Resumen:
El artículo defiende la idea de que la trágica muerte de Gallito borró de un plumazo muchas de las críticas que se le hacían en vida. Esas críticas, no necesariamente de belmontistas acérrimos, desaparecieron como por ensalmo a raíz de la tragedia de Talavera. Hoy en día, un maestro como El Juli también es criticado a conciencia por muchos con argumentos similares a los que se usaban contra Gallito (el abuso de su condición de figura en la confección de carteles, su influencia en ganaderos para conseguir un tipo de toro determinado o su deficiencia técnica en la estocada).
¿Qué pasaría si una tragedia parecida se llevase por delante a El Juli? ¿Quién recordaría las críticas que ahora menudean contra él como torero? ¿Sería tan alabado como lo es al cabo de los años el de Gelves?
FOTO: agencia EFE |
¿Y SI A EL JULI LO MATA UN TORO?
Esperemos que no ocurra pero ¿qué se diría de él cien
años después?
El artículo que usted ha empezado a leer sorprendido por su
título
no versa sobre El Juli sino sobre Gallito, como nos gusta llamar a
Joselito. Él se anunciaba como Gallito y firmaba también así. De
hecho, él era
Gallito V, tras su tío, su padre y sus dos hermanos.
Se critican muchas cosas de El Juli exactamente de la misma manera que se criticaban de Gallito. Tras lo de Talavera, desaparecieron todas las censuras como por ensalmo y, transcurridos cien años, nadie las recuerda. Con su permiso, vamos a hacer de abogados del diablo y recordaremos algunas de ellas. Como llevamos seis meses de panegíricos sobre su figura y nos quedan otros seis, lo nuestro será una gota de agua en el mar.
Hay dos críticas fundamentales al maestro de Gelves, una
como
figura y otra como torero. Ambas coinciden con las que se achaca a
El
Juli. Como figura, sus abusos en la confección de carteles y en
escoger los
toros. Como torero, su deficiencia a la hora de matar.
Nos referimos a la
ejecución de la estocada, no a que se le hayan
quedado toros vivos (que se le
quedó uno en Valencia el año 1915,
se llamaba Platero, de Moreno Santamaría; no lo mató en el tiempo
reglamentario tras pincharlo más de una docena de veces entre él y
su cuadrilla,
aunque los bueyes no se lo llevaron porque dobló en el
ruedo, todo en medio de
un escándalo monumental). Pulsen aquí.
Dejaremos aparte su carácter muchas veces altanero o
directamente
soberbio. Cada uno es como es y ahí no entraremos pero siempre se
achacó a Pasos Largos esa forma de
ser tan altiva. Recuérdese lo de
‘cuando
yo toree, usted se calla’ o el referirse a Belmonte como ‘el
jorobao ése’ o, en fin, el decirle a
todo un Bombita aquello de 'para
que usted se entere de que el mejor soy
yo’ (dicho por un mozalbete
de dieciocho años a un Ricardo con treinta y
cuatro a punto de la
retirada). La vanidad y no la humildad es el rasgo
principal de su
personalidad. Pulsen aquí.
Como figura es curioso que su apoderado, Manuel de Pineda,
‘Magrito’, también era secretario del
empresario de Sevilla y ejercía simultáneamente como representante de varias
ganaderías. Hoy nos quejamos de empresarios que copan todos los estamentos,
pues ya ven que no es una novedad. En provincias,
su apoderado exigía para cada uno de los dos Gallos 7.000 pesetas por corrida,
por eso les llamaban ‘los señores de las
7.000’. Además, José tenía que acartelarse con Rafael y muchas veces
también con Limeño porque los tres eran
toreros de Pineda.
A Gaona intentaban dejarlo fuera de los carteles siempre que
era
posible. ‘Ése no sabe torear’,
repetía El Catedrático cuando le
preguntaban por el indio bravo. ¿Y con
Belmonte? Pues en una feria
de Bilbao, Pineda no quiso que sus dos pupilos
favoritos toreasen ni
Miura ni Pablo Romero pero al final cedió con la
condición de que
se anunciase Belmonte con ellos. Era la manera de querer dejar
en
evidencia las carencias lidiadoras del trianero. La Junta
Administrativa
estaba harta de los tejemanejes de Pineda quien no
era otra cosa que la voz de
su amo.
FOTO: Joserra Lozano |
En Albacete, el apoderado impuso sus toros de Moreno Santamaría porque si no, Gallito no se anunciaba. Al final tragaron los albaceteños y todo quedó en casa ya que la corrida fue con esos toros que representaba Pineda en un mano a mano de sus dos toreros, Gallito y Limeño. A los pocos días quisieron los de Hellín hacer esa misma corrida pero con Belmonte. Pues el lobby gallináceo se opuso a su presencia y se repitió el citado mano a mano. Pulsen aquí.
¿Quieren más? El veedor de Madrid a partir de 1915 fue
Juan Soto,
'Juanillón’, muy amigo de
Gallito y de Pineda. Los toros que
recomendaba Soto eran los que quería Gallito
y los que lógicamente
tenían que aceptar quienes le acompañasen en la corrida.
Se decía
que las comisiones se las repartían entre el veedor, el apoderado y el
padre de Maravilla. Respecto al
ganado que solía escoger, una copla
celebra a la sazón que supere las cien corridas en una temporada
diciendo: ‘nueve toritos finiquitó / más
doscientos siete cabritos’.
FOTO: Reuters, Corbis |
Como figura se le critica también que su amistad con Miura hacía que los toros más chicos de la vacada fuesen para él. Pulsen aquí. Y su influencia en tentaderos de ganaderos amigos es tan conocida que no vamos a insistir. Gallito buscaba el toro moderno que se adaptara a lo que, tras Belmonte, ya no iba a ser una lucha sino un arte. Digamos que El Juli hace lo mismo en sus ganaderías de cámara buscando ese toro posmoderno que gatee, que descuelgue y que tenga una embestida profunda.
Como matador, era una evidencia que no realizaba la
suerte de matar ni medio bien. Incluso Corrochano, capitán del partido gallista
cuando no escribía al dictado, decía que
‘ese prodigio, ese diestro admirable conocedor de todos los recursos de la
lidia, ese grandioso torero… no sabe matar, si supiera…’. Gallito entraba ‘con el brazo suelto’, ‘con la mano en el
sombrero’, ‘alargando el brazo’, ‘desde las capas altas de la atmósfera’, dicho
sea en expresiones tomadas literalmente de crónicas de la época. ‘Clarito’ decía que ‘Joselito falsea la suerte de matar con el feísimo tranquillo de tirar
la espada’.
El maestro decía que ‘los
toros le cogen a uno cuando quiere entrar
a matar bien porque entonces no les
puedes ver la cara’. Su amigo
íntimo Felipe Sassone también reconocía su
deficiencia
estoqueadora, de hecho no hay más que ver las fotos o los vídeos
que se conservan, pero justificaba ese alivio diciendo que Gallito lo
hacía
debido a su inteligencia privilegiada. El maestro se aliviaba precisamente para no perder de vista los
pitones. Sassone sostenía que ‘Joselito clavaba con arte de banderillero, hería adelantando el brazo y llevándolo muy alto
para mirar por debajo de él’. Pulsen aquí.
Nos dirán ustedes que muchos han sido los toreros
importantes que
no se han caracterizado por ser grandes estoqueadores y que
además
han abusado de su condición de figuras dentro y fuera del ruedo. Sin
duda, y El Juli es uno de ellos.
Por eso volvamos a nuestra pregunta inicial: ¿qué se
diría de El Juli
dentro de cien años si lo hubiera matado un toro en la arena?
Probablemente las lanzas de sus actuales críticos se tornarían cañas.
Con
Gallito ha sucedido eso incluso aumentado por la mala
conciencia que tuvieron
los aficionados tras su muerte. Antes de Talavera, sus abusos de figurón ya eran
criticados con creciente acritud, su facilidad cansaba y había salido de Madrid
por la puerta de atrás viendo volar almohadillas en una corrida en que los
toros rodaron por los suelos. Ese malestar se notaba en algunas publicaciones
cuando se preguntaban cosas como ‘¿qué os
ha hecho El Papa para mostraros tan hostiles con él?’
Especulan los aficionados sobre cómo hubiera sido la
carrera de Gallito si sigue toreando diez años más y muere finalmente de viejo.
Pues mucho nos tememos que la imagen sería muy diferente pero para peor. Hoy
todo es luminosidad en su recuerdo pero él debe de ser el primer sorprendido al
ver que se han olvidado todas sus sombras.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa
Estimado Rafa:
ResponderEliminarTenemos en enorme estima su blog del que disfrutamos y aprendemos continuamente.
Un saludo, tan agradecido como cordial, en nombre de toda la Junta Directiva del Club Taurino de Pamplona.
Es muy amable, muchas gracias. Pero aquí aprendemos entre todos.
EliminarSaludos.
Rafa, querido amigo, mala comparación o yo no la he pillado. El juli quizás, solo quizás, se podría comparar con Paco botas.
ResponderEliminarOjo que mi intención no era comparar tanto ambos toreros como situaciones o circunstancias en que veo un paralelismo entre ambos: su influencia en los despachos, en la selección del toro que les gusta, en las críticas parecidas que se les han hecho durante sus años de actividad y en su deficiencia como estoqueadores.
Eliminar¿En qué quedarían muchas de esas críticas actuales a El Juli, similares a las sufridas por Gallito en su tiempo, en caso de tener los dos el mismo final?
Saludos.
Buenas Rafa.
ResponderEliminarSi ya no existe prácticamente la crítica con un torero en vida imagínate una vez este muere y encima en estas circunstancias. El 99% alabarían al Juli y el 1% restante seríamos carne de cañón por reafirmarnos en nuestras ideas. Yo lo veo todos los años cuando llega el aniversario de la muerte de Fandiño y muchos de los que alaban a toreros súper metidos en el sistema y que lo vetaron en carteles, comparten la noticia: demagogia total.
Saludos
Viene a mi terreno porque es exactamente esto que usted dice lo que insinúo en la entrada. El dato sobre Fandiño que nos aporta, y que yo ignoraba al estar totalmente fuera de redes sociales, es tan demostrativo como demoledor. Si lo hubiera sabido, no dude de que lo habría comentado en la conclusión del texto. Cuando digo que Gallito debe de ser el primer sorprendido de los panegíricos actuales, lo mismo podría haber dicho de Fandiño según lo que usted comenta. En este caso, sorprendido e indignado.
EliminarSaludos.
Sigo con asiduidad, interés y fidelidad la trayectoria y los artículos del Cuaderno pero amigo mío, discrepar con Vd. en asuntos de la Fiesta de los TOROS en cualquiera de sus múltiples facetas, es tarea ímproba.
ResponderEliminarDe ahí que las intervenciones,por lo menos de servidor,sean escasas.
Me gusta más un poco de polémica o discusión más o menos documentada, sobre la enorme variedad de opciones que ofrece un mundo tan variopinto como el de los TOROS pero rebatir la verdad aunque no sea absoluta es muy complicado.
Es muy difícil,amigo, llevarle la contraria o discrepar con Vd.
Pero ,vaya una cosa por otra, es un placer seguir el Cuaderno porque por su enfoque, por su conocimiento. por su amenidad y por su verdad ponen muy dificil la discrepancia.
Y Vd disimule tanto "armiba" en el comentario pero así lo siento. Se me hace a mí,que a este paso va a tener que ser Vd. quien pague las conviás cuando D.m. nos veamos en Sevilla.
Un saludo cordial.
Pues le perdono el almíbar y le agradezco su comentario. Me alegro de que veamos las cosas de manera muy parecida y estoy muy contento de que el blog le resulte ameno, quizás sea éste el mejor elogio que se puede hacer.
EliminarRespecto a las 'conviás', no dude usted de que va a tener trabajo para evitar que sea yo quien le invite. Me voy a revolver como una alimaña de las de antes y como no esté ligero de pies, lo levantaré del suelo en cuanto se descuide...
Saludos.
¿Cómo ha juzgado la historia a los aficionados de Madrid que le desearon la muerte a Gallito el 15 de mayo de 1920? Ahí tiene la respuesta de como se juzgará a los aficionados de hoy
ResponderEliminarSí, algo de eso hay. No obstante, parece que aquel día fue una sola voz y vaya usted a saber si no se trata de una leyenda inventada a toro pasado.
EliminarSaludos.