LA PIERNA "ESCONDIDA"
Interesante argumentación de José Morente sobre el toreo 'moderno' con su costumbre de dejar la pierna de salida atrás para ligar los pases aprovechando el viaje del toro. Eso que para algunos aficionados como yo sería destorear, el autor de este texto lo justifica de forma tan interesante como polémica. Espero que no tenga ningún problema el autor en que copie y pegue su argumentación, más abajo pongo la referencia de su siempre atractivo blog:
La postura del aficionado
Los aficionados solemos caer en el error (muy común por otra parte) de juzgar lo que vemos tomando como referencia toreros o toreos de épocas pasadas o conceptos o planteamientos distintos a aquellos que nos proponen los toreros de hoy día.
Consideramos, además, que existe un único modo correcto de torear (el nuestro, por supuesto) sin caer en la cuenta de la diversidad de planteamientos, propuestas, opciones estilísticas o conceptos diferentes que sobre la forma de de torear tienen y han tenido los toreros de ayer y hoy. En el ruedo no hay dogmatismos. En el tendido, por el contrario, abundan en demasía.
Sobre ser injusto valorar a alguien por algo que ni pretende ni le interesa, lo peor es que nos perdemos la ocasión de entender cabalmente lo que pasa delante de nuestros ojos y, sobre todo, perdemos la ocasión de disfrutar con todo lo que de bueno tiene el toreo presente.
Nada ni nadie es perfecto. Todo es matizable. Todo es, por tanto, discutible o criticable. Pero no sé si merece la pena (personalmente pienso que no) seguir poniendo reparos hasta el infinito a la forma en que hoy se torea, especialmente cuando tomamos como canon o referencia un modo de torear (al que yo llamo el canon pseudo-belmontista) que me temo no ha existido nunca más que en la imaginación de algunos (pocos) toreros, críticos y/o aficionados.
La pierna escondida
Uno de los detalles técnicos del toreo actual que más enervan a los aficionados más dogmáticos es la que ellos llaman (de forma harto crítica,por cierto) la “pierna escondida”.
Para empezar, creo que (sin perjuicio de la evidente eficacia del método) repetir “ad nauseam” una expresión cualquiera no le confiere validez. Las cosas son verdad o mentira “per se”, no por reiterarlas incansablemente.
Antes al contrario, la repetición, las convierte en tópico o cliché. Algo muy cómodo, en la guerra de guerrillas emprendida por algunos aficionados contra el toreo actual pues evita tener que pensar en serio, pero inaceptable si queremos ser consecuentes y mantener un mínimo de rigor intelectual, máxime cuando ni se justifica lo que se denuncia ni casi nadie se toma la molestia de analizarlo con un mínimo de rigor (las excepciones aunque escasas son ilustres. Ya hablaremos de ellas).
El tópico de la pierna escondida parte de un concepto erróneo, en mi opinión, pero muy difundido entre aficionados (otro cliché elevado a categoría de canon) que es la idea que nos hemos hecho de lo que es “cargar la suerte”, algo sobre lo que ya hemos hablado en este blog y sobre lo que tendremos que volver a hablar más de una vez.
Para muchos aficionados “cargar la suerte” se considera como piedra angular del toreo. De tal manera que no se concibe torear sin que la suerte se cargue. Hasta el punto que se afirma que torero que no carga la suerte al torear no torea sino (otro cliché) “destorea”. Esta es la tesis oficialista en uso.
El párrafo es largo pero merece la pena. Andrés Martínez de León, el genial creador del no menos genial “Oselito”, sentencia la postura –difícil de sostener- del aficionado que va a la plaza cargado de clichés y con “la faena hecha”
El tema, surrealista, no es nada baladí. Entre otras cosas porque para empezar se confunde “cargar la suerte” (algo imprescindible en el buen toreo o, mejor dicho, en el toreo a secas) con adelantar la pierna de salida. Confusión que no debe admitir el aficionado que tenga un mínimo de conocimientos de la historia y la evolución del toreo.
“Cargar la suerte NO es adelantar la pierna de salida”
Es grave, muy grave, el confusionismo que tienen (tenemos) hoy día un buen número de aficionados en la forma de entender algunos términos técnicos históricos. Uno de ellos es confundir el cargar la suerte con el hecho de adelantar la pierna de salida. Vaya en descargo de ellos (y de nosotros) que el error es achacable a críticos y escritores tenidos como fiables referentes del buen toreo.
¿Que es cargar la suerte?
La primera definición de cargar la suerte la dio el histórico torero José Delgado “Hillo” en la Tauromaquia que, dictada por él, fue publicada en Cádiz allá por 1796 (Algo ha llovido desde entonces pero el concepto sigue siendo válido). Merece la pena leerlo con atención y detenimiento.
Pepe-Hillo preconizaba el toreo de brazos frente al toreo sobre las piernas. Para el la suerte se cargaba con los brazos “sin menear los pies”. Este concepto es el que han mantenido todas las tauromaquias que han venido después (Paquiro, F.J.T.U., Guerrita, etc.).
Para Pepe-Hillo (y para todos los “toreros de escuela” que vinieron después de él) la suerte se carga con los brazos y no con las piernas. Es con los brazos y con el movimiento del cuerpo de cintura para arriba (y no con la ayuda de las piernas) con los que se debe dirigir la embestida del toro.
Más claro, agua.
El toreo clásico es el que se hace sobre los brazos, no sobre las piernas. En la foto Manolete, quizás uno de los toreros que, en toda la historia del toreo, han tenido un concepto más clásico y más puro de como se debe torear.
El toreo espatarrado
Por eso, porque -para los toreros y los aficionados del XIX- el toreo debe hacerse con los brazos y no con las piernas, estos consideraban que lo más meritorio era torear con los pies juntos.
El cite más ortodoxo (en la época Pedro Romero y Pepe-Hillo, en la de Paquiro, en la de Cúchares y el Chiclanero, en la de Lagartijo y Frascuelo y finalmente en la de Guerrita) era el cite con los pies juntos, el cuerpo erguido y la muleta cuadrada al lado del cuerpo, tal y como lo refleja Manuel Castellanos en un espléndido dibujo que se conserva en la Biblioteca Nacional.
Cite para el pase natural. Dibujo de Manuel Castellanos de 1855 (Biblioteca Nacional de España). Representa el cite ortodoxo para el pase natural en el siglo XIX. El torero se coloca de frente con los pies juntos (más exactamente con el compás ligeramente abierto) y con la muleta cuadrada al lado del cuerpo.
Ello era así, hasta tal punto que el toreo de piernas abiertas (“espatarrado”) se consideraba, y algunos hoy día lo siguen considerando, “toreo basto”. Y ello sin quitar mérito a esa postura de los pies que permite desviar y/o alargar el viaje del toro.
Machaquito, gran matador, torea tal y como era habitual a principios de siglo con el compás abierto adelantando la pierna de salida. Algo que los aficionados decimonónicos consideraban como “toreo basto”. Hoy, por el contrario, adelantar la muleta y abrir el compás se considera como lo más correcto. Y es que los tiempos cambian que es una barbaridad.
Prueba, de lo que comento, es este párrafo de F. Bleu, el boticario de la Puerta del Sol y referente del integrismo taurino de todos los tiempos. Dice Félix Borrell, hablando de Guerrita:
En el último tercio del siglo XIX, abrir el compás depreciaba el valor de las faenas.
El toreo de “pata ’alante”
Cargar la suerte sin abrir el compás y sin “menear” los pies es muy expuesto y complicado. Muy peligroso. Y requiere del torero (se coloque donde se coloque: al hilo, en rectitud o al pitón) una técnica muy depurada y una gran precisión y coordinación de movimientos.
Por eso, los toreros empezaron a ayudarse moviendo o sacando hacia afuera la pierna de salida, pues fiar todo al movimiento de los brazos era correr un albur excesivo frente al incierto toro decimonónico. Menos bravo que el de hoy, menos picado y de embestida más aleatoria. Más complicado, en suma.
Ese recurso se basa en la denominada técnica del “pitón contrario” que puso en el candelero Juan Belmonte pues, aunque ya era conocida antes, fue él quien la convirtió en sistema de torear.
Belmonte convirtió el cite en el pitón contrario en sistema de su toreo. Otro día hablaremos en detalle de este curioso y, a veces necesario, recurso técnico, muy ligado al mecanismo de adelantar la pierna de salida
La colocación del torero
El caso es que, se saque o no la pierna de salida, el torero ha ido modificando su posición frente al toro, a lo largo de la historia, en un proceso que ha tenido como objeto prolongar la longitud del pase. Del cite de frente se llegó al cite de perfil pasando por la posición de tres cuartos.
La colocación del cuerpo del torero frente al toro ha ido variando a lo largo de la historia del toreo. Y así, se ha pasado de la posición enfrontilada de Lagartijo, al tres cuartos de Antonio Fuentes y al cite de perfil de Manolete al hilo del pitón.
En línea con esta evolución, en nuestros días, los toreros han girado un poco más su cuerpo y el cite se hace con la pierna de salida retrasada. Algo que no gusta ni convence a algunos aficionados hasta el punto de denominarla (en burda ironía) “la pierna escondida”.
El cite de hoy. El torero (en este caso el Juli) presenta la pierna de salida retrasada desde el inicio del pase. La pierna escondida, dicen algunos… Y yo me pregunto ¿Escondida? ¿Detrás de dónde? ¿Quizás… detrás de la otra pierna? Y una reflexión: A la hora de las cornadas ¿importa algo sobre que pierna se reciban estas? ¿O no es lo mismo la pierna izquierda que la derecha a efectos de que la atraviese el pitón de un toro? Este slogan de “la pierna escondida” es probablemente uno de los sofismas más difíciles de aceptar de la crítica que se hace al toreo actual. Y es que una cosa son los gustos de cada aficionado y otra (muy distinta) que esos gustos personales se quieran convertir en referente ético con el que rechazar un modo legítimo y magnífico (en opinión de otros muchos aficionados) de torear.
En resumen, que esto de “la pierna escondida” (¿escondida detrás de la otra?) resulta algo difícil de entender (y aceptar) si se analiza el tema con un mínimo de desapasionamiento y un poquito de buena fe.
La opinión de dos autores fuera de toda sospecha
Lo mejor de esto es que, esta cuestión de la pierna escondida, ya se planteó hace muchos años y resulta que, aunque el dato pueda sorprender a muchos aficionados de la nueva hornada, retrasar la pierna de salida es algo que han aceptado algunos de los mejores y más dogmáticos aficionados de épocas anteriores.
Ya citábamos antes a F. Bleu, autor fuera de toda sospecha de transigencia. Pues bien, el insigne boticario de la Puerta del Sol admitía que, en el pase natural, se adelantase la pierna derecha (la de entrada) y, por tanto, que se atrasase la izquierda (la de salida en ese pase). El párrafo no tiene desperdicio.
La pierna izquierda retrasada en el natural permite alargar el pase y facilita ligar un natural con el siguiente además de que, con ello, el matador -como aclara Bleu- “no consigue ventaja sobre el toro”
Que el párrafo sea aplicable (que lo es) al toreo de nuestros días puede no ser aceptado por algunos ya que el cite en la época del Guerra era frontal. No creo que eso importe, pues el tema que analiza Bleu no tiene que ver con la colocación frontal o perfilada del cuerpo del torero sino con la posición de las piernas y, más concretamente, con el hecho de atrasar una de ellas para dar profundidad al pase.
Por si hubiera alguna duda, he encontrado otro párrafo mas sustancioso aún. Es de un autor que también queda fuera de toda sospecha de heterodoxia. Se trata de Don Luís Bollaín.
Dice el ilustre notario belmontista, analizando el toreo del portugués Manolo Dos Santos, que este torero solía colocarse en el cite casi de espaldas al toro y, por tanto, con la pierna de salida muy retrasada respecto al eje de la res. Y añade (incluyendo gráfico):
Como dice Don Luís: ¿Está claro?
Para Bollaín, el pase que empezó con la pierna de salida atrasada (¿escondida?) acaba con la pierna de salida adelantada en la posición canónica de ”cargar la suerte”, lo que enfatiza. Para mí sobran las palabras.
El momento del cite y el centro de la suerte en la tauromaquia de Manolo Dos Santos, el genial torero portugués de los años 50. Según Luis Bollaín, la pierna, escondida al principio del pase, se sitúa paralelo en el centro de la suerte y adelantada en la trayectoria del toro en su tramo final en interpretación no ortodoxa pero si fiel y correcta -según el notario belmontista- del concepto “cargar la suerte” entendido como avanzar la pierna de salida. Este es el planteamiento del toreo actual.
Visto lo visto, ni entiendo (ni se entiende) que no se acepte, en los toreros actuales y con el inmenso torazo de nuestros días, lo que valía y aceptaba F. Bleu en Guerrita, a finales del siglo XIX con el toro de entonces también inmenso, ni lo que valía y aceptaba Luis Bollaín en Manolo Dos Santos, en los años 50 con el toro (nada inmenso, por cierto) de aquella época.
El Juli en Sevilla en la feria de abril de 2010, con su segundo toro del Ventorrillo. Memorable tarde con salida a hombros por la Puerta del Príncipe. El rigor técnico del toreo del torero madrileño fue, ese día, sublime.
El toreo en redondo hoy
El toreo en redondo (convertir al diestro en eje alrededor del cual se desplaza el toro) ha sido la aspiración máxima del toreo durante más de dos siglos. Un sueño que, a veces, parecía inalcanzable.
Cayetano Sanz, un gran torero aunque pésimo matador, fue quizás el primer adalid verdadero del toreo en redondo (Detalle de una lámina de la Lidia del 30-III-1883 dedicada al diestro de Madrid)
Desde Cayetano Sanz hasta los diestros de nuestros días, pasando por Lagartijo, Guerrita, Joselito, Chicuelo, Manolete, Luis Miguel Dominguín, Paco Camino, Manolo Martínez y tanto otros, conseguir este logro y superar el viejo y caduco toreo “en ochos” (de pitón a pitón) ha costado sangre, sudor y lágrimas.
Y es que, sobre todo, cuando a finales de los años sesenta, se había conseguido depurar el toreo en redondo de una manera que no hubieran soñado los aficionados de siglos pasados, la llegada de un nuevo tipo de toro a las plazas obligó a los diestros a tener que reinventar y adaptar de nuevo el toreo a las nuevas condiciones de las reses.
Algo que fue nada fácil pues el reto al que se enfrentaron los diestros de la -tan denostada hoy- generación de los 70, y las que los siguieron, fue tremendo. Ahí es nada, torear en redondo a un toro mucho más grande y cornalón, con más sentido por su mayor edad y, por tanto, más parado que el toro joven, alegre y terciado de las décadas anteriores, parecía empeño insuperable.
Han tenido que pasar, desde entonces, más de cuarenta años para que el toreo recuperase el nivel técnico que tenía en los 60. En el ínterin, ha habido de todo desde tardes de ensueño hasta cornadas terroríficas (varias de ellas, desgraciadamente, mortales).
Cogida mortal de Yiyo, figura en ciernes, en 1985. Un mazazo para los aficionados de entonces. Igual ocurrió con la muerte de Paquirri. Fueron años muy duros en el toreo.
Como aficionado, hemos vivido, en primera fila, todo este apasionante aunque, a veces, terrible ciclo. Ciclo cuya conclusión creo que se producía este mismo año, el día en que José Tomás se encerró en solitario en Nimes con 6 toros de diferentes ganaderías, pues esa mañana se resumían los logros de la que es, quizás, una generación de toreros de las más interesantes de toda la historia del toreo: la generación de Morante, el Juli y José Tomás.
Hoy no se torea mejor que nunca (pues siempre ha toreado muy bien el que ha sabido torear) pero tampoco (¡ni mucho menos! y que me disculpe Adolfo Bollaín) peor que nunca como pretenden hacernos creer algunos aficionados eternamente descontentos.
Probablemente, para disfrute y goce de los públicos actuales y por suerte para ellos y pese al desapego de los aficionados integristas que no de los aficionados íntegros, esta generación es también una de las de más alto nivel técnico de toda la historia del toreo.
José Tomás en Nimes este mismo año con Ingrato. Aparte de otras consideraciones relativas al empaque, ritmo, cadencia, compostura, colocación, posición y valor derrochados, los pases dados por el diestro de Galapagar, afincado en Estepona, denotan un excepcional nivel técnico algo que no siempre se le ha reconocido debidamente a este torero (ni al resto de toreros de su época).
Adenda final a modo de resumen.
Primero. Cargar la suerte NO es adelantar la pierna de salida.
Cargar la suerte es (en definición de las Tauromaquias clásicas) dirigir la embestida del toro con los brazos y con el movimiento del cuerpo de cintura para arriba.
Segundo. Las tauromaquias clásicas (Pepe-Hillo, Paquiro, etc.) proponen y propugnan el toreo de brazos frente al toreo sobre las piernas.
Estas no deben moverse al cargar la suerte.
Tercero. Los aficionados clásicos (siglo XIX) consideraban al toreo de compás abierto (“de pierna espatarrada”) como toreo basto.
El toreo fino era (¿y es?) el de compás cerrado o con las piernas ligeramente separadas.
Los viejos aficionados decimonónicos consideraban como toreo fino al toreo de compás cerrado. Precisamente, el toreo que está aquí ejecutando, en Madrid el 23 de mayo de 1991 y evocando a Manolo Vázquez, el maestro Fernando Cámara quien, por cierto, ha sido también y sobre todo un magnífico interprete de la otra línea del toreo: la del toreo cambiado de compás abierto y “pata ‘alante”.
Cuarto. Esperar al toro a pie firme sin “menear” los pies es muy expuesto y complicado y requiere de una técnica muy depurada.
Por eso, los toreros empezaron a utilizar, como recurso y ayuda, el sacar hacia afuera la pierna de salida.
Quinto. La técnica del pitón contrario (y también el adelantar la pierna de salida) es un recurso válido para provocar la arrancada del toro tardo o para desviar la trayectoria del toro que se ciñe.
Exige también una correcta (y compleja) coordinación de movimientos. Belmonte convirtió este modo en un sistema de torear. Sin embargo, no deja ni dejará de ser un recurso más o menos aceptable según las condiciones de las reses.
Sexto. Por el contrario, retrasar la pierna de salida siempre ha sido bien admitido por los aficionados más conspicuos (F. Bleu y Luís Bollaín por ejemplo) de épocas anteriores.
Y ello, no solo porque NO se consigue ventaja respecto al toro (pese a lo que muchos opinan) sino porque permite alargar el pase y ligar correctamente cada natural con el siguiente algo que es necesario cuando se torea en redondo.
Toda la información en el blog del autor. Saludos desde Tarragona. Rafa.
Rafa: lo que dice ese blog ya lo hemos leido (y bien que lo lamento). Esperaba tu argumento sobre tamaño despropósito no una copia literal.
ResponderEliminarSaludos.
No he argumentado nada porque ya lo comentamos en su día en el anterior foro con aquellas fotos que pusiste tú. Para mí hay dos cosas fundamentales al respecto: primero, hay menos riesgo dejando la pierna atrás y, segundo, el toro no va toreado sino que se aprovecha su viaje para componer la figura. Pero me temo que es una batalla perdida. Algunos toreros dicen que el toro de hoy es tan pastueño que no necesitas dominarlo y esta forma de destorear es la adecuada porque si no, se te destronca al tercer pase. Joselito (Arroyo) decía que a él le gustaba dominar al toro aún sabiendo que lo podía destroncar y acabar con él antes de tiempo a riesgo de quedarse sin trofeos. Lo explicaba en un documental haciendo el gesto de adelantar la pierna y acabar el pase en la cadera haciendo que el toro 'crujiese'. Con el destoreo de los Manzanares, Talavantes, Julis y tutti quanti, el toro gira que te gira mientras ellos se ponen muy bonitos de perfil ligando los pases aprovechando el ir y venir del toro en esa suerte de tiovivo ridículo al que ya nos referimos en la discusión del anterior foro.
EliminarSaludos desde Tarragona.
Tu respuesta me alivia. Creía que te habías convertido.
ResponderEliminarSaludos.
Por eso el único torero, que se puede llamar figura, a mi modesto entender, es el irregular Morante.
ResponderEliminarTorero con mucho arte, pero como dice Paula, para torear con arte primero hay que tener técnica.
Los demás que dicen ser figuras del toreo, excepto Talavante cuando torea con la mano izquierda,
son unos pegapases, abanicadores del toro. Hay otros toreros que llaman a las puertas, que este años los he visto cargar la suerte con toda la verdad. Es el caso de Ivan Fandiño y Fernando Cruz. Seguro
que hay mas, pero últimamente voy poco a los toros, porque me produce mas desazón que placer
y prefiero gastarme mi dinero en otros placeres mas terrenales.
El articulo de ese blog, que se ha reproducido, tiene razones muy "incorporeas", o sea sin cuerpo ni fundamento, tratando de corroborar torticeramente, y sacando argumentos cogidos con alfileres, el destoreo moderno. Eso de despatarrar las piernas, ed un hecho sin duda censurable, que es una manera de cargar la suerte, pero tambien de descargarla, segun la colocacion del diestro. La diferencia radica en la colocacion. Torero que cita de perfil, fuera de cacho, y mantiene la pierna de salida atrasada (no escondida, porquè todos la vemos) es lo que se suele alabar ahora, y que el articulo trata de justificar.
ResponderEliminarEl toreo que los puristas prefieren es citar de frente, ligeramente cruzado con el piton contario, con la muleta adelantada y planchà. Al menos el primer cite de la tanda.
Ahora, segun esas "razones incorporeas", resulta que Cesar Rincon seria un mal torero y Espartaco todo un campeon de la ortodoxia.
Saludos
Tauro
Voy a aprender muchas cosas gracias a vuestros blogs!! Caro amico compatriota Tauro, que pensais sobre el toreo de Juan Jose' Padilla?? No quiero pensar que su suerte, paradoxalmente, es de haber perdido un ojo en Saragoza... Digo que merece todos los trofeos que ganas o especialmente tiene premios para su valor mas que por su arte de toreo?? No se si he escribido bien pero creo que habeis entendido lo que quiero saber...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo taurino a todos y a Tauro di Torino!!
STEFANO - FORLÌ - ITALIA
Padilla siempre ha sido un valiente, cuando no un chulo, antes del percance que ha sufrido. Ahora torea el torito de las figuras y demuestra que hasta un tuerto con algo de oficio puede con esos animalitos. Ademas conecta muy bien con el publico de feria, y eso no le viene mal. Siempre han existido toreros de ese corte, es la variedad de la Fiesta.
EliminarSaludos
Tauro
Para Fabad: hombre, no me he convertido pero sí que estoy un poco desmoralizado porque veo que es una batalla perdida. La gran pregunta es: si tú y yo fuésemos toreros ¿nos arriesgaríamos a hacer las cosas bien -y 'arriesgarse' viene de tomar riesgos- para que únicamente tres locos en este blog nos alabasen? No. Iríamos a lo fácil y nos haríamos millonarios. Yo he llegado a la 'degeneración' de darme igual quién torea. Miro sólo la ganadería pero cuando en la suerte de varas se hacen las cosas mal...nueva desmoralización. ¿Qué puedo hacer?
ResponderEliminarEn esta web de un amigo mio :http://www.almastaurinas.com/
ResponderEliminarVienen todos los resúmenes de la feria de Abril de Sevilla.
De momento solo me he visto la de Miura y en ella tanto Castaño,
como Escribano, tienen momentos en los que cargan la suerte.
Cosa que Perera y otros no lo hacen ni con pistola y encima ante
perritoros.
Rafa, sin duda no iriamos a lo fácil,como hacen todos (el que no lo hace es por que no lo dejan). Pero no es nuestro papel. ¡Que menos que ser críticos!. Mi estado de ánimo es muy parecido al tuyo. La corriente de destoreo que domina y que nos quieren meter con calzador me baja la moral pues se está dando por hecho que el toreo es "ese".
ResponderEliminarLa suerte de varas en España no existe. Acabo de oir a Emilio Muñoz y Molés (en una retransmisión de 2003) decir que la vuelta que le dan al caballo quebranta mucho al Toro y que hay que buscar una solución rápida. El propio Muñoz ha dicho que sus picadores sujetaban al Toro con el palo y no con el caballo. Molés asentía diciendo que el palo es para aguantar. Diez años después ya lo aceptan como es: LA REALIDAD.
Regenerar esta Fiesta, creo que ya es imposible. Si los taurinos consiguen que la prohiban, renacerá en la cladestinidad.
Yo tampoco miro los carteles (con lo "torerista" que he sido siempre).
Si los mirara ¿cree alguien que haría mas de 2000Km., para ver lo de Vic o Céret?. Pues desde el respeto a los que allí torean tengo que decir que ni de broma.
Rafa:
ResponderEliminarTe agradezco que te haya parecido interesante publicar el texto y, sobre todo, que lo hayas hecho citando su procedencia algo que, en la red, no siempre sucede.
Igualmente agradezco a todos tus lectores el magnífico debate suscitado aunque, es evidente, sus opiniones difieran tanto de las mías.
Un abrazo desde Málaga.