jueves, 14 de diciembre de 2023

LAS VERDADES DEL TOREO DE VERDAD (27): '¡ESO ES DE "CHALAOS"!'

Los lectores más fieles recordarán que dedicábamos dos capítulos de nuestra sección Verdades del Toreo a cómo coger tanto el capote -aquí- como la muleta -aquí-. 

La frase del titular está relacionada y la decía uno que fue director de Escuela Taurina en Madrid hace más de cien años: don Francisco Sánchez Povedano, esto es, Paco Frascuelo, el hermanísimo. Parece ser que no nació en 1843 como figura en el Cossío sino en 1841, con lo cual sería mayor que El Negro y además habría sido el primero en usar el apodo de Frascuelo.

Nosotros tenemos especial cariño al hermano de Salvador ya que fue quien inauguró junto a Lagartijo en 1883 la plaza de toros de Tarragona, a escasos veinte metros de donde escribimos estas líneas. Luego comentaremos algo al respecto pero antes hay que aclarar el titular, que se refiere a lo que ven en la siguiente foto:

Javier Arroyo


En la escuela madrileña de Paco aprendieron muchas cosas Gaona o El Papa Negro, por ejemplo.

Antes de seguir, aclaremos para los amigos que nos lean desde fuera de España que lo de 'chalao' es vocablo coloquial que equivale a loco, chiflado, maniático, atontado... La anécdota del título nos la cuenta otro de los discípulos de aquella escuela, Antonio Sánchez, de quien hablábamos aquí. 

Paco Frascuelo tenía fijación con la forma de coger el capote. A veces lo estiraba en el suelo y ordenaba a un pupilo que lo cogiese. Rápidamente intervenía a gritos: '¡Así no, hombre! ¡Que eso no es un felpudo, que es un capote de torear!' Censuraba muy agriamente esa costumbre realmente zafia de morder la esclavina del capote para plegarlo sobre el pecho. Es algo que nosotros aprendimos de pequeños cuando leímos un célebre artículo de Cañabate hablando de ello. Pero cedemos la palabra a Sánchez:

'Paco Frascuelo nos enseñaba de todo. La primera lección que me dio fue sobre cómo ha de cogerse el capote. Me tiró uno por el aire y lo cogí al vuelo de cualquier manera. Entonces me dijo: 'así, no; el capote se levanta siempre por la esclavina ¡y sobre todo, no lo sujetes nunca con los dientes! ¡Eso es de "chalaos"!


Raúl Doblado


Casi se nos saltaban las lágrimas al leer hace poco estas líneas porque desde muy tierna edad nos hemos quedado solos censurando esa atrabiliaria manía de comerse el capote. Lo hacen todos ya desde novilleros, nadie les avisa de que es una zafiedad. 

Lo peor es que dos toreros preocupados por la liturgia de la Tauromaquia y que nos consta que tienen muchos libros de historia del toreo en casa, muerden la esclavina como dos 'chalaos'. Nos referimos a Morante y a Octavio Chacón. Como ninguno de los dos leerá estas líneas, si alguno de ustedes los conoce, les hace llegar nuestra opinión. 


Marcelo del Pozo


Lo lógico si se quiere plegar el capote sería sujetarlo un momento con la barbilla, nunca mordiéndolo. Antonio Bienvenida era otro que luchaba contra molinos de viento contra esta costumbre. Se ve que hizo este pareado que suscribimos en todas sus letras:

'No muerdas más el capote / que eso es de sucio o de zote'

Lo de zote equivale a ignorante, patán o zafio. Lo de sucio está claro.

Recuerden que en esta crónica se lo censurábamos a Pablito Aguado:



Bah, todo esto es clamar en el desierto cuando actualmente la liturgia taurina es algo que todos desprecian. Se quitan las zapatillas para torear, tiran los avíos en desplantes grotescos, fuman en el callejón, brindan toros que son un insulto al respetable, piden el cambio de tercio sin desmonterarse, se colocan mal en el ruedo, van con el estoque simulado... Por cierto, pulsen aquí para recordar quién fue el primero en usarlo. Es que precisamente el citado Sánchez contaba que iba andando con otros torerillos desde su taberna de Mesón de Paredes hasta Puerta de Hierro sosteniendo durante todo el trayecto una barra de hierro más pesada que un estoque: 'lo hacíamos para coger fuerza en la muñeca porque entonces siempre se toreaba con la espada de verdad'. Ese recorrido son 8,5 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. ¿Qué dirían Sánchez o el director de su escuela si viesen la ridícula espadita de bambú del bueno de Robleño, que parece comprada en los chinos?



Pues ya conocen nuestra teoría sobre morder el capote. Es la misma que la de Joaquín Vidal, quien también leyó a Cañabate. Decía que había que olvidar lo de cambiar la seda por el percal y decir cambiar la seda por la tela de mascar. Nosotros seguiremos insistiendo en ello aunque tengamos tan poco éxito en nuestra cruzada como el de Paco Frascuelo, Antonio Bienvenida, Vidal o Díaz Cañabate.

No nos vamos sin hacer un breve recordatorio a lo que sucedió aquel viernes, 21 de septiembre de 1883 cuando se inauguró la plaza de Tarragona aprovechando las fiestas de la patrona Santa Tecla. La capacidad era para unas 14.000 personas, bastantes más que la de la plaza de Madrid entonces, y ostentaba uno de los diámetros más largos de España. Tengan en cuenta que en aquel año la ciudad no pasaba de los 20.000 habitantes. A la derecha de esos árboles está nuestra casa, que es la suya:



Fueron toros de Antonio Hernández López para Lagartijo y Paco Frascuelo. Pastaban en la zona de Colmenar y venían de Vistahermosa con un refresco jijón, divisa morada y blanca. Mataron once caballos aquella tarde:



Paco estuvo bien a secas matando dos. Lagartijo triunfó en el quinto y le dieron el toro. El sexto lo mató el sobresaliente Valentín sin novedad.

Al día siguiente sábado se repitió el cartel pero con toros de Félix Gómez aunque la corrida resultó bastante más discreta.

¿Tendría Lagartijo la desagradable costumbre de morder su capote? Paco Frascuelo seguro que no. Y apostaríamos a que el califa tampoco.

Ninguno de los dos debió de ser el primero que mordió un capote. Como decía Cañabate, seguro que fue un torero hambriento... de ganas de torear.


FOTO: Paloma Aguilar

Nos despedimos enlazándoles las otras entradas de nuestra serie sobre Las verdades del toreo de verdad:

La naturalidad al torear.

El Cordobés: cómo romper un toro y cómo se torea al natural.

Marcial Lalanda: entrar a matar.

Antoñete y el toreo desmayado.

Esplá explica qué es el temple.

El medio pase y el toreo de perfil.

Las verdades de un mayoral.

Verdades de Paco Camino.

Cañabate y el público de toros.

Cañabate, las fundas y el toro comercial.

Las verdades del Duque de Veragua.

Las verdades de K-Hito.

La Tauromaquia de Amós Salvador.

Así remataba El Viti los pases.

Las verdades de Corrochano sobre el toro de lidia.

Roca Rey, el que mejor descubre la muerte.

Así se coge la muleta.

Qué es el empaque.

Habla el torero desconocido.

Si hablas, no vuelves a torear.

Curro y las gaoneras.

Cómo coger el capote.

La mano izquierda de Dios.

Cuadrar el toro no es una suerte.

Tauromagia.

El peligro del pase de pecho 

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa. 

12 comentarios:

  1. Y dar pataditas al capote... Según cuenta el mismo Felipe Garrigues, Antonio Bienvenida se puso como una fiera cuando vio que lo hacía en un tentadero. El capote es sagrado.

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    1. Y esas pataditas son típicas cuando el toro está puesto en suerte al caballo y lo distraen. Los amigos venteños lo ven cada tarde.

      Saludos

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  2. Buenas Rafa,

    La época de los hermanisimos: Paco Frascuelo y Juan Molina, que llegó a ser un gran peón.

    Una gran serie Las verdades del toreo. Enhorabuena

    Un saludo,
    Ricardo Frías Alonso

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    1. Gracias. En los tiempos que corren pienso que esta serie es de mucha utilidad especialmente para los aficionados jóvenes que tengan interés en ir más allá de lo que se dice en televisión o en los portales comerciales.

      Y entre los hermanísimos y los hermanos, es probable que quien supiese más de toros fuese Juan.

      Saludos

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  3. Buenas Rafa .

    La verdad es que estas cosas no se enseñan en las escuelas taurinas y fuera de estas importan entre poco y nada , al final todo es vulgaridad .

    Saludos

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  4. Hombre, yo no pierdo la esperanza de que en alguna escuela haya alguien por ahi perdido que siga manteniendo las esencias de la liturgia taurina.

    Saludos

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  5. Lo de morder el capote se debe principalmente al efecto imitación (y que también es muy práctico a la hora de doblarlo). Ya verás como seguro que aparece un tenista que se toca el culo y las orejas antes de sacar como Nadal.

    Rafa, un reto que seguro que tú lo resuelves en un periquete. Es sobre el brindis. No sé quién me dijo (o donde lo leí) que a la hora de brindar a una mujer no se le debe dar la espalda. Y a un hombre sí. Lo he comentado con muchos matadores de toros y ninguno lo sabía. ¿Qué me dices?

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    1. Es correcto los de no dar la espalda a una fémina cuando se le va a entregar la montera, en cambio a un hombre se le puede tirar de espaldas. Como opinión personal creo que al rey tampoco habría que darle la espalda en el brindis.

      Los toreros antiguas y con ello me refiero a hace más de ochenta años no brindaban casi nunca y si lo hacían, era por algo muy especial a alguna persona en concreto. Brindar al público todavía era más raro y hoy en día se ha convertido muchas veces en un insulto porque te brindan no un Toro sino una ternera.

      Leyendo declaraciones de toreros antiguos a veces hacen referencia a un toro concreto que brindaron al público como una cosa completamente excepcional.

      Respecto a que morder el capote sea más práctico para plegarlo, se puede hacer con la barbilla y no queda tan zafio.

      Saludos

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  6. Gracias por tan atinadas observaciones en torno a 'las verdades', Dn. Rafa. Algunas circunstanciales, otras sencillamente... críticas e inprescindibles.

    Estoy abriendo las demás entradas de su serie 'Las verdades del toreo de verdad' que no había visto aún; gracias por poner la respectiva lista aquí al final. Repito, muy interesantes lecturas, amenas, muy toreras.

    Si me permite Vd., hace unos años empecé de vez en cuando a comentar en algunas contadas y buenas bitácoras lo de la coleta que se empezó a ver hace dos, tres o quizá cuatro décadas.

    El añadido. Me parece --en los más de los casos-- demasiado pequeño, escondido precisamente por la timidez de tamaño. En muchos toreros de plata o de oro, hay que buscar la coleta con binoculares, máxime cuando se encuentra anidada en una moderna o espesa melena.

    Claro, no hace falta volver a la coleta de antaño, la de orgullo y privilegio, fuese natural o postiza. Tan especial como el resto del atuendo de luces.

    Así pues, no nos gustará ver a Morante morder la esclavina del capote, pero a mí al menos me gusta ver su distintiva coleta, el perfil galante y tradicional de un torero.

    Es parte inherente y emblemático de la cultura taurina. Tan es así que se corta simbólicamente durante el solemne rito de retiro en la carrera de un diestro.

    Bueno, debiera ser un rito solemne, como al arriar una bandera de honor, respeto y veneración. // Atte., Torotino


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    1. Salvo error fue Belmonte quien inició la costumbre de no dejarse la coleta natural. Hasta entonces era un orgullo para los toreros exhibirla y todos lamentaban que en el servicio militar se la cortasen.

      Yo no conozco personalmente a ningún torero actual pero no me extrañaría nada que agradeciesen no llevarla e incluso en según que círculos escondiesen su condición de toreros.

      Saludos

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  7. P.D.1: Admiro mucho, mucho, su disciplina y agradezco aún más el tiempo que dedica a contestar los comentarios de sus lectores.

    Sé que no ve Vd. con buenos ojos al matador que se quita las zapatillas durante la lidia pero no recuerdo por qué se descalza: ¿es porque ha llovido y los pies se agarran mejor (supuestamente) a la arena sin el calzado?

    Como mencioné aquí arriba, la coleta (la que no se esconde por diminuta o por tímida) es inherente a la verdadera imagen taurina. Así también las zapatillas, naturalmente.

    P.D.2: Totalmente de acuerdo, se puede plegar el capote con la barbilla en vez de morderlo para limpiarse los dientes.

    Excelentes entradas sobre los protocolos y las verdades del toreo. Enhorabuena, Dn. Rafa.


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    1. Muchas gracias. Cuando llueve dicen que es mejor descalzarse para sentirse más seguro pero sería la única ocasión en que estaría medio justificado. Hoy vemos a muchos descalzarse con el piso seco, porque sí. Ureña suele hacerlo. A mí no me gusta nada pero es una más de mis manías.

      Saludos

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