lunes, 18 de julio de 2016

CÉRET DE TOROS, 2016 (1): AURELIO HERNANDO

QUÉ VULGARES LOS TOROS...¡Y LOS TOREROS!

Sólo dos nos parecieron con hechuras de Veragua, el cuarto y el sobrero.  La conclusión sobre la famosa polémica la pueden leer aquí (en el pdf se van a la página 11).



La verdad es que curiosamente sólo esos dos salieron en tromba y sacaron astillas. Los demás accedían al ruedo como Peter Sellers entraba al guateque. Los seis titulares mostraron gran trapío. Vean el primero, único negro, un toro de Bilbao, de Madrid o de donde quieran ustedes:



Aquí los otros jaboneros, el último es el primer sobrero, con menos cara:






Y este es el segundo sobrero, de Zaballos:



La corrida tuvo una media de 561 kilos.

Mansos de solemnidad en varas. Fueron un total de dieciséis veces al peto pero en siete ocasiones se repucharon alevosamente o salieron huyendo directamente.




En la muleta,  excepto el único negro, que calamocheaba y se revolvía, los demás,  muy comerciales.

DIAZ. El público estaba con él ciegamente por el recuerdo de la tarde con Barrio. Como director de lidia, nefasto. Hasta tres veces perdió o tiró el capote y una vez tuvimos que recriminarle que estuviese dormido en un quite. 

A su primero intentó llevarlo con mano firme hasta que se le quedó debajo por agotamiento. 



Es el que mejor hace hoy en día el pase de la firma. 



Pinchó por matar a un manso en la suerte natural y encima se llevó un susto gordo por quedarse en la cara. Observen el instante previo a que fuera arrollado:



Tras una media baja y atravesada,  dio una vuelta bondadosa. 

Su segundo sí parecía de los malos de Domecq por comercial y tontaina. Estuvo perfilero, destoreando a gusto y echándose al toro afuera. Sorprende que se le aplaudiese. No les engañamos, observen (comparen su colocación con el otro pase de más arriba, fíjense en las zapatillas):



Pinchazo y estocada trasera y bajísima también aplaudida (?). El toro se tragó la muerte un buen rato. En tablas, eso sí.

FANDIÑO.  Sigue desangelado y sin sangre. Dio una media garbosa al inicio:



Iván García tiene bula y lo aplauden a rabiar con pares como este, a toro pasado:



El de Hernando iba largo por el izquierdo pero el vasco traía la faena del hotel y se lió a derechazos insulsos. Le pegó dos mantazos al natural intentando engañarnos pero no lo consiguió. Traserísima tendida tirando la muleta y descabello en toriles.




Al quinto, llamado 'Vinagre', lo devolvió el presidente por su cuenta. Como estábamos a dos metros, nos encaramos con él preguntando si lo devolvía por manso. Nos dijo "no, está cojo". Sólo él vio esa cojera a través de sus gafas ahumadas. Hizo un gran favor a Fandiño porque era este jabonero sucio astracanado, un manso huidizo, que barbeaba las tablas de salida. Podría haber sido un espectáculo si delante hubiera estado el Fandiño de hace cinco años. 



La cuestión es que salió el sobrero y el de Orduña estuvo mal con el capote, sin saberlo parar. El toro se puso a repetir muy noble y comercialmente pero Fandiño dio un recital de pegar pases sin ningún interés por su vulgaridad. Estocada contraria metiendo el brazo a capón y perdiendo nuevamente la muleta. Pero fíjense en que, por lo menos, Fandiño tiene la honradez de no tapar la cara del toro como hacen tantos tramposos:



PÉREZ MOTA.  Su primero se quería quitar el palo como si lo hubieran tentado. Tenía recorrido pero Mota se lo echaba afuera.



Como además se dejaba enganchar la muleta,  el toro se aburrió y se paró. Tendida en el lomo, metisaca abajo y entera atravesada 

Su segundo fue correctamente devuelto y salió ese saltillo de Zaballos, de los antiguos (recuerden lo explicado aquí). Era escurrido pero se tapaba por playero. 

Lo puso mal en el caballo y el primer tercio fue un sainete. El toro empujó con la cara alta haciendo una pelea olvidable.

Y creemos que Mota se equivocó: no llevó al toro a la raya sino que se enfrentó con él en el platillo, donde el de Zaballos era el amo. A punto estuvo varias veces de echarle mano. Mota demostró valor y buena disposición pero esa equivocación en los terrenos de la lidia pudo costarle cara. Vean la violencia en la embestida:



Pinchazo llevándose un varetazo y gran estocada. Le otorgamos sin dudar nuestro premio a la mejor estocada de la feria:



Oreja del cada vez más bondadoso público ceretano aunque no la discutiremos porque la estocada vale el premio. En todo lo alto y bien ejecutada:



Corrida, como ven, altamente decepcionante en conjunto. Y en el primer tercio, directamente penosa.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa. 




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