Como no vivimos de esto, no seguimos la actualidad taurina al dedillo. Afortunadamente un buen amigo del blog nos avisó en su momento de que localizáramos un toro de la ganadería de Pallarés que había sido lidiado por Ángel Téllez en Málaga. Así lo hicimos y al comprobar que el animal tenía mucho interés, compartiremos nuestras impresiones con ustedes. Éste es el enlace, la lidia comienza en el 54''. Pueden verla ahora y leer después o al revés.
El toro llevaba el número 88, era de noviembre de 2017 y pesó 523 kilos. Bajito y con muy bonita lámina:
Se llamaba Decantado y era negro zaíno y cornidelantero:
Excelente recibo capotero de Téllez, que se presentaba en Al-Andalus. El toro se le frena y el diestro tiene la capacidad de pensar en su cara para olvidarse de florituras y bajarle la mano llevándolo bien sometido hasta recortar en el platillo. Atención a ese pitón izquierdo porque a tiro de escopeta se veía que era buenísimo:
Toma un primer puyazo de bravísimo, empujando con fe y sin afligirse ante el caballo. El picador barrena y recarga con sevicia mientras el toro no se da por enterado y sigue empujando con bravura.
Llega a romanear bajo los cuartos traseros. Sobra como decíamos la recargada del picador, que nos hace daño sólo de verla. Ahí hay que mantener el brazo quieto apretando cuando el toro apriete pero sin barrenar.
El santacoloma se viene arriba y propina un buen batacazo. Se queda encelado en el caballo derribado y hay que colearlo.
En el segundo, el picador, Carlos Prieto salvo error, se confía al señalar y el toro lo coge por el pecho:
Y vuelve a tirar a caballo y caballero. Ustedes que siguen la actualidad con mucho más interés que nosotros nos podrán informar de si ha habido más toros que hayan derribado dos veces esta temporada:
El tordo queda patas arriba y los monosabios tienen que darle la vuelta completa para poder levantarlo. No hay un tercer puyazo donde podrían haberlo puesto de largo simplemente para señalar. ¿Ustedes creen que eso hubiera supuesto quince pases menos en la muleta?
Navazo se pasa de listo pareando fuera de cacho y encima clava donde los palos hacen mucho daño al toro:
En la brega se confirma claramente que el pitón bueno del toro es el izquierdo pero sale Téllez con la faena hotelera y, a pesar de un buen inicio por abajo, empieza a pegar unos derechazos que están de más.
Alguien debió de avisarle porque ipso facto se echó la mano a la izquierda y ya no la dejó. Su tan alabado toreo al natural a nosotros no nos termina de entusiasmar:
A pesar de ello, reconoceremos su soltura y su aplomo al coger la muleta con la izquierda, algo que da pánico a la mayoría de sus colegas. Nos suelen freír a derechazos para luego pegar tres trapazos al natural como indicando que el toro por ese pitón es un asesino. Lo que ocurre es que sin la ayuda se sienten desnudos, cosa que no le sucede a Téllez.
Tiene un susto fuerte cuando el toro se distrae antes de un remate y él se confía. Comprobarán que los pases de pecho de Téllez son en línea, se ve que nadie le ha explicado que el toro tiene que salir por la hombrera contraria. Este es el instante de la distracción de Decantado:
Cuando se vuelve, mientras se traga el de pecho ve el muñeco y lo levanta. El diestro se lleva un buen porrazo sobre la espina dorsal:
En el suelo le pega el típico tornillazo de toro encastado y no hace carne porque la Virgen de la Victoria le echa un capote. En la imagen de abajo ya ha rebotado contra el suelo y es el momento en que el de Pallarés se va por él con fiereza de toro encastado. Un norit al uso se quedaría mirando y como máximo husmearía:
Ese instante nos ha recordado a la concurso de Cenicientos, cuando Serrano cayó en la cara del toro de La Quinta. Al ser un animal bastante flemático dio dos pasitos cortos hacia el maestro pero sin sembrar el pánico (recuerden aquí). En cambio, este Decantado se tira como un león encima de Téllez después de haberle dado la voltereta.
Se levanta el maestro sin mirarse e insiste con la izquierda. El único pase que a nosotros nos parece excelente es éste. Bien colocado, dando el pecho y enseñando el muslo:
Se trae el toro cerca, lo lleva con temple y remata atrás, ¡ole!
Lamentablemente, Téllez es otro de los que ignora la diferencia entre la suerte contraria y la natural a la hora de entrar a matar. Ni en sueños este buen toro es de suerte contraria. Por tres veces se perfila en ella de forma contumaz. En todas el toro se le arranca para indicarle que se está equivocando:
Cuando el animal se le cuadra en la suerte natural, decide entrar. El diestro demuestra su poco criterio y el toro su conformidad, pues ahora se queda quieto. Ya se fijarán en que Téllez no sabe liar la muleta, es lo que hacen los que tienen in mente girar el palillo, como se observa en la imagen. Si vas a poner el delantal, ¿para qué liar la muleta? Desafortunadamente pega un mandoble bajo y traserísimo con el que asesina al buen toro de manera ignominiosa.
Su muerte es en los medios rubricando su casta mientras llora por haber sido herido de esa guisa tan ultrajante:
Si a las ganaderías calificadas como toristas -y pongan el nombre de la que quieran- les sale un toro como éste, sus adictos nos dan la vara durante años. Las imágenes que han visto de los derribos y del toro comiéndose el peto las tendríamos hasta en la sopa.
Reiteramos que para comprobar lo dicho en el vídeo pulsen aquí. Empieza la lidia llevando el cursor hasta el minuto 54. Si van servidos con lo que les hemos contado, por lo menos vayan al 57'57'' para disfrutar con ese primer puyazo espectacular.
A Téllez le ha tocado matar dos toros para recordar: el de El Puerto en Madrid que lo arrolló (recuerden aquí) y éste de Pallarés, que derribó dos veces y al que se humilló no colocándolo para una tercera vara.
Seguro que en esa ruta ciclista de más de 700 kms. que acaba de hacer el maestro yendo desde su pueblo hasta Santiago habrá tenido tiempo de acordarse.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.