lunes, 10 de marzo de 2025

¿YA HAN VISTO "TARDES DE SOLEDAD"?

Dejaremos esta entrada durante unos días para que pongan ustedes en los comentarios su impresión acerca de la película de este hombre, que en la imagen está toreando con la palma de la mano, como se imaginaba Pepe Luis Vázquez cuando estaba a gusto con el toro:



Parece ser que de momento las críticas son favorables y el estreno se ha acogido con expectación. No obstante, han salido algunas voces discrepantes. Dos se caracterizan por ser de antitaurinos, como es el caso de Pilar Eyre y del veterano crítico cinematográfico Carlos Heredero. Este último la suspende con un cuatro sobre diez y se despacha con comentarios cómo éste:

'Esa liturgia salvaje, casi precivilizatoria, que, picador, banderillas y estoque mediante, convierte al toro en víctima de un espectáculo del que la banda sonora nos devuelve sus sonidos más agónicos y más dolorosos. Dos largas horas de delectación en más de lo mismo nos hablan también del cineasta hechizado por su ‘lienzo’ de colores saturados (rojo, negro, amarillo y albero), cuyas imágenes actúan no de manera dialéctica, sino por acumulación y reiteración del macabro ballet servido en bandeja por el teleobjetivo. Todo ello está envuelto en una obsequiosa adulación, atávica subcultura, testosterona machirula y superstición religiosa para consumo de incondicionales. De todo esto también habla 'Tardes de soledad', sin duda, aunque sus imágenes pongan el acento mayor en una coreografía sangrienta de la que el film parece más bien prisionero'.

Pero esperen, que hay un taurino que despotrica de la película con una mala conciencia que nos parece derivada del animalismo. Se trata de Lorca, el crítico de El País, que escribe esto:


Bueno, que sigue vivo no es noticia porque casi nunca apuntillan bien los toros. ¿A estas alturas se da cuenta Lorca? Eso se observa en directo en cualquier corrida. Lo que sucede es que en esta película se aprecia en primeros planos. Precisamente el veterinario Julio Fernández hacía hincapié en este detalle de los puntilleros en los comentarios a esta entrada, donde presentábamos el film.


Lorca afirma que la película muestra la cara de la tauromaquia 'más violenta, más cruda, más dolorosa, más polémica y más desasosegante, tanto para los aficionados como para los antitaurinos'. Pues sí que ha quedado preocupado... Esperen, que sigue insistiendo con lo de la violencia, la sangre y la crudeza:


¿No les da la impresión de que tiene un cierto complejo por que se haya mostrado en la película el detalle de la lucha entre el hombre y el toro? Se parece a Garrigues quejándose de la sangre cuando, insistiremos hasta la saciedad, ni mucho menos es para tanto. Está claro que Lorca, como taurino de pata negra, hubiera preferido unas imágenes edulcoradas de toreo güeno, con arte, con tronío y con angelitos celestes tocando palmas. Mucho nos tememos que no ha comprendido, dicho sea con todos los respetos.


Ya se fijarán en que solamente aparece una mujer en toda la película. Preguntado por la cuestión femenina, Serra dice esto:

'No salen mujeres. Yo tenía esa fijación con la literatura de Georges Bataille y Michel Leiris, con todo ese vínculo entre erotismo, sexo y muerte. Buscaba fijarlo a través de alguna presencia femenina que expresara ese deseo por un hombre vinculado a la muerte. Pero no acabamos de encontrarla y tampoco quisimos forzar las cosas. Las imágenes acaban imponiendo su realidad'

Y sobre el tema recurrente del erotismo y la masculinidad, esto otro:

'Tampoco llega a aparecer del todo el elemento homoerótico Me hubiera gustado que se notara más porque, al fin y al cabo, sí que vemos al protagonista convertirse en un objeto del deseo. Y el toreo tiene que ver con esta intimidad de los cuerpos, es muy físico: la sangre, los roces, las embestidas, la penetración... Incluso lo de sacar en hombros al torero es un acto elegante pero carnal. Sin embargo, el homoerotismo no llegó a concretarse tanto como esperaba. Y otro tema que no apareció en absoluto en la plaza fue la idea de españolidad. La gente ha hablado de masculinidad tóxica... Bah, ¿qué c... sabes tú? ¡No tienes ni p... idea, eres un inútil! Yo llegué a conocer a todos los toreros que salen excepto a Andrés, a él no, y son muy buena gente. A mí me caen bien. Andrés resultó ser una persona cinematográficamente muy misteriosa. Quizá en su vida personal también lo sea...'

Acerca de los dos autores que cita, Bataille y Leiris, pueden leer un texto en internet donde se relaciona lo del erotismo, la tauromaquia, la transgresión, el sacrificio, la ética, etc. (para ello escriban en google: Martín Arias tauromaquia horror. pdf). Después pulsen aquí y asistirán a un interesantísimo coloquio con el director.



En cambio, no hay grabación de su comparecencia en la Unión de Taurinos y Aficionados de Cataluña. Como también resultó muy sugestiva hemos pedido a nuestro amigo Joan que nos haga un resumen de lo que dijo Albert Serra. Le cedemos la palabra, con la sorpresa de ver que su titular parece estar dedicado a Lorca. Y eso que fue escrito antes de leer la opinión del crítico sobre la película:



'SI CREES QUE EN LA PELÍCULA SALE DEMASIADA SANGRE, TAL VEZ EL ANTITAURINO SEAS TÚ' 

Albert Serra llegó quince minutos tarde y a la carrera a la sala de actos del Hotel Oriente, situado en el corazón de las Ramblas, el más taurino de Barcelona desde que fuera el elegido por Manolete para cambiarse antes de sus actuaciones en la Monumental. La UTYAC había propuesto al director una charla con la afición de Barcelona y él la aceptó de inmediato, sin excusas y con gran entusiasmo.

Antes, Serra ya se había dejado ver en un acto taurino en la ciudad condal después de la Concha de Oro, asistiendo a la presentación por sus amigos Salvador Boix y David González Romero (además de Andreu Jaume) de la reedición del libro de Néstor Luján, “Historia del Toreo”, en la librería Byron. Finalmente, el equipo de Albert encontró un hueco para la charla, ya que presentaba su película esa misma noche en la Filmoteca de Barcelona (a solo 150 metros del hotel). El acto se encajó en el tiempo en que los espectadores de la Filmoteca veían la película. 

La consciencia de tener un tiempo limitado, su disponibilidad y sus ganas de contar explican tal vez que la charla de Albert Serra haya sido probablemente una de las mejores charlas taurinas que el que esto suscribe haya presenciado. Sus acompañantes, Paco March y Joaquín Luna (periodistas de La Vanguardia), apenas hicieron una pregunta y un par de comentarios para orientar el monólogo del ponente; todo fue una respuesta río de Albert Serra en la que no dio ni una puntada sin hilo y disparó contra todas las dianas. Aquí van algunas de sus reflexiones:



¿POR QUÉ ACEPTÓ ROCA?

Serra contó que hacía tiempo que quería hacer algo relacionado con los toros. La idea inicial era crear una película con Roca Rey y Pablo Aguado, como dos historias paralelas. Sin embargo, durante el rodaje vio que Roca funcionaba mucho mejor en cámara y que sus actuaciones tenían mucho más contenido que las de Aguado, en las que “pasaban pocas cosas”. ¿Por qué aceptó Roca? Serra dijo que él no lo sabe y que probablemente tampoco Roca lo sepa. Serra cree que Roca Rey tal vez pensó que la película sería un publirreportaje: “Uno de los problemas de los taurinos es que no saben lo que quieren. Y luego, claro, no saben si el resultado les gusta o no, porque el problema es que no sabían lo que querían”.



ROCA REY COMO AFAMADO ESTOQUEADOR:

El maestro vio un montaje no definitivo de la película, pero muy similar al resultado final. El torero peruano dijo a Albert que él era reconocido por los aficionados por ser un buen matador y que las estocadas que salían en la película, al haber planos muy cortos de la espada, se veían defectuosas. Serra le respondió que eso era lo que había, que él no podía hacer nada, “pues haber matado mejor, qué quieres que te diga”.



EL ESPECTADOR Y LOS DIÁLOGOS:

En la película no hay nada al azar ni porque sí; todo lo que sale “es por algo”. Albert se quejó de que algunos espectadores no habían reparado en la riqueza de los diálogos de la cuadrilla, personajes literarios de principios de siglo XX, pícaros y poéticos. Habló de que las dos palabras que más salían durante la grabación eran “verdad” y “cojones”. Y concretó detalles como la expresión de Chacón en la película cuando dice “verdad plena”. No es completa, ni total, sino plena. Como algo profundamente poético. “¿Cómo puede ser que un espectador no repare en eso?” También dijo que los toreros perdían todo interés cuando se quitaban el traje de luces; por eso decidió que todos los toreros en la película saliesen solo vestidos de luces.



CAMBIO DE CRONOLOGÍA:

Sobre que la película no respondía al orden cronológico real, Serra dijo que Roca Rey le reprochó que hubiera cambiado el orden de los festejos en la película y que eso lo perjudicaba porque ésta acababa con una tarde gris para él. Serra explicó que dicho cambio tenía un motivo narrativo. La importancia del primer festejo le servía para captar la atención del espectador y que éste se sumergiese de lleno en la película; si fuese al revés, el espectador poco relacionado con la temática podía no “engancharse” y luego la película sería imposible de remontar.



DEMASIADA SANGRE:

Sobre la crítica que algunos aficionados o sectores taurinos hacen de la excesiva presencia de sangre en la película, Albert Serra dijo que la película tenía la sangre que debía tener, que él podría haber incluido mucha más. Tenía imágenes de toros con derrames de sangre por la boca en el momento de la muerte, pero no las incluyó porque todo debía estar en equilibrio con los otros elementos y eso lo rompía. Además, dejó un desafío a los que critican que haya mucha sangre: les invitó a repasar sus convicciones taurinas, porque su discurso sobre la sangre coincidía exactamente con el de los antitaurinos. También habló de que las escenas de la muerte de los toros eran imágenes que fueron descubriendo durante el rodaje y que los propios cámaras quedaron fascinados por ellas. Quisieron capturar también el momento del arrastre porque les parecía poético y pertinente después de grabar la muerte lenta del toro. Y que era similar a cuando ves el cuerpo sin vida de una persona, que ya sólo es huesos y carne.



EL CARÍSIMO TOREO EN EL CAMPO:

También contó que rodaron unas imágenes con “los mejores alumnos” de la Escuela Taurina de Madrid en la ganadería de Daniel Ramos toreando en el campo por la noche. Las imágenes fueron muy costosas de conseguir económicamente; contrataron una lámpara gigante carísima para grabarlas, costó muchísimo conseguirlas y eran bellísimas. Sin embargo, no funcionaban. Faltaba sangre. "El toreo sin sangre es como el Circo del Sol".



¿Y LA BELLEZA DEL TOREO?

Hay muchos aficionados que critican que no se vean los pases, que no pueda verse la belleza plástica del toreo. Serra invitó a los que quisieran ver la belleza del toreo a ponerse la faena del rabo de Morante en Sevilla en YouTube, que sale en plano largo. La película es otra cosa; se trata de “sentir”. Serra explicó que al principio del rodaje contaron con la ayuda de un cámara que había trabajado en Movistar Toros y en OneToro (un experto en grabaciones taurinas) para que les ayudase; sin embargo, después de ver sus grabaciones, todas las imágenes que registró fueron desechadas. No se salvó ni una.



ROCA REY, SU COMPROMISO Y SU TECHO:

Serra se mostró muy agradecido con Roca Rey y su cuadrilla por prestarse tan generosamente a la película. Alabó su compromiso con su vocación, lo que le sirvió para criticar a otros toreros, diciendo literalmente, como uno que lleva muchos años de carrera y que ahora está de moda porque sale con una jovencita y que apenas tiene cogidas. Aseguró que tal y como dice un amigo suyo (me jugaría el bigote a que es Salvador Boix), “no debe de ser muy buen torero, ¿no?”. Sobre Roca Rey dijo que le parecía una figura enigmática. Su determinación contrastaba en ocasiones con su apariencia infantil, imberbe, no frívola pero sí huérfana de toda trascendencia. Y dicho enigma quedaba reflejado en la película. Sobre su gestualidad y su ceremoniosidad escénica dijo que ambas cosas habían sido clave para su elección como protagonista de la película. Por último, afirmó que lo mejor de Roca Rey está por llegar. Que tiene aptitudes, valor y compromiso para ir más allá y marcar una época en la historia del toreo.



Hasta aquí el reportaje de Joan sobre la comparecencia de Serra ante los aficionados de Cataluña. Creemos que aporta bastantes cosas que serán de interés tanto para los que hayan visto la película como para los que la tengan pendiente.



Con unos y otros nos emplazamos en la sección de comentarios aquí abajo para hablar sobre ella. Esta bonita foto es de Manolete con don Pedro en el hotel donde tuvo lugar el acto:



Y por supuesto, acuérdense de Cartagena:

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa. 

viernes, 7 de marzo de 2025

ASÍ SE CAPTÓ EL SONIDO DEL TOREO EN "TARDES DE SOLEDAD"

Recordarán ustedes nuestro comentario tras ver la película de Albert Serra. Titulábamos con aquello de Así suena el toreo, lo pueden releer aquí. Pues hemos tenido un pequeño sentimiento de orgullo por haber elegido precisamente titular.



Ha sido tras leer la entrevista de Javier Rueda que publican aquí con el ingeniero de sonido del film, Jordi Ribas. Señores, ya lo dijimos: estamos ante una obra de arte por lo que se refiere a ese tratamiento del sonido. Nos lo pareció durante su primer visionado y nos reafirmamos tras haberla vuelto a ver ayer conociendo gracias a Ribas todas las vicisitudes que vivieron los del equipo para conseguir ese magistral resultado. Robert Bresson estaría entusiasmado con él. Para el director francés, 'el sonido en una película puede llegar a reemplazar, neutralizar o suprimir la imagen porque el oído va más hacia adentro del espectador mientras que el ojo va más hacia afuera'.

La prestigiosa revista Cahiers la saca en portada. Los que lean francés pueden pulsar aquí:



La película se estrena hoy y volveremos con otra entrada en un par de días para que ustedes puedan dejar su opinión si ya han ido a verla. De momento vamos a destacar algunas de las circunstancias que desgrana Ribas en esa entrevista.

Fueron el director y un ayudante quienes estuvieron siete meses trabajando en el montaje. Trescientas horas de rodaje quedaron reducidas a los 126 minutos que dura. Se dedicaron a ello siete días a la semana sin parar, con la película metida en la cabeza, para que al final podamos escuchar el sonido del toreo. 

¿Saben lo que piensa Serra acerca de esa banda sonora milagrosa? Ayer tras la proyección de la película en el pre estreno, nos quedamos al coloquio virtual con él. Se despachó con esta salida :

'El sonido pienso que se oye demasiado fuerte pero está gustando tanto que al final me harán cambiar de opinión. Aunque... ¿no hubiese sido mejor la película igual, con las mismas imágenes, pero totalmente muda?'



Bah, no le hagan caso porque le gusta llamar la atención. Si la hubiera hecho muda se habrían perdido todos esos diálogos, entre filosóficos y chuscos, que tanto le han fascinado. Por cierto, coincidió con nosotros en cuál es el mejor plano de la película, que no les vamos a desvelar hasta la próxima entrada. Allí también les informaremos del título que había pensado en un principio.

Vamos ya con el ingeniero de sonido. Preguntado por la primera imagen nocturna, con el toro respirando mientras mira a la cámara, Ribas dice:

'Rodamos de noche, estaba muy organizado y podíamos estar registrando sonidos un poquito más cerca del toro con el micro. Por suerte captamos bastante bien la respiración. Luego, cuando lo vimos en el montaje de sonido era el elemento que más nos convencía. Añadimos otros sonidos ambientales como grillos u hojas con viento, pero acabamos por quitarlos en la mezcla. Lo más conceptual era tener el sonido del toro, con un ligero sonido atmosférico grave y lejano. Esto le da también algo de tensión a la escena, pero muy sutil. Lo que buscábamos en esa escena era centrar la atención del espectador en la respiración y los movimientos del toro'.



Después comenta que intentaron que no se oyesen voces concretas del público cuando están en la plaza:

'Albert Serra no quería mostrar al espectador para que no hubiera elementos que distrajeran de lo que sucede en la arena. Se hizo algún plano general del público que luego ni se montó. Acorde con esta idea, el sonido también debía esquivar estos elementos que pudieran desviar la atención. En la película cuando se escucha el ambiente de la plaza, siempre funciona como una masa y no se destaca nada en particular porque no sería coherente con ese planteamiento inicial de Albert, por eso fue una decisión natural. Había micros que grababan en sistema surround 5.0 en la plaza para captar este ambiente general, pero siempre estaban lo más alejados posible de la gente para no tener elementos concretos en primer término'.

A nosotros nos dejó estupefactos que el sonido de la respiración y los bufidos del toro estuviesen captados de manera tan asombrosa sobre la arena, durante las faenas. ¿Habrían colocado algún micrófono en el propio toro? Pero ¡eso es imposible! Atención porque Ribas lo desvela:

'Buscábamos algo con entidad cinematográfica y novedoso y eso pasaba por tener una perspectiva sonora muy cercana a la acción que sucede en el ruedo. No hay nada en la película de los sonidos en la arena del toro que fuera real y sincrónico con la plaza, había que reconstruir el sonido del toro al detalle en posproducción. Grabamos toros en diferentes ganaderías. Gracias a la colaboración del ganadero Daniel Ramos que nos permitió grabar sonidos poniendo micrófonos en el cuerpo de un cabestro para registrar respiraciones y movimientos, así como grabar a un novillo enfurecido. Así fuimos sacando los sonidos que necesitábamos. También grabamos a un novillero entrenando con un toro, Jordi Pérez ‘El Niño de las Monjas', que nos dejó ponerle micrófonos en las piernas, para poder tener sonidos reales del toro pasando lo más cerca posible. Fue un trabajo muy laborioso para construir los sonidos del toro en pantalla de manera que  se percibiera realista'.



Utiliza el verbo microfonar para contarnos toda la aventura de la colocación de los micrófonos:

'Teníamos microfonados a todos los integrantes de la cuadrilla y a Andrés cuando podíamos, que fue pocas veces. A medida que íbamos escuchando después de las corridas este material que recogíamos, descubrimos que esos comentarios de los banderilleros resultaban muy interesantes. Debíamos cubrir todo lo posible: banderilleros, picadores, mozo de espadas y no solo personas, pues también microfonamos a los caballos de los picadores y a las mulillas que sacan al toro muerto de la plaza'.



Llama la atención que en el propio callejón el maestro avisa para que se lo quiten ya que le desconcentra el transmisor:

'Lo más difícil era el caso del torero: primero que nos permitiera microfonarlo y segundo encontrar la forma de hacerlo sin que eso lo incomodase en sus movimientos. De hecho, en la primera ocasión que lo microfoné en el hotel, luego, en la plaza antes de empezar, me dijo “quítamelo, que estoy notando el transmisor y no puedo sentir nada que me distraiga” y sudando se lo quitamos en el callejón justo antes de que toreara el primer toro. Si rodamos doce corridas con él, solo nos dejó microfonarlo en tres, de las cuales en la película sólo se muestra una. Por eso hay también mucha reconstrucción de su voz a partir de grabaciones de las otras corridas. Pero que la pudiéramos registrar tan bien, fue posible gracias a su mozo de espadas, José Manuel Lara ‘Larita’, ya que fue quien pensó en la forma de esconder todo el dispositivo en el traje de luces'. 



¿Dónde colocaron los micrófonos del maestro? Fue una idea de Larita:

'Conseguimos ponerle incluso dos micrófonos, que nos permitían tener todos los movimientos bien cubiertos. Pusimos los transmisores en las hombreras de la chaquetilla y los micrófonos salían a la altura del pecho, con un anti-viento que parecía un elemento del propio traje. Así, no tuvimos ni siquiera que distraer al torero mientras se vestía ya que lo podíamos preparar con cierta antelación, y él se ponía la chaquetilla con todo el dispositivo ya preparado sin darse cuenta, aunque obviamente nos había dado su aprobación. Conseguir esto fue muy importante porque, teniendo todos los personajes microfonados, el torero fue el que más se nos resistió y eso que en realidad era el protagonista'.

Comenta también la grabación del sonido en las escenas de la furgoneta:

'La propia tensión de los momentos antes de ir a la plaza o bien la emoción que sienten por lo que han vivido en la corrida en los viajes de vuelta al hotel, hace que se olviden de que hay una cámara o un micrófono. Nosotros no estábamos nunca en la furgoneta. Poníamos la cámara, que no era de gran tamaño, yo escondía algunos micrófonos, que no eran demasiado aparatosos y tenía a la cuadrilla también microfonada ya de antes. Utilizo equipos cuyos transmisores, que llevan todos los personajes encima, también graban además de transmitir señal de radiofrecuencia, con lo cual es como si todos ellos llevaran un grabador encima constantemente. Eso me aseguraba tener su sonido en todo momento. De esa forma no tenía ni que dejar un grabador externo en la furgoneta ni estar yo mismo allí. También creo que se nota esta naturalidad que tienen por la confianza que fue surgiendo entre ambas partes'. 



¿Qué les parece? ¿No les entran aún más ganas de verla? Pero recuerden nuestro consejo dado que todos los que leerán estas líneas son aficionados: quítense de la cabeza que van a ver una corrida de toros. Olviden eso y también dejen de lado la pretensión de que van a ver Arte. Tienen que mentalizarse de que lo que verán es una película sobre el enfrentamiento de un hombre con un toro.

Bueno, deben mentalizarse fundamentalmente de que verán pero sobre todo escucharán cómo suena ese enfrentamiento. Escucharán cómo suena el toreo.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

martes, 4 de marzo de 2025

MORANTE: ¿QUITARSE DEL TOREO O QUITARSE LA VIDA?

Hombre, esperemos que ninguna de las dos cosas aunque, si tiene que ser por su bien, que la opción sea solamente la primera. Es que ha debido de correr como la pólvora la primera parte de la entrevista que hace al diestro en el ABC Jesús Bayort, uno de sus mayores turiferarios. Como no hablan de toros sino de la situación personal y mental del maestro, la entrevista se puede soportar.



En el titular destacan esas palabras un tanto trágicas y que sin duda son un buen anzuelo desde el punto de vista periodístico para leer el texto. Aquí lo tienen:



No obstante, les adjuntamos las palabras del maestro en este vídeo de abajo, donde comprobarán lo mal transcrita que está la entrevista comparando lo escrito con lo que dice. Además observarán que el maestro traga saliva con dificultad, no mira al interlocutor y se toca permanentemente la garganta en ese tic habitual suyo:



El diestro comenta que sufre un trastorno disociativo al cual se añade como derivada una amnesia transitoria. Hemos tenido que ir a buscar en qué consiste ese trastorno porque, gracias a Dios, lo ignoramos todo sobre cuestiones depresivas. Leemos esto:


Los trastornos disociativos son afecciones mentales que implican una pérdida de conexión entre pensamientos, recuerdos, sentimientos, entorno, comportamiento e identidad. Estas condiciones podrían incluir el intentar escapar de la realidad de formas que no son deseadas ni saludables. Pueden aparecer en personas que han sido víctimas o testigos de eventos traumáticos, como accidentes o desastres. Asimismo se presentan en personas con un conflicto interno tan insoportable que la mente se ve obligada a alejar del pensamiento consciente la información y los sentimientos inconciliables o inaceptables. Los síntomas son: pérdida de memoria, sensación de separación física o emocional de uno mismo, dificultad para relacionarse, incapacidad para afrontar el estrés personal o profesional así como otras patologías derivadas de una depresión o de un estado de ansiedad.


Ya ven que el panorama parece bastante preocupante y más cuando llueve sobre mojado, dado que el maestro ha sufrido problemas mentales de manera recurrente.



Lo de tirar por la calle de en medio cuando uno se ve agobiado por situaciones que no controla se ha dado en muchas ocasiones dentro del mundo del toro. Sin intención de hacer un informe exhaustivo, recordaremos los casos de toreros como Pedrín Benjumea, Nimeño II, Paquito Muñoz, Juan Belmonte, Victoriano de la Serna, el colombiano Andrés de los Ríos o los mexicanos Mario Aguilar y David Silveti. También tenemos ganaderos como Félix Cameno o Luis Cuadri. Ha habido banderilleros como El Cuco o apoderados como Miguel Moreno (el primero que tuvo Curro Romero cuando no lo conocía nadie, como nos contaba aquí un amigo suyo, el otro Pepe Luis). Y recuerden a Domingo Dominguín, apoderado y torero, un hombre culto y aficionado a la lectura, exactamente igual que Morante. A veces estas personas con inquietudes culturales dan demasiadas vueltas a las cosas y acaban haciendo una barbaridad, recuerden el caso de Stefan Zweig, el escritor favorito de Manolete. 

Esto de la afición por la lectura se ve en el vídeo, donde Morante habla de Fernando Pessoa aprovechando que la entrevista tiene lugar en Portugal. Este escritor es uno de los santos de nuestra devoción literaria gracias a su memorable Libro del desasosiego. También tenía problemas mentales, en su caso de histeroneurastenia. Afirmaba que 'en mí predomina el elemento histérico en mis emociones y el neurasténico en mi voluntad; en mi vida conmigo mismo tengo toda la inestabilidad de sensaciones'. Sepan que en una ocasión desapareció simulando su propio suicidio. Por cierto, hay una frase de Pessoa que probablemente la firmaría Morante hablando de su toreo (y también Paula):

'La mayoría piensa con sensibilidad, yo siento con el pensamiento'



Morante comenta que en el toreo no sirven los heterónimos que usaba el escritor luso para despersonalizarse y atenuar su histeria neurótica. Añadiremos nosotros que tampoco sirve la dipsomanía de Pessoa, que se bebía diariamente dos botellas de vino más seis copas de aguardiente y dejaba la botella en su mesilla para recurrir a ella durante la noche. El diestro afirma que teniendo problemas mentales no es lo mismo desarrollar tu actividad con la pluma que con el cuerpo. Verán que en el vídeo hace referencia también a la necesidad de entrenar para torear y a que ya no es un chaval.

Por ese motivo hemos puesto ese titular un tanto escandaloso. Deseamos que no se produzca ningún desenlace trágico pero quizá el diestro debería ir pensando en la retirada definitiva de los ruedos. No puede ser que salgas a torear medicado o en malas condiciones mentales. Es que en ese caso sí que podría suceder una desgracia irreparable.



Recordamos cuando se encerró con los seis veraguas en El Puerto de Santa María. Un amigo suyo estuvo con él en la habitación del hotel el día anterior y el maestro era un hombre afligido, inconsolable, abatido, completamente hundido. Se acuerda, ¿verdad, maestro? Y eso que diez días antes había estado en la finca tentando, banderilleando y macheteando con donosura previendo la posibilidad de que alguno de los ejemplares no se prestase al toreo bueno. En el campo se le veía pleno de ilusión. 

Pues su amigo salió del hotel convencido de que Morante no se iba a vestir de luces al día siguiente y de que pegaría la espantada. Luego sí hizo el paseíllo, con la circunstancia llamativa de que todos vimos que al acceder al ruedo y pararse mientras sonaba el himno nacional, se puso a llorar como una magdalena. 

En aquel festejo no quiso ni ver a ninguno de sus enemigos. Ordenó a la banda del castoreño las esperables lanzadas, misión que cumplieron con una profesionalidad tan abyecta como exasperante. Y mató siempre a paso de banderillas, con indisimulable miedo (recuerden aquí). Este lance fue lo único bueno que hizo en toda la tarde:



En la segunda parte de la entrevista del ABC ya no parece el mismo porque habla alegremente de que estará seguro en Olivenza, de que no quiere faltar a su repóquer de tardes en Sevilla, de que pretende torear en Ronda e incluso llega a bromear acerca de la práctica de la esgrima.

Pero, oiga, ¿y la amnesia?, ¿y esos pensamientos tan negros que dice que lo asaltan?, ¿no asegura que sufre un cuadro depresivo que necesita tratamiento?



Maestro, como pensamos que usted es sincero, nos creeremos sus problemas y por ello nos apena su situación. Pero alguien tiene que hablarle claro: si no está en condiciones de torear, retírese. Hágalo por su bien y hágalo, principalmente, pensando en los que pasan por taquilla, que son quienes deberían merecer el mayor respeto por su parte.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

NOTA: ya les avisamos de que la próxima semana vamos a volver a hablar de la película Tardes de soledad porque se estrena este fin de semana. Les diremos lo mismo que Guerrita sobre Belmonte y es que se den prisa a verla para que así podamos interactuar en la sección de comentarios.

De momento les dejamos con el discurso de Albert Serra en el senado agradeciendo el Premio Nacional de Tauromaquia y con una entrevista posterior:




miércoles, 26 de febrero de 2025

MUERTE DE GITANILLO: 'BIEN QUE ME DIO EL LADRÓN...'

Son de sobras conocidas tanto la cogida de Gitanillo por aquel Fandanguero de Graciliano como la formidable agonía del diestro hasta que murió. Le dedicaremos esta entrada porque hemos leído las memorias de un diplomático que fue amigo suyo y que relata los hechos ya que estuvo presente desde el día de autos hasta el del entierro.



Nos referimos a Carlos Morla Lynch. Fue, como decimos, un diplomático chileno cuya carrera transcurrió entre París, Madrid, Berlín y Berna. En España entabló una gran amistad con Lorca. Solamente les diremos que el poeta leyó por primera vez su Llanto recién escrito ante un reducidísimo grupo de amigos entre los cuales estaba Morla. Este es el libro donde encontrarán esas pinceladas taurinas a que haremos referencia a continuación:



En los ambientes taurinos el chileno tuvo amistad con Cagancho, los tres gitanillos y Sánchez Mejías. En el libro hace una semblanza de cada uno.

De Curro Puya dice esto:

'Sus empresarios eligieron el nombre de Gitanillo de Triana, que se ha hecho popular y que tiene, sin duda, un salero de cantar sevillano. Refleja, asimismo, en forma sugestiva, la luminosidad y bondad cautivadora que irradiaba el diestro. Era un buen hijo, un buen hermano, un espléndido y buen amigo, amado con dilección por todos y era también, antes que nada, caritativo y piadoso, que es virtud gitana. Manos las suyas generosas y ampliamente abiertas, como un cesto de frutas'.

De Cagancho, quien le confiesa en un momento dado que tuvo su primer hijo con trece años, comenta esto:

'El torero gitano ha almorzado en casa con Federico, a quien le pidió que le leyera «La casada infiel» de su Romancero. Llegó, por cierto, el diestro con una hora de retraso: a las tres y media de la tarde. Elegancia impecable: terno gris, camisa de seda blanca, corbata azul, calcetines del mismo color y zapatos de gamuza. Su tez morena aún más tostada y sus ojos almendrados, también más verdes que nunca. En la muñeca de su mano de caoba, una fina cadena de oro, y en uno de sus dedos largos un anillo de platino con una espléndida esmeralda. Entra la dueña de la casa y se pone en pie, correcto, galante, educado. Un verdadero príncipe gitano'.



La verónica que han visto es suya. Además Morla estaba en el tendido cuando el célebre escándalo de Cagancho en Almagro. Habla también de Sánchez Mejías y expresa su dolor al enterarse del funesto desenlace con estas líneas preciosas:

'¡Muerto! Ese ser lleno de vida, de gallardía, magnífico siempre; que jugaba con «la intrusa» evitando su embestida a un centímetro de distancia; que se reía y se mofaba de la amenaza de sus garras esqueléticas, de su mirada cavernosa y de su rictus amargo; que se sentía inmunizado ante el peligro e invencible en la lucha. Pienso en los seres que lo han querido, que lo quieren más que a otros, que lo admiran: en Rafael Alberti, en Federico, en La Argentinita... Y todo el día, y toda la noche, me siento aprisionado en esa niebla oscura que me sigue, que avanza conmigo, que me envuelve adondequiera me dirija, y al final de la cual se yergue algo que brilla: un traje de luces ensangrentado, azul y oro. ¡El suyo! Y esa sombra que no me abandona es más fuerte que el sol, más intensa que el cielo, más profunda que el mar. ¡Pobre Ignacio!'

En la prensa de la época se habló del maleficio del mes de mayo por los percances que han sufrido tantos toreros. Precisamente durante la corrida de Graciliano que nos ocupa, en aquel 31 de mayo de 1931, fue herido en el primer toro un banderillero. Su nombre, Manuel Prieto Varé, primo hermano de Varelito (recuerden aquí nuestro homenaje a aquel magnífico estoqueador). El toro le arrancó la femoral del muslo derecho.



A Gitanillo lo cogió ese Fandanguero que hizo tercero. Cuando entró en la enfermería, el doctor Segovia estaba pendiente de la femoral rota de Varé y el suelo estaba teñido de sangre. Imaginen la situación ahí dentro cuando trajeron en volandas a Gitanillo con sus dos cornadas en los muslos y esa otra terrorífica en la cadera, que le había roto el hueso sacro al empotrarlo el toro contra la madera. Este es el parte:



Así cuenta Morla Lynch la cogida:

'Al iniciar la faena de muleta —después de ejecutar un suave ayudado por alto— fue cogido por el muslo, lanzado al aire y luego recogido nuevamente por el toro, que lo arrolló bajo el estribo, recibiendo allí una tercera cornada en la cadera. Yo cerré los ojos para no presenciar el final de la tremenda embestida…'



Todo el mundo se acordó del pobre Granero al ver al diestro ahí debajo en el estribo. En esta ocasión no hay ninguna duda acerca de la diligencia de Lalanda en el quite. Se llevó una ovación de gala que coincidió cuando levantaban a Gitanillo del suelo. Continúa Morla:

'Al abrirlos de nuevo vi con estupor y admiración a Marcial Lalanda, que, metido entre los cuernos y la barrera, con una temeridad y nobleza para las cuales no hay términos de suficiente elocuencia, lograba llevarse al astado en medio del estruendo de una ovación que estremecía la plaza entera'.



Ya saben que a Marcial se le había criticado el no haber estado pendiente de Granero el día de Pocapena. El diestro siempre lo negó y lo achacaba a una campaña de los del semanario El Clarín, que le pidieron un aumento del sobre que ya pagaba y se negó. Lo contábamos aquí. Por cierto, el torero madrileño saldría en hombros aquella tarde mientras operaban a Gitanillo en la enfermería:



El silencio en aquella enfermería era de muerte mientras desde la calle llegaba el eco del jolgorio del triunfo de Lalanda. Anotemos que más tarde tanto él como Chicuelo volvían a la plaza y entraban en la enfermería para interesarse por su compañero.

Su mozo de espadas contaba que cuando lo llevaban por el callejón iba diciendo:

'Me ha desbaratao, esta cornada es mu fuerte, me ha destrosao...'



Pudiera ser que la cornada se la pegase por haberlo picado mal. Gitanillo lo había recibido con siete verónicas. Tras el segundo puyazo hizo un memorable quite con cuatro y una media que levantaron al público de los asientos. Ésta fue una:



Acudió el bravucón al caballo por tercera vez y aquí recibió una lanzada muy fea por baja y contraria, o sea, para entendernos, en su costado izquierdo. A partir de entonces, el animal se dolió, mostrándose incierto y receloso por ese lado, sin que el diestro quisiera ver ese defecto porque sólo pensaba en torear (sic en una crónica). Fue precisamente en un pase por ese cuerno cuando prendió al maestro en terrenos del 1.

Al día siguiente se daba cuenta de que lo que notaba en las piernas no era normal. De hecho, no quisieron decirle que si salvaba la vida iba a quedar inútil. Cedemos la palabra de nuevo al pobre diestro, quien se lamentaba mientras intentaban darle moral:

'¿Que no es nada? ¿Nada? Mira, me ha dao tres cornadas, una en cada muslo, y otra en la cadera... ¿Y qué me pasa en las piernas? He perdido la sensibilidad, parecen de trapo... La que no me deja vivir es ésta de la cadera. Bien que me dio el ladrón... Pero paciencia, tenía que ser así...'



El maestro morirá dos meses y medio después tras una penosa agonía y, lo que es peor, completamente consciente de todo. Los gritos que pegaba durante las curas se oían desde la calle. Tuvo muchos problemas urinarios por efecto de esa terrorífica cornada en el hueso de la cadera. Además se le declaró una meningitis y hubo que hacer varias transfusiones por complicaciones en un muslo. Si quieren un detalle de estos desagradables pormenores, vayan a la página 980 del tercer volumen del Cossío. El autor los incluyó contra lo que era su costumbre. 

Lo de las transfusiones es relatado también por Morla ya que estuvo a su vera durante todas esas semanas de sufrimiento. Son aquellas transfusiones primitivas, como las cinco de Manolete (pulsen aquí), la de Ostos (aquí), las de Gitanillo Chico (aquí) o la del citado Sánchez Mejías realizada con sangre de Pepe Bienvenida. Esto cuenta Morla:

Una transfusión de sangre se impone y el doctor Segovia solicita voluntarios que se presten a ella. No hay tiempo que perder. Me adelanto, sencillamente porque siento que debe ser así, y conmigo se ofrecen un picador de su cuadrilla, un banderillero de la misma y el chófer de taxi que siempre lo servía.

Por cierto, nuestro Gitanillo estará obligado a reposar casi siempre tumbado bocabajo por culpa de los grandes dolores que le causaba esa cornada en la cadera que comentamos. Aquí lo tienen de cara a la cámara con algunos visitantes:



Como curiosidad les diremos que en el sanatorio de toreros coincidió con Martín Agüero, a quien iban a amputar un dedo y medio del pie izquierdo por un inicio de gangrena resultado de una cornada reciente.

Un día, a solas el torero con el diplomático, sucedía esto:

Me dijo esta otra frase infantil, que me quedará grabada mientras viva:
-Yo le diré a la Virgen lo bueno que has sido conmigo...-
Pobrecillo… No hay posición que lo alivie: los huesos han perforado su espalda; pero sonríe siempre y no se queja, ni se rebela, ni se exaspera. Sólo una vez lo he visto impacientarse algo: fue un día cuando la enfermera le decía cariñosamente que Dios enviaba sufrimiento a los buenos porque los quería. Curro —que sufría intensamente— se incorporó un poco, penosamente, y le respondió con una gitanería:
-Que no me quiera Dios tanto… que de tanto quererme se está poniendo pesao y mal amigo-.

A Gitanillo le había dado la alternativa otro torero intuitivo como él: El Gallo. Fue en agosto de 1927. Toreó en los años siguientes más de doscientas corridas. Esta foto está hecha en Sevilla, en la corrida homenaje a El Gallo por sus veinticinco años de alternativa. El de la izquierda es Chicuelo:



Lo de torero intuitivo no es de nuestra cosecha sino de la de un admirador del maestro, Tomás Orts Ramos, Uno al Sesgo

Los aficionados solemos distinguir entre toreros largos o cortos. Él hablaba de toreros con oficio o con intuición. El que tiene oficio sabe siempre lo que hace. El intuitivo no sabe que sabe lo que sabe. Ojo porque el trabalenguas es cosa suya. Transcribimos su reflexión porque pensamos que tendrá interés para ustedes:

'El torero de oficio, es decir, el que sabe lo que sabe, el que con una práctica más o menos larga ha llegado a dominar la técnica, puede tener lo bastante con esa técnica para salir airoso en la mayoría de los casos que se lo proponga; y en ellos sí que es la voluntad la que manda. Pero en el torero intuitivo, en el que lo que sabe no sabe que lo sabe, porque su arte no es consciente sino inconsciente, el revelarlo es obra de determinadas circunstancias, de un estado de ánimo, que no se crea con sólo quererlo, que aparece y desaparece por causas que escapan la mayoría de las veces al propio interesado, que lo exaltan o deprimen sin motivo aparente en ocasiones'.

Y sigue:

'El fenómeno que queda por examinar es el que de vez en cuando se observa en algún que otro torero de los que seguiremos llamando intuitivos provisionalmente. Así que van adelantando en el oficio y dominando la técnica, diríase que van aminorando su personalidad, o, para expresarme en el lenguaje taurino, van "perdiendo el sitio", con gran desencanto del aficionado. Éste ve diluirse en la vulgaridad un arte excepcional, que, aunque sólo se manifestase a rachas, era de tal calidad que compensaba con una tarde buena varias malas. ¿No será que con el predominio del oficio sobre la "inspiración" en aquellos toreros a quienes falta el valor, cuando se dan cuenta del riesgo que afrontan por un exceso de vigilancia del consciente, queda anulado el subconsciente?'

No entraremos ahora a discutir si toreros de arte como Juan Ortega o Morante encajarían verdaderamente en esa categoría de intuitivos. Gitanillo sí era de estos últimos, por supuesto. Tampoco insistiremos en los consabidos elogios a su verónica, la del minuto de silencio. Además, con los dos pies asentados en la arena, como decía Paco Camino que había que tenerlos en este lance:



Lo del minuto de silencio lo recordaban en este titular:



De su muerte, el catorce de agosto, setenta y cuatro días después de la cogida, Morla guarda este tierno recuerdo:

'El gitano ha muerto hoy. Tenía veintisiete años. En torno del féretro descubierto, la familia permanece muda. La madre, sin proferir una palabra, contempla a su hijo, y hay en su dolor silente una nobleza que infunde en los presentes admiración, respeto y arrobamiento. A medida que pasan las horas, en la desolación de la vigilia, la fisonomía del gitanillo se suaviza, adquiere serenidad y diríase que de nuevo sonríe: es la misma sonrisa peculiar suya, un poco melancólica, con que recibía las ovaciones de la plaza en delirio. Tan contento como estaba, parecía triste'.

Había hecho testamento en favor de sus padres y dejó una cantidad aparte para que su adorado sobrino Currito pudiera estudiar una carrera.



El cadáver del trianero llegaba a Sevilla dos días después.  En la estación estaban, además de medio barrio de Triana, Juan Belmonte, Antonio Miura Hontoria, el Papa Negro, Vicente Pastor, Moreno Santamaría y, por supuesto, sus seis hermanos, su cuadrilla y su apoderado Domingo Ruiz. Salvo error, Pastor debe de ser el de la derecha:



Carlos Morla tiene dos libros más de memorias que les recomendamos. El primero está escrito en Madrid entre 1937 y 1939 y el segundo en Berlín, durante los años del nacionalsocialismo. En el que nos ha ocupado a cuenta del pobre Gitanillo verán desfilar, entre otros, a Eugenio d'Ors, Marañón, Ortega, Sáinz de la Maza, Unamuno, Azaña, Madariaga... y, por supuesto, a la generación del 27 en pleno.

Lorca y él asistieron juntos al último festejo celebrado en la plaza de la carretera de Aragón, con dos toros para el rejoneador Cañero y seis para Lalanda, Cagancho y Rafael, el hermano de nuestro protagonista. Ambos mostraban su desagrado ante la nueva plaza de Las Ventas:

'La «nuestra», la que abandonamos hoy para siempre y que será derruida en breve —tan íntima, tan campechana, tan integrada en la vida de Madrid—, tenía olor a sangre de toros y de toreros. La queríamos como algo propio y la lloramos como a una vieja abuela que se va. -La otra —dice Federico—, la gran plaza flamante, de ladrillos y azulejos resplandecientes, es una «monumental señora» engreída y antipática, con vuelos y encajes de «nueva rica»-'.



Un día un fulano llamó a Morla por teléfono. Tenía acento andaluz y decía que era un novillero amigo de Cagancho y que lo llamaba de parte del maestro para ver si aceptaba ir de mozo de espadas con él la temporada siguiente. Morla se quedó parado, empezó a balbucear... no sabía qué decir,  probablemente porque en el fondo quería aceptar. Sus dudas quedaron disipadas con la carcajada que se oyó al otro lado del hilo. Era Federico García Lorca, que le estaba gastando una broma...

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.