(foto Luigi Ronda) |
El pasado fin de semana la concurso de Zaragoza ha demostrado que cuando unos toros bravos se pican y se lidian como siempre debería ser, la Fiesta recobra su grandeza.
Lo mismo ha pasado en un pequeño pueblo cerca de Arles, en Saint Martin de Crau, donde cada año se da cita la flor y nata de la afición francesa, gracias a la labor de la peña taurina local, la UNICA, que elige ganaderías del gusto de los aficionados y plantea cada corrida como si fuera una concurso: un solo picador en el ruedo, marcado con unas rayas horizontales paralelas, a contraquerencia, y donde, a pesar de ser plaza de tercera, se exigen dos o tres puyazos para lucir el toro.
(foto Fiore Galetti) |
Este año se han lidiado dos señoras corridas, una de Rehuelga y otra de Dolores Aguirre. La primera ha sido una grata sorpresa, con un toro de bandera y otros dos más que notables. La segunda, sin llegar a la apoteosis de la pasada feria, ha dejado en alto el pabellón de los Atanasios que pastan en Dehesa Frías.
Hierro de Rehuelga |
Sabado 26 de Abril - 6 toros de Rehuelga (los Santacolomas de Rafael Buendía) para Morenito de Aranda (saludos tras aviso y ovación tras dos avisos) Ruben Pinar (silencio en ambos) y Thomas Dufau, (silencio en ambos).
Corrida encastada y bien presentada, tomó 14 varas, y a dos toros (3° y 4°) se les otorgó una vuelta al ruedo póstuma. Hubo petición (minoritaria) de indulto al 4°. Los otros fueron aplaudidos en el arrastre.
El primero tenía clase y nobleza, pero carecia de fuerzas, y por eso la faena de Morenito no tomó vuelo. Lo mató de un pinchazo y una estocada entera atravesada. Mejor tranco tenía el segundo, al que Ruben Pinar no entendió, y se fue sin torear tras haber desarmado el torero al intentar el toreo por la zurda. Dos pinchazos, una estocada al capón, y un descabello fueron necesarios para salir del trance.
Salió el tercero (Sombrerero, n. 12, nacido en 10/08) un toro muy bravo que tomó tres buenas varas de lejos. En muleta dejó en evidencia a Thomas Dufau, que no pudo con él. Lo estoqueó con una entera trasera en contraquerencia, y el toro se fue a morir, con la boca cerrada (como todos sus hermanos de la corrida) emplazándose en los medios, donde lo finiquitó con la friolera de ocho descabellos. Se premió el astado con una vuelta, a mi entender algo generosa, a escarnio del coletudo que se retiró al callejón en silencio.
Thomas Dufau con Sombrerero (foto Luigi Ronda) |
De cómo el (concepto de) indulto es nefasto, hasta cuando no se concede.
Salió el cuarto toro, Jilguero, n. 21, nacido en febrero de 2009, de peso anunciado (porque en la plaza no hay bascula) de 515 Kilos, negro entrepelado bragadomeano corrido albardado. Aplaudido a la salida por su trapío. Toma tres varas de ley, arrancando con alegría de largo, y se toca la música tras la tercera. El picador sale del ruedo entre aplausos. El toro sigue teniendo buen son en banderillas. Morenito de Aranda brinda el toro al público. Se presiente que puede haber faena grande, y la hubo. Hasta que al bueno de Morenito, que había estado aprovechando con buen gusto y durante largo rato de las poderosas embestidas de Jilguero, se le ocurre que podía haber indulto, empieza a marear la perdiz, y a alargar la faena, como ya viene siendo de cajón en estos tiempos. Si cae el pañuelo naranja, son todo ventajas y parabienes: dos orejas y correspondiente puerta grande (sin pasar por el susto de entrar a matar), notición y fotos en la prensa, vamos, lo de siempre. Al ganadero, que estaba sentado con su familia cerca de nosotros, tambien le venía muy bien el indulto, el toro era realmente un buen toro, y siempre es buena publicidad para la ganadería que te indulten un toro en Francia. Por eso, desde el ganadero, su familia y algun amigo que venía con ellos, se empezó a pedir a gritos el indulto, pero...
Se habían equivocado de plaza: en St. Martin de Crau el público no es tan festivalero como en otras partes, y se quedó frío. Morenito seguía en el ruedo, pegando pases, y mirando al palco como para conseguir el ansiado indulto, pero el Presidente, al ser Saint Martin una plaza de tercera, y al ser un aficionado de pro, no tenía, o no queria sacar, el correspondiente pañuelo naranja.
En 2010, a otro Presidente en la misma plaza, se le ocurrió indultar un novillo, a petición de los taurinos del callejón, y la cosa no se quedó sin consecuencias, por las quejas que algunos aficionados pusieron a la Federacion de las Sociedades Taurinas de Francia. Rectificar es de sabios, y en Saint Martin se han propuesto no reincidir en tan inoportunos desmanes. El Presidente envió un recado claro: "hay que entrar a matar".
En eso, sea por haber alargado demasiado la faena, sea por haber perdido la concentración y figurarse ya paseando las dos orejas simbólicas, Morenito entró a matar de mala gana, y, claro, pinchó, una y otra vez. Le tocan un aviso, y ensarta una decena de pinchazos, antes de conseguir una azarosa estocada tendida. Vamos, un desastre. Se da una vuelta de honor al toro, y Morenito sale a saludar entre aplausos por su trasteo, que no por su estocada (el público ha sido duro, mas justo).
Moraleja: de no haberse colado en la plaza, de la mano del torero y del ganadero, la improcedente idea del indulto, se podía haber matado en su momento el toro, y de haber una buena estocada, se cortarian una o dos orejas legítimas, de verdad (y no "simbólicas"), entre el regocijo de la conspicua afición gala allí congregada.
Es cierto que ahora se indultan por ahí toros y novillos mucho peores que Jilguero (sin duda un toro de bandera) pero la esencia de la Fiesta, el rito, requiere que se entre a matar. El indulto solo se permite en plazas de primera y de segunda (menos en Andalucía, afortunadamente en Francia se sigue el reglamento estatal español) y tiene que ser algo muy pero muy excepcional, porque le quita al publico una parte fundamental de la lidia de un toro (o mejor dicho, su fin último: la suerte suprema) justificándolo todo con una patraña buenista.
Gracias al entendido público y al sabio presidente de Saint Martin, no se dió un paso más en la pérdida de valores de la tauromaquia, y Morenito de Aranda ha sufrido las consecuencias de haber intentado, en el lugar equivocado, lo que otros consiguen impune y descaradamente en otras plazas de menor seriedad (entre las cuales, la Maestranza de Sevilla, que ha caído en el ridículo hace tres años, gracias al esperpento montado por Manzanares con el torito de Cuvillo).
Pulsar aqui para ver video de la faena de Morenito a Jilguero
Morenito de Aranda pinchando por no poder indultar (foto L. Ronda) |
El quinto toro no tenía las ideas muy claras: ya desde el tercio de varas se le notaba poca clase, y en la muleta Ruben Pinar no llegó a corregir sus defectos. Optó por abreviar y lo pasaportó con una media estocada tendida.
Salió el sexto, un auténtico barrabás, que nada más saltar al ruedo la emprendió a cornadas con las tablas. El toro se hizo el amo del ruedo, y a pesar de haberle dado en el caballo a base de bien, la lidia se convirtió en una capea sin orden ni concierto, sin que Thomas Dufau y su cuadrilla pudiesen con él en ningún momento. Bastante tuvieron con salir de la plaza con por sus propios pies, tras haberlo matado con una estocada perpendicular caída, tras un pinchazo. Un gran toro, complicado, con mucho poder, genio y mala uva, que muy pocos toreros del actual escalafón podrían lidiar en condiciones. Así nos va.
Excelente corrida, la de Rafael Buendía. El ganadero puede darse por satisfecho. No se lo tomó demasiado a mal por el fallido intento de indulto: "En casa tengo la madre y el padre", me comentó al felicitarle por los que vimos. En Julio lidiará otra corrida en Saint-Vincent-de-Tyrosse. En España, parece que los toros bravos no tienen mercado.
Hierro y divisa de Dolores Aguirre |
Domingo 27 de Abril - 6 toros de Dolores Aguirre para Sánchez Vara (vuelta y oreja tras aviso), Joselillo (ovación y silencio)
y Marco Leal (silencio tras aviso en ambos).
La seria y encastada corrida de Dolores Aguirre nos brindó, gracias a su bravura y al buen hacer de las cuadrillas, unos espectaculares tercios de varas, con un total de 21 buenos puyazos (cuatro de seis toros metiendo los riñones y romaneando), y un porrazo con caída del picador al primer encuentro del cuarto toro. Todos fueron aplaudidos el arrastre. La presentación fue algo desigual, con unos toros aptos para una plaza de tercera, y otros de mayor categoría.
Sánchez Vara con su primer toro (foto L. Ronda) |
Tres varas, sin mucha clase, tomó el primero de la tarde. Compartieron banderillas Sánchez Vara y Marco Leal, que puso su par al violín. Sánchez Vara brinda el toro al público, y consigue, tras unos muletazos de tanteo a un toro con pies, que se orienta rápido, dominarlo con una tanda de arriesgados derechazos. Un estoconazo efectivo le vale una ovación y una merecida vuelta al ruedo.
El segundo fue algo protestado a la salida, por cornicorto. Seria injusto tachar de afeitado un toro de Dolores Aguirre, pero se entiende que en una plaza de tercera pueda colarse un animal que se haya desgastado los pitones en el campo. Sin embargo, el toro protagonizó un espectacular tercio de varas, tomando tres puyazos de largo, romaneando, citando, moviendo el caballo al estilo de su tío, por el joven Alberto Sandoval. Joselillo no llegó a cuajar la faena, que había brindado al respetable, y remató con unas, a mi manera de entender, improcedentes manoletinas, una estocada entera y dos descabellos al toro que se resistía a caer.
Negro burraco y muy veleto era el tercero, que fue muy castigado en el caballo por Gabin Rehabi, con cinco puyazos, no todos ortodoxos. Compartieron el segundo tercio Leal y Sánchez Vara, destacando este último en un buen par de poder a poder. Fue un buen toro, lamentablemente caído en las manos de un diestro como Marco Leal, periferico y julianesco, que no pudo dar un pase en condiciones. A matar, un desastre: una estocada corta y baja, dos pinchazos (aviso), otro pinchazo, una estocada perpendicular y un descabello.
Sánchez Vara con su segundo toro (foto Fiore Galetti) |
No tuvo mucha suerte Joselillo con su segundo, que tras haber tomado tres varas, se puso complicado en banderillas, y en la muleta el torero, desconfiado, vio como el toro iba a menos. Mató de un pinchazo y una entera atravesada.
Olivier Riboulet de picador y Morenito de Arles al quite (foto Fiore Galetti) |
El sexto toro, de 575 kilos, negro, mulato y listón, era todo un tío. Fue picado bastante bien por tres veces por Oliver Riboulet, si perdonamos la segunda vara algo trasera.
Marco Leal debe plantearse seriamente de seguir vistiéndose de oro, o pasarse a la plata, porqué banderilleó bastante bien, pero en la muleta quedó en evidencia, pegando pases, despegado y trilero, abusando del pico y citando descaradamente de perfil, a un excelente toro que tenía fijeza y que se toreaba solo. Al matar, dio lo peor de sí, con dos pinchazos en el cuello del pobre animal, y otros cuatro, antes de coger directamente el descabello, y finiquitarlo ominosamente, escuchando una gran bronca.
Olivier Riboulet, picador y ganadero (foto L. Ronda) |
Ya lo dijo Pepe Moros,
uno que trafica en cueros,
"Cuando hay toros, no hay toreros;
cuando hay toreros, no hay toros."
Tauro
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