Los lectores asiduos de nuestro modesto blog conocen de sobra ese ratimago consistente en pegar el telonazo con la muleta al entrar a matar. Se gira el palillo de forma horizontal en lugar de apuntar con él al morro del toro. Es un cáncer que se extiende en una metástasis absolutamente imparable.
FOTO: Plaza1 |
Da la impresión de que los diestros se sienten más protegidos en el momento supremo llevando la muleta como si fuese un mandil. La mano izquierda no les sirve para otra cosa que no sea para taparse con la tela.
Siguen todos el magisterio del catedrático López, con la diferencia de que éste ha llegado a un dominio de ese alivio digno de la medicina de Lagartijo, dicho sea con perdón y conscientes de que la comparación resulta muy odiosa.
Efectivamente, el Juli no avanza con la muleta en horizontal sino que arranca con el estaquillador apuntando al morro del toro pero tiene la suprema habilidad de girarlo en el último instante con objeto de cegar al pobre animal mientras él pega su atrabiliario y grotesco salto para escupirse de la suerte con tanta donosura como desfachatez. La funesta herencia que dejará en la suerte la contábamos aquí.
Hoy en día son excepcionales los diestros que no se alivian de esa manera al entrar a matar. Incluso el cáncer se ha extendido entre la novilleria hasta el punto de que, al no dominar la trampa con la maestría de López Escobar, o la de Manzanares aprovechando su larguísimo brazo, los sustos van a menudear.
Tuvimos uno peligrosísimo el domingo pasado en Las Ventas a cuenta del novillero José Rojo. Conocemos de sobra sus dificultades a la hora de matar. Bueno, más que dificultades habría que hablar de su alarmante desconocimiento de la suerte.
El año pasado lo llamaron de Villaseca por la mañana para que se vistiera de luces por la tarde con ocasión de la famosa huelga, recuerden aquí nuestra crónica. Al entrar a matar a su primero salvó la vida por ensalmo. Si ese pitón derecho entra en el vientre, se lleva la misma cornada que Gallito:
FOTO: Julián López |
Y a su segundo le perpetró esta estocada en plancha imitando a Cayetano, con telonazo, saltando y sin cruzar, un auténtico desmán:
FOTO: Julián López |
El domingo en Las Ventas, más de lo mismo. Tras perfilarse avanzó con la muleta a guisa de delantal sin preocuparse lo más mínimo ni de descubrir la muerte ni de cruzar. El tal Fabiolo lo vio y le pegó una paliza que pudo haberle costado la vida.
Observen la secuencia de su monumental desaguisado. Antes que nada digamos que no hemos visto la lidia completa pero como la cogida tuvo lugar en chiqueros deducimos que acertó entrando en la suerte contraria.
Empieza la carrera con la muleta ya girada y eso hará que se le levanten los vuelos cuando llegue a la cara del toro:
Juli la gira en el último instante y así evita esa circunstancia. Rojo venía en carrera con la muleta ya girada y se le vuela hacia atrás. Eso provoca que el toro lo vea y haga por él, observen:
¿Para qué le ha servido la mano izquierda? Para nada. El toro lo mantiene prendido en el aire de manera preocupante pero, como veíamos en la primera foto, no le atravesó el cuello porque Dios no quiso:
El de Trujillo intenta reincorporarse desde el suelo pero vuelve a caer. Al ver que no podía levantarse, todos los asistentes pensaron en ese momento lo peor:
Pulsen aquí para ver el vídeo y vayan al 2'13''. Ya puede poner una velita a su Virgen favorita tras ver que la cosa se saldó con 'pronóstico leve salvo complicaciones'.
Siempre se dijo que la mano que mataba era la izquierda pero eso sólo rige en caso de que la suerte se ejecute como Dios manda. Cuando los diestros avanzan con la muleta en plan delantal sólo están preocupados de esconderse detrás cegando al toro de manera tan tramposa como ineficaz. Lo de que el toro te llene la mano izquierda de baba no saben lo que es.
Añadan a eso el peligro que supone el que previamente hayan frito a derechazos al animal, razón por la cual tiene más despierto el pitón que deben salvar en la estocada.
De nuestras actuales figuras solo hay tres que no peguen el telonazo (Juan Ortega y De Justo tampoco, que conste).
El primero es Roca, de quien hemos alabado su forma de descubrir la muerte de los toros pegando un toque seco y firme con el brazo izquierdo que ya es media estocada. Recuerden que lo explicábamos aquí.
Se preguntarán ustedes por qué no copian los novilleros esta forma de matar en lugar de imitar a El Juli. Pues por la sencilla razón de que para hacerlo como el peruano se necesita muchísimo valor. No hay más.
Uno que sabe no aliviarse al entrar a matar es Morante. Precisamente hace pocos días dio otra lección en Illescas.
El problema es que solo imparte su magisterio cuando quiere, que es pocas veces ya que lo más habitual en él es que se escupa con tanta alevosía como desvergüenza. Los espectadores suelen quedarse compuestos y sin novia al asistir a las exhibiciones lamentables que prodiga cuando huye de la suerte. La cosa es muy censurable dado que estamos ante uno de los mejores estoqueadores del siglo XXI. Pero insistimos, es únicamente cuando quiere, lo cual demuestra la dureza diamantina de su cara.
Y la tercera figura que también evitaba el cáncer del telonazo era Talavante. Hablamos en pasado porque igual su retiro le ha hecho reflexionar. Nos referimos a que se haya dado cuenta de que la suerte suprema no interesa a nadie y no vale la pena arriesgar para que no se valore fuera de este insignificante cuadernillo que están leyendo.
Antiguamente ni de broma estaba tan extendido el cáncer del telonazo en la ejecución de la suerte suprema. Así, a vuelapluma, vean esta estocada de Pepín Jiménez en Madrid:
O esta otra de Julio Robles también en la capital:
Ni Esplá, ni Ortega Cano, ni Ruiz Miguel, ni Manili, ni Fuentes... ninguno pegaba el telonazo. Y los taurinos nos quieren convencer de que hoy se torea mejor que nunca.
Gran parte de culpa de esta situación la tienen los críticos paniaguados, que son incapaces de contar a sus lectores cómo deben ser las cosas bien hechas en tauromaquia. Bueno, sí que son capaces, porque lo que acabamos de explicar lo saben de sobra, pero no les da la gana de hablar claro.
Es lo que tiene vivir a costa del toro. O vivir directamente del cuento.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Buenas Rafa.
ResponderEliminarEsta guerra está perdida de antemano porque como tú bien dices no hay nadie que diga públicamente como se tiene que hacer y el aficionado se conforma con el fin sin hacer caso a los medios para conseguirlo.
Una solución sería que los presidentes de plaza (por lo menos los de segunda y primera categoría) supieran esas cosas y no concedieran la segunda oreja en caso de aliviarse descaradamente. Supongo que eso es pedir demasiado a este mundillo de los toros.
Saludos
Aún más grave que la concesión de la segunda oreja es que este chaval y muchos otros novilleros como él se dispongan a matar toros sin saber lo básico.
EliminarNo me entra en la cabeza en qué están pensando los taurinos que los rodean así como sus familiares. ¿No ven que un toro los puede matar cualquier día?
Saludos
Buenas Rafa,
ResponderEliminarComo solían decir antes "al que no hace la cruz, el diablo se lo lleva", que mejor ejemplo el que nos da usted con esta entrada.
Me resulta muy curioso que siempre se habla del trapío de las novilladas de Madrid y bla bla... por parte de los taurinos y críticos paniaguados como usted bien reseña. Pero el problema no es ese, el problema es la falta de oficio y rodaje de los que acartelan en la temporada venteña, a la cual soy asiduo. Ya lo hemos dicho alguna vez, esto provocará algún día alguna desgracia, Dios no quiera, y la culpa será del trapío del toro otra vez, no del que irresponsablemente mete a un novillero en una novillada en la ex primera plaza del mundo sin tener el oficio necesario. Un saludo desde la Alcarria
Lo que pasa es que algunos toreros de alternativa cometen errores similares y van trampeando sin tener un disgusto gordo, aunque seguramente es cuestión de tiempo. Estoy pensando en Juan Leal, en Ureña, en Tomás Campos, Andrés Palacios, Solera, Aguado...
EliminarHoy lo comentaba con un selecto lector del blog que me recordaba que Rojo está anunciado en Vic con lo de Raso. Es que no es cuestión de que en el instante de la suerte suprema el toro sea más encastado o menos. Es que hasta el toro más Norit te puede enviar al otro barrio si entras a matar como él o como cualquiera de los antes citados.
Saludos.
Pues vaya maligno estado de carcinoma, ese temible tumor en la mano izquierda de tantos matadores que contagian la faena por su técnica tonta y traidora al entrar con el estoque. Gracias Dn. Rafa por las imágenes de resonancia magnética que ilustran perfectamente la condición enfermiza o por otra parte, un resultado de salud óptima en pocos diestros y que hoy día va menguando.
ResponderEliminar¡Lástima que los jóvenes se dejen llevar por el pésimo ejemplo! ¡Qué pena que El Juli y demás dolientes no solo descuidan, sino empeoran la salud de la espada! No obstante, bien dice Vd....
"Gran parte de culpa de esta situación la tienen los críticos paniaguados, que son incapaces de contar a sus lectores cómo deben ser las cosas bien hechas en tauromaquia. Bueno, sí que son capaces, porque lo que acabamos de explicar lo saben de sobra, pero no les da la gana de hablar claro."
Enhorabuena por su empeño, su don de educar y su arte de hablar de toros. Hace mucha falta. Cierto, gran parte de la afición no se percata del cáncer donde lo menciona Vd., mas es injusto e insultante que muchos profesionales no ejecuten dignamente la suerte suprema, o que lo hagan rara vez.
Atte., Torotino
Ni los taurinos que rodean a los novilleros ni los críticos paniaguados dan un paso para hacerles entender que se están jugando abiertamente la vida en mucha mayor medida de lo que ya supone jugársela al ponerse delante de un toro.
EliminarSaludos
Sr. Rafa permítame esta reflexión:
ResponderEliminar-Si en toro encastado y con poder es una “rara avis”
-Si como consecuencia de ello el primer tercio está desaparecido con lo que le birlan al aficionado 1/3 de “espectáculo" (como decía El Molés).
-Si,como consecuencia del mono picotazo el tercio de de quites y por consecuencia el toreo de capa está casi desaparecido.
-Si al toreo de muleta no le falta más que una pala para convertir a todos los maestros en albañiles in pectore.
Y si a todo esto añadimos lo que Vd.nos relata tan acertadamente de la suerte suprema.Hasta morir con grandeza se ha puesto difícil en el toreo. (y espero que se entienda lo que quiero decir con esta frase).
Relata usted la base de la monotonía de la fiesta. Esperemos que mañana De Justo nos saque de ella en Las Ventas. Bueno, él y el ganado que ha escogido.
EliminarSaludos
Yo, ,con su permiso, cambiaría la palabra monotonía por autenticidad.Creo incluso,que juntas reflejan muy bien lo que pensamos algunos,puede que derrotistas y casi derrotados.
EliminarLas dos cosas, derrotistas y derrotados...
ResponderEliminarQuerido Rafa, precioso apunte. Qué bien explicado. Disculpe que no me refiera al tema del telonazo en concreto, pero no sé de otro modo para formularle una pregunta que nada tiene que ver (y, de paso, ponerle el toro en suerte para otra posible entrada del blog). He sabido recientemente que, tras 25 años vinculado a la casa, José Luis Algora deja Partido de Resina. ¿Qué está pasando con los pablorromeros? ¿Les ve usted visos de recuperación?
ResponderEliminarPues en ese tema me voy a tapar y me quedo en el callejón porque el toro que me pone usted en suerte es para lidiadores con más información que yo.
EliminarSe deduce de la marcha del veterinario que había disparidad de criterio entre Morales y él pero más allá de eso no estoy en condiciones de decir nada más.
Saludos y me alegro de que le haya gustado la entrada.