COPA CHENEL, 2021 (3): FLOR DE JARA - BALTASAR IBÁN

 EL PAÑUELO AZUL ESTÁ DE MODA

Parece que los presidentes han puesto freno al color naranja y lo que se lleva ahora es el azul. Cuando vuelven de la corrida, deben de decir a su mujer que han enseñado un pañuelo azul y así son recibidos en casa como unos héroes.

Hemos visto últimamente un azul en Vic, otro en Céret, dos en Cenicientos y éste de Navas del Rey (tienen todas las crónicas en el archivo de la derecha). Los cinco fueron inmerecidos. No contamos el de ayer en Palencia con la novillada de Garcigrande porque dicen que fue de película de los hermanos Marx.

En nuestra modesta opinión, la vuelta al ruedo a un toro es el máximo premio que se puede dar a este bello animal. Tendría que haber mostrado un comportamiento casi perfecto en los tres tercios para otorgarle este honor. De indulto, ni hablemos, por supuesto (recuerden nuestra teoría aquí).

El de Baltasar Ibán fue el tuerto en país de ciegos y, a pesar de que haya sido el toro más interesante en lo que llevamos de Copa Chenel, ello no es pasaporte para darle la vuelta al ruedo. Aquí lo tienen:

Se lidiaron tres de Cancela y tres de Ibán. Lástima que no fuera una corrida entera de los de Wellington porque la verdad es que pasaron la mano por la cara a los buendías de Aragón. Los santacolomas no tuvieron interés, con dos sosos y distraídos y uno complicadillo pero sin concretar nada.

En cambio, los de Ibán salieron reservones, mansurroneando, tirando gañafones, embistiendo rebrincados y enterándose de todo lo que sucedía a su alrededor. Bravos, ninguno pero con interés, los tres.

Corrida saldada con ocho puyazos de los que uno no cuenta. Poca preocupación en la suerte de varas por parte de los actuantes excepto en el sexto y porque lo pidió el público. Ya ven que la Copa esta sigue siendo algo muy diferente de lo que esperábamos en nuestra candorosa ingenuidad. Hubo seis orejas de las cuales sobraron cuatro y el azul, claro.

ROBLEÑO. Su primero de Flor de Jara era escurrido y zancudo. Recibió un horripilante puyazo contrario y trasero que igual le causó alguna lesión.

El toro repetía con una sosería alarmante. La casta del conde brillaba por su total ausencia pero insistimos en que no sabemos qué llevaría por dentro tras la lanzada asesina que recibió. Robleño se ubicó en la pala y colaboró con el aburrimiento general.

Estocada a un tiempo casi entera y desde casa nos pareció que arriba pero héteme aquí que la aguda vista de los comentaristas televisivos hizo que la calificaran de 'un pelín desprendida y un poco atravesada'. Seguimos esperando a ver si el día de las figuras hilan tan fino. Oreja sorprendente del caritativo presidente.

Su segundo era un Santanero de Ibán, cinqueño y muy serio.

Tardea en el único puyazo y empuja cuando no le aprietan. La novedad es que no le taparon la salida. Se duele a conciencia en banderillas y se pone reservón y violento. Ahí queríamos ver a Napoleón porque el toro podía ser para Robleño Austerlitz o Moscú.

Nos alegró ver al Robleño luchador, no al desangelado de Céret o Cenicientos que deambulaba por el ruedo sin afición. Aquí salió a pelear, tragando y arrancando pases con valor, muy bien.

Se equivoca en la suerte natural pero deja una casi entera, perpendicular y pasada que basta. Esta vez una oreja no nos molestaría pero el dadivoso presidente le dio un par.

ADRIÁN DE TORRES. Su primero era un buendía que no hizo ningún honor al nombre de Jaquetón. Tenía esta carita:

Vino picado del campo, hizo una pelea vulgarísima en el peto donde no lo castigaron y se puso a ir y venir en la muleta de manera insulsa. Además se distraía al final de cada pase, vean:

La cosa fue soporífera hasta que decidió irse a tablas. De Torres intentó sacar algo de aquel animal insípido y apático mientras se nos cerraban los ojos. Estocada trasera bien ejecutada que basta y salta la sorpresa cuando el desprendido presidente va y le da dos orejas.

Su segundo era un colorado de Ibán bizco del derecho y astillado de los dos:

En varas no va y le echan el caballo encima para que se deje barrenar repugnantemente. Nueva dolencia de las banderillas como sus hermanos y ante De Torres que se pone violento y con mal genio. El diestro anduvo al principio con cierta precaución pero con firmeza.

El toro se fue rajando y entonces optó por un arrimón valioso porque el tal Barberito era muy incierto en su estado aplomado. Tres pinchazos y el cobardón que se va a tablas a echarse. Prestel lo levantó a base de cachetes fallidos y sonaron dos avisos antes de que muriese al cuarto descabello.

LAMA DE GÓNGORA. Su primero de Cancela estaba en tipo pero también era largo de patas como sus hermanos:

La primera entrada al caballo no cuenta porque descabalgó al picador no del topetazo sino al levantarlo del estribo:

Luego hizo una pelea peor que mediocre. Se iba distraído incluso del capote de Chacón, que es capaz de encelar a un órix de Arabia. Se pueden imaginar lo anodino del santacoloma.

Gritaron a Lama desde el callejón que había que darle 'importansia' pero el bicho no pasaba más de dos veces. Puso buena voluntad el diestro pero dejando pensar demasiado al de Jara. 

Llamó la atención que, mientras iba por la espada de verdad, salió Chacón y le pegó cinco lances de castigo con el fin de dejarlo listo para el tinte. Pinchazo y media posterior ambos escupidos, dos pinchazos malos y una casi entera, ladeada, pasada y caída.

Salió en último lugar el Provechoso del pañuelo azul, aleonado y bien encornado, lo volvemos a ver:

Por fin se puso un toro correctamente en suerte al caballo y fue el citado Chacón. Se arrancó alegre para cobrar trasero. Cuando lo sacó Viotti y se lo llevó lejos, se oyó los gritos de '¡déjalo, déjalo!' y gracias a Dios lo dejó. Lo que esperaríamos cada tarde en la Copa Chenel no sale de los diestros sino del tendido.

Se arrancó de nuevo sin tardear pero CABECEÓ EN EL PETO Y SALIÓ SUELTO. Lo ponemos en mayúsculas por si lo lee el espléndido presidente. 

Quite de Robleño por chicuelinas y José Chacón que se alivia en el primer par pero no en el segundo aunque lo ovacionan igualmente.

Salió Lama con ganas ya que el ambiente predisponía al éxito y era simplemente por haber hecho las cosas mínimamente bien en la lidia, algo que brilla por su ausencia en estos festejos de la Fundación.

Le concedió distancia con acierto. El sevillano dio en el clavo porque si a este mismo toro lo agobias echándote encima, termina pareciendo malo: 

Provechoso le respondió con su rebrinque pero también con su nobleza. Le dejó la muleta en la cara y tiró bien de él dejando la imagen de una faena construida con solidez y con cabeza.

Estocada tendida pero como era delantera hizo que el toro doblase. Azul para el toro y oreja para el maestro. ¿Por qué ahora sólo una y con los otros toreros las regaló a puñados? Cosas singulares de ese turista del palco cuya generosidad repartió con desconcertante albedrío.

Antes de irnos, vaya nuestra queja para las lamentables imágenes de la retransmisión de Telemadrid. Perdieron de vista al toro en numerosas ocasiones (entre ellas la salida del segundo, cosa imperdonable). No nos muestran ninguna imagen del animal de salida cuando se para a fin de calibrar las hechuras aunque ya sabemos que la televisión engaña. Hubo varios desarmes de subalternos que no vimos por estar enfocando caras en lugar del toro. Lo mismo sucedía con la brega, que casi no pudimos seguir por recrearse en la cara del banderillero en lugar de seguir al toro, que es lo que importa. Y luego Apaolaza nos cargó hablando demasiado, sobre todo cuando los maestros se perfilaban para matar. En ese momento hay que callarse porque el protagonista no es el del micrófono sino el de la espada. Las zalameras entrevistas del callejón dando jabón de manera empalagosa son típicas en cualquier televisión, o sea que ahí tragamos más de lo mismo.

Tercer festejo de la Copa Chenel que hará reflexionar a Cancela. Ojo que los ibanes no fueron bravos ni por asomo pero ofrecieron más interés al sufrido espectador que los buendías. Nos congratulamos de haber visto resucitar a Napoleón Robleño y no tenemos ninguna queja de la faena que hizo Lama de Góngora al sexto. La queja, y amarga, la tenemos del palco pero no vamos a insistir más.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.