¿QUÉ HUBIERA DICHO DON EDUARDO PADRE DE ESTE INDULTO?

Vaya por delante, en primer lugar, que estamos en contra del indulto por sistema y sólo lo aceptaríamos en situaciones tan excepcionales que prácticamente son irrelevantes. Recuerden nuestra opinión al respecto aquí.

En segundo lugar, no aceptamos el lugar común de repetir aquello de que 'en comparación con otros indultos...' o lo de 'en comparación con otros azules...' Eso no sirve.

Y en tercer lugar decir que no hemos leído absolutamente nada de lo que se ha escrito sobre este toro excepto las dos opiniones de sendos lectores de nuestro modesto blog, que figuran en la entrada anterior y que además dan visiones contrarias.

Dicho lo cual hemos buscado la lidia completa del célebre Guineo de Miura y pasaremos a comentarles nuestras impresiones. Por supuesto que hemos visto las imágenes con el sonido quitado a fin de no castigarnos.

Sobre el trapío, ahí lo tienen. Es un negro mulato de 586 kilos, largo pero nada agalgado, nada zancudo, correctamente encornado y con bastante badana:

Los pitones:

Sale rematando en la madera sin astillarse y es recibido por Esaú con lances de paso atrás sin ganarle terreno y yendo el animal bastante a su aire.

En el primer puyazo no tardea y protagoniza este leve romaneo con un cuerno:

Mientras, el picador lo masacra a placer perpetrando una carioca infecta de dos vueltas. El subalterno hace el paripé de quererlo sacar cuando lo que está deseando es que continúe el castigo en la rueda infernal:

Ese primer puyazo es una lanzada trasera que acaba con el túrmix y con el toro en esa actitud típica de Miura de quedarse dormido en el peto. La sangre ya le cae por detrás del brazuelo.

En el segundo, desde el platillo, escarba pero se arranca al galope:

El picador se confía señalando y enchufando la batidora pensando que con la repugnante paliza que le acaba de pegar en el primero, el pobre toro está ya para el tinte. Pero el de la banda del castoreño recibe su merecido con un batacazo del que está feo decir que nos alegramos:

El toro vuelve a quedar encelado en el caballo derribado y ni siendo coleado quiere salir de allí.

Como los de Canal Sur son muy torpes, se dedican a hacer repeticiones mientras el toro se ha vuelto a arrancar de largo en una tercera entrada donde simplemente le señalan. No diremos que sale suelto porque siempre otorgamos el beneficio de la duda al toro cuando hay un capote cerca como es el caso. En resumen, buen juego en varas pero ojo: el picador no necesitó defenderse en ningún momento ya que en el primero carioquea masacrando a placer, en el segundo se confía dándole al túrmix de inicio y seguramente es derribado por ello y el tercero es casi un trámite. 

PUNTUACIÓN:

- Arrancada larga: 6/7

- Codicia: 6/7

- Poder: 3/4

- Recargar: 5/7

- Dejarse pegar: 3/3

- Mucho castigo: 3/5

- Salida con quite: 4/5

- Pelea en un tercio: 3/4

- Ausencia de defectos: 3/4

Nos da un total de 36 sobre 46, que no está nada mal. Recordemos que a Duplicado le otorgábamos 28.

En el segundo tercio el toro es pronto y galopa con buen tranco.

PUNTUACIÓN:

- Prontitud: 5/6

- Persigue al peón: 4/4

- Viveza: 2/2

- Ausencia de defectos: 2/3

El total es 13 sobre 15, aquí el mismo que Duplicado.

En los dos primeros pases el maestro se da cuenta de que el toro es de triunfo porque viene con nobleza y galope a partes iguales. Con buen criterio le da distancia y el tal Guineo responde sin ninguna queja.

En el remate que hace el séptimo pase blandea de remos sin llegar a caerse del todo. Las zapatillas de Esaú apuntan a la desembocadura del Guadalquivir. Y ya ven que pica a base de bien:

Vamos por el decimocuarto pase y nos sigue llamando la atención que las hechuras del toro no parecen de Miura:

Esaú sigue toreando a placer picoteando más de la cuenta y colocándose fuera de cacho. ¿Por qué tantas precauciones o alivios ante un toro tan franco?

Llevamos veinte pases y el toro empieza a fatigarse. Saca la lengua y el viaje es más corto pero la nobleza y el empapamiento son tales que cuesta creer que pertenezca a la temida vacada.

En el pase que hace treinta y dos el toro está ya asfixiado y dobla las manos. Cuando el de Miura se ha tragado treinta y ocho pases ya hace rato que nos está pareciendo un toro bastante tonto, dicho sea con todos los respetos. Nada que ver con Gorrete, el peor miura de la historia, del que hablaremos este invierno.

Este pase que ven abajo es el cuarenta y dos. Lo anotamos porque el maestro le baja la mano sin piedad, exprimiendo al toro como un limón pero éste sigue obedeciendo de una forma... muy obediente, dejémoslo aquí para no soliviantar a la parroquia miureña:

El diestro cambia el estoque y cuando vuelve a la cara del toro éste escarba por tercera vez. El de abajo es el pase número cincuenta y dos antes de que se perfile para matar. En ese instante, según vemos en las imágenes mudas, el personal agita los pañuelos y leemos en algunos labios el pueblerino y penoso ¡no lo mates!

El maestro da cuatro pases más yéndonos al cincuenta y siete con el toro embistiendo como una maquinita antes de que el presidente por fin enseñe el naranja:

Fernández hace un gesto de alegría con el puño similar al de los futbolistas y simula la estocada con la mano en lugar de con una banderilla. Está vulnerando el artículo 83.2 del reglamento andaluz pero también se ha vulnerado el punto uno cuando dice que el indulto solo se concederá en plazas de primera y segunda categoría.

Las condiciones que figuran en el citado reglamento para que se muestre el naranja se limitan a decir que la res debe tener trapío y excelente comportamiento en todas las fases de la lidia sin excepción. Damos por supuesta la aquiescencia de los ganaderos al indulto, que es otra de las condiciones que figuran reglamentadas.

Los golfantes taurinos dicen que el toro que les gusta es el que quiere coger la muleta pero sin plantear problemas al diestro para que éste pueda expresar lo que lleva dentro. ¿Fue Guineo así?, o, dicho de otro modo, ¿toreó Esaú con la garganta seca o salivando? Creemos que Guineo contentó a los taurinos y el diestro no notó dolor de garganta en ningún momento. 

PUNTUACIÓN:

- Dureza de patas: 2/4

- Codicia: 5/6

- Suavidad: 4/4

- Nobleza: 5/5

- Temperamento-casta: 1/6

Nos da 17 sobre 25 mientras que Duplicado acabó con 20 sobre 25.

La puntuación final para este miura sería 67 sobre 86, algo ciertamente remarcable. Recordemos que Duplicado sumó 61.

Para nosotros el premio máximo a un toro es el pañuelo azul, siendo ésta una cuestión sobre la que volveremos en invierno. Si nos preguntan acerca de si este toro de Miura merecería el pañuelo azul nuestra respuesta es que no nos hubiera molestado.

Suponemos que después de esto ya no continuarán preguntando acerca del indulto. Nos dio la impresión de ser un buen toro, que no es poco en los tiempos que corren. Lo hubiésemos aplaudido gustosamente en el arrastre pero le faltó esa casta que siempre se demanda en este cuadernillo que están leyendo.

No nos pareció muy superior al Choricero de Escribano en la Feria de Abril sobre el que tenemos guardado un análisis pormenorizado también para el invierno. Es cierto que aquél se apagó antes que éste y no se tragó tantos pases. También acudió sólo dos veces al caballo. Asimismo, podemos considerarlo inferior al Farándolo de Pamplona, segundo de Pinar, que no pudo matar por su cogida y que lidió Colombo.

Pero de ahí a considerar este animal de Miura como digno de volver al campo a cubrir vacas mucho nos tememos que no estamos en absoluto de acuerdo. Nos podrán decir que ganaderías 'peculiares' como ésta, la de Reta, Prieto de la Cal, Raso de Portillo, Barcial o Cuadri son merecedoras de que se les indulte toros. Hombre, quizá sí pero con un comportamiento más encastado que el visto dada la prestación del analizado. Miura no creemos que necesite como sementales toros tan pastueños. Y las otras, excepto Reta, a quien es imposible que le salga un toro que conceda más de treinta pases, no creemos que estén por la labor de buscar sementales que se traguen cincuenta y dos pases de manera tan bonancible como Guineo. De hecho, ganaderías como las citadas difícilmente gozarán actualmente de un toro indultado que satisfaga a sus propietarios ya que estos indultos de moda lo son siguiendo la pauta del toro posmoderno y no del encastado.

¿Qué pensaría don Eduardo padre viendo esto? ¿Proporcionaría un harén al tal Guineo? Nos da la impresión de que cruzar ese toro con vacas normalitas, por muy de Miura que sean, podría dar unos resultados tan chochones que no creemos sean del agrado de los actuales propietarios. Aunque vaya usted a saber...

Es posible que en caso de mantener a este bravo y bondadoso animal como semental, hubiera que perdonar en los tentaderos a vacas con especiales malas pulgas para ponerlas a su disposición, a ver si de la mezcla salía algo con un poco más de casta. Ya no decimos fiereza porque esa palabra está proscrita entre todos los ganaderos.

Hubo una vez en que Pepe Luis padre, que tentaba habitualmente en Miura, sudó tinta con una vaca. La verdad es que no había por dónde cogerla dada la maldad que demostraba. Si uno como Pepe Luis no la metió en vereda, ya se pueden imaginar. 

Cuando el maestro entregó la cuchara porque no podía más, don Eduardo dijo que iba para madre. Todos los presentes se quedaron de piedra pero es natural que nadie se atreviera a pedir explicaciones al ganadero. Sólo se las pidió al cabo de unos instantes quien lo había pasado peor, el bueno de Pepe Luis:

- Pero, don Eduardo, ¿está usted seguro de lo que dice? Pero ¿ha visto bien cómo ha sido esa vaca?

La respuesta fue clara y escueta:

- Sí, pero en mi ganadería se necesitan vacas como ésa.

La pregunta es si en Zahariche necesitan toros como Guineo. 

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.