sábado, 10 de octubre de 2020

ZALDUENDO EN ANTEQUERA: OTRO INDULTO DE CHICHINABO

En la presentación de la Gira que hacíamos aquí hace un mes ya decíamos que la cosa podría haber sido un experimento didáctico pero que se iba a saldar con toros de presentación justita, triunfos por todo lo alto y algún que otro indulto. En Antequera coincidieron las tres cosas dentro del espectáculo. Ahora bien, considerar eso una corrida de toros sería una broma de mal gusto. La Gira ya tiene su indulto, este torillo de nombre Doctor que tuvo un comportamiento indigno de un animal al que se le perdona la vida. Uno más...




Los cuatro toros de Zalduendo mostraron una presentación muy pareja, parecían fotocopias uno de otro. Todos negros, anovillados, corniapretados y cornisospechoso más de uno.




Respecto a comportamiento, vinieron picados del campo, sacaron un palmo de lengua, escarbaron a gusto especialmente el indultado y colaboraron de manera comercial como si fuesen animales domésticos en vez de toros de lidia. Estos supuestos toros que no se hacen respetar nos causan lástima. 

Zalduendo ya había lidiado dos corridas este año y algún toro en Francia. ¿Por qué repite en la Gira cuando hay ganaderos que no han lidiado nada? ¿Hay por detrás algún tipo de incentivo por parte de sus propietarios que desconocemos?


FINITO DE CÓRDOBA. Su primero tenía una cabecita tan insignificante que si la cuelgas en el comedor de casa te da vergüenza recibir visitas. Para los de televisión, 'tiene poco pitón pero cabe en la muleta'. Hombre, en las muletas descomunales que usan hoy en día cabe una ballena azul. 

Verónicas de clarísimo paso atrás convenientemente jaleadas por los comentaristas. Remata con tres medias que dejan el toro seco. Luego cobró caído y trasero desesperándose contra el muro mientras el jovencísimo picador Joao Blanco le tapaba la salida igual que los picadores más resabiados. Si éste es el recambio, apaga y vámonos. Único puyazo administrado, como toda la corrida. 




Empezó en banderillas a escarbar, denominador común de los cuatro toretes. Bien Lipi con los palos y el animalillo que se presenta ante Finito como si fuese un amigo suyo de la infancia.

Sonreía el maestro porque veía que 'le está permitiendo sentirse', como dijeron los televisivos. Ya saben que cuando oigan esto pueden empezar a cerrar los ojos y soñar con toros de verdad y no con esto que no tiene nada que ver. Finito se dedicó a vivir fuera de cacho con avaricia mientras el choto iba y venía. Nosotros mirábamos la pantalla con el mismo interés que a la ropa dando vueltas en la lavadora. 




El bichejo mantenía la misma embestida tediosa por ambos pitones. Y el diestro, insistiendo contumazmente en mantenerse fuera de cacho:



Tendida casi en el lomo por llevar la mano alta aunque 'un pelín trasera' según televisión. El vodevil culminó cuando Muñoz resumió este despropósito de faena como 'un gusto para los sentidos'.




Su segundo fue el indultado, un toro aleonadito y con otra carita de lo más agradable. Si el anterior cabía en la muleta, éste cabía en el bolsillo. 




Fue abanto y flojo de remos de inicio. Se lanzó al relance para cobrar trasero y sin vergüenza por parte de Manuel Sánchez, que recargó indecentemente. El animal se soltó rápido y huyó de allí para refugiarse en tablas, ya ven qué detalle más bonito en un toro perdonado. Observen porque pegó un sprint desde donde está el caballo para venirse hasta aquí:




Quitó Fino rematando con una larga que no fue cordobesa como dijo Maxi sin que nadie lo rectificara. Ahí la tienen:




La larga cordobesa es la que hacía Lagartijo cuando, tras correr el toro a una mano, al cansarse éste y pararse, el califa se echaba el capote a un hombro y se retiraba garboso de la cara. Aquí no hubo capote al hombro, por tanto no hay cordobesa que valga.

Cuando tocaron a muerte, Muñoz dijo 'este toro puede valer a Finito'. Imagínense si había runrún de indulto con esa expresión.

El torillo iba empapado pero por cada embestida escarbaba dos veces. Zalduendo es la ganadería más escarbadora de la actualidad. Recuerden que con Parladé ninguna vaca escarbaba dos veces en la tienta porque la mandaba al matadero tras la primera vez. Éste dio un recital parecido al del tal Cobradiezmos, del que nos tuvimos que oír que lo de escarbar podría ser hasta un signo de bravura. Al final nos volverán locos a todos.

El diestro corrió la mano con gusto pero siempre mal colocado, en la pala del pitón, pegando pases sin hondura y sin verdad, siempre en nuestra discutible opinión. Ustedes mismos:




Se le iba aplaudiendo sin más y, tras el pase que hacía el 52, se oyó al fulano del PACMA gritando el '¡no lo mates!' Tras rematar el pase 57 un discrepante dijo '¡mátalo!' y después del número 62 fue el propio Emilio Muñoz quien dijo '¡vamos a matarlo, Juan!' 




Entonces sonó un aviso pero el maestro lo ignoró y siguió toreando con clara intención de forzar el indulto. Tras el pase 68 se vio al presidente hablando por teléfono. Sigue la faena y después del pase 80 sonó el segundo aviso. Por fin, después del pase que hacía el ya insoportable número 86, asomó el naranja. El presidente lo enseñó y se rascó la cabeza arqueando las cejas porque mucho nos tememos que era consciente del monumental disparate:




Ahí acabó nuestra tortura y empezó nuestra irritación ante esta astracanada. Nos calmamos con rapidez puesto que no vale la pena indignarse y remar contra corriente cuando hay miles que reman en la otra dirección, empezando por los comentaristas de Movistar. ¿Cómo podían alabar hace poco el toreo auténtico de Juan Ortega y decir lo mismo del de Juan Serrano cuando lo único que tuvieron en común es que se enfrentaron a sendas babosas? ¿Dónde está su criterio? ¿A quién pretenden engañar?


BOLÍVAR. Atención porque a su primero lo recibió con tres excelentes verónicas, lo mejor de la tarde sin duda alguna: cogiendo el capote corto, echando la pierna adelante para ganar terreno, llevando el toro en la panza y templando la embestida, que ya venía muy templadita del campo, faltaría más.





Una entrada señalando en el caballo y con el torete saliendo suelto. Volvió a quitar por verónicas pero resultaron más deslucidas porque el toro salió quebrantado tras su mínima pelea en el peto.

Bien Fernando Sánchez arriesgando en un par en el cual el animal lo esperó con intención de apretar para adentro dada su dócil mansedumbre, vean:





Con el toro bien cuidado en el segundo tercio y Bolívar viendo que había que dejarlo respirar, pudo pasárselo con la izquierda a placer. Las tandas eran de cinco o seis naturales, señal inequívoca de que no remataba los pases atrás porque si lo haces así, después del tercero o cuarto te obliga al de pecho.




A todo esto, no olvidemos que el choto no hubiera desentonado en un convento de ursulinas. Dio un sainete para entrar a matar por haberse pasado de faena. Claro, Bolívar lleva toda la vida matando lo que puede y un día que le sale una perita en dulce, no se quería ir de allí. Estocada baja y trasera que asoma un palmo y posterior entera desprendida mojándose los dedos pero levantando el estaquillador.




El último no tenía trapío ni para plaza de tercera: 




Puso en apuros al caballo porque se fue al pecho y después al lado débil. Es posible que lo hiriera:




Entre una cosa y otra, apenas recibió castigo porque se repuchó y se marchó. Quizás por eso fue el que embistió con más casta, dicho sea con perdón de los ganaderos, ya que lo de la casta en sus toros podrían llegar a considerarlo un insulto.

Bien Sánchez quien, cuando quiere, es de los mejores. Cuando quiere...




A Bolívar lo vimos con prisas, como enrabietado por su fallo anterior a espadas y por el festival del penoso indulto. Dado que en la tercera tanda el animalico iba ya en reserva, la cosa se diluyó quedando en nada.




Entera sin puntilla pero tapando la cara de nuevo: 




Le concedieron una oreja que no nos molesta a cuenta de aquellas tres verónicas que dio a su primero. Insistimos en que fueron lo mejor, o lo único bueno, de toda la tarde.

Hemos tenido la mala suerte de tragarnos este año la lidia de diez toros de Zalduendo, los seis que comentábamos aquí y estas cuatro monas que no iban ni vestidas de seda. Tendremos que apuntarnos a una clínica de desintoxicación taurina lo antes posible.

Nos seguimos engañando pensando que esto son corridas de toros cuando no tienen nada que ver. Seguimos mendigando a los antitaurinos que tengan piedad de nosotros, que no somos tan malos y que dejamos que algunos toros vuelvan al campo a vivir una vida regalada. En el fondo, seguimos dando pena.


Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.





4 comentarios:

  1. Muy buenas Rafa.
    Pues otro "indulto de chichinabo" que nos tragamos ayer. No sólo es que los indulten ya sin picar, es que ni siquiera sin verlos en la muleta, pero si no tuvo ni un pase por el pitón izquierdo... Inaudito ya lo que vimos ayer...
    Menos mal que al "maestro" Emilio Muñoz, le quedó un poco de vergüenza y dijo que para el: no era un toro de indulto, que no había parado de escarbar en toda la lidia y que ése defecto es algo que el toro va a transmitir, si es que llega a acabar padreando en la ganadería.
    No sé que será, lo que nos quedará por ver, en este tinglado que han montado de la reconstrucción....
    Aquí seguiremos leyendo tus crónicas de lo que nos queda por ver.
    Un saludo Rafa desde "Castilla la vieja"...

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    1. A ver si por lo menos la traca final de Logroño nos deja buen sabor de boca. Esperamos contarlo en directo. Ya me fijé en que Muñoz dijo aquello de escarbar pero la pregunta es ¿por qué ni él ni nadie ha dicho nada del tal Cobradiezmos, que también buscó petróleo?

      Saludos.

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  2. Buenas Rafa . Al tema indulto ya le tenía pelusilla que se dice, pero este año ya llega directamente a ASCO. Y mucho me temo que el tema ha venido para quedarse. Yo solo espero ver a ciertos ganaderos que tengo como eso, bajando el dedo cual emperador romano, en caso de que les quieran indultar un toro así. De no ser así, la lista cada vez sería más pequeña si cabe.

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    1. Hubo un ganadero que bajó el dedo: Victorino en Logroño. Pero simultáneamente Bautista insistía en forzar el indulto para llevarse el titular. Entre el ganadero y el presidente le indicaban que matase pero él echaba el público encima de ellos, sobre todo del segundo.

      Dsengáñese: cualquier indulto de chichinabo garantiza el titular al día siguiente a torero y ganadero. Y encima el primero no tiene que entrar a matar y salda la cosa con aquella memez de los 'máximos trofeos simbólicos'. Luego sale uno como Finito a decir 'qué bonito es poner a todo el mundo de acuerdo'. Pues no, maestro, ni de broma estamos todos de acuerdo con estos esperpentos.

      Saludos.

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