UN TORO POSMODERNO
Se llamaba Acomplejado y pertenecía a Zacarías Moreno. Pasó sin picar y embistió incansable la muleta de Adrián. Se pidió el indulto pero se quedó con el premio de ese azul tan de moda. Fue un ejemplo de aquella corrida sin picadores que proponíamos aquí, la de Ordóñez en Nimes. Así dejaríamos de asistir al penoso trámite de esos tercios de varas sin sentido como los que vimos en Valdemorillo. Seis veces acudieron al peto los seis toros y en todas se levantó el palo cuando no se administró un picotazo con los animales apenas sufriendo castigo porque no se emplearon.
De Prieto de la Cal se lidiaron sólo dos. El primero se partió el pitón por la cepa al rematar en un burladero. Había un sobrero de cada ganadería y sorprendentemente no salió el suyo sino el de Moreno. No lo entendemos a pesar de que nos vengan con explicaciones de dentro de chiqueros con las que no terminamos de tragar.
Los otros dos fueron muy preocupantes para el ganadero. Ambos sin poder y sin casta. El primero, inválido y el segundo, sin raza. Seguro que ustedes pensarán que fueron como los de Morante en El Puerto. Pues no porque hubo la diferencia de que el de La Puebla los zurró a base de bien en el caballo y estos dos pasaron de trámite. Eso es lo grave, que éstos de Valdemorillo, a pesar de no cobrar, no ofrecieron nada digno en el resto de la lidia.
Los cuatro de Zacarías, todos nobles, prontos y también de visita en el caballo, con mención al azuleado en cuarto lugar, el menos picado de todos, que ya es decir.
Se apreciaba en televisión apenas un tercio de entrada, cosa desalentadora a más no poder.
FERNANDO ADRIÁN. Le hemos visto alguna vez matar sus toros en el caballo pero con el triste ganado que salió en Valdemorillo, no tuvo necesidad. Su primero era el veragua negro que se partió el cuerno. Salió el sobrero también negro pero salpicado de Zacarías.
Lo recibió con dos faroles, que no largas, rodilla en tierra. Fue el que más firme empujó al caballo pero salió suelto con claridad para pasar a dolerse de los palos. Estos dos buenos le colocó Molina:
Toro noblote y pronto pero distraído como los toretes comerciales, ésos que tras el pase se quedan mirando al tendido:
Por el izquierdo apenas tenía viaje y por el derecho agotó la gasolina enseguida. Ningún interés. Estocada corta, trasera y atravesada y media pasada y ladeada. En ambas Adrián pegó primero el telonazo y después la puñalada.
Su segundo fue el premiado Acomplejado. Era castaño oscuro, listón, bragado y bien encornado. El picador se llevó una ovación de gala... ¡por señalar con la puya como pidiendo perdón al toro por pincharlo!
Inicio de faena por valientes cambiados de rodillas en el platillo, adonde el de Zacarías acudió con alegría:
Se vio que el toro sacó castita y nobleza al cincuenta por ciento. Adrián se estiró con ganas pero siempre en la pala del pitón:
FOTO: Ángel Huéscar |
Fue curioso cómo con la derecha se puso fuera de cacho pero en los pocos naturales que dio sí se colocó mejor.
Como dijimos al principio, el toro fue el típico ejemplar posmoderno: no se lo ha picado, puedes darle pases a destajo, no te suelta ni una mirada inquisitiva, sigue empapado el engaño y acabas la faena porque te duele el brazo, no porque el toro se canse. Adrián pegó como mínimo cincuenta pases.
Al final empezó una pueblerina petición de indulto a la que se sumó el diestro para ahorrarse entrar a matar. Muy bien el presidente aguantando el chaparrón y el maestro que deja una entera pasada perdiendo la muleta y sin puntilla. Petición de rabo todavía más paleta, dicho sea con todos los respetos, y dos orejas junto al azul para el toro.
COLOMBO. Su primero, de Prieto de la Cal, era albahío, enmorrillado y corniapretado. Lo mejor que hizo fue humillar a conciencia de salida en la capa. Nada en varas y sólo un buen par del maestro, el segundo, aunque con su vicio de clavar con mucha violencia.
El de Veragua tenía las patitas de plástico y el venezolano lo brindó sin venir a cuento. Se derrumbó en la primera tanda y hubo que hacer no de torero sino de médico de la UCI. En televisión nos vendieron la mula ciega de que tiene mucho mérito torear un toro así evitando que se caiga. Sin comentarios.
Caponazo trasero y caído con telonazo y salto, una cosa estrafalaria.
El quinto era uno negro de Zacarías que nos ofreció el espejismo de un momentáneo romaneo, ahí lo tienen:
Pero palo levantado y petición de cambio ipso facto, ya hemos dicho que fueron seis entradas, que no puyazos, en el total de la corrida. Asistimos al único quite de todo el festejo, por caleserinas rematadas con una brionesa:
Mal en banderillas Colombo clavando a toro pasado y haciendo un quiebro dejando sólo un palo. Para ese viaje no hace falta alforjas, maestro. Fue mejor el tranco que sacó el toro que la performance del venezolano. Vean cómo se venía en el primer pase de hinojos:
El animal era noble y obediente, ideal para expresar lo que llevas dentro. Colombo lleva dentro un toreo acelerado, de pierna atrás y de puerta abierta.
Estocada trasera y caída con los mismos graves defectos que la anterior. Oreja que el presidente no pudo negar pero que no es culpa suya. De hecho, aguantó incólume un segundo chaparrón con el respetable reclamando más casquería. Se nos antojó un aficionado serio... a pesar del azul, pero no pudo sustraerse a la moda imperante, recuerden aquí.
ISIEGAS. Es imposible tener más mala suerte: su primero se fue a vivir a tablas con total desfachatez y su segundo demostró una falta de raza palmaria.
El primero era de Zacarías, un toro castaño albardado, bragado y meano, no colorado como se comentó, compruébenlo:
Llegó bien picadito del campo y trotaba descoordinado, cosa que pasó desapercibida a los comentaristas pero que luego el ganadero nos confirmó cuando dijo que lo habían encontrado encogido en el cajón.
Picotazo en el lomo y el animalico que seguía con su extraño trotecillo. Las banderillas no cayeron en su sitio precisamente:
Al quinto pase huyó despavorido a tablas, lo que nos hace pensar en esas posibles lesiones que causan los rehiletes cuando se van al costillar (recuerden esta entrada):
Pero es que llegó a amorcillarse antes de la estocada. Fíjense en lo que comentábamos de las banderillas:
Allí tuvo que matarlo Isiegas con una rinconera tapando la cara y dando un salto. Para Apaolaza, este tipo de estocadas valen una oreja (?).
Y el último, de Prieto de la Cal, era el 75 que vieron en la entrada anterior y que estaba destinado a Tafalla. Afortunadamente ya no viajará y así nos ahorraremos tener que ver su pobre juego en directo.
Flojea en el capote, va al caballo al relance donde se deja pegar sin pelear lo mínimo exigible mientras le levantan el palo y se va al suelo dos veces entre protestas. Arruga puso el mejor par de la tarde, cuadrando en la cara, sin violencia y con una naturalidad que nos recordó al gran Montoliú:
Por cierto, otro par de banderillas en el costillar, ¿lo han visto? Fíjense en la siguiente imagen cómo sangra.
En la muleta siguió blandeando y obligó al aragonés a llevar el engaño a media altura, con lo que el jabonero carifosco se enteraba de la película y a su nula fuerza añadió cierta mala idea.
Estocada arriba pero atravesada que asoma por meter el brazo con habilidad romeril en lugar de tirarse por derecho. El telonazo es catedralicio, toda la tarde la misma contumacia en los tres diestros. Con cinco descabellos aplicados sin fe terminó esta olvidable corrida.
Tenemos la mosca detrás de la oreja con el juego de estos dos toros de Prieto de la Cal. Es que la semana que viene iremos a Tafalla para ver seis de sus hermanos. Esperemos que el doble encierro matinal los espabile y les haga recordar su casta. Los dos de Valdemorillo demostraron tener muy mala memoria.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Buenas Rafa,
ResponderEliminarMuchas gracias por la crónica, creo que me voy a ahorrar ver la corrida jej estaba leyendo lo del toro de Zacarias Moreno y es la misma historia que uno de Domingo Hernández en Alba de Tormes, pero este sí le han indultado... Un toro que iba y venía... Al menos ha salido un toro muy encastado de Castillejo y uno muy bravo de Pilar Población, con los que no han podido, ni han querido de hecho...
Esperemos que Prieto arregle la temporada en Tafalla...
Yo mañana cierro la temporada con la de Cuadri vs Rehuelga!
Un saludo,
Ricardo Frías Alonso
Gracias a usted. Por lo menos parece que en Alba de Tormes usted ha visto algo decente porque en Valdemorillo, poca cosa por no decir nada de nada.
EliminarNos volvemos a ver por aquí con lo de Cuadri y Rehuelga.
Saludos.
"...Cosa desalentadora a más no poder."
ResponderEliminarSu observación, Dn. Rafa, respecto a la cantidad de público que acude, procede además [¿en aumento?] a lo que se ve en el deplorable oficio de los varilargueros y a algunas banderillas colocadas en en los paneles del toro, o las que pone Colombo con exceso de fuerza y exageración de vuelo y sobreactuado ademán. ¡Y qué decir de la suerte "suprema" de parte de ciertos espadas!, defectos bien señalados por Vd. pero que muchos pasan por alto merced a la ignorancia o a la cómoda y falsa complacencia. O la calidad... fuerza, casta y bravura del toro mismo.
¿Cabe imaginar algún proyecto correctivo, aunque sea a largo plazo? ¿Será posible, concebible, visualizar un 'largo plazo'? // Atte., Torotino
En la suerte suprema vemos a la mayoría de novilleros con los mismos alivios que los matadores de alternativa. Si hay alguna rara avis lo destacamos con ilusión en nuestro modesto blog pero necesitamos un fanal como Diógenes cuando buscaba un hombre.
EliminarSaludos.
Dice usted con orgullo que no ha visto ni San Miguel ni Otoño... pero las de D. Tomás se las traga que da hasta pena. Usted defiende el toreo de la verdad el toreo sin engaños. Pues a ver cuando sale del engaño de este ganadero, porque se la han metío pero bien.
ResponderEliminarCompara a García con Andres en tono burlón y se ríe de "Cobradiezmos".
¿Porque no hace lo mismo con el de San Juan del puerto? comparemoslo con su padre, comparemos el toro con el que triunfaban los Dominguines con el que crían ahora... eso no lo va hacer porque ni siquiera se le ha pasado por la cabeza tal comparación. Y García lleva al mando de la ganadería 30 años y ahí siguen. D. Tomás lleva toda su vida y todavía no ha sido capaz de dar un puñetazo encima de la mesa.
Eso son verdades, tan verdades como el destoreo que usted denuncia.
Ya se lo dije una vez, la verdad es para todo el mundo igual. Y que conste que estoy totalmente de acuerdo en que Cobradiezmos no era de indulto y que la ganadería en manos de García a cambiado, pero eso con todos señor Rafael, esas comparaciones y esas exigencias con todos.
Celebro que estemos de acuerdo en lo del indulto a Cobradiezmos y en lo del cambio que ha sufrido la ganadería de Victorino en manos del hijo.
EliminarSí que llegué a ver el toro de Victorino padre pero no vi el de Prieto de la Cal y Dibildos con los Dominguines, como parece que sí lo conoció usted.
Si es seguidor del blog, sabrá que hay ganaderías que intento ver siempre y ahí entran Cuadri, Miura, Valdellán, Barcial, Monteviejo, Aguirre, Escolar, Cebada Gago, etc. Y Victorino también, aunque ésta cada vez menos por lo que usted mismo apunta.
No sé si me habrán engañado como usted afirma pero cuando escucho hablar a Fernando Cuadri o a Prieto de la Cal, por poner dos ejemplos, me identifico con su forma que tienen de ver la tauromaquia. Otra cosa es que luego sus toros salgan como ellos desean y me remito a la siguiente entrada donde verá el comentario a los de Cuadri.
Saludos
Pues eso le digo, que le han engañao. Juan Pedro no engaña, el toro del que habla es el que sale, pero Tomás habla de un toro que no sale nunca. A Victorino al menos le embisten y sale alguno de vez en cuando que pone las cosas en su sitio. Hay ganaderías como Partido de Resina que los propietarios reconocen que están pasando un mal momento y que poco a poco. Pero es que este caballero del campo bravo o tiene la boca como un buzón o es un estafador de aquí te espero marinero y ya está bien que alguien alce la voz, porque él no tiene pelos en la lengua para nadie.
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