CINCO MIURAS DESOREJABLES
O, por lo menos, cuatro y medio. Pero entonces, ¿eran miuras o qué? Hombre, ya sabemos que hay que adaptarse a los tiempos, el propio Antonio Miura lo repite cada vez que comparece en público. Lejos queda aquella época en que salía una vaca casi imposible en un tentadero. Pepe Luis Vázquez se sorprendía de que don Eduardo la dejara para madre ante el estupor de todos. Luego el maestro le preguntaba que cómo había tomado esa decisión y el padre de los hermanos respondía que 'en nuestra ganadería tiene que seguir habiendo vacas como ésa'.
En Cuéllar salieron dos hermanos gemelos con el hierro abajo de Cabrera. Ambos cornialtos, negros zaínos y muy listos. El primero saltó al callejón y el otro cogió feamente a Herrero. O sea, que miuras con mala idea, haberlos, haylos. No eran dos asesinos en serie pero sí eran de esos animales que los toreros no quieren ver ni en pintura. Por eso seguimos a día de hoy con la aureola de esta ganadería.
Pero a pesar de lo dicho, cuatro de los seis fueron desorejables y eso seguro que decepcionaría a los que acudieron pensando que verían correr más a los toreros que a los toros.
Fueron diecisiete veces al peto, de las cuales, sólo los dos de Rafaelillo recibieron ¡nueve varas! Pero conocemos la política de este diestro en el primer tercio, ya no engaña a nadie. Se movieron y mansearon en distinto grado, muriendo en tablas o en toriles pero también es verdad que fueron alegres al peto e hicieron peleas más que aceptables sin ser ninguno bravo. No nos aburrimos y eso, en los tiempos que corren, es muy de agradecer.
Hubo un poco más de media entrada, con lo cual el fin de semana se ha saldado con una afluencia más que correcta. Y de nuevo estaban en el entendido los cabales que habían venido de Madrid, de Segovia, de Valencia y de otros rincones donde todavía se esconden algunos de los pocos aficionados a toros que quedan en España. Sólo sacan la cabeza en contadas ocasiones y lo de Cuéllar fue una de ellas.
Les presentamos los toros. El primero tenía estampa de toro antiguo como les decíamos:
Estaba loco por irse de allí, vean. ¿Cómo puede caber un toro por ahí?
El segundo estaba discapacitado, como se dice ahora. Las patitas eran de cristal y pasó por el caballo recibiendo 'una pajilla'. Disculpen la vulgaridad pero así es como denominan los piqueros ese picotazo que se administra a un toro que no puede con su alma:
El tercero llevaba, como el primero, el hierro abajo de Cabrera, fueron los dos únicos. Siempre se dijo que lo de José Rafael Cabrera desarrollaba enseguida mucho sentido. Parecía hermano gemelo, ya lo dijimos. Los dos eran de diciembre de 2016, aquel se llamaba Limosnero y éste, Arenero. Observen y compárenlo con el primero:
El cuarto era un bonito sardo claro al que Rafaelillo machacó vilmente en el caballo. Ahí lo ven por ambos lados:
El quinto tenía poca cara pero una caja de toro de plaza de primera. Se astilló ambos pitones al rematar en la madera:
El sexto sacó su dosis de casta, fue tres veces al caballo batallando muy dignamente y sin tardear. Es curioso que el día anterior había salido un resina de sobrero que parecía un miura y éste de Miura parecía un resina, ¿qué me dicen?
Llamaba la atención su prominente morrillo, raro en esta vacada. Aquí lo tienen en el instante en que se arrancaba por tercera vez al peto y luego desde atrás:
RAFAELILLO. Fue el doctor Jekyll y Mr. Hyde. Por un lado, el que mata sus toros en el caballo ordenando un castigo tan vergonzoso como inmisericorde. Por otro, se plantó ante el difícil primero y le robó una faena de mérito.
Era Limosnero, de estampa miureña y comportamiento díscolo. No paró de andar desde que salió, barbeaba las tablas y estaba deseando encontrar la puerta de salida. Hizo hilo con Mora en banderillas y por fin saltó al callejón:
Rafael dimitió como director de lidia y permitió que aquello se convirtiera en una capea de pueblo. Hasta seis veces toleró que fuera picado el toro, la última con el tercio cambiado. El toro tocaba la música y berreaba mientras el diestro seguía ausente:
Tras volver del callejón, el maestro tenía allí una patata caliente. Sumen a ello un viento molesto y el desarme en los pases de recibo. Cualquier otro torero le da dos mantazos y un bajonazo pero aquí salió el doctor Jekyll:
Seguramente el murciano se acordó de que prefería estar en el ruedo ante este pájaro que en el cementerio de Pamplona y le arrancó pases muy meritorios, todos por la derecha, cosa entendible dado el percal:
Un toro que barbeaba tablas y saltó al callejón será de suerte contraria ¿no? Pues por tres veces pinchó en la suerte natural. ¿Cómo es posible equivocarse de esa manera? Qué mal...
Recuerden lo que comentábamos aquí sobre la forma de entrar a matar. Al final, casi entera pasada y la oreja que tenía ganada a pesar del nefasto primer tercio que nos brindó, se diluyó como azucarillo. Pero conste que fue culpa suya por ese error garrafal al matar.
Su segundo fue el sardo claro que vimos antes y que aquí recordamos a lo largo. Se llamaba Alcachofero:
Puso en apuros a Rafaelillo con el capote y éste no lo perdonó. Se tomó cumplida venganza ofreciéndonos un espectáculo en el caballo de carnicería barata y sangrienta. Vuelvan a la foto anterior y observen la sangría trasera que ha sufrido. En la primera entrada lo dejó debajo, en la segunda recibió una infame lanzada trasera recargando y en la tercera, una carioca criminal suficiente para recluir al maestro y a su picador en Sing-Sing a pan y agua. ¡Qué inmensa vergüenza!
Salvo error, fue López quien puso un gran par. Cuando Rafaelillo cogió la muleta, nosotros éramos partidarios acérrimos del toro. Deseábamos que no permitiera ninguna faena al maestro tras la vileza que había sufrido durante su lidia:
Dios nos hizo caso y el miura se tomó la revancha. Pero este toro, bien lidiado, propicia el corte de oreja sin duda ninguna. Lo que no puede ser es matarlo en el caballo y después pedir uvas a la higuera. Así como hay toros que se arreglan en el caballo, a otros como éste los destrozas y luego aún te lamentas. No hay derecho.
Honda trasera y desprendida haciendo el arco iris y el toro que en un último ejemplo de honor, se negó a ser descabellado por el diestro que lo había humillado tratándolo como si fuese basura.
Murió en toriles y nos hicimos daño en las manos al aplaudir su arrastre, más que nada para fastidiar a Rafaelillo.
Al final de la corrida, el murciano se retiró entre una fuerte división de opiniones, donde los que más protestaban seguro que eran los más cabales. No le perdonaron lo que hizo en el primer tercio con sus dos toros y tenían toda la razón.
LÓPEZ CHAVES. Recibió a su primero con una larga de rodillas en tablas, señal de buena predisposición. Tanto él como nosotros nos apercibimos a la primera de la forma de humillar del toro recién salido, observen:
El problema fue que pronto dio señales de tener menos fuerza que Joe Biden. Lo del caballo fue una visita de cortesía y después tuvo que encargarse Chacón de hacer de enfermero con su oficio habitual:
El tal Luminario se dolió de las banderillas y berreó. Como las patas eran de cartón y hacía aire, nos temíamos que empezara a defenderse:
El papelón de Chaves era para nota: olvidarse del aire y torear a media altura con quietud para ver si el toro aguantaba unas tandas. Pues lo consiguió, incluso dándole distancia ya que el toro se venía sin problemas. Dio dos naturales lentísimos:
Insistimos en la blandura del enemigo. Ya han visto en la foto anterior que iba al paso y que el salmantino lo llevaba a media altura. Pinchazo bueno y estocada buena, ésta que ven. Ha sido la única estocada en su sitio de todo el fin de semana:
El toro se fue a buscar a Antonio antes de morir para agradecerle todos los años que estuvo echándole de comer.
Bonita muerte pero en toriles. Oreja para el maestro e inconcebibles aplausos al toro en el arrastre:
Su segundo fue aquél de gran romana pero de pitones digamos que blandos. Además, renqueaba del pie izquierdo pero nadie protestó:
Muy plausible disposición de Chaves preocupándose de velar por un buen primer tercio. Contrastaba con la desidia y la nula afición de Rafaelillo demostrada en el toro anterior:
Vimos un notable tercio de varas de Bernal. En la primera entrada tuvo que luchar con el toro porque empujaba con fuerza y si no es por la barrera, derriba:
En el segundo Chaves lo puso largo, fue alegre y terminó cabeceando pero la ovación se oyó desde Olmedo. Muchos espectadores se pusieron en pie, todos pensando en la diferencia entre Chaves luciendo el toro y Rafaelillo antes asesinándolo. Queremos insistir en ello porque no hay que estafar a quien ha pasado por taquilla.
Aquí tienen la alegría con que va el torito por tercera vez a recibir castigo:
Chacón estuvo perfecto en el primer par pero con problemas en el segundo:
En la muleta el toro acusó su minusvalía trasera y por ese motivo no pasaba. Chaves porfió porque quería salir a hombros en su debut en este coso:
Pero mató mal de pinchazo y corta que escupe más esta casi entera trasera y caída:
No obtuvo premio pero dejó un buen sabor de boca por sus ganas de agradar y de hacer las cosas con afición. Eso debería ser lo normal cada tarde en todos los diestros pero lamentablemente es la excepción.
JAVIER HERRERO. Los aficionados navarros recordarán al cuellarano porque en Peralta se cortó los tendones de la mano al entrar a matar un novillo de Aguirre.
Quiso estirarse en sus dos toros con el capote. Su primero era aquel hermano gemelo del que había saltado al callejón.
Rafa Agudo estuvo mal dando cera trasera en el primero y marrando en el segundo. La sangre le manaba a Arenero por detrás del brazuelo, penoso. Las banderillas no se clavaban a pesar de la fina piel que tienen los miuras. Hubo que pasar cuatro veces para dejar sendos palos y el animal se resabiaba por momentos.
En la primera tanda se le vino rebrincado y soltando la cara en todas direcciones:
La segunda la empezó aquí cruzándose:
Pero de forma sorpresiva el toro se le vino encima y lo levantó del suelo sin hacer carne:
Luego lo paseó por la atmósfera:
Y cuando cayó al suelo no pudo taparse y quedó en una postura fatal, a merced del toro:
Se repuso tras ser atendido pero el animal se había crecido y ya no permitía que le viniesen con monsergas. Herrero no maneja bien la mano izquierda y por eso tiene problemas con la estocada. Pinchazo caído sin cruzar y tendida trasera. No obstante, en lugar de descabellar como hubiera hecho el noventa por cien del escalafón, sacó una vergüenza más torera que nunca y volvió a entrar. Dejó otro pinchazo y esta entera caída:
El último es el que parecía de Partido de Resina más que de Miura, a ver si no:
Salió contrario, como los toros buenos, éste es el momento:
Luego lo demostró en tres varas tomadas con alegría y sin tardear aunque cabeceando más de lo reglamentario:
Salvo error, fue Javier Herrero quien puso el mejor par de la tarde, de poder a poder. El toro tenía su dosis de casta tras ofrecernos ese primer tercio de notable alto. Exigía mano firme y no dudar:
Herrero estuvo muy digno, se echó encima de Palillero arrimándose con mérito. Los más exigentes dirán que se podría haber sacado más partido. No lo discutiremos pero ¿cuántos meses llevaba el de Cuéllar sin torear?
La cosa tuvo su dosis de emoción porque el toro ya hemos dicho que era encastado. Que se fuera sin torear no se lo tendremos en cuenta, si nos lo permiten.
Dos pinchazos al seguir sin jugar bien la mano izquierda, lo que agravaba la tendencia del miura a levantar la cabeza. Al final, trasera tendida y desprendida con la cara del toro por las nubes, como pueden apreciar:
Morante tiene que animarse ante ese compromiso con Miura que tiene pendiente en Sevilla. Si le sale uno como el primero, lo mata a como dé lugar y nadie le dirá nada. Ese tercero a él no lo coge nunca. Y a cualquiera de los otros, si viene con buena disposición y mata como él sabe, les corta la oreja seguro.
Además, en Zahariche conocen perfectamente las reatas y seguro que no le van a embarcar ninguno que pertenezca a la familia de esos dos hermanos gemelos negros zaínos de Cabrera.
Fin de semana muy entretenido en Cuéllar. Dimos el viaje por bien empleado si tenemos en cuenta que pudimos saludar a algunos amigos del blog y también recrearnos con un cordero al horno en Segovia digno de un capitán general.
Vimos dos corridas con interés y con variedad aunque con algunos pitones más romos de lo que Dios manda. Anotamos un total de treinta entradas al caballo, con algunos toreros más predispuestos a contentar al aficionado y con otros que hacen que nos hierva la sangre en las venas.
¿Hubiera habido mayor asistencia de público en caso de anunciar una corrida con terneras y tres figuritas del Belén? No lo sabemos pero si Cuéllar insiste en este modelo de miniferia, no nos dará ninguna pereza volver.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Muy de acuerdo con la crónica, parecido a lo que le comenté en la entrada de Partido de Resina. Muy bien López Chaves con ganas de querer hacer las cosas bien, la lidia de su primero extraordinaria una pena que por la falta de fuerza del toro sólo pudieran ponerle 1 vez al caballo. Me decepcionó Rafaelillo masacrado a sus 2 toros en el caballo, sobre todo el segundo fue vergonzoso como bien dice y que no cogió la muleta con la izquierda en toda la tarde, ni intentarlo tan siquiera, lo único bueno que le sacó todo lo que tenía al primero.
ResponderEliminarOjalá esta feria en Cuellar se mantenga el próximo año porque por la zona de Valladolid no tenemos nada de esto solamente Garcigrandes y Cuvillos y a mi personalmente en una de esas no me ven el pelo. Un saludo.
Es que el otro día cuando vi que hablaba de Miura no quise leer lo que decía para que no me influyera en lo que tenía preparado. Ahora veo que asistimos a la misma corrida.
EliminarSi el amigo Morante está cansado de juampedros y garcigrandes, imagínese el sufrido aficionado:
https://www.elmundo.es/cultura/toros/2021/06/23/60d2e267fc6c83d70b8b45c3.html
Saludos.
Vuelvo a coincidir con usted, Rafa, en la cronica. Si que es verdad que no nos aburrimos en ningun momento pero hay muchas cosas que matizar.
ResponderEliminarUltimamente o mejor dicho desde hace tiempo ya, vengo decepcionandome con la dureza de los Miuras, pero no de comportamiento, si no de fuerzas, suelen estar justos de fuerzas y muchos de los toros invalidos que les salen creo que viene achicado a la poca fuerza que tienen, creo que es algo que deben mejorar en Miura y que a mi personalmente me embajona mucho ver "cuidar" a un Miura. Acabar haciendo mencion a los pitones, mejor que otras veces, pero tambien tema a mejorar...
Rafaelillo muy muy mal, me cabreo mucho y ya van unas cuantas, se olvido totalmente de cualquier lidia cuando estando de primer matador tiene que ejercer sus labores de director, el expectaculo en varas con su primero fue bochornoso y ya fue precedido para el resto de tarde, en Castellon me lo volvere a tragar, pero como bien dices en la cronica, ya le conocemos.
Lopez Chaves me gusto, a diferencia de Rafa, como dices, intento cuidar las lidias y en todo momento se le vio pendiente, se le vio predispuesto y con ganas.
Y quien me sorprendio gratamente fue Javier Herrero, aunque con la muleta no fue su dia y se le noto falto de rodaje, si que es verdad que tantos sus recibos como el tercio de varas intento cuidarlo al maximo, pidiendo opinion aveces a Lopez Chaves como me di cuenta en alguna ocasion, quiso poner los toros de lejos y que la suerte se hiciera de manera correcta y ordenada, no seria ninguna desilusion volvermelo a encontrar en algun cartel.
Y bien, como dices, yo tambien volvi a Valencia con sabor de haber hecho bien en ir a Cuellar y sin duda repetiria, destacar tambien el buen ambiente que habia en los alrededores, dos corridas que me parecieron interesantes y de las que poder valorar muchas cosas.
No le pongo cara y por este motivo no pude conocerlo personalmente en Cuellar, espero que en proximas ocasiones.
Un saludo Rafa, de un lector de Serra (Valencia) aferrimo a este grandioso blog!
Me congratula que viésemos la misma corrida, cosa que no siempre ocurre entre aficionados.
EliminarEfectivamente, hacer de enfermero de un miura casi hace daño a la vista pero, si lo pensamos bien, es dañino verlo en cualquier toro supuestamente 'de combate' como dicen los franceses.
Coincidimos en Chaves y también en Herrero, a quien me dio la impresión de que el respetable siguió con cierto distanciamiento cuando yo le agradecí sus ganas de agradar y su valentía.
Veo que usted debió de ser de los que silbaron a gusto a Rafaelillo cuando se retiraba en medio de una monumental división de opiniones. Coincidimos plenamente y creo que no puedo decir más de lo que digo en la crónica. Le reconozco que plantase cara a su primero pero nunca le perdonaré esos primeros tercios asesinos con que nos castiga desde hace tantos años.
Le diré que al verlo anunciado en la miurada de Castellón se me han quitado las ganas de bajar.
Saludos y me alegro de contarlo entre los seguidores de nuestro modesto blog.
Totalmente de acuerdo con tu crónica.anadir en negativo respecto de Rafaelillo que no para de mover el capote cuando sus compañeros ponen el toro en el tercio de varas y los toros se distraen.y dos observaciones el picador del segundo toro de Lopez Chavesfue Tito Sandoval y el banderillero del sexto toro fue el subalterno segoviano Alberto Roman.un saludo y hasta Vic.
ResponderEliminarCorrecto lo de Sandoval, en la foto se aprecia cómo da el pecho del caballo. Gracias por la precisión del banderillero porque no lo identifiqué.
EliminarY bien visto lo de Rafaelillo con el capote, sí señor. En los resinas sí me fijé en que Castaño lo movía pero para provocar la embestida de su toro.
Saludos y a ver si superamos la frontera para llegar hasta Vic.
Es una costumbre que se está instaurando cada vez más, dado que son excepción los matadores que saben poner al toro en el caballo, la mayoría dan el último capotazo al revés de como debieran, provocando que el toro haga hilo con ellos, o salen por el trasero del caballo, con lo cual distraen al toro cuando tratan de retomar su posición reglamentaria pasando por detrás del jaco, cuando no ponen al animal directamente al relance de su capotazo, tal es el trámite al que reducen la suerte de varas.
EliminarMuchas veces, para fijar un poco la atención del toro y que no se distraiga o se vaya, un banderillero u otro matador les mueven el capote desde su posición para fijarlo mientras el picador se cuadra y el matador desaplicado recobra su posición.
Uno de los que pone muy bien al toro en el caballo es Fandila.
Desconozco si es a esto a lo que aluden con los movimientos de Rafaelillo, últimamente sólo le he visto por televisión y es casi imposible apreciar muchos de esos detalles con la nefasta realización que lleva a cabo, por ejemplo, el realizador del Plus, el cual parece un antitaurino saboteando la retransmisión, con constantes planos cortos y primeros planos faltos de interés y de profesionalidad. Qué pena y añoranza ver las retransmisiones que hacían en los 90s.
Lleva usted razón en todo lo que dice sobre la falta de oficio y de afición en el primer tercio. Añadiría a López Chaves como otro que los deja bien en suerte.
EliminarPero lo del capote de Rafaelillo es otra cosa. Lo mueve porque no está pendiente, para él el caballo es un mero trámite para hacer picadillo el toro, nada más. Por eso no mira, ni piensa en que es director de lidia, ni le preocupa otra cosa que no sea la carnicería. De ahí que mueva el capote ausente de cuanto sucede en el ruedo durante el primer tercio.
Respecto a televisión, ¿se ha fijado en que al descabellar siempre hay plano general muy alejado y con el puntillero inevitablemente enfocan al público? Es patética la pleitesía a los antitaurinos.
Saludos.
Pienso que el "adaptarse a los tiempos" conlleva daños colaterales y además,mantener fuerza y poder por los siglos de los siglos sin sangre fresca, complicado.
ResponderEliminarUn gusto leerles.Saludos
Los daños colaterales son para el aficionado, que sufre un aburrimiento atroz con el monotoro.
EliminarSi ha leído La crónica anterior de los resinas, seguro que entre las cuadrillas se ha corrido la voz de que salió ese sobrero tan difícil qué hizo sudar tinta a Morenito. Eso es lo que habrá quedado en el mundillo de la corrida de Partido de Resina,
La no adaptación implica la crucifixión tanto por los taurinos de dentro como por los críticos paniaguados de fuera...o de dentro también.
Saludos.