TEMPORAL EN COMEÚÑAS

La finca de Cuadri amaneció como el cabo de Hornos en día de tormenta. Parecíamos el capitán Bligh al mando de la Bounty intentando franquearlo. Tras tres horas a la lumbre esperando a ver si escampaba, no hubo más remedio que cargar la paja y el pienso y lanzarse en medio de la tempestad:

El día estaba negro como boca de lobo:

Las ráfagas de viento agitaban cortinas de agua. Fernando Cuadri, el nieto, nos decía:

- Pero, ¿vas a acompañarlos con este día?

- ¡Claro! Para eso he venido hasta aquí

- ¡Ea! Con dos c...

Ya ven que precisamos lo de nieto porque el tiempo no pasa en balde y Fernando Cuadri, don Fernando, ha pasado a ser Fernando, El Viejo. Y nos parece muy bien ese calificativo porque nos recuerda al mundo romano de los romanos inmortales, no de los degenerados. Así, Fernando El Viejo quedará unido por su rectitud al gran Catón El Viejo y por ser un gran amante de la naturaleza, a Plinio El Viejo. Recuerden nuestro homenaje aquí.

Por cierto, don Fernando se compró una bicicleta eléctrica y con ella viene muchos días desde Trigueros hasta la finca moviendo el corazón y sin resentirse de sus maltrechas rodillas.

Los toros que han visto a contraluz de la poca luz que había eran los que iban a ir a Madrid el año pasado. Esta es la silueta del 8:

Aquí lo ven mejor, su aspecto es formidable:

Son cinqueños y hay algunos que dan miedo, de frente y a lo largo:

Especialmente tremendos son tres castaños. Uno de ellos es éste:

Se van camino de Francia si la epidemia no lo impide:

Poco a poco fueron remitiendo el viento y la lluvia:

Por fin los rayos del sol asomaban tímidamente en el cercado de sementales:

El de la derecha de la foto anterior es este 36:

Fernando nos decía que posiblemente les convenía 'un Ramadán' porque están gordos como cebones:

Para 2022 hay tres corridas que finalmente podrían ser cuatro. Estos de abajo se quedan en España. Van a una plaza de primerísima categoría:

Hacíamos las fotos desde el exterior cuando nos quedamos solos esperando que el sol nos permitiese sacar algún retrato medio decente. Entre los doce apartados hay un castaño contra el que de momento no vimos señales de racismo, recuerden lo que contábamos aquí:

Novilladas puede haber dos, una de ellas segura en un lugar donde dejó buen sabor de boca el año pasado:

El agua depositó un manto verde. Éste es otro de los castaños franceses:

No hubo durante nuestra visita paseo a caballo ni de los Cuadri ni de Gaspar, convaleciente de unos achaques de los que deseamos que se recupere pronto. Esta imagen es de archivo para comentarles que en esta casa no se crían caballos como en Miura o Prieto de la Cal. Los Cuadri siempre han preferido comprarlos una vez probados porque no todos valen para estar ante el toro:

Hace poco vino un chaval con un caballo castaño morcillo precioso que tenía en venta para ver qué tal reaccionaba y si se incorporaba a los cinco que actualmente trabajan. El animal era una pintura, con una crin que firmaría Velázquez y un espectacular paso garboso con el que el mosquero giraba como la hélice de un Spitfire.

Pues fue dirigirse con Gaspar al cercado de los toros y el paso del caballo se ralentizó. Empezó a sudar, se le marcaban las venas... Cuando entraron, estaban los toros a cuarenta metros y el caballo iba ya pisando huevos. Su chulería inicial desapareció en seco. El mosquero se movía menos que un judío en sábado. Gaspar le decía: '¿Lo ves? ¿Ves como no vale?'

Este becerro es de los berrendos que sí crían en la finca y que sirven para mover el ganado. ' Gracias a ellos podemos manejarlos y cambiarlos de cercados, si no, sería imposible tratar con esta gente', nos decía José Antonio:

Para las calles hay dónde escoger este año. Ése que ven al fondo el último, corniabierto y cornalón, tapado por otro, ya está apalabrado. Es el número 14:

Todos ustedes recordarán el accidentado encierro de Onda el año pasado donde murió un espectador, pulsen aquí.

Vimos muy optimista a Fernando sobre el futuro de la fiesta. Escuchábamos con escepticismo cuando decía que no se terminará nunca y que recortando gastos entre todos hay futuro. Le recordábamos el acoso que sufrió el alcalde de Villaseca de la Sagra cuando defendió lo mismo que nos decía él. 

Le dijimos que nuestra teoría es que todos están sacando leche a una vaca moribunda y que les da igual lo que suceda con ella. El que venga detrás que arree. No sabemos si lo convencimos pero por lo menos le hicimos dudar.

Nos vamos despidiendo con estos dos de los que decíamos al principio que iban a ir a Madrid el año pasado:

Y el tercero de los castaños sobresale tras el altozano:

Por la tarde amainó definitivamente el temporal y decidimos hacer una nueva visita al Palacio del Acebrón, el más misterioso de Europa (pulsen aquí). Accedimos por el sendero del lago:

El cielo iba cambiando de color en la Aldea del Rocío:

Y terminábamos la jornada viendo cómo se ponía a las puertas de la ermita de la Virgen:

Cuadriadictos tarraconenses de Amposta visitaron la finca hace poco y en enero estuvo Jordi, de Barcelona. Merece una estrella de comandante en ese ejército porque se instala una semana en Trigueros y va cada día a ayudar con los sacos de pienso.

Pero quizá las cuatro estrellas de capitán general debería ostentarlas una amiga francesa. En pleno verano se fue andando desde la citada Trigueros hasta Comeúñas movida por su fervor, casi suicida bajo la canícula, por los toros de Cuadri. Tenía un blog taurino titulado 'Algo de memoria' y firmaba con el seudónimo Zanzíbar.

Esperemos que todo lo que tiene previsto la familia se lidie sin novedad. Nos despedimos ya definitivamente con estos dos. El primero es uno de los que debería viajar a Cenicientos:

Y el segundo, uno de los cinqueños de Francia estirándose bajo el aguacero:

Fernando, El Viejo, reconoce aquí que ha visto lidiar más de mil toros de su ganadería y no llegan a veinte los que le han satisfecho plenamente como ganadero mostrando la conjunción de casta y bravura que él ha buscado siempre. ¿Qué dirían otros ganaderos si les preguntasen algo parecido de sus toros?

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

Mientras esperábamos a la lumbre. FOTO: Javier Arroyo