha dado la vuelta al ruedo en el sexto toro y ya está con el herido. Se han olvidado las discusiones frecuentes entre ambos como aquélla en que dijo a Manolete 'tú lo que eres es un muerto de hambre'. Ha dado aviso de que venga desde Madrid su médico personal, el padre de Ramón Tamames. También han avisado al doctor de confianza de Manolo, Giménez Guinea. 

El parte dice que la herida por asta de toro es en el triángulo de Scarpa y tiene veinte centímetros de longitud (en unos sitios, quince y en otros, veinticinco). Afecta a la safena y a la femoral, con destrozos en los músculos sartorio y recto y con fuerte shock traumático. No es una cornada peor que la de Pepín Martín Vázquez en Valdepeñas, que comentábamos aquí  con uno de Concha y Sierra y en presencia del propio Manolete.



El trayecto en camilla hasta el hospital de Linares son veinte minutos de traqueteo durante los cuales el maestro repite aquellas palabras:

'¡Despacio, despacito! Me duele mucho la pierna...'

Ya en el hospital, la pareja formada por Pepe Camará y Álvaro Domecq han hecho venir al sacerdote Antonio de la Torre. Quieren que confiese al maestro pero antes de que éste hable, el cura le ha dicho 'no hace falta, te voy a dar la absolución'. Manolete no ha perdido el conocimiento en ningún momento y escucha a la pareja y al sacerdote entonando a coro el Señor mío Jesucristo. 

Cuando acaban, pide de beber y llega a fumarse algún pitillo, de tabaco rubio, como siempre. Habla muy poco pero la mirada aún es viva.

Al poco, nueva operación quirúrgica. Se plantean los médicos amputarle la pierna pero la pareja se niega en redondo. Otros médicos aficionados al toro han asegurado pasado el tiempo que a cualquiera con esa herida y en esas condiciones se la hubieran amputado. 

El caso es que son las once de la noche y el herido está ya en la cama de la habitación número 18 preguntando si el toro murió de la estocada y si 'me han dado algo'. Sí, Manolo, la estocada valió y te dieron las dos orejas y el rabo que ha cortado para ti Bernardo (Carnicerito de Málaga).

Poco después, el recuerdo del maestro va para su madre:

'¡Cuánto sufrirá cuando se entere!'



Cuando llega del balneario Antoñita, como llamaba siempre Manolo a Lupe, la extraña pareja no deja que entre a verlo. Esgrimen la peregrina excusa de que si entra, pondrá al maestro en pecado mortal. La situación es violenta por momentos, coinciden en ello varios testigos presenciales, entre ellos Luis Miguel y su padre. 

Dentro, Manolete pide agua mineral. Le traen Insalus y dice que no, que quiere Mondáriz. Se pone incluso a bromear:

'Me queréis envenenar, ¿o qué?'

A las tres de la madrugada llega el doctor Tamames con sus ayudantes y entra a la habitación. Las pupilas las ve muy dilatadas y el pulso es débil:

'Estaba desnudo de cintura para arriba y bastante moreno. En su mano derecha tenía un pitillo recién encendido...'

El hombre que apestaba a torero, empieza a oler a cuerpo presente. Ese olor a torero que se respiraba al paso de Manolete, sólo es comparable al que desprendían Lagartijo y Guerrita en el XIX y Rafael El Gallo en el XX. Incluso Orson Welles cuenta que se notaba su peste a torero hasta en California:

'Una vez entramos a un restaurante de Los Ángeles donde nadie había oído hablar ni del toreo ni de Manolete; él iba unos pasos por delante y nadie reparó en mí, que ya era una estrella de cine. Todo el mundo lo miraba a él sin tener ni idea de quién era'



Pasadas las cuatro hace acto de presencia el doctor Guinea a quien habian localizado veraneando en El Escorial. Cuando Manolo lo ve, sus antepenúltimas palabras son:

'¡Métame mano pronto, don Luis!'

El maestro no es capaz de apreciar la cara de preocupación del doctor cuando tiene delante al herido:

'Su faz era cadavérica y su pulso imperceptible. El sistema vascular no respondía y el colapso se aproximaba'

Empiezan la última transfusión, que será fatal para el maestro. A poco de iniciarla, musita:

'¡Que me quiten esto! Me duelen los riñones... Me voy a morir...'

Parece ser que la transfusión que traía preparada el doctor Guinea y que era de origen noruego no estaba en buenas condiciones. Le quitan el gotero justo para escuchar sus últimas palabras:

'¿Tengo los ojos cerrados? Es que no veo... no veo...'

Manolete se le ha hecho de noche. Se repite la historia de cien años antes cuando Goethe moribundo pedía más luz. 

El doctor Guinea le dice que cierre los ojos, que se sentirá mejor. El diestro obedece y eso hará que muera con ellos cerrados. Dicen que aún se oyó de sus labios la palabra 'David', quizás un recuerdo al que fuera su subalterno de confianza, Alfredo David Puchades, con quien compartía algunas supersticiones. David acompañó en su día a Varelito, Granero, Fortuna, Marcial y Barrera. Con el monstruo formó de 1941 a 1946, o sea que en Linares ya no estaba.



De pronto, el doctor Tamames, que era quien controlaba el pulso, avisa de que ha muerto. No ha hecho ningún gesto de dolor ni ha tenido ninguna contracción, simplemente se ha apagado. Son las cinco y siete de la madrugada del 29 de agosto de 1947.

El cadáver llegará a Córdoba a las dos de la tarde, un par de horas antes que su madre.

Tal día como hoy se produjo la cornada de Linares. Se discutió después si Islero era de suerte natural o no. El caso es que Manolete, excelente estoqueador, entró en la contraria. Algunos como Clarito dicen que acertó pero que se equivocó al colocarlo tan lejos de las tablas. No da esa impresión en esta instantánea:



El toro es el que le había tocado en el sorteo porque fue su primero el que Camará cambió a Gitanillo. Al comenzar la faena, el apoderado le había hecho la típica señal de que aliñase con brevedad, era un sutil abaniqueo de izquierda a derecha con la palma de la mano. Pero el maestro no hizo caso. Por dos veces se negó a coger el estoque de verdad que le ofrecían. Alargar demasiado la faena es otra cosa que se le recriminará a toro pasado.



Clarito escribirá una necrológica que terminaba diciendo:

'No acierto a condensar la hondura de mi pena. De mi pensamiento aniquilado por el golpe se han ido las ideas. Mis labios sólo encuentran palabras para rezar...'


Su hijo César, de dieciocho años, es quien le dio la noticia fatal la mañana del 29 porque él se había ido a dormir con la idea de que la cornada era grave pero no mortal. A sus dos hijas se las había encontrado un día Manolete paseando con un amigo por San Sebastián. Las saludó muy educadamente cosa que sorprendió al amigo. Al preguntarle que por qué les dirigía la palabra, obtuvo esta seca respuesta:

'Ellas ni entran ni salen en los asuntos de su padre, no tienen nada que ver'

Resulta que Clarito había pedido en su día a Manolo un sobre de 150.000 pesetas por temporada con objeto de hablar bien de él. Para que se hagan una idea, Manolete y Arruza iban cobrar cada uno ese dinero por la corrida de la Asociación de la Prensa de 1945. Si nuestras figuras actuales cobran entre 100 y 200.000 euros por corrida, ya ven la magnitud del sablazo que pretendía el crítico César Jalón. Ay, Clarito, ¡pinchaste en hueso!



¿Y qué me dicen de la extraña pareja? Camará era un ferviente católico, casado con Carmela y con cuatro hijos. No obstante, tenía más de una amante fija, entre ellas una hija natural de Machaquito. Y sobre los turbios manejos monetarios de Flores, a Manolo lo previnieron más de una vez pero él zanjaba la discusión diciendo 'a ver si me encontráis otro mejor...' 

Y del pecado de Camarácon sus sogas y sus serruchos, mejor no hablar. Por cierto, esos miuras no eran para Linares. Él sabrá por qué insistió en que se lidiaran allí cuando estaban destinados a otra plaza. 



Álvaro Domecq era un opusdeísta de los de visita diaria al Santísimo. Había pasado las últimas navidades en Nueva York junto a su mujer, con Manolo y con Lupe Sino. En el último trance del maestro debió de intuir la posibilidad de que hubiera una boda in articulo mortis. ¿Sería ésa la razón de evitar que Lupe viese al torero todavía vivo en el hospital?



Nombrado albacea del finado por parte de la madre, es curioso que obligó a la novia del maestro a declarar ante notario si se había quedado algo de Manolete. Todo lo que ella guardaba en su ático de Hilarión Eslava, 28, eran tres o cuatro vestidos de torear, dos más de campo, un cuadro y varias fotografías. En cambio, Alvarito no pidió ningún juramento a Camará, que sí guardaba muchas cosas de su pupilo en su casa de Amador de los Ríos (entre ellas, la carta de Churchill que reproducíamos en esta entrada).

Por cierto, recordaremos al albacea que las monjas del hospital de Linares no vieron ni una peseta por la atención al torero, a pesar de reclamarlo discretamente tiempo después. 

Con todo lo que habrán rezado estos dos, si vamos al Cielo y nos los encontramos, igual pedimos a Dios una hoja de reclamaciones.

Al final, resultará que la más honrada de esta historia va a ser Antoñita. Los dominguines insisten en que Manolete pidió casarse con ella en la habitación del hospital pero que la extraña pareja lo evitó aduciendo que 'no sabe lo que se dice...' 

Aquí abajo la ven a lomos de un borriquillo. Es célebre la actuación de los censores en esta foto. La hizo José María Lara en Fuentelencina, provincia de Guadalajara:



La censura eliminó a la hermana y tapó las piernas de Antoñita:



En la foto anterior se aprecian los finos tobillos de la señorita. Manolo siempre decía en plan de broma 'es un poco floja de remos...' 

Esta otra foto también de Lara indignó muchísimo a la madre del diestro:



Cuando Manolo estaba molesto con su novia, la llamaba Antonia. Por contra, doña Angustias siempre se refirió a ella de igual modo: 'la p... ésa de Madrid'.

Si van ustedes a darse un paseo por Segovia, entren en una de las librerías más bonitas de España. Se llama El Torreón de Rueda, en la calle Grabador Espinosa:



Allí tienen expuesta esta puya:



Pone que es la que usó Ramón Atienza en los dos puyazos que pegó a Islero, que se sumaron al que había recibido del reserva. Atienza recargó tanto que lo multaron. Manolete puso mala cara cuando sonaron los clarines porque pensaba que el toro necesitaba más castigo...

Ese ultimo instante de la vida de Manolete cuando dice que no ve nos recuerda al pobre Gitanillo, a quien llegaba también su última hora tras dos meses de atroz agonía gritando '¡ya no veo!'

El poeta D.H. Lawrence describió esto que puede recordar a la oscuridad de la muerte. Pertenece a un poema del que nos hemos atrevido a cambiar la última palabra con permiso de Octavio Paz, autor de la traducción:


Una invisible oscuridad abrazada a la profundidad negra,
atravesada por la pasión de una densa niebla,
bajo el esplendor de las negras antorchas
que derraman sombra sobre la novia perdida y su torero.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

11 comentarios:

  1. Cadavezmasdesencantado28 de agosto de 2020, 10:12

    Gracias por otra gran crónica. Cómo hila usted los acontecimientos y los apoya visualmente. He descubierto que por aquellos tiempos ya conocían el photoshop.
    Al inciso que hace sobre el tema de los sobres, esta semana en el Canal Toros había una tertulia sobre el mismo. Nombraron a mucha gente pero se dejaron a uno que ya no está en el medio al que si mencionaba Navalón. Sorprende ver la guasa con la que trataron el tema. Se llegó a decir que un medio de prensa escrita ponía precio a la página de críticas taurinas al comienzo del año (1.000.000 de pesetas), que obviamente tenían que sufragar los taurinos.
    Se dejó caer que los medios digitales para su supervivencia tenían que "facturar" para orientar sus artículos. Esto de orientar me gustó mucho por la anécdota que contó Miguel Ángel Aguilar sobre cómo los periodistas que seguían al presidente de México en una gira por Madrid, se quejaron en el hall del hotel que no encontraban la orientación para escribir sobre el viaje.
    Todo esto me lleva a preguntarme que pasará en 100 años, cuando los periodistas de turno ( si con suerte y milagro existe la "fiesta" ) traten el tema de las figuras actuales. Cómo se viene haciendo con El Gallo este año.
    ¿Se apoyarán en la críticas de los críticos paniaguados?

    ¿Cuestionarán algunas con los artículos de Joaquín Vidal?

    ¿Tendrán la fortuna de acceder a este crítico blog?

    En 100 años todos calvos.

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    1. Sobre el tema de los trincones le recuerdo esta entrada donde nos hacíamos eco de cómo algunos hablaban muy claro al respecto:

      http://toreoenredhondo.blogspot.com/2016/11/aplausos-habla-de-los-trincones-del.html?m=1

      En los hoteles de El Cordobés se hacía cola para recoger el sobre y más de una vez se coló allí algún fulano que no tenía nada que ver con los toros pero que se llevó su dinero por inercia.

      Todos los que viven del mundo del toro están a la que salta y ahí se incluye, cómo no, a los críticos sobrecogedores, que los hay y los habrá mientras esto dure.

      Molés decía que él era insobornable, que 'aquí habrá muchos golfos pero pocos tontos por eso los que sueñan con comprarme saben que es muy mal negocio intentarlo'. Sin comentarios.

      Sobre lo que se está diciendo este año de Gallito, cuando la actualidad lo permita publicaremos ese artículo que hemos titulado '¿Y si a El Juli lo mata un toro?'

      Si Manolete se retira y se casa en 1947 como tenía previsto, quizás su heroica muerte no hubiera podido tapar muchas cosas.

      Saludos.

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  2. Muchas gracias por la entrada, plena de emoción y que incluye una foto de la cogida mítica de Islero. He leído textos que niegan la existencia de tal foto.
    Carlos. CT Pamplona.

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    1. Gracias a usted por leerla. No sabía lo de la foto. Circula en la prensa desde el fin de semana siguiente a la tragedia.

      Saludos.

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  3. Muy buenas señor Rafa, artículo muy emotivo que te hace recordar lo duro que es ser torero y por qué es tan difícil esta profesión. Siempre me ha invadido la duda de por qué Manolete murió por una cornada que muchos calificaron como de no muy grave, tal vez era más grave de lo que decían o tal vez Manolete no tenía un físico muy portentoso que digamos.

    He aprovechado los enlaces que pones en los artículos para entrar en el de Graciliano. Comentas que cuando el primer Saltillo (Rueda de Quintanilla ) compró la ganadería a Picavea de Lesaca existían un 70 % de negros, según he leído yo a André viard el porcentaje era 50% de negros, 30 de cárdeno y 20 de colorado, por la supuesta (aunque para mí es más que evidente) aportación de sangre navarra.

    Un saludo desde Castellón.

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    1. La cornada sí era grave pero nadie pensó en un principio que mortal. La clave parece que fue la última transfusión. O no estaba en condiciones o era incompatible con la sangre del maestro. Ponga usted en google: 'sangre noruega Manolete' y encontrará explicaciones al respecto.

      Que los negros eran mayoritarios en el Saltillo original no tiene duda. Lo del porcentaje es orientativo. Si nos quedamos entre el 70 que digo yo y el 50 que dice Viard, lo podemos dejar en 60%, que es mucho.

      Saludos.

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  4. Buenas Rafa,

    Soy un firme seguidor de su blog taurino y me preguntaba si irá a Linares a ver esta tarde a Juan Ortega con la de Luis Algarra porque me encantaría conocerle, sería todo un honor.

    Saludos desde la capital del Santo Reino.

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    1. Pues me planteé el desplazamiento pero al final no ha podido ser. A ver si puedo verla mañana en diferido y hago un comentario por aquí. Esperemos que el ingeniero se haya quitado de encima la mandanga que demostró en Valdemorillo adonde sí me desplacé especialmnte por él.

      Saludos y me alegro de que le guste el blog, sé que hay más de un seguidor por el Santo Reino. Por lo menos dos, que yo sepa.

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    2. https://www.excelsior.com.mx/expresiones/rescatan-voz-de-manolete-coleccionista-evito-que-grabaciones-ineditas-acabaran-en-la

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  5. Buenas tardes Rafa. Una curiosidad, decía Navalon que Cámara y el Domeq, hicieron lo suyo para heredar la millonada de Manolete, una vez que este se veía que moría. La verdad es que no se que pintaba el Domeq en el " equipo", pero la finca está que acaban de vender por una millonada, la pilló al poco después.....desde luego que da para pensar mal....Siendo del opus del ( fariseos ) Por cierto, el Islero afeitado por partida doble, primero en Don Ostias, y luego en Linares, según Navalon.
    Un saludo.
    Kaparra

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    1. Eso va mencionado en otra entrada que he dejado preparada esta tarde sobre Manolete. Álvaro Domecq denunció a Navalón por lo que insinuaba pero se ve que luego no se presentó en el juicio...

      Saludos.

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