SAN FERMÍN, 2019 (1). ESCOLAR EN PAMPLONA: HERMANOS BASTARDOS

Invitados muy gentilmente por un amigo lector del blog, nos vinimos a Pamplona con la ilusión de que los escolares fuesen hermanos de sangre de los de San Isidro. Pues nuestro gozo, en un pozo porque sí fueron hermanos pero bastardos.

Toros de respeto aunque muy blandos, sin poder, con muy poca codicia y con el depósito de la casta en reserva. Se fueron al suelo veintidós veces y aquí no contamos al quinto, que se mantuvo en pie a duras penas porque estaba derrengado de los cuartos traseros. ¿Les sentaría mal el encierro?

Todos remataron con violencia en la madera pero nada más tomar los capotes demostraban que la fuerza no era lo suyo. Recibieron demasiada cera en el peto pero es la norma en hierros como éste. Los diestros no quieren correr el riesgo de que un toro de ganaderia encastada los pueda dejar en evidencia si se viene arriba. Mejor machacarlo y, si me quedo sin toro, mañana será otro día. 

Discutíamos con otro seguidor del blog a la salida porque a él le había parecido una corrida "de toros". Expondremos nuestra visión y ustedes juzgarán comparando con lo que hayan leído por ahí.

Hubo lleno en Pamplona. El rato más agradable fue la lidia del cuarto toro ya que, con la boca llena, cesa por unos instantes el insoportable bullicio.

ROBLEÑO. Su primero rodó ocho veces por el suelo. Se veía al vuelo que luego se le iba a quedar debajo por su invalidez y más tras picarlo trasero. 

Muleta a la izquierda, pico abusivo y el toro que metía bien la cabeza pero que no podía ni con su alma:

FOTO: Sergio Recuero

Robleño se puso pesado, la verdad. Pinchazo arriba y estocada caída y trasera perdiendo la muleta.

Su segundo derribó a El Legionario porque el hombre fue honrado y no le hizo la carioca. Al abrirlo, el toro se vino arriba y lo tiró. ¿Era bravo? Pues no porque a continuación se dedicó a cabecear tocando música (justificable por la infame barrenada con que se vengó el piquero de su costalada).

El toro se venía sin novedad pero había que bajarle la mano. Robleño lo 
llevó a media altura y encima rematando por alto para acabar por resabiarlo. 

FOTO: Sergio Recuero

El toro le decía "Fernando, no me hagas esto que así no es". Efectivamente, el tal 'Calentito' se puso farruco y Robleño no supo cómo reconducir lo que ya se le habia ido de las manos. Perdió la partida con un escolar que no era tan alimaña como para perderla.

A la hora de cuadrar, el toro gazapeaba mirando al diestro para demostrarle que había ganado. Al final, estocada a un tiempo que se fue desprendida ¡pero delantera! Rara avis en esta época donde los toreros clavan a capón deliberadamente 'traserito' para enterrar la espada como sea pero con menos riesgo. Total, todo es toro, ¿verdad Julián?

CASTAÑO. Creemos que nos sobran dedos en una mano para contar las corridas que lleva este año. Se presentó con una gran cuadrilla rememorando sus tiempos pasados: Galán bregando bien, Sánchez de tercero y Ferreira que se llevó las dos ovaciones de la tarde por sendos pares sensacionales que nos quedarán en la retina para siempre. En esta foto está toda la verdad del toreo:

FOTO: Sergio Recuero

A su primero, Iturralde le propinó un monopuyazo en forma de carioca trasera. No se puede pedir más ni peor. Cabeceó y se fue suelto tras repucharse en el segundo porque el pobre animal volvió a cobrar trasero.

En el gran segundo tercio de Ferreira ya se había visto que el toro rebañaba por el derecho pero Castaño hizo caso omiso y sacó la faena del hotel.

El torete, que había ido cinco veces por la arena, no le plantó cara porque se diluyó como un azucarillo. Lo mejor fue esta gran estocada pasada, con degüello y sin puntilla, excelente. Por eso no nos molesta la oreja que cortó:

FOTO: Sergio Recuero

Su segundo era playero y de poco cuello. De salida se vio que arrastraba los cuartos traseros y ya intuíamos que, si no iba al corral, se dedicaría a defenderse.

Se repuchó en los dos puyazos y luego tuvo el honor de ser banderilleado por el gran Joao Ferreira. 

FOTO: Sergio Recuero

Como estaba derrengado de atrás,  embestía a oleadas. Añadan a eso las dudas de Castaño y sumen los instantes en que le permitía pensar. El resultado de esa ecuación podía ser muy peligroso para el torero.

FOTO: Sergio Recuero

Así fue. El tal 'Vinatero' se hizo el amo a pesar de su minusvalía (o discapacidad, ya que últimamente tenemos que ir con pies de plomo en nuestros ingenuos comentarios). Se puso gazapón de manera chulesca, haciendo andar a Castaño por donde él ordenaba. 

Al final, se le fue a la barriga y el diestro tuvo que tirar los avíos y refugiarse en el burladero. Menos mal que luego lo cazó con habilidad pegándole una estocada casi entera y desprendida. El toro, en su última demostración de chulería, se permitió un arreón para ir a morir al platillo:

MORAL. Le salieron dos escolares de hojaldre recubiertos de azúcar en polvo. Es la primera vez que lo vemos a gusto y con cierto relajo este año. Fueron dos toros que, si los pintas de negro, pasan por dos cuvillos de los amables. El bueno de Pepe, que viene de matar ibanes, miuras, valdellanes... estaría pensando '¡me lo merezco!'

Pues si llega a enterrar la espada a la primera (fíjense en que no decimos matar bien), no duden de que corta una oreja en cada toro dado lo facilona que es esta plaza. Los picadores masacran los toros por orden suya, no nos cabe duda. Pasó en los dos, sobre todo en el segundo. 

El primero era cárdeno bobalicón, que también los hay. En la foto se ve cómo embestía al paso y hundiendo el morro, era una ternera 'para sentirse'.

FOTO: Sergio Recuero

No sé colocó mal pero sí se retorció más de lo reglamentario. Avisábamos a nuestro compañero de tendido de que se fíjase en que se iba a salir de la suerte al entrar a matar. El amigo quedó muy desagradablemente sorprendido al ver cómo se confirmó al pie de la letra nuestro vaticinio. Pinchazo perdiendo y media lagartijera.

A su segundo lo mató en el caballo sin piedad y sin vergüenza. Pareó bien Mellinas a un pobre animal que estaba ya a l'ast. El diestro estuvo pegando pases al pobre bicho, que aún se le movió más de lo que era de prever tras el crimen del primer tercio.

FOTO: Sergio Recuero

Estocada honda que escupe, siempre atravesada por salirse, y otra entera arriba.

La tarde se resume en las memorables banderillas de Ferreira y la gran estocada de Castaño a su primero. ¿Ustedes creen que tras lo explicado aquí estuvimos ante una corrida 'de toros'? En las jornadas de Albaserrada de San Isidro, ésta hubiera sido la peor de las tres, sin ninguna duda. La parroquia torista igual va con paños calientes para salvar la cara a Pichorrongo pero nosotros, no. Ensalzábamos hace un mes su corrida madrileña como era de justicia pero ésta, aunque tuvo la misma sangre, fue sangre bastarda.

Saludos cordiales desde Pamplona. Rafa.