DOMINGO DE RAMOS EN MADRID: ¿QUÉ VICTORINOS QUEREMOS?

Nos fuimos a Madrid a quitarnos el mal sabor de boca del Domingo de Ramos de 2018 también con Victorino (recordar aquí). No hemos leído absolutamente nada de lo que se ha dicho sobre la corrida como es nuestra costumbre antes de escribir pero mucho nos tememos que nos vamos volver a quedar más solos que la una.

Resulta que a nosotros nos gustaron los toros primero y tercero, que en la muleta fueron dos victorinos de los que añoramos. Lamentablemente, son un salto atrás en el actual estado de la ganadería. Los expertos en ella nos dirán si ambos, 'Minorista' y 'Madero', vienen del mismo semental que el 'Mirandino' de De Justo en Vistalegre porque eso es lo que queremos que salga de esta casa. Ése es nuestro semental, el que da victorinos como esos dos: con ideas, que venden cara su vida porque los toreros no saben qué hacer con ellos, que no permiten errores y a los que ¡ay! no sabemos quién podría meterles mano dentro del actual escalafón.

'Minorista' pidió el carnet a Robleño y el Robleño de ahora va indocumentado: 

'Minorista', núm. 87, de febrero de 2014

'Madero' se lo pidió a Moral y Pepito lo tiene caducado para estos menesteres:

'Madero', núm. 51 de diciembre de 2014

Porque, vamos a ver, ¿qué victorinos queremos? ¿Los pastueños que embisten comercialmente como el de Bautista en Logroño y el que indultó Moral en Illescas y que pueden recordar aquí? ¿O los que labraron la fama de esta ganadería ante toreros que les supieron enseñar el carnet cuando fue preciso? Nosotros no queremos los primeros ni en pintura pero no debe de ser el sentir popular dado que esos dos animales que nos gustaron fueron despedidos con pitos en Las Ventas.

Ésa es otra: el público de Madrid nos sorprende desfavorablemente una vez más. Nos referimos a los que se hacen notar porque no dudamos de que los buenos aficionados silentes compartirán nuestra opinión. Pita cosas en unos toreros que en otros calla o aplaude, no se aclara con el trapío y despide entre ovaciones a un picador que no quiso honrar la chaquetilla de oro. ¿Ustedes lo entienden? En nuestra crónica iremos indicando con interrogantes todas esas situaciones desconcertantes que se vivieron en esta corrida.

Victorino hijo lleva en el pecado la penitencia. Ha habituado al personal a toros que 'se dejan' y cuando por error le salen los victorinos de verdad, los que 'no se dejan', el público desnortado y no pocos aficionados mal acostumbrados al medio toro posmoderno se sienten decepcionados (decimos medio toro por media casta, recuerden la entrada anterior). Con dos albaserradas como primero y tercero cimentaron su gloria Andrés Vázquez y Ruiz Miguel. 'Cobradiezmos' es otra cosa que a nosotros no nos convence en absoluto (recordar aquí)

Hubo media entrada. 

El toro más en lo que siempre fue el tipo de la ganadería fue curiosamente protestado de salida. Se llamó 'Mosquero'. Era el más degollado de todos y el que tenía más hocico de rata aunque ya sé lo que dirán ustedes al ver la foto:

Efectivamente, ese morrillo es muy prominente para lo que tendría que ser Albaserrada ¿no? Pero es que los seis salieron muy enmorrillados y, como estamos ante un encaste propio, habremos de admitir que eso ya se ha convertido en marca de la casa. Primero y tercero nos gustaron por encastados y por tener las ideas de Victorino padre aunque en varas no destacasen. El segundo fue rajado. Cuarto y quinto, desrazados y topones y sexto, bravo en el caballo pero desaborío y descastado en la muleta.

Al final cayeron unas almohadillas pero nosotros preferimos mil veces esta corrida gracias a esos dos toros, que toda la del domingo de Ramos de 2018 a pesar de los naturales excepcionales que dio Fortes a un torete de porcelana. Por cierto, en aquélla los toros se cayeron veinticinco veces mientras que en ésta, sólo ocho. 

ROBLEÑO. Muy querido en Madrid todavía, se le trató con guante blanco. Le perdonan lo que en otros miran con lupa, son las cosas del sentimental y no pocas veces desquiciante público venteño. A su primero le echó la cara arriba con el capote en todos los lances de recibo, no sabemos aún por qué. En varas se dejó pegar en el lomo y que le taparan la salida de manera vergonzosa, ahí lo ven:

Lo mejor de la tarde fueron los dos pares que puso Jesús Romero, fenomenales: 

FOTO: Julián López

El toro era revoltoso -no digan esa sandez de 'tobillero' típica de los taurinos-. Además, no se le debía levantar la cara puesto que ya se la había levantado bastante el diestro al principio. Además, había que tener la muñeca firme, no dudar y acobardarlo:

Nada de eso hizo Robleño. Este Robleño de ahora no tiene nada que ver con el que salvó una tarde aciaga con estos mismos toros en el otoño de 2002 cortando dos orejas al sexto (pulsen aquí). El propio Victorino hijo dijo 'estamos muy agradecidos a Fernando porque ha salvado una tarde muy difícil para el ganadero'. Aquel Robleño seguro que le corta una oreja a este 'Mirandino' pero en los nidos de antaño, no hay pájaros hogaño. 

No lo quiso ni ver porque no supo qué hacer con él. Los del 7 le aplaudieron cuando empezó a machetear para terminar la inexistente faena (?). A otro le silban a conciencia por no haber acreditado su condición de torero. Delantera caída perdiendo la muleta. Fíjense en que el toro se la pisa. Si lías bien la muleta y apuntas al morro del toro, comme il faut, es muy difícil que el toro te la pise:

Pitos a 'Mirandino' en el arrastre (?). Les aseguramos que en Vic o en Céret a ese toro se le aplaude sonoramente y a quien se pita a base de bien es al maestro.

Su segundo, alto de agujas, fue muy aplaudido de salida (?), seguramente porque en la tablilla ponía 589 kilos. Hace tiempo que proponemos al señor Casas que elimine la tablilla y que haga una quiniela publicando los pesos al final de la corrida con premio en metálico para quien lo clave. Más de un experto haría el ridículo.

El Robleño español se desentendió totalmente de la suerte de varas permitiendo que se fuese el toro al reserva donde empujó a favor de querencia. El Robleño francés ni de broma muestra esa actitud de indignante desidia. Luego, se llevó dos puyazos más traseros. Lo puso muy mal en suerte, como no estamos en Céret, le da igual ocho que ochenta.

Pues resultó que el toro no se comía a nadie aunque debería haberlo hecho tras las fechorías del primer tercio. Robleño no lo vio hasta la cuarta tanda. Entonces se estiró con gusto aunque sin gustarnos a nosotros. 

A la quinta tanda el toro se le acabó porque era un animal de veinte pases bien dados y oreja si matas bien. Acabó de estocada baja y pasada:

Ya ven que Robleño en su primero iba indocumentado y en este segundo llegó tarde.

CHACÓN. Se ha convertido en el torero de Madrid. Hace cosas que ha visto en Esplá y en Chenel. Como Esplá, está atento a los detalles de la lidia y tiene gestos de torero antiguo, aunque no muletea con la montera puesta como hacía el alicantino y también él cuando lo descubríamos para ustedes. Recuerden que fue aquí, en la madre de todas las moruchadas.

De Chenel ha cogido la inspiración de su media verónica, ahí lo tienen, un buen calco de don Antonio:

El toro tenía un trapío correcto en nuestra opinión pero fue pitado de salida (?) quizás por los 489 kilos de la malhadada tablilla o porque no era cárdeno sino entrepelado o porque quieren que todos los victorinos sean veletos...¡vaya usted a saber!

Gran recibo de Chacón con el capote por abajo sacándolo a los medios. Cuando remató con aquella media que han visto, el toro pegó un sprint a la puerta de chiqueros mostrando su condición. Nada en varas como no fuese su poca fuerza y ahí asistimos al despropósito en quites de Chacón que le dio una media en el suyo, Moral otra en su turno y Chacón, que se picó, otra más. Tres medias a un toro que ni por asomo merecía tan severo castigo.

Brindó al público con especial deferencia al 7, ya que depositó la montera allí. Lo mismo hizo Moral en el tercero y lo hará más de uno en san Isidro, ya verán. Se ve que hay que hacer la pelota cuando lo suyo sería torear bien (sobre este particular, vayan a los comentarios porque desconocíamos al publicar la entrada una circunstancia al respecto).

Observen que el toro tenía un cierto rebrinco y creemos modestamente que Chacón se equivocó toreando en la raya. Debiera haberlo sacado a los medios donde es posible que hubiera mostrado mejor condición:

Nunca lo sabremos porque el toro se rajó y empezó a topar. El diestro se cruzó haciendo unos ridículos movimientos de cadera que fueron muy aplaudidos por los destinatarios del brindis (?). Chacón se alivia escandalosamente perpetrando el telonazo al entrar a matar. Así pegó tres pinchazos, traseros por llevar la mano alta, y una pasada desprendida. Vean cómo ciega al toro con la muleta y clava trasero por llevar la mano a la altura de la cabeza:

En uno de los pinchazos se cortó un dedo y fue atendido en la enfermería, volviendo al ruedo bajo su responsabilidad. 

FOTO: Julián López

Se corrió el turno y mató su segundo en sexto lugar. Nuevo recibo de buen lidiador con el capote cogido cortito:

En varas mostró cierta bravura el tal 'Correlindes'. 

Metió los riñones con fe en el primero como hacía mucho tiempo que no veíamos hacer a un victorino. Ahí está Santi Pérez dándole trasero y tapándole la salida con esos caballazos monstruosos de Madrid, ¡qué desastre!:

En el segundo Chacón lo puso largo porque es un torero que luce los toros y eso se lo agradeceremos siempre. El toro se arrancó alegre sin pararse a media carrera como 'Cobradiezmos':

Romaneó de manera espectacular y derribó dando un susto morrocotudo al picador, que cayó encima del toro:

Chacón lo puso más largo aún, como si estuviéramos en Francia, pero Pérez estaba aterrado ante la posibilidad de que se volviera a arrancar y lo mandara al suelo. El toro tardeaba porque el picador se acercaba sigilosamente, sin citar ni vocearle no fuese que el toro se viniese. Pérez estaba loco por que el toro no se moviese y cumplió su objetivo ya que el maestro cortó la espera, pidió el cambio y el picador se retiró ¡entre ovaciones! (?) ¿Ustedes lo entienden? En Francia se lleva una bronca inmensa por no honrar el oro de la chaqueta y escaquearse de su trabajo pero el público de Madrid, una vez más, nos desconcertó.

Las lanzas se tornaron cañas y el toro en la muleta resultó sin raza, ni codicia, ni casta, ni nada de nada. Chacón se dedicó a destorear como se puede comprobar en nuestra foto sin que nadie silbase (?). Está claro el diferente rasero con que se mide a los toreros en esta plaza según caigan en gracia o no:

Ya ven que cargamos con nuestra cámara porque en las fotos de los portales comerciales todos parecen Manolete. En los pases de pecho hizo lo mismo que hacía Antoñete: asentar bien los pies, esconder la muleta delante y echarla lentamente a la cara del toro, con la diferencia de que el del mechón blanco los remataba mejor:

Entera desprendida tapando la cara alevosamente como se comprueba en nuestra instantánea. A pesar de entrar de esta guisa, se ganó una ovación (?). Lo de aplaudir por enterrar la espada en el toro de cualquier manera no es cosa de los pueblos sino que también rige en la primera plaza del mundo:

MORAL. Su primero fue protestado de salida quizás por ser el único cuatreño, si no, no lo entendemos (?). Es el 'Madero' que han visto más arriba en la arena y aquí en el corral:

Se quiso quitar el palo en la primera vara y se dejó pegar en el lomo en la segunda. Brindis dejando la montera en el 7 como decíamos antes. Pero a él no le valió porque se le trató con dureza, la misma que querríamos para todos los toreros.

Muy bien sacando el toro a los medios, no como Chacón en el anterior. El toro empezó gazapón y ciñéndose, razones por las cuales, Moral fue desbordado sin remisión. Éste era de los victorinos que en cuanto ve que dudas se hace acreedor al indulto pero al indulto de verdad: el que debería otorgarse al toro que gana la partida al torero y se merece irse vivo por ser el vencedor de la pelea. Como pueden suponer, fue silbado en el arrastre (?).

Menudearon los pitos cuando el diestro estaba naufragando igual que Robleño pero a éste recuerden que lo aplaudían (?). El toro se hizo el amo y Moral pareció un alma en pena. Metisaca bajo tapando la cara y espadazo delantero y contrario:

Pepe Moral siempre nos pareció un gran estoqueador, recuerden aquí. No sabemos qué le pasa pero cada vez mata peor.

Su segundo tenía las patitas de cristal y fue blando y noblón, un toro indigno de llevar la A coronada. Moral se despatarró con mal gusto y empezó a destorear dando un recital de ubicarse fuera de cacho, mostrar el pico y retorcerse grotescamente, ahí lo tienen. Encima después se descalzó, cosa que debería suponer una multa:

Pues resulta que le volvieron a pitar mientras que Chacón destoreó de manera similar en el siguiente y todo el mundo callado (?). Los pitos eran justos pero, señores, hay que ser ecuánimes y pitar a todos, no a capricho. Dio tres pinchazos aliviándose y seis descabellos.

Insistimos en que primero y tercero pelearon vulgarmente en varas pero en la muleta sacaron casta ¿o fue genio? Nos da igual, la cuestión es que ésos son los victorinos que preferimos y no los pastueños atontados. De los 15.364 espectadores, no debió de haber más de cinco a quienes interesase el juego de estos dos toros y lo peor de todo es que ni el ganadero debe de estar entre ellos. 

Tras escribir las líneas anteriores, nos vamos a ver qué comenta en su web Victorino y, miren por dónde, no dice nada ni del primero ni del tercero:

"Hemos presentado una corrida variada, he visto toros que me han gustado y que les han castigado y no se les ha tratado bien en el caballo, no se les ha medido. Los Toreros han matado una corrida muy seria y muy fuerte. Destacar el quinto y el sexto de la tarde, a mi me han gustado mucho".

A los toros se los picó mal como se pica mal cada tarde pero no nos dio la impresión de que fuera una carnicería. Lo que no puede ser es que esta ganadería se vaya de rositas con el picotazo de las comerciales, ¿no creen?

La del año pasado fue blanda, rodó por los suelos veinticinco veces, embistió bobaliconamente y peleó en varas con una mediocridad alarmante. En cambio, nadie dijo ni mu mientras que este año se pitó y se lanzaron algunas almohadillas al ruedo al final (?). Fue el último detalle desconcertante del público de Las Ventas. Y es que, a fin de cuentas, todo se reduce a saber qué victorinos queremos.

El victorino genuino no lo quieren ni el público orejero, ni los portales comerciales, ni los críticos vendidos ni los toreros. Tampoco lo quiere Victorino hijo. Recuerden aquí que 'Platino' fue de ésos y el ganadero comentó al final que 'si siempre hubiera seis 'Platinos' acabaríamos con el escalafón'. Eso no interesa al lobby taurino.

Pues a nosotros, sí: precisamente acudimos a las corridas en que se anuncian  esperando que salgan victorinos de verdad en forma de salto atrás. Son aquéllos a los que se puede ganar la partida a base de valor, decisión y técnica (el arte, a estas alturas, nos da igual). El domingo de Ramos salieron dos. El problema es que luego tiene que acontecer el milagro de encontrar un diestro que sepa qué hacer con ellos y los sueños...¡sueños son!

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.