Nos pasa lo que a Gregorio Corrochano. Lean esto que sigue porque lo compartimos de principio a fin:
'Histeria', 'rencor', ordinariez'... Parece escrito ayer, pero es de abril de 1936.
Vamos con las estocadas traseras. Si miramos el toro de forma longitudinal, las estocadas defectuosas serían, de delante a atrás: pescuecera, delantera, pasada, trasera y, en los tiempos que corren, traserísima.
En las crónicas antiguas destacaban como defectuosa la estocada delantera. Hoy, la mayoría se van atrás a veces de manera escandalosa. Miguel Ángel Perera salió a hombros hace unos días en Madrid después de perpetrar un par de estocadas muy defectuosas por traseras y mal ejecutadas. Aquí tienen la primera:
En la segunda, Muñoz pegó un berrido de alegría en televisión al ver que la espada estaba enterrada. Fueron los otros comentaristas quienes le hicieron notar que la estocada había caído perpendicular y un poco atravesada, pero no dijeron nada de que estaba muy atrás como pueden comprobar aquí:
La clave para que las estocadas caigan traseras es llevar la mano alta ¿Se han fijado en la mano de Perera? El maestro de las estocadas traseras es El Juli. Este año coincidió con Pepe Luis en Aranjuez, quien le dio una lección primero con la muleta y luego con el estoque. Con la muleta, ya lo comentamos aquí en su día. Con el estoque, lo pueden comprobar a continuación. Pepe Luis arranca con la mano donde tiene que ser:
Y su estocada honda no cae trasera, lógicamente:
El Juli tapa la cara del toro con alevosía y vean dónde lleva la mano:
La espada se le va atrás, lógicamente:
Esta foto suya matando al de Cuvillo en Bilbao es célebre. La mano que clava debería venir del pecho y no del cielo. Ya ven que clava casi en el lomo:
Hay que perfilarse con la mano encima del corazón. El dibujo corresponde a El Gallo en Valencia el año 1914:
La moda que impuso Tomás Campuzano fue estirar el brazo para pegar la puñalada antes de llegar a jurisdicción. Si se alarga el brazo al perfilarse, se tiende indefectiblemente a levantarlo. Miren a Ginés Marín en Zaragoza el día que salió a hombros. Se perfila alargando el brazo:
Se arranca con el brazo horriblemente estirado y levantando la mano para clavar a capón:
Ya ven dónde ha ido la espada (se llevó el premio a la mejor estocada de la feria con la que dio a su segundo...):
Volvamos a tiempos heroicos para ver cómo se arrancaba 'El rey del acero':
Es Luis Freg en 1918, con el brazo recogido hasta el momento de clavar y manteniéndolo a la altura del corazón. De igual manera ejecuta la suerte ese mismo año José Flores Camará:
No es de extrañar que Manolete, gran estoqueador, ejecutara la suerte con tanta pureza. Vean dónde lleva la mano:
Y comprueben dónde ha caído la espada:
En crónicas antiguas se leía a veces esta censura: 'estocada delantera por llevar la mano baja'. Hoy eso es inconcebible porque ¿cuántas estocadas recuerdan delanteras esta temporada? ¿Y cuántas traseras?
Insistimos en que el vicio de origen es perfilarse mal. Ahí tienen a Garrido:
Y el vicio se consuma al llevar la mano alta. López Simón la pone por encima de la cabeza. Aquí lo tienen el pasado otoño en Madrid:
Además, mata a la carrera cuando es una suerte que hay que realizar lo más lentamente posible, arrastrando los pies como hemos visto antes a Freg o a Manolete. Aquí tienen a López en san Isidro de este año matando uno de Victoriano del Río. Más de lo mismo y estocada trasera:
Manzanares, que es mucho mejor recibiendo que al volapié, cuando se arranca lo hace con el brazo alargado para clavar antes de llegar a jurisdicción y también se le va la espada trasera. Observen en la imagen que ha dado casi media estocada ¡y aún no ha llegado al toro!
Comprueben la diferencia con el sestaotarra Fortuna, uno de los mejores estoqueadores de todos los tiempos:
Vicente Pastor dejaba buenas estocadas llevando el brazo siempre recogido y a la altura del corazón aunque pegando un salto que comentábamos hace unos años aquí:
Lo de Cayetano al matar no tiene nombre, ya lo hemos dicho en nuestro blog más de una vez (pulsen aquí). Estocada en el lomo, a la carrera y sin cruzar:
Entre nuestras queridas figuras, hay dos que no se alivian tanto como los demás y que clavan trasero mucho menos de lo habitual. Roca Rey no suele estirar el brazo ni clava a capón. Tampoco tapa la cara del toro girando el estaquillador:
Talavante, lo mismo. Aquí mata notablemente este jabonero de Cuvillo en san Isidro. Se arranca sin alargar el brazo y manteniéndolo a la altura correcta:
Como era de esperar, la espada se podrá ir desprendida, caída, baja o contraria pero es casi imposible que se vaya trasera. Ahí la tienen:
De hecho, en las estampas antiguas como ésta de 1865 jamás se ven esos brazos estirados tan escandalosos:
Que conste que Gallito se aliviaba en muchas ocasiones al entrar a matar. Vean cómo lleva el brazo en Valencia dispuesto a 'hacer el arco iris', como le criticaban:
Y fíjense dónde está la espada en este otro que mató esa misma tarde:
En nuestros días, cuando Pepe Moral ejecuta bien la suerte, no se le va trasera la espada:
Creemos que está claro ¿no? El problema es que estamos viendo a los novilleros matar copiando todos los vicios que hemos comentado y sus estocadas se van igualmente traseras como no puede ser de otra manera.
En la forma de torear podremos discutir que si los tiempos han cambiado, que si el toro no es el mismo de antes, que si hay que rematar aquí o allá, que si se adelanta la pierna, que si el toreo de perfil... Pero en la estocada no hay discusión que valga. Es lo mismo desde hace doscientos años: un toro parado y un hombre delante armado con un estoque y con un trapo. No hay más.
A partir de aquí, las cosas se pueden hacer bien o mal. Bien significa asumir más riesgo. Es lo que explicábamos aquí y también aquí. Mal significa aliviarse y dar gato por liebre al aficionado.
Como lo que importa hoy en día es enterrar la espada para que Emilio Muñoz pegue su grito de alegría en televisión ¿para qué vas a arriesgar haciendo las cosas bien si nadie le va a dar importancia?
Un poco triste ¿no creen?
Saludos cordiales desdeTarragona. Rafa.
Gran estocada del novillero bilbaíno José Agüero. Su hermano Martín le enseñó a matar así. Es abril de 1930. |