Una corrida para perder la afición, un fastidio insufrible, plúmbeo, inaguantable. ¡Una tortura que duró dos horas y treinta y cinco minutos! Le rogamos que no siga leyendo porque va a perder el tiempo y al final nos va a coger manía sin que la culpa sea nuestra. La verdad es que en el pecado de tragarnos este serial inacabable llevamos nuestra propia penitencia.
El único interés de la crónica que sigue es para los aficionados a las pintas del toro de lidia ya que algunas de las que verán se prestan a la discusión.
LUQUE. Su primero era este colorado ojo de perdiz, listón, anteado, jirón, bragado, meano, lavado y veleto. Como siempre, gracias al maestro Moore por las fotos:
Por una vez estuvo justificado taparle la salida porque no quería caballo. Luego embestía a regañadientes y humillando poco. No sacó petróleo Luque porque no había nada que sacar. Le dio por castigarnos con un tedioso arrimón aplaudido igual que en un pueblo talanquero en fiesta mayor.
Media en el lomo a capón y saliéndose.
El cuarto era un castaño oscuro, listón, chorreado en verdugo, ojalado, bocidorado y de 597 kilos:
Empuja a pesar de notar esa herida en el espinazo que ven más abajo. Se fue al reserva a recibir dos varas con sendas cariocas. Luque, como si oyese llover.
Muy mal Iván García, a toro pasado las dos veces. Después fue muy difícil mantenernos despiertos. Nada. Pinchazo y puñalada en el espinazo con esa mano estratosférica, que cae tendidísima, más descabello.
GALVÁN. Su primero era este colorado encendido, ojo de perdiz, bragado, meano, jirón, calzado de atrás y estrellado, no lucero como dijeron en televisión (suban a la primera imagen):
El torillo quería pero no tenía fuelle. Rey nos despertó con este par:
Luego iba y venía insulsamente, arrastrando los pies mientras Galván adoptaba posturas para la foto. Nada, volvimos a sestear.
Ridículamente teatrero al cuadrar y estocada honda arriba pero trasera, con muerte en los medios. ¡Petición afortunadamente no atendida! Como lo oyen. Parece que este hombre ha caído en gracia a la parroquia matritense.
El quinto fue este retinto con chorreras, bragado y meano, astiblanco, con mazorca muy gruesa:
Manso de carreta en el peto, con lidia tan premiosa como insoportable a pesar de los esfuerzos de Rey, el mejor de la tarde. El único bueno, de hecho.
Las pinturerías de Galván no sirvieron ante las embestidas protestantes del toro. Nada. Bueno, sí, la pesadez de insistir con la matraca. No entendimos tanto aplauso de un respetable demasiado condescendiente con el de La Isla. Pinchazo, corta perdiendo y se echa por su poca casta.
HERNÁNDEZ. Su primero era negro azabache, ensillado, astinegro y enmorrillado, con borlón fino. Renqueaba de pies y vio el verde:
Confirmó con un sobrero de Criado, negro mate, listón, bien encornado y escarbador:
Empuja de bravo y derriba, con caída al descubierto de De Pedro.
Los monosabios se habían pasado de listos agarrando al caballo por delante y por detrás para evitar el derrumbe.
Pero en el segundo puyazo se distrae y se va suelto, fue un espejismo su supuesta bravura. Toro reservón y escarbador pero cuando pegaba el arreón era franco. Buena voluntad del diestro aunque poniéndose pesado a toro parado.
Ignora la diferencia entre suerte contraria y natural. Pinchazo y trasera muy tendida más verduguillo.
El último era un toro tostado, bragado, listón, con balano largo y bajo de agujas:
Cabezazos y huídas en el peto. ¿Por qué brindó esto? Inicio absurdo con terrenos equivocados pero Hernández venía con la faena hotelera. Arreones del toro a su libre albedrío. Total, nada que no fuese alargarse indebidamente.
Estocada entera sin puntilla.
Señores, espectáculos como esta corrida no hay quien los aguante. Ya han visto que hemos intentado ser lo más breves posibles porque la cosa fue infame.
Algunos de ustedes no nos hacen caso con lo de dejar la lectura tras el primer párrafo y llegan hasta aquí preguntándose a cuento de qué vienen tantas líneas para describir una tarde nefasta. Que sí, que tienen razón, pero recuerden que les avisamos de que no perdieran el tiempo.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.