Pero con la alternativa no sólo dejó de prodigarlo sino que prácticamente lo proscribió. Él mismo se lo explicaba a Antonio Burgos:
'De frente por detrás toreaba al principio y creo que lo hacía también puro. Una vez Antonio Márquez me dijo: "pero tú esto ¿por qué no lo haces más? Así, con la pata p'alante y tan despacio como lo haces..." Pero hay cosas que las dejas de hacer porque ya no las sientes y, sin sentirlas, no se pueden. Como Antonio me insistía, pues ya no lo hice más, sólo por eso, que a mí no me influye nadie. Yo no me he dejado influir ni por mis partidarios'
¡Ea, se acabó! No me da la gana y no lo hago más. Pues fue una lástima para los aficionados viendo la foto anterior. Como cuando a Carlos Kleiber tampoco le daba la gana de tocar otra cosa que no fueran sus cuatro obras de repertorio.
Incluímos la gaonera en nuestra sección sobre el toreo de verdad porque realmente no debería denominarse así.
La culpa no la tiene el pobre Gaona sino este señor de abajo:
Es Alejandro Pérez Lugín, don Pío, director de la revista Arte Taurino. Vio lancear de esta guisa a Rodolfo Gaona en torno a 1913:
Y sin encomendarse a Dios ni al diablo, dio en empezar a hablar de gaoneras cuando es un lance muy antiguo, por supuesto que anterior a la venida del mexicano a España. Hubo una gran polémica en su momento. Hombre, la verdad es que si cada vez que un torero prodiga un lance o lo pone de moda hay que cambiarle el nombre para adaptarlo al ejecutante, nos volveríamos todos locos.
En La Fiesta Brava de julio de 1929, Don Quijote decía que la gaonera tenía poco que ver con la primitiva suerte de frente al costado tal como se ejecutaba a mediados del XIX y que le parecía bien la nueva denominación:
Sí, claro, pero entonces convendremos en que la verónica de Curro Romero, tampoco tiene mucho que ver con la de Belmonte, con la de Lagartijo o con la de Paquiro, ¿no les parece? Quizás por ello en Colombia llamaban a la de Curro romerina...
Se sigue repitiendo que fue Ojitos quien enseñó a Gaona el lance. Lo cuenta André Léonce en su La Tauromachie moderne:
Pero también eso se discute como veremos más abajo. En La Lidia tenían claro que el lance ya existía:
Vamos a intentar aclarar la cuestión porque tampoco es tan difícil. Depende de la posición del cuerpo del torero. La verónica se empezó llamando suerte de frente. Si te pones de espaldas al toro para dar una, será de frente por detrás. Y si el capote lo enseñas por un lado, será de frente al costado. Por consiguiente, la gaonera sería de frente al costado, como decia Paquiro. Ya les acabamos de desvelar su genuina denominación.
Otras suertes con el capote a la espalda no se prestan a confusión con lo que a continuación trataremos. Por ejemplo, la saltillera, que no es más que una manoletina con el capote. O el quite de la mariposa de Lalanda, que improvisó en un tentadero cuando precisamente iba a realizar una gaonera y se le vino la vaca encima. O la tapatía, que recuerda a la gaonera pero no tiene la largura de ésta. O la rogerina o roblesina, que no es más que tapatías encadenadas al paso (según hagamos homenaje a Valencia, que la trajo de México, o a Robles, que se la vio a su apoderado). O el quite del bu, también con el capote a la espalda. O, en fin, el quite de oro con su caleserina del que hablábamos el pasado san Isidro porque lo hizo Ferrera aquí, recuerden nuestra crónica donde salía el Orfebre tapatío:
Como decimos, un lance de frente por detrás no es más que una verónica de espaldas en la que lógicamente los brazos no se pueden mover con mucha hondura porque la posición no lo permite. Fíjense en esta lámina de Goya porque el torero se dispone a dar una:
En este dibujo se aprecia ese mismo lance, que también se denomina aragonesa:
Precisamente cayó en desuso al ser progresivamente sustituido por la suerte de frente al costado que nos ocupa, en la que se puede jugar los brazos con mayor naturalidad:
Morante remata las aragonesas levantando el capote, como si fuera un pase de pecho, quizás por ello las llama 'cigarreras'.
La diferencia con la gaonera es que en ésta no te colocas enseñando el trasero al toro, por eso su nombre correcto sería de frente al costado. Ahí está Belmonte ejecutando una y el pie de foto es impecable:
En cambio, en la lámina siguiente se equivocan cuando dicen que el diestro va a ejecutar una gaonera. Tal como está, es imposible. O va a gallear por tapatías o quizás intente una aragonesa pero no vemos los pies:
Nos habrán leído más de una vez que en el toreo de capa, la verónica es la clave y que lo demás son pamplinas. Está claro que exageramos un poco pero, de todas las pamplinas, la que tiene más verdad es precisamente la suerte que nos ocupa. En primer lugar porque no tienes ninguna protección en el vientre si el toro hace un extraño. Y en segundo lugar, porque es el lance que más se asemeja a un muletazo ya que sólo torea un brazo y, además, enseñando la palma de la mano como si cogieras un imaginario estaquillador.
Por eso no es correcto que se diga que esto de José Tomás abajo es una gaonera ya que lleva la palma de la mano al revés:
FOTO: Arjona |
¿Se fijaron al principio en que Curro sí que lo hacía bien? No hace falta que suban, lo volvemos a ver:
Paquiro hablaba de la suerte de frente al costado en dos variantes, por delante y por detrás. Por detrás es la gaonera. Por delante, cuenta esto, a ver qué les parece:
Para nosotros, no es mas que un delantal tal y como primorosamente lo realizó Frascuelo en su primer lance de recibo a su segundo de Bartolomé en Céret (recuerden la entrada). Éste es el momento, que corresponde perfectamente a la descripción anterior de Paquiro:
En El Heraldo de Madrid, hablaban directamente de disparate por llamar incluso suerte de frente por detrás por delante a la suerte al costado. Tiene toda la razón porque si es lo uno, no puede ser lo otro:
¿Qué sucedió para que a finales de siglo XIX se pusiese de moda este lance? Pues se ve que Mariano Armengol 'Verduguillo', el jefe de las señoritas toreras... Pero dejemos que lo cuente él mismo cuando le preguntó Lagartijo después de que en Córdoba viera a Lolita Pretel lancear de frente al costado:
La lámina que vio fue ésta, publicada en septiembre de 1887. El diestro no va a dibujar una aragonesa sino una gaonera porque no enseña la espalda al toro. O sea, de frente al costado y no de frente por detrás:
La bonita lámina es del gran Daniel Perea, que era sordomudo de nacimiento, quizá no lo sabían ustedes.
A la cuadrilla de las señoritas se incorporó 'Gordet', a quien vemos años después de sobresaliente en este gran mano a mano valenciano de 1910:
Ya han visto que como estamos en 1910, El Gallo aún era Gallito.
De novillero dio su primera gaonera en Bilbao allá por 1888, que es precisamente ¡el año que nació Gaona! Eduardo se casó con Lolita, quien llegaría a rejonear a la amazona como ven abajo (en algún libro pone que se casó con otra de las señoritas, Angelita Pagès, pero mucho nos tememos que yerran)
'El Merluza' mete baza en nuestra discusión para afirmar que realmente fue él quien se la enseñó a Gaona.
Hablamos del hermano de Frascuelo, Paco, quien inauguró junto a Lagartijo la plaza de Tarragona en 1883, a veinte metros de donde escribimos estas líneas. Su piscícola apelativo viene de que la entonces novia de Salvador tenía una pescadería. Un día apareció el maître de un restaurante a quejarse por la condición del pescado que le había vendido. Estaba Paco por allí y se encaró con el fulano por los malos modos que exhibía con su futura cuñada. La cosa terminó a bofetadas y el cliente iba después a las corridas a gritar a Paco: '¡mira el tío Merluza ése! Si no sabes torear... ¡vete a vender pescao!'
A lo que íbamos: Paco sentencia lo siguiente respecto a todo lo que hemos contado:
Estamos en 1957 y es Antoñete ante un toro de Galache. Observen el siguiente porque llama la atención cómo arquea el cuerpo:
Es Bernadó en 1955 y el lance recuerda al puente trágico de Nacional II aunque con el capote por detrás. Hablábamos del maestro catalán aquí y olvidamos entonces recomendarles este libro:
Añadimos un dato que no es de nuestra cosecha sino de la de Justo, un veterano y sabio aficionado sevillano. Para él, quien mejor ha ejecutado el lance que nos ocupa ha sido este hombre:
Es Manuel Álvarez 'El Bala', torero de carácter exaltado y alborotador que no encontró quien lo encauzara correctamente (lo llevó Marca durante un tiempo). Solía poner banderillas cortas sentado en una silla hasta que un toro llamado 'Gallito' le pegó esta formidable cornada en 1967 en San Sebastián de los Reyes:
Tras cuatro operaciones quirúrgicas llegó la quinta. Cedemos la palabra al galeno:
Y un mes después, dos intervenciones más para cortar por encima del muñón ya que surgieron problemas de riego sanguíneo, un drama.
Nos consta que entre nuestros lectores figuran algunos pereristas que nos han jurado odio eterno, como Aníbal a los romanos. Pues les vamos a sorprender porque, para nosotros y sin ninguna duda, Miguel Ángel Perera es el maestro que mejor ejecuta las gaoneras en la actualidad... y en mucho tiempo. No pega la cuchillada al final del lance como Ureña sino que lleva el toro largo y toreado y además muy ceñido. Tampoco pega un trapazo como hacen otros retirando con violencia el capote en lugar de intentar llevar toreado el toro. Hizo un quite con una tercera ajustadísima en la Beneficencia de 2015 (recuerden aquí nuestro comentario y aquí el vídeo en el 1:07 ). Ésta de abajo es en Nimes:
FOTO: www.miguelangelperera.es |
Al César, lo que es del César. Perera es catedrático del destoreo a pesar de su innegable valor y nos aburre con la muleta. Además, es un estoqueador casi tan tramposo como El Juli aunque no se le critique tanto por ello. Pero cuando se pone de frente al costado, podría dar lecciones hasta al propio Rodolfo:
FOTO: www.miguelangelperera.es |
Con ambos nos despedimos. La posición de las piernas es diferente ya lo ven. Aparentemente debiera ofrecer más riesgo la del mexicano aquí abajo pero la verdad es que el extremeño se pasa el toro mucho más cerca:
En resumen, esos tres lances a que nos hemos referido en nuestra entrada comparten tres nombres técnicos junto a sus correspondientes equivalentes literarios, a saber: suerte de frente o verónica, de frente por detrás o aragonesa y de frente al costado o gaonera... aunque no fuese Gaona el inventor.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
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