martes, 21 de junio de 2022

ANDRÉS VÁZQUEZ, MORIR DE BRAVO


Las lágrimas amordazan al viento

 y no se oye otra cosa que el llanto.


Estos versos de Lorca ilustran el sentimiento de los aficionados tras la muerte de un torero tan honrado como buena persona.

Para nosotros siempre fue, antes que El NonoEl Niño de Villalpando, que es como lo conocían en la casa donde se crió con una señora cuya hija tuvimos el gusto de conocer en un pueblecito de Zamora. Ella nos hablaba de aquel chavalín que recorría todas las capeas habidas y por haber y que se ganó el cariño de su familia.

El Cossío en su edición de 1961 equivoca su apellido paterno y lo define así: matador de novillos para funciones económicas. Pues ese torero de las capeas, ese torero rústico, ese torero de las múltiples cornadas, ese torero honrado a carta cabal y capaz de enfrentarse a todo tipo de toros tuvo una de las mejores medias verónicas de la segunda mitad del siglo XX:

 


Explicábamos ese lance en esta entrada y allí salía el maestro como no podía ser menos. De hecho, es él quien explica cómo hay que hacerla en el libro de José Luis Ramón sobre las suertes del toreo por sus maestros. Belmonte decía que le gustaba más la de Vázquez que la suya:



Hablábamos de él hace poco recordando su actuación frente a Baratero en agosto de 1969 (dos orejas tras pinchazo y estocada caída). Ese victorino habló con él durante la faena cuando le dijo: '¡mátame! Porque si me das un pase más te mataré yo a ti'. Aclarábamos lo de la fotografía siguiente, que no es de Baratero sino del otro, Granaíno, al que cortó una oreja. Baratero tomó cuatro puyazos (con aquella puya más larga de entonces) y salió a los medios para morir allí al lado del maestro:



Victorino y él formaron durante un tiempo un memorable tándem pero acabaron un poco peleados. Aunque ¿quién no terminó tarde o temprano de uñas con el paleto tanto en su época de tratante como en la de ganadero?



La imagen favorita del maestro era ésta de abajo. Decía: 'esa foto es como si en ese momento Dios me dijera ¡quieto ahí, no te muevas que no te va a pasar nada! Era algo fuera de lo natural...Se ven los ojos del toro que me está juzgando, me está preguntando ¿por qué me has hecho esto?'



Ya saben que protagonizó una película titulada Sobrenatural, dirigida por Juan Figueroa y que no hemos tenido la suerte de ver porque no hay manera de localizarla (pulsen aquí). Figueroa decía que daba gusto escuchar a Andrés hablando no de toros sino del toro, del animal, porque lo hacía 'con el alma en la boca'.



No nos apetece recordar sus veintitrés cornadas, algunas muy feas, como la primera. El primer novillo que mató en su vida le partió la safena, cosa que a cualquier otro le hubiera decidido a dedicarse a otra cosa. No, nos iremos al que quizá fue su mayor éxito en Madrid. Hablamos de la tarde del 25 de octubre de 1970 en un mano a mano con Gregorio Sánchez. Vázquez era un castellano viejo y Sánchez, un castellano nuevo. Pero ambos eran toreros recios y valientes.



Aquella tarde Andrés cortó cuatro orejas, a segundo y sexto, ambos con las fuerzas menos que justas, no lo taparemos. Ya ven que era una corrida en homenaje a Parrita. Se llenó el sol pero no la sombra. Ángel Peralta cortó también dos orejas por delante. Nuestro protagonista pegó esta media verónica abrochándola en los riñones, allí había que cerrar una media verónica como Dios manda según el maestro:



En mayo de ese mismo año se había encerrado en Las Ventas con seis victorinos de los cuales vemos tres. Cortó dos orejas que hubieran sido cuatro si no se lía a pinchar al sexto (esto lo decía siempre él pero también Cañabate en su crónica del ABC) :



Dicen que los toreros no quieren ver los  toros que tienen que matar. Pues Andrés se instaló en la finca de Victorino y les echaba de comer cada día. Luego dijo: creo que en la plaza me reconocían. Ahí ven otros. El de la izquierda iría con el lote. Hoy no entraría ni en una novillada nocturna:



En 1977 toreó la Beneficencia junto a Teruel y Manzanares. Ya no queda ninguno de los tres. Los anunciados toros de Galache quedaron en uno solo más cinco de Benítez Cubero. Éste es Andrés antes de subir a cumplimentar a los reyes:



Decimos los de los reyes porque quizá haya sido la única vez que la reina Sofía ha ocupado su sitio en el palco real:



Fíjense qué bien coge el palillo. Muchos novilleros actuales lo cogen como si se lo fuesen a robar (recuerden lo explicado aquí). Tenía que esforzarse aquel día de la foto porque el cartel isidril lo remataban Antonio Bienvenida y Antonio Chenel. El toro es de Sánchez Fabrés. Esa naturalidad hoy no la vemos ni en pintura:


FOTO: Botán

El maestro era amigo y gran admirador de Saleri II, a quien solían llevar Gallito y Belmonte como telonero, con lo cual ya pueden suponer lo que ocurría en el sorteo. Si tienen tres minutos, lo pueden recordar en esta entrada. Saleri II fue quien mató a Bravío, de Santa Coloma. Allí verán lo que comentó de aquel toro. 

Es posible que fuese él quien enseñase a nuestro protagonista el tranquillo de alargar el brazo para clavar a capón en la suerte suprema. Eso lo hacía también su amigo Santiago Martín, con la atenuante para el zamorano de su baja estatura.



Ah, y tanto Saleri como Andrés Vázquez fueron maestros de escuela taurina. Para que luego vaya Morante diciendo que en esas escuelas sólo dan clase toreros frustrados a quienes se da el título de maestros para que lleven la carrera de los chavales cuando ni siquiera han sabido llevar la suya... y soy misericordioso con ellos (sic, en la Asociación El Toro, recuerden aquí).



Nos despedimos con unas cuantas frases del maestro que lo colocarían entre los selectos lectores de nuestro modesto blog en caso de que hubiera conocido su existencia. Observen que su filosofía del toro es la misma que la nuestra:


- El toro es el ser más castigado de la fiesta pero tiene sus derechos. Para mí el toro es un animal sagrado y tiene derecho a pegar una cornada al torero y, por supuesto, a matar y quien no esté de acuerdo con eso, que se vaya.

- La bravura de un toro se ve en el caballo, no en que aguante cien pases en la muleta.

- Hoy soy más aficionado a las ganaderías que a los toreros porque entre ellos apenas hay rivalidad.

- Yo he visto llorar a un toro en Barcelona. Lo estaba toreando y vi cómo le caían dos lágrimas.

- Me gustaba poner el toro largo en el caballo para que pasase vergüenza el ganadero si no se arrancaba.

- A los aficionados a quienes mi forma de torear no les gustó quiero darles las gracias por la paciencia que tuvieron para aguantarme y a todos aquellos que me siguieron y admiraron, que me perdonen si alguna vez les fallé.


Y la última va debajo de esta foto que seguro que hubiera gustado al maestro. Es la tarde del 22 de septiembre de 1974 cuando se encerró con seis toros en Las Ventas y al final Tito, su mozo de espadas, le cortó la coleta en presencia de Máximo García de la Torre: 


FOTO: Botán

- A mí no me gustaría morir gimiendo... a mí me gustaría morir de bravo.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

8 comentarios:

  1. Extraordinaria entrada, señor Rafa, magn’ifica, le felicito, enhorabuena con saludos para la audiencia.

    La condesa de Estraza

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    1. Muchas gracias es muy amable. Intento evitar los datos que ya se han escrito en las necrológicas al uso y escribir algo un poco distinto (con mayor o probablemente menor fortuna).

      Saludos y me alegro de verla por aquí.

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  2. Gracias, Rafa, por la acogida.

    La condesa de Estraza

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  3. Buenas Rafa .

    Una gran pérdida ( y ya van unas cuantas en poco tiempo ) . Este tipo de toreros honrados son los que tengo yo como referencia de lo que tendría que ser un torero . Sin ir más lejos el otro día el bueno de Tomas Rufo se quejaba de que los aficionados parece que olvidamos que los toros cogen y pueden hacer mucho mal . Está claro que lo de ahora es otra historia .

    Saludos

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    1. Yo también tengo predilección por este tipo de toreros honrados y por ellos entiendo los que no hacen ascos a ninguna ganadería.

      El problema de este tipo de toreros es cuando sale el toro bueno porque entonces puede cantar la gallina. En el caso de Andrés Vázquez fue depurando su toreo rústico inicial y, sin llegar a ser nunca un dechado de arte o de finura, sí que consiguió templar muy bien la embestida de los toros.

      Probablemente fue por influencia de sus dos grandes profesores como él decía, que fueron Antonio Bienvenida y El Viti.

      Respecto a matar nunca fue un buen estoqueador como he indicado en la entrada.

      Saludos

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  4. Gracias a los dos. Saludos.

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